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Imagen: César Mejías

La casa donde puedes aprender oficios: desde quesos artesanales hasta origami

Casa de Oficios lleva cuatro años enseñando a los santiaguinos la práctica de oficios tradicionales. Hoy ha decidido expandirse y encontró un aliado en los bosques sureños, la Casona 879. Ambos explican el valor de crear con las manos y rescatar nuestras raíces.

Por María Jesús Martínez-Conde | 2016-09-05 | 17:25
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¿Te acuerdas de la última vez que creaste algo con tus propias manos? Hay quienes dedican a esto sus vidas y dirán, “sí, hoy mismo hice una ricas marraquetas”. Pero la gran mayoría de la gente tiene ocupaciones que demandan otro tipo de habilidades: gestión, coordinación, ejecución de proyectos, etc. ¿Dónde quedó la belleza en todo esto? Quienes saben de manualidades dan prioridad a lo estético, lo agradable, lo armónico y lo placentero, valores que en el ajetreado día a día se diluyen en una mar de mails, pantallas, mensajes y llamadas telefónicas.

Pero hoy existe la oportunidad de reconectarse con esta dimensión más humana del trabajo, donde lo que impera no son ya los resultados, sino el camino que nos lleva a ellos: los oficios. Teresa Díaz y su marido, Tomás Cortese, son los creadores de uno de los lugares más entretenidos, apasionantes y curiosos de Santiago: Casa de Oficios. En este lugar es posible estudiar, con la seriedad y la alegría que ameritan, varios oficios tradicionales que muchos creían olvidados.

Al rescate de las manualidades

Casa de Oficios nació el año 2012 a partir de una inquietud de Teresa. De formación diseñadora gráfica, ella se interesó profundamente por el mundo de los libros como objetos, realizados a partir de materiales y herramientas. Decidió entonces viajar a Londres para estudiar más sobre el mundo de la encuadernación, realizando un Máster en Diseño. Allí conoció un espacio cultural que le pareció maravilloso: “Un galpón antiguo donde le subarriendan espacios a artesanos, diseñadores, etc. Yo fui a hacer ahí una práctica. En cada sala compartían el espacio, por ejemplo, una persona que fabricaba zapatos con alguien que fabricaba textiles y con alguien más que pintaba óleos. Esta mezcla de disciplinas me fascinó”. Fue entonces que volvió a Chile y comenzó a "cranear" lo que sería Casa de Oficios, un espacio en donde todos los oficios se juntan en un mismo espacio de creación y aprendizaje.

Hoy, Casa de Oficios funciona como un espacio de cultura integral que busca reunir, rescatar, preservar y enseñar oficios manuales. De acuerdo a lo que cuenta Teresa, “nació dentro de una gran casona en el corazón de Providencia, potenciando la creación y el intercambio de oficios. Es muy enriquecedor para los alumnos ver que mientras ellos están tejiendo a telar, en la sala de al lado están aprendiendo ilustración textil y en la sala de cocina aprenden a hacer pastas artesanales”.

La cocina de Casa de Oficios.

Y actualmente planean extender sus brazos más allá de las fronteras capitalinas, “promoviendo oficios en lugares remotos”, en palabras de Teresa, para aportar con cruces contemporáneos de conocimientos. Porque lo oficios no son solamente el rescate de una práctica tradicional, sino también su ejecución actual y una constante renovación. Gracias a ello, han podido trabajar con artesanos directamente, conociendo sus necesidades y generando lazos.

Trazando puentes con Puerto Varas

Josefina Almeida, otra mujer con intereses por el mundo artesanal, vive en Puerto Varas junto a su marido, Guillermo Andrews. Ambos iniciaron una iniciativa este año llamada Casona 879, “un proyecto orientado a promover instancias de convergencia y cocreación, integrando a una comunidad participativa que reconoce el patrimonio de la casona y lo valoriza”, cuenta Josefina. Se trata de un espacio abierto al desarrollo de múltiples actividades simultáneamente que pretenden contribuir al desarrollo integral de la zona.

Teniendo en cuenta las similitudes en las inquietudes de Teresa y Josefina, ambas decidieron realizar una alianza, pues valoraban el trabajo que estaban haciendo en ambas latitudes del territorio. De acuerdo a Teresa, “la Casona 879 cuenta con un lindo y amplio espacio en el corazón de Puerto Varas que calzaba con nuestra búsqueda de abrirnos a regiones. Veníamos desde hace un tiempo con la inquietud de expandirnos a otras ciudades y fue por esas mágicas casualidades de la vida que nos conocimos, vimos que estábamos alineados y compartíamos los mismos principios. Es así como después de varias conversaciones y acuerdos hace unos días lanzamos un taller de Quesos Artesanales y otro de Encuadernación para Octubre de ese año. También estamos en pleno desarrollo para armar un conversatorio en la misma Casona 879 con actores locales”.


La fachada de Casona 879.

Así, la experiencia y el proyecto consolidado de Casa de Oficios, ayudará a la Casona 879 a crear también en el sur de Chile un espacio disponible para quienes quieran aprender a crear con sus manos, ya sea por primera vez y de manera intuitiva, o bien, para complementar alguna profesión u ocupación que se verá enriquecida con este conocimiento. “Tere y Tomás han sido mentores en este proyecto y nos han aconsejado, mediante un formato libre y generoso entre ambas partes, lo que demuestra sus ganas de contagiar nuevas ideas al resto del país”, señala Josefina.

El valor de los oficios tradicionales

“Uno es lo que hace”, afirma Teresa Díaz, con la convicción de quien ha dedicado parte de su vida a hacer lo que más ama: enseñar a crear con las manos. Para ella, mantener viva la práctica de los oficios tradicionales resulta fundamental: “En los oficios tradicionales habita la cultura viva, el patrimonio inmaterial, la sabiduría de las manos y el saber. Es de suma importancia mantenerla viva para conservarla, cuidarla y luego transmitirla de diversas formas, pues nos ayuda a profundizar nuestra identidad. Los oficios no son pura forma, están cargados de símbolos”.

Josefina agrega, “gran parte de las personas que practican un oficio, han heredado herramientas y conocimientos de generaciones pasadas, en muchos lugares representan un motor social y son una de las bases del sistema económico. Hay cosas que sólo se aprenden en la práctica y es necesario mantener el legado vivo y activo”.

Y no sólo se trata de enseñar y aprender para mantener viva una tradición o un patrimonio, el trabajar con las manos también tiene beneficios ligados a la realización y al bienestar de cada persona. Teresa lo expresa así: “Cuando una persona experimenta un oficio manual, ocurre algo casi mágico al retroalimentarse de éste. Siente que es absolutamente capaz de hacer algo con sus propias manos, desde el origen, comprendiendo la materia y todos los procesos propios de su elaboración. En ese proceso, ocurre un acto de autorrealización muy valioso y en muchos casos se abren oportunidades laborales insospechadas”.

Seguir el camino de los oficios

Éste es un tema abierto, pues la convicción de que una carrera universitaria es el único camino para lograr el éxito, está muy extendida en la sociedad. Sin embargo, hoy existen rutas diversas que pueden complementar o sustituir una carrera universitaria, siempre y cuando el interesado sea un aplicado autodidacta. Para Teresa Díaz, no hay duda de que es posible hacerlo.

“¡Absolutamente! Pero como todo en la vida, ésta requiere de mucho trabajo, foco, esfuerzo, talento y dedicación absoluta. Creo que para formarse en los oficios hay que tener un espíritu emprendedor, porque si bien hoy es cada vez más fácil aprender algo, se debe armar un camino propio, buscando maestros que estén abiertos a formar, y espacios como el nuestro. Es un camino de formación más autónoma”.

Josefina también cree que es posible, pues cada vez hay más gente que se atreve a seguir caminos alternativos aunque, advierte, aún queda mucho trabajo por hacer como sociedad: “Las personas se están atreviendo a hacer lo que les gusta, y muchos optan por esta opción de vida, antes que elegir una carrera universitaria. También muchos complementan su carrera con oficios. Considero que los oficios también son una opción profesional que se debe cuidar, no porque no esté respaldado por una Universidad significa que no sea una profesión. Sin embargo, pienso que hay que seguir trabajando para que los oficios se consideren una opción laboral importante y que perduren en el tiempo”.


Sala de exposición, Casa de Oficios.

¿Hobby u ocupación? ¿Hombres o mujeres?

Casa de Oficios está abierta para todos; no se requiere de ninguna experiencia para enfrentarse por primera vez a un litro de leche, a un kilo de harina, a unas madejas de lana o a un lápiz y un papel. La idea es aprender de cero, o bien, profundizar un conocimiento que ya existe.

Sin embargo, la experiencia de Teresa con Casa de Oficios, la ha llevado a realizar un diagnóstico sobre quiénes son los que demandan más este tipo de clases y qué razones tienen para decidir que quieren aprender a crear con sus manos: “El público que llega a nuestros talleres en Casa de Oficios viene por diversas razones. Algunos buscando un espacio tranquilo en donde se pueda aprender un oficio manual, un espacio para ellos mismos, buscando salir de la rutina. Otros, buscan profundizar y complementar sus profesiones, ellos toman talleres porque saben que esos conocimientos los van a poder aplicar en sus trabajos o negocios. Y otros vienen de manera más intuitiva a aprender algo y finalmente descubren que ahí está su alma. Varios de ellos han dejado todo para emprender con este nuevo conocimiento. Es muy bonito verlo”.

¿Y son hombres o mujeres los que más demandan las clases? “Claramente hay oficios más femeninos que otros. Pero ahora, con la creación de talleres culinarios, el número de mujeres y hombres es bastante parejo. ¡Hace poco tuvimos un taller de charcutería con 9 hombres y 1 mujer! Bendita ella”.

Si te animas a inscribirte en Casa de Oficios o Casona 879, hay varios talleres en los que podrás aprender diversos oficios. Casa de Oficios ofrece para octubre talleres de cuento ilustrado, queso mozarella, charcutería, pastas artesanales, costura: especial vestidos, crochet XL, mimbres y tote bag, origami inicial, collage experimental, bagels y pretzels, ramos de novia, aprende a usar la máquina y conservas artesanales (¡échale un vistazo al sitio web!). Paralelamente, la Casona 879 tiene abiertas sus inscripciones para dos cursos que dictará en octubre, en conjunto con Casa de Oficios: un taller de quesos y otro de encuadernación. Si vives en Santiago, Puerto Varas o Puerto Montt, puedes inscribirte en el sitio de la Casa de Oficios para comenzar tu experiencia. ¡Estás a un mail de lograrlo!

¿Eres talentoso para algún oficio? Si no lo eres, ¿cuál te gustaría aprender?

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Comentarios
Mario Céspedes | 2016-09-06 | 11:02
1
Yo he tenido la suerte de hacer un par de talleres de panes en la casa de oficio y, realmente, son muy buenos...

ahora tengo los cursos de charcutería y quesos artesanales en fila...

recomendable 100%
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Racuna Matata | 2016-09-06 | 11:44
1
Notable. La conexión mental con los dedos ha mostrado ser muy útil para conectar ideas que desde un principio no parecían tener mucha relación (serendipia), por ejemplo Einstein tocaba el violín. Da Vinci también se dedicaba a muchas labores manuales.

Antiguamente la conexión maestro-aprendiz (y las 10000 horas) era muy valiosa, hoy no pareciera serlo tanto. Una lástima.

Personalmente, algo que me ha interesado siempre es la fabricación de cerveza artesanal.
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