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Vacas pastando en el mar: la granja lechera flotante que alimenta sus animales con los desechos de la ciudad

Estas vacas no están acostumbradas a ver prados, sino trabajo portuario. Viven en la primera granja flotante del mundo, producen 25 litros de leche diarios cada una y habitan una plataforma sostenible y totalmente robotizada.

Por María Jesús Martínez-Conde | 2019-08-01 | 07:00
Tags | vacas, granja, lechería, leche, granja flotante, cambio climático, holanda, países bajos, sostenibilidad, ganadería
"La madre tierra está bajo presión. Es por eso que ya no tenemos que reclamar tierras agrícolas para hacer cosas que no son necesarias […] Muchas ciudades importantes están en el delta. Se puede hacer mucho con eso, el espacio está en el agua" (Minke van Wingerdenco, co-fundadora de Floating Farms).
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Mucho se ha hablado sobre el impacto que tiene la industria ganadera en el medio ambiente: que requiere de una enorme cantidad de tierra que en muchos casos acaba erosionada, que consume demasiada agua, que utiliza una serie de productos industriales que atentan contra el medioambiente; eso sin mencionar el problema ético del maltrato animal. Una industria que sin duda necesita renovarse en vista del nuevo escenario de cambio climático y de generaciones más conscientes, que exigen más, pero que también trabajan para generar cambios.

Hoy queremos contarte sobre un experimento que se está llevando a cabo en Rotterdam: la primera granja lechera flotante del mundo. Si bien no va a cambiar la forma de producir leche en todas las esquinas del planeta, sí es un ejemplo de cómo la innovación, anclada en la idiosincrasia de un país, es capaz de generar maravillosos proyectos que en el futuro podrían dictar la pauta.

Una ciudad que sabe salir a flote

Países Bajos tiene la mayor población del mundo viviendo debajo del nivel del mar. La tormentosa relación de este país con el océano se nota al poner un pie sobre su territorio: enormes diques y dunas contienen la fuerza marina que, de no ser por el ingenio humano que viene trabajando desde tiempos medievales, ya habría arrasado con medio territorio. El cambio climático sugiere una real amenaza a su población.

Tiene mucho sentido que la primera granja flotante del mundo se haya construido, entonces, en el puerto Merwehaven, en la ciudad de Rotterdam, una urbe que en los últimos años se ha caracterizado por, literalmente, tomar el toro por las astas, y abordar los problemas de la población de maneras creativas, tecnológicas y sostenibles.

"La madre tierra está bajo presión. Es por eso que ya no tenemos que reclamar tierras agrícolas para hacer cosas que no son necesarias […] Muchas ciudades importantes están en el delta. Se puede hacer mucho con eso, el espacio está en el agua. También para innovar. En el agua tienes que cuidar tu propia agua, electricidad, comida y tus propios desechos, y eso te obliga a ser circular y autosuficiente", explica al medio holandés Delicious Magazine una de las mentes creadoras del proyecto, Minke van WingerdenBeladon, una compañía especializada en construcciones flotantes perteneciente a su marido, el ingeniero Peter van Wingerden.

Ingenio tras el desastre

En 2012, la pareja se encontraba en Nueva York trabajando en un proyecto de vivienda flotante en el río Hudson, cuando fueron azotados por el huracán Sandy, el segundo en causar más daños en Estados Unidos después del devastador Katrina. Fueron testigos de cómo las inundaciones paralizaron la ciudad y detuvieron la distribución de alimentos en camiones, como relata la revista canadiense Hakai Magazine. Después de dos días, la urbe completa no contaba con alimentos frescos.

Fue entonces que surgió la idea de producirlos en el agua, lo que resulta ideal para aquellas ciudades que colindan con el océano, ríos o lagos. Se dieron cuenta que un proyecto así podía reducir el tiempo y la energía que se requiere para entregar productos lácteos a zonas urbanas, frente a la emergencia del cambio climático:

"La cuestión de cómo alimentar al mundo de manera sostenible permanecerá en 2050, cuando la población mundial haya crecido de 7,6 mil millones a 10 mil millones de personas y las tierras agrícolas sean cada vez más escasas", agrega Minke.

Así surgió Floating Farm (Granja Flotante), una granja lechera flotante que comenzó a funcionar este 2019, y que es el fruto de siete años de trabajo y una inversión de 2,9 millones de dólares (más de 2 mil millones de pesos chilenos).

Floating Farm/Goldsmith_Company

Vacas marinas

El alto costo del proyecto, llevó a que el gobierno de Rotterdam y la autoridad portuaria desestimaran subsidiarlo, así que los Van Wingerden debieron usar su propio dinero para financiarlo, sumado a fondos de inversores privados y un préstamo bancario.

La granja hoy está anclada a orillas del río Nieuwe Maas, el que se ramifica frente al río Rin. Sobre la plataforma de tres pisos de 30 x 30 metros, hoy reposan tranquilamente 40 vacas lecheras de la raza Mosa-Rin-Issel, nativa del país. La planta baja está ideada para que crezcan cultivos bajo luces LED para, por ejemplo, saborizar con frutillas el yogurt producido con la leche. También en ese nivel hay una sala de educación destinada a recibir a grupos de niños que quieran aprender sobre conceptos como economía circular o sostenibilidad.

En el piso intermedio hay una tienda que contiene grifos con leche cruda (el producto se vende tal cual, sin agregar ni quitar nada) y yogurt. También en este nivel hay un robot que trata el estiércol de las vacas y se prepara el alimento que les llega a los animales al nivel superior, mediante una cinta transportadora.

Floating Farm ya cuenta con 40 vacas/Floating Farm

Cada vaca, ordeñada robóticamente, produce 25 litros de leche por día, la que, junto al yogurt, ya se vende en 23 puntos por todo Rotterdam.

¿Cuán sostenible es la granja flotante?

¡Mucho! La idea de los creadores es apuntar a la economía circular, es decir, que lo que se produzca sea el fruto de la reutilización de desechos de otras industrias y que, a la vez, no genere residuos contaminantes. Dentro de las actividades sostenibles que lo hacen posible:

- La energía de la plataforma es proporcionada por paneles solares, los que también están instalados sobre una plataforma flotante.

- Las vacas son alimentadas mediante flujos residuales de la ciudad, es decir, desechos de la industria cervecera, salvado proveniente de un molino cercano, recortes del pasto de campos deportivos y trozos de papas también de una industria de la ciudad.

- Los animales están de pie sobre un suelo de goma con canales. Cada cierto tiempo, un robot pasa recogiendo y limpiando su estiércol, el que se procesa en el piso intermedio y se vende para robustecer el pasto de campos deportivos, casas y balcones.

- La orina de las vacas también se procesa para purificarla y se vierte en el puerto, o bien, se utiliza en la misma plataforma como agua para procedimientos.

-Cuando las vacas envejezcan, serán sacrificadas y su carne también será vendida.

¿Y estas vacas son felices?

Lamentablemente, no tenemos el privilegio de entender el lenguaje vacuno y no hay animalito que pueda contarnos sobre su estado emocional. Sin embargo, hay opiniones contrapuestas.

"Hace una semana estábamos listos para dejarlas pastar afuera", dice Minke a Quartz, pues construyeron una rampa que conecta la plataforma con un campo cercano y periódicamente dejan abierta la cerca para que pasen. "Creíamos que saldrían inmediatamente, pero esperaron a ver qué estaba pasando […] Creo que están muy felices", concluye.

Las vacas pastando en un campo cercano/Floating Farm

Sin embargo, no todos están de acuerdo. Por ejemplo, a The Party of the Animals, el partido político animalista de Países Bajos, no le gusta el proyecto. Por el contrario, hay universidades como la HAS University of Applied Sciences, que sí los apoyan.

"El bienestar animal es lo número uno. Para nosotros, si un animal no está contento, todo el proyecto cae al agua. Nuestro agricultor Albert Boersma es un enlace importante en esto. Él sabe todo sobre las vacas y se asegurará de que las vacas la pasen bien", asegura Minke, haciendo alusión al cuidador de los animales, quien se crio en una granja y recibe a los visitantes.

¿Un buen experimento?

Por ahora, los planes de Floating Farm son seguir creciendo. Beladon ya está en conversaciones para construir plataformas similares en Singapur, Ciudad del Cabo, Nueva York, Los Ángeles, Nueva Orleans y las ciudades chinas de Nanjing y Shanghai, aunque aún no se decide si albergarán vacas, gallinas o verduras.

Pero el debate continúa. Por ejemplo, Nick van den Berg, quien aboga por la agricultura urbana vertical y es gerente de desarrollo del Rotterdam Food Cluster, proyecto municipal que desarrolla agricultura sostenible, tecnología de invernaderos y logística de alimentos, dice:

"Creo que es una vitrina, pero no un modelo de negocio […] Realmente creo que el ganado debe vivir en campos abiertos y no en granjas flotantes".

Sin embargo, el gobierno, incluyendo el alcalde y el oficial de resiliencia de la ciudad, les brindan su total apoyo. Sarah Gardner, investigadora de políticas agrícolas en el Williams College de Williamstown (Massachusetts), agrega:

"Al principio suena fantástico, costoso y poco práctico […] Pero he llegado a apreciar este proyecto como una brillante solución de ingeniería para una creciente crisis mundial: producir alimentos para casi 10 mil millones de personas a mediados de siglo en una base de tierra cada vez más reducida".

La cremosa leche de Floating Farm/Floating Farm

Los Van Wingerden saben que esta no es una solución definitiva al problema, pues por ahora Floating Farms solo puede limitarse a alimentar a un puñado de compradores en Rotterdam y, por sí sola, no podrá hacer contrapeso alguno al cambio climático. Pero sin duda se trata de un modelo innovador y atrevido que abre las opciones de agricultura sostenible si logra escalarse.

"Si queremos alimentar al mundo en 2050, tendremos que hacerlo de manera diferente a la actual. No tenemos que abandonar todo, sino también buscar sistemas adicionales, como la granja flotante. Las innovaciones nunca pasan sin críticas. Yo digo: deberían verla primero en funcionamiento", responde Minke.

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