carne, industria ganadera, contaminación, calentamiento global, proteínas, alimentación, vegetariano
Imagen: César Mejías

Tu bistec produce un impacto ambiental que te dejará helado, ¿cómo ayudar sin volverse vegetariano?

Hoy todavía nos parece lejano que los humanos dejemos de comer por completo carne de vacuno, sin embargo estos potentes datos sobre la industria ganadera te harán dudar de ese jugoso corte. ¿Cómo encontrar una solución viable?

Por Joaquín Barañao | 2018-03-07 | 12:00
Tags | carne, industria ganadera, contaminación, calentamiento global, proteínas, alimentación, vegetariano
Ordenar platos vegetarianos cuando te invitan a cenar requiere de un compromiso que es para pocos, pero relegar la carne a ocasiones sociales es algo que casi todos podemos evaluar.
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La historia humana ha seguido una trayectoria de expansión de lo que se considera “sujetos de derecho”. Si en la antigua Grecia solo un puñado de hombres libres eran depositarios plenos de los beneficios de la civilización, con el paso de los milenios las esferas de reconocimiento se ampliaron a mujeres, niños, personas de raza negra y con discapacidad.

Me caben pocas dudas de que este proceso continuará su avance, y en un par de siglos mirarán con horror el trato que hoy damos a los animales de la industria pecuaria. Se preguntarán cómo justificábamos algo así con la misma estupefacción con que hoy nos preguntamos cómo el esclavista del siglo XVIII podía fundamentar semejante atrocidad y dormir cada noche. No afirmo que los animales poseerán los mismos derechos, pero sí que el trato actual será considerado una aborrecible barbarie.

¿Convencería eso a la humanidad de dejar de comer carne, o al menos de reducir su ingesta? Ese argumento es poco eficaz para persuadir a otros de cambios en su comportamiento. Para quienes nacimos y fuimos criado en una cultura en que los animales carecen de toda capacidad de sentir, convencer de lo contrario es tan difícil como lo sería catequizar al esclavista decimonónico de que la cantidad de melanina en la piel en nada afecta la dignidad.

Por eso, mi argumento corre por una vía por completo diferente.

Supongamos por un momento que los animales son poco más que objetos inanimados. Obviemos por un instante si acaso sus intereses son relevantes y consideremos nula su capacidad de sentir dolor. ¿Ok? Ahora observa la cantidad de terreno que se necesita para obtener la misma cantidad de energía mediante distintas fuentes alimenticias:


Figura 1. M2 necesarios para producir un megajoule al año. Fuente: Alexander et al.

Algo similar ocurre con la emisión de gases de efecto invernadero.


Figura 2. Emisión de kilogramos de carbono equivalente por kilogramo de comida. Fuente: Environmental Working Group.

De hecho, la industria de la carne de vacuno contamina más que el transporte. Y podríamos construir gráficos similares con uso de agua, fertilizantes, y varios otros, pero ya se captó la idea. 

Muchos se sorprenden de que el vacuno requiera de cien veces más tierra que la soya para producir una caloría. Si lo reflexionas por un momento, es de sentido común. Piensa lo increíblemente distinto que es alimentarse de vegetales frente a hacerlo de animales que a su vez hay que alimentar con vegetales. Todas y cada una de las calorías que ese animal no transformó en tejido biológico a lo largo de su vida –cada exhalación de CO2, cada ineficiencia en las excretas– se ha perdido.

Para que compares con números que te son familiares, imagina el siguiente ejemplo macabro: una fábrica de carne humana.

Todos serían inútiles hombres, fácilmente sustituibles por un puñado de sementales seleccionados, pues las mujeres son la mitad útil de la humanidad que permite la reproducción. Así las cosas, supongamos que carneamos tan pronto el producto alcanza los 66 kilogramos. Esto ocurre en torno a los 16 años de edad. Un cuerpo humano de esas características contiene unas 144 mil kilocalorías, y vamos a suponer generosamente que la industria alimenticia aprovecha el 100%. Veamos ahora, ¿cuánto comió esa persona para acumular 66 kilogramos?

Para un hombre de estilo de vida sedentario (el caso de quien legará su cuerpo la industria ganadera), el Centro para las Políticas y Promoción de la Nutrición del gobierno de Estados Unidos recomienda una ingesta que va desde las 1.000 kilocalorías diarias a los 2 años de edad hasta las 2.400 a los 16. Para edades menores a dos años, hay que usar tablas mes a mes. Resultado: 9,4 millones de kilocalorías a lo largo de la vida, ¡66 veces más que lo que su cuerpo ahora contiene!

Por supuesto, los humanos exhibimos una de las peores tasas de conversión del reino animal, pero el ejemplo ilustra el principio básico: en el traspaso de vegetal a animal habrá siempre una pérdida gigantesca.

¿Dubitativo de la veracidad de las cifras? Piénsalo de esta manera: si ascender un peldaño en la cadena trófica es tan ineficiente, esto debiera reflejarse en los precios ¿cierto? Mira el gráfico siguiente:


Figura 3. $CLP por kilocaloría. Fuente: supermercado Líder el 1 de marzo de 2018 (gama baja de precios) e informes nutricionales respectivos.

Quizás estés pensando, “Ah, pero eso porque no es lo mismo un simple paquete de tallarines, pura harina, que un buen pedazote de carne rico en proteínas”. Pues bien, piensa de nuevo. La figura siguiente muestra el costo de un gramo de proteína:


Figura 4. $CLP por gramo de proteína. Fuente: supermercado Líder el 1 de marzo de 2018 (gama baja de precios) e informes nutricionales respectivos.

Es más barato adquirir una proteína comprando tallarines que incluso el corte más barato de carne de vacuno. Por supuesto, para alcanzar el cerca de 20% de proteínas que requiere la dieta habrá que ingerir también alimentos con porcentajes mayores. Ningún alimento basta por sí solo y los tallarines no son la excepción. Pero no pierdas de vista que los carbohidratos en los tallarines no son inútiles polizontes que por desgracia vienen adosados a las útiles proteínas. Son necesarios: en torno al 55% de la dieta deben ser carbohidratos.

¿Sorprendido? Ocurre que la carne, si bien está compuesta en un muy alto porcentaje por proteínas, contiene una elevadísima proporción de agua. Pongamos como ejemplo el oneroso filete, por el cual Líder cobraba $9.990 el kilo al momento de mi visita. Cada kilo contiene solo 280 gramos de macronutrientes (proteínas + grasa + carbohidratos) y 720 gramos de, bueno, casi pura agua. Los asados son mucho más caros que las tallarinatas, pero lo serían aún más si no fuera porque buena parte de las calorías que nos sacian durante esos almuerzos provienen del pan, papas y otros vegetales con que suplementamos la más bien modesta densidad energética de la carne.

Ahora bien, hay que considerar ahora el concepto de “calidad de las proteínas”. Sin entrar a la compleja explicación nutricional, el cuerpo humano no puede digerir todas con la misma facilidad, y no todas contienen los mismos aminoácidos. La tabla siguiente las muestra corregida por el llamado Protein digestibility-corrected amino acid score (PDCAAS).


Figura 5. $CLP por gramo de proteína corregida por PDCAAS. Fuente: FAO

La proteína de tallarines ya no es más barata que cualquier corte, aunque sigue siendo más económica que la mayoría, incluyendo la palanca, ¡aun cuando los tallarines son 82% carbohidratos y su PDCASS es menos de la mitad que el del vacuno! La carne de soya sigue ganando por paliza, 4,7 veces más barata que la palanca y 6,5 veces más barata que el filete. ¡Mira el alto precio metabólico que se paga por subir un peldaño en la cadena trófica!

Todas estas cifras, podrás imaginar, no son precisas al quinto decimal. Otros estudios y otros supermercados darán números diferentes. Además, hay zonas que soportan ganadería residual pero no agricultura. Pero, por favor, no le hagas el quite a esta verdad incómoda escudándote en casos límite o ajustes metodológicos menores. Calorías más o calorías menos, es un dato irrefutable que subir un peldaño en la cadena trófica genera un impacto inmensamente mayor, y que dentro del espectro animal hay algunos mucho más nocivos que otros. Momento para repetir el mantra: cada uno puede tener su propia opinión, pero no sus propios datos.

El pasado 20 de febrero, Rodrigo Allende y José Francisco Cox, de la Universidad de Concepción, exhibieron un ejemplo típico de negación en su carta a El Mercurio. Critican el “Lunes sin carne” argumentando “la exageración de las cifras que sustentaron la publicación”. Lo cierto es que, aún corrigiendo por exageraciones, los números siguen ahí avalando la medida. Hay holgura de sobra. Añaden que “la fuente de emisión que más ha crecido ha sido precisamente la derivada del uso de fertilizantes sintéticos, el mismo que soporta la alimentación del grupo de vegetarianos”. Por supuesto, la comida vegetariana requiere de fertilizantes, pero para producir la misma cantidad de energía un peldaño más arriba en la cadena trófica se requiere como eslabón intermedio muchísima más comida vegetariana que usa los mismos fertilizantes. Es asombroso que académicos cometan un error conceptual tan grueso.

¿Qué hacer al respecto?

Es aquí donde me desmarco de la mayoría de quienes suelen mostrar esos gráficos. Aunque el ideal para la biósfera sería que todos nos convirtiéramos al veganismo, abogar por posturas de ese tipo es no solo inviable, sino peor: es paralizante. Un cambio así es tan radical, y conlleva para la mayoría un sacrificio tan gigantesco, que ni siquiera lo contemplamos, y continuamos parrillando con la tranquilidad de conciencia que nos otorga la pertenencia a la mayoría.

La médula de esta columna es la siguiente: como con el monto que se dona a la Teletón, los minutos mensuales de gimnasio o la frecuencia de uso del hilo dental, la consigna es que todo aporta, por pequeño que sea. Más es mejor, pero no es un juego de “todo o nada”, porque siendo humanos eso terminaría en nada.

Ir al próximo asado de amigos con un pote personal de hamburguesas de garbanzos es de un heroísmo supremo, pero no así reemplazar el bistec semanal por pollo. Ordenar platos vegetarianos cuando te invitan a cenar requiere de un compromiso que es para pocos, pero relegar la carne a ocasiones sociales es algo que casi todos podemos evaluar. Cocinar carne de soya cuando invitas a comer puede ser mucho pedir, pero reemplazar el lomo vetado por un trozo de salmón es algo que a nadie habría de choquear. De paso, ahorrarás no poca plata.

Hay una charla en TED llamada “vegetariano de día de semana” que plantea algo parecido. El punto es que si reemplazas la carne en cinco de cada siete días el cambio es muy significativo para efectos ambientales, pero no vivirás el tormento de cargar con una cajita de tofu mientras tus amigos hacen circular la bandeja chorreante de costillar.

Lo que es más, este sacrificio hay que entenderlo como un periodo de transición. Le guste o no, en el mediano plazo la carne cultivada se va a terminar por imponer, porque será mucho más barata y de mucho menor impacto ambiental. El rechazo visceral que suscita de buenas a primeras durará solo un par de años, y de ahí en más, como casi siempre ocurre, mandará la billetera.

No digo que la carne tradicional desaparecerá, pero terminará siendo un lujo algo excéntrico, de la misma manera que los autos no hicieron desaparecer a los caballos pero sí los redujeron a unos pocos que practican equitación o que poseen un campo en las afueras.

Cada uno sabe hasta dónde puede llegar, pero no hay argumentos ambientales para rehusarse incluso al cambio más milimétrico. Si ese es su caso, tenga al menos la hidalguía de reconocerlo y no escudarse en argumentos espurios, como “no estamos seguros de las cifras” o “total, la vaca ya está muerta”. Otros dicen “¿qué tiene que ver un bovino criado en el sur de Chile con las selvas de Gabón?”, pese a la obvia circunstancia de que se trata de un fenómeno global con sustitutos perfectos.

Cuando advierta la tala del Amazonas o la devastación de las selvas de Indonesia, mírese al espejo y reconozca su rol: “mientras no esté dispuesto siquiera a reemplazar el bistec por pollo los días de semana solo porque no excita con la misma intensidad mis papilas gustativas, no me puedo quejar”.

Por algo se parte.

¿Estarías dispuesto a limitar tu consumo de carne?

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Comentarios
Mauricio Melo | 2018-03-07 | 13:17
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Tengo entendido que el "efecto de gases" esta basado en estudios que fueron desmentidos hace poco, la contaminacion es alta, pero no taaan alta, por lo que lei (no tengo el link, sorry, era alrededor de un 11 a 13%), en cuanto al terreno, si, por eso algunos paises estan haciendo granjas de vacunos flotantes...
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Mauricio Melo | 2018-03-07 | 13:25
0
Cerre antes de terminar, estoy de acuerdo en que consumimos demasiada carne... en realidad, consumimos demasiado de todo.. pero como dices en el reportaje, cambiarse al veganismo no es la solucion, sino optimizar los procesos de produccion, desechos y emanaciones, generar proteinas clonadas es una buena alternativa tambien, y claro, cambiar lo mas que se pueda a sistemas electricos de produccion, en fin, tanto que optimizar.. creo que una IA podria ayudarnos con todo eso...
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Samara Neva | 2018-03-07 | 15:31
1
También escuché eso de los efecto de gases, creo que era cuando agregamos el factor humano a la ecuación, porque supuestamente la industrialización, automóviles, entre otras cosas superan por lejos el CO2 ambiental comparación con la producción de ganado, además, para alimentar a los vacunos hay que sembrar praderas, las cuales son reductoras de la cantidad de CO2 ambiental y nitrógeno del suelo procedente de los excrementos de los mismos animales. Los números de los gráficos que circulan dependen en realidad de la cantidad de variables que se agreguen, tipo de estudios y la escala a la que se realiza.

Tema aparte, no en todas las praderas para ganado se usan fertilizantes. Es cierto que el reemplazo de vacuno por aves ayuda al medioambiente, de hecho, deberíamos comer cierto tipos de carnes cierta cantidad de días a la semana por nutrición.
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Joaquín Barañao | Colaborador | 2018-03-07 | 15:43
0
Pucha Mauricio, Samara

Están incurriendo EXACTAMENTE en el negacionismo (aunque parcial, por suerte) que la columna menciona. Por eso escribí "no le hagas el quite a esta verdad incómoda escudándost en casos límite o ajustes metodológicos menores".

Fíjense en lo que están diciendo: "oí que hubo exageraciones". Claro, una noción vaga que les permite quedarse con la idea de que todo es un cuento. Pucha, busquen la fuente que quieran. Aunque un estudio específico haya exagerado las conclusiones, TODAS coinciden en diferencias enormes, lo que es de sentido común. Lo raro sería que no hubiera diferencias enormes, porque querría decir que los animales transforman cerca de 100% de lo que comen en tejidos útiles, casi sin exhalar CO2 ni perder energía en las excretas.

Bien que ambos concluyen de todas formas que es deseable disminuir el consumo, pero no abran esa fisura, porque otros se cuelgan de ahí para negarlo todo. Es como cambio climático: el 100% de la comunidad científica (sí, el 100%) está de acuerdo que es antropogénico y que es grave, pero surge un tipo a sembrar dudas y yastá, quienes querían oír eso se aferran de ahí para seguir tranquilos.

Aunque no haya precisión absoluta con los números, no hay disenso científico en esta materia.
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Mauricio Melo | 2018-03-07 | 16:56
0
Lo que hablamos es, específicamente, que no es tan contaminante, aunque sigue siendo mas ineficiente que la producción de otros tipos de carne, claro!, El problema es que estas cayendo en el absolutismo, el problema mas grave de la sociedad actual, donde el debate y la critica constructiva son silenciados en pos de (en tu caso) una buena intención, wue no deja margen a cuestionamientos, te recuerdo que antes se pensaba en que era imposible romper la barrera del sonido, pero se hizo, o que la teoría de como se distribuyó la humanidad en la tierra es solo una, cuando estudios recientes demuestran que hubo más de una forma en que se poblaron los continentes, pero no son absolutos, si no vemos con ojo crítico las aseveraciones, y no se cuestiona todo, entonces no estamos haciendo nuestro trabajo como seres pensantes, sino siguiendo un dogma cuasi religioso, por decir lo menos, independientemente de todas las buenas intenciones del mundo.. aunque insisto que estamos de acuerdo con muchos puntos, un abrazo!
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Joaquín Barañao | Colaborador | 2018-03-07 | 17:29
0
Mauricio

Las cifras no son un asunto de opinión. Los números son los números. ¿Cuál es tu fuente bibliográfica para aseverar que, tal como escribiste en el último comentario, "no es tan contaminante"? Encantado de mirar evidencia contradictoria si proviene de una fuente reputada.
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Samara Neva | 2018-03-07 | 23:59
0
Por mi parte, solo quise aportar más datos al tema sin ánimos de contradecir ni poner en tela de juicio ni refutar algo ya dicho, porque cada persona debe formar su propia opinión teniendo el abanico de información disponible. Personalmente, me gusta conocer todas las caras del dado antes de decidir, tomar opinión propia o comentar a modo de defensa en alguna postura, por lo que, si sonó como si estuviese desmereciendo el artículo, me disculpo, no era mi intención.
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Joaquín Barañao | Colaborador | 2018-03-08 | 00:47
0
Samara, nada de qué disculparse, esto es un intercambio de ideas y hay derecho a discrepar, todo bien :)
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El Sharif Ramires Provoste | 2018-03-08 | 13:26
0
Siempre los datos que uno lee hay que pensarlos un poco, pues a veces "disfrazan la verdad". En cuanto a lo de las praderas, si bien es cierto que se las utiliza pero, a costa de qué? Antes de esa pradera, hubo bosque, hubo árboles, suelo con mantillo, etc., y es exactamente eso lo que el autor del artículo nombra al decir " la tala del Amazonas" y "la devastación de las selvas de Indonesia".
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Javier Æøå | 2018-03-07 | 13:25
1
Amigos omnívoros:

Con que reemplacen la vaca/cerdo por pollo/pavo, ya están ayudando. No se trata de ser un vegano hippie pachamamámico, pero cuando somos 7.500.000.000 personas en el mundo, cada cambio pequeño empieza a sumar.
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José Wielandt | 2018-03-07 | 21:28
0
Quiero aportar algo (en el plano de lo hipotético): imaginemos que vamos a dejar, toda la humanidad de consumir vacas y sus derivados (porque metano, agua, co2, etc). Sin duda los efectos medioambientales serían muy positivos, pero... ¿qué hacemos con todas esas vacas? No podemos liberarlas o matarlas sin más, la solución es ir comiéndolas hasta que no quede ni una.

1. ¿Cuántas vacas hay en el mundo? Según la FAO en 2012 había 1.684 millones de cabezas de ganado bovino en el mundo (fuente: http://www.fao.org/ag/againfo/themes/es/meat/backgr_sources.html).

2. Las vacas pesan menos que los toros, por lo que asumamos que todos son vacas, las que pesan entre 600 y 800 kg, donde entre el 20 y el 30% de las vacas es aprovechable* (http://www.ehowenespanol.com/determinar-cuanta-carne-obtendras-vaca-como_382981/), tomemos vacas de 600 kg cuyo 25% (de su masa) es comida. Tenemos 150 kg por vaca de carne comestible.

3. 150 kg/vaca multiplicado 1.684.000.000 vacas nos da 252.600.000.000 kg de carne.

4. Ahora tomemos una población mundial de 7.300 millones de personas y quitemos 1.300 millones de personas (la población de india). Nos queda que al asado mundial asistirán 6.000 millones de personas. Ahora, ¿en cuánto tiempo acabaríamos de comer?

5. 252.600.000.000 kg dividido entre 6.000.000.000 personas nos da 42,1 kg de carne por persona. Ahora pensemos que se repartirá a cada país según su población para que a todos les toque más menos lo mismo. La carne roja no puede comerse en exceso por lo que, pensando en el caso de Chile, mantengamos la tasa de consumo anual de 24,4 kg por persona (http://www.lasegunda.com/Noticias/Economia/2014/09/963554/Consumo-record-de-carne-en-Chile-891-kilos-al-ano-por-persona).

6. 42,1/24,4 = 1 año, 8 meses y 21 días.

(*) por otra parte, la misma página habla de que es el 75% del entre 55 y 65%, lo que nos da entre un 41,25% y 49,5%. Con estos valores el tiempo que tardaríamos en acabar nuestra "cuota" asciende por lo bajo a 2 años, 10 meses y 5 días.

Finalmente, también hay que considerar que la producción de carne de vacas es sustento de muchas familias a lo largo del mundo, que tendrían que buscar otro sustento, sin tener asegurada la posibilidad de conseguirlo. Aquí surge el debate: ¿hacemos lo mejor en términos ecológicos a pesar de que muchos puedan morir o cuidamos "la economía" (al final es eso) a pesar de los graves problemas ecológicos a los que nos enfrentamos?
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Joaquín Barañao | Colaborador | 2018-03-08 | 00:41
1
Muy interesante José. Desde luego, 2 años y 10 meses es la nada misma. Entendiendo que es solo un ejercicio teórico. Es un pestañazo en términos de los grandes problemas globales. No entiendo bien cuál es tu punto.

El argumento del sustento de las familias es francamente muy débil. La producción intensiva de carne es solo una de las cientos de opciones agrícolas. Con ese criterio, alguien podría decir "pucha, no cierren las fábricas de tolueno y de asbesto, que es el sustento de cientos de familia". La economía es dinámica, evoluciona, la gente encuentra otras opciones. La sociedad no cayó en desgracia luego del cierre de las fábricas de máquinas de escribir
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El Sharif Ramires Provoste | 2018-03-08 | 13:30
0
No hay que olvidar que de las vacas también obtenemos la leche y todos sus derivados, así que no hay razón para "eliminarlas de una". Ahora bien, quizás los veganos no estén de acuerdo, pero ahí sería ya un artículo diferente...
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Javier Æøå | 2018-07-14 | 17:17
0
Recuerdo que ASAP Science tocó ese tema en un video. Espero que el idioma no sea problema: https://www.youtube.com/watch?v=ANUoAdXfA60
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Mario Cifuentes | 2018-03-08 | 11:13
1
Me gustaría dar mi opinión como Vegetariano hace más de 10 años y considero que lamentablemente el negacionismo en este tema sigue siendo brutal, por desconocimiento y falta de apertura a nuevas posibilidades.

Es imposible seguir negando el nefasto impacto que genera la producción de todo "producto" derivado de animal, desde el descalabro ambiental por la generación de contaminantes altamente nocivos para el ecosistema (como se expone muy bien en la columna), la excesiva comida que se invierte para generar menos comida (la gran paradoja), el sufrimiento animal (bandera de lucha poco efectiva pero sumamente real) y por último y donde me quiero explayar más: lo dañino de la ingesta de productos derivados de animal para la salud del ser humano.

En relación a esto último, me gustaría invitarlos a investigar y comprender que a la base de las principales causas de muerte del ser humano de estos tiempos (principalmente occidental) se encuentra el tipo de alimentación que llevamos y por su puesto el excesivo consumo de carnes, lácteos y otros derivados de animal se encuentran en la cima de los agentes contaminantes para la salud de las personas. Me gustaría invitarlos a leer el libro "Comer para No Morir" del Dr. Michael Greger, quien lleva varios años investigando el impacto de la dieta tradicional basada en derivados de animal y las conclusiones son tajantes y confirmadas por múltiples estudios que pueden conocer directamente desde el sitio www.nutritionfacts.org donde se expone toda la evidencia acumulada del daño múltiple que genera el consumo animal.

Por otra parte y creo que es lo más importante de mi reflexión, me gustaría hacerles una invitación. Hace 10 años cuando decidí dejar el trozo de carne fuera del plato era terrible encontrar opciones vegetarianas y menos pensar veganas para alimentarse. Decías vegetariano y te llegaba la ensalada con medio kilo de lechuga la mitad de un tomate, un par de granos de choclo, la mitad de un huevo y pollo....cuek!! Nadie tenía idea como cocinar vegetariano. Sin embargo, eso ha cambiado mucho hoy en día. Lo mejor es la proliferación de sitios web, tutoriales youtube etc donde han emergido millares de recetas libres de carne y derivados de animal para cocinar. Pero si no te gusta cocinar, afortunadamente en muchos lugares del mundo y Chile no es la excepción, existen muchísimas opciones para comer vegetariano y saludable. Cada día hay mas restaurantes, tiendas especializadas y ferias que promueven el consumo vegetal e incluso orgánico. Recomiendo 100% muchos restaurantes en Santiago para que los descubran y aprecien como por ejemplo: Aldea Nativa, La Fraternal, Vegan Bunker, Soju, Vegge Chef, Manatí, Quinoa, MAT, La Chakra, El Huerto, El Naturista y muchos otros que han ido generado un movimiento alucinante de salud, respeto y deleite por la buena comida.

Para terminar, me gustaría hacer un pequeño ajuste al titulo de esta columna y que esta se llame: "Tu bistec produce un impacto ambiental que te dejará helado, ¿cómo ayudar VOLVIÉNDOSE vegetariano?"
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Mario Cifuentes | 2018-03-09 | 09:11
0
Me gustaría dar mi opinión como Vegetariano hace más de 10 años y considero que lamentablemente el negacionismo en este tema sigue siendo brutal, por desconocimiento y falta de apertura a nuevas posibilidades.

Es imposible seguir negando el nefasto impacto que genera la producción de todo "producto" derivado de animal, desde el descalabro ambiental por la generación de contaminantes altamente nocivos para el ecosistema (como se expone muy bien en la columna), la excesiva comida que se invierte para generar menos comida (la gran paradoja), el sufrimiento animal (bandera de lucha poco efectiva pero sumamente real) y por último y donde me quiero explayar más: lo dañino de la ingesta de productos derivados de animal para la salud del ser humano.

En relación a esto último, me gustaría invitarlos a investigar y comprender que a la base de las principales causas de muerte del ser humano de estos tiempos (principalmente occidental) se encuentra el tipo de alimentación que llevamos y por su puesto el excesivo consumo de carnes, lácteos y otros derivados de animal se encuentran en la cima de los agentes contaminantes para la salud de las personas. Me gustaría invitarlos a leer el libro "Comer para No Morir" del Dr. Michael Greger, quien lleva varios años investigando el impacto de la dieta tradicional basada en derivados de animal y las conclusiones son tajantes y confirmadas por múltiples estudios que pueden conocer directamente desde el sitio www.nutritionfacts.org donde se expone toda la evidencia acumulada del daño múltiple que genera el consumo animal.

Por otra parte y creo que es lo más importante de mi reflexión, me gustaría hacerles una invitación. Hace 10 años cuando decidí dejar el trozo de carne fuera del plato era terrible encontrar opciones vegetarianas y menos pensar veganas para alimentarse. Decías vegetariano y te llegaba la ensalada con medio kilo de lechuga la mitad de un tomate, un par de granos de choclo, la mitad de un huevo y pollo....cuek!! Nadie tenía idea como cocinar vegetariano. Sin embargo, eso ha cambiado mucho hoy en día. Lo mejor es la proliferación de sitios web, tutoriales youtube etc donde han emergido millares de recetas libres de carne y derivados de animal para cocinar. Pero si no te gusta cocinar, afortunadamente en muchos lugares del mundo y Chile no es la excepción, existen muchísimas opciones para comer vegetariano y saludable. Cada día hay mas restaurantes, tiendas especializadas y ferias que promueven el consumo vegetal e incluso orgánico. Recomiendo 100% muchos restaurantes en Santiago para que los descubran y aprecien como por ejemplo: Aldea Nativa, La Fraternal, Vegan Bunker, Soju, Vegge Chef, Manatí, Quinoa, MAT, La Chakra, El Huerto, El Naturista y muchos otros que han ido generado un movimiento alucinante de salud, respeto y deleite por la buena comida.

Para terminar, me gustaría hacer un pequeño ajuste al titulo de esta columna y que esta se llame: "Tu bistec produce un impacto ambiental que te dejará helado, ¿cómo ayudar VOLVIÉNDOSE vegetariano?"
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María Francisca | 2018-03-13 | 02:07
0
Joaquín,
"Hoy todavía nos parece absurdo que los humanos dejemos de comer por completo carne de vacuno" qué mal comienzo ¿a quién le parece absurdo? a mi y a muchos que nos hemos podido informar sobre los daños para la salud, medioambiente y animales, no nos parece absurdo. No representas a todos.
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Joaquín Barañao | Colaborador | 2018-03-15 | 13:58
0
Francisca

Primero, aclarar que esa frase no es mía. Es la bajada que escribió el equipo de El Definido. Segundo, por supuesto que no represento a todos. Cuando uno escribe una columna está explicitando que es su opinión y nada más que la suya, y uno puede concordar o discrepar.
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Joaquín Barañao | Colaborador | 2018-03-15 | 14:11
1
Pero te encuentro razón. No es para nada absurdo
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María Francisca | 2018-03-16 | 09:46
0
Entiendo que es una columna, pero esa frase no es una opinión. Pero bueno, fue la bajada que le dieron los editores.
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Joaquín Barañao | Colaborador | 2018-03-16 | 10:04
0
Francisca, ahí lo modificaron :)
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