¿Cuál ha sido la mayor dificultad que has tenido en tu vida? ¿Te acuerdas cómo actuaste aquella vez? Más allá del hecho en sí, lo importante es cómo enfrentaste esa experiencia adversa y qué aprendiste para tu vida a partir de ella.

El terremoto que afectó a la zona norte de Chile es un ejemplo, pues fue un hito para la vida de muchas familias que se vieron afectadas. En Arica e Iquique, se organizó la conferencia Cómo mantenerse motivado en la adversidad, donde participaron Felipe Orrego, experto en sicología positiva y el destacado montañista, Claudio Lucero. En esta invitación de Caja Los Andes, dieron consejos que no sólo fueron útiles para las personas que vivieron el terremoto este abril, sino para que todos sepamos cómo enfrentar mejor cualquier situación adversa de la vida. El foco principal fue la resiliencia... ¿La qué? 

La resiliencia es la capacidad de enfrentarse a los obstáculos y salir adelante rescatando un aprendizaje. De forma más simple, poder sobreponerse a la adversidad con motivación. 

Un fracaso que tuvo en la montaña, fue la historia de Claudio para explicar que las frustraciones no nos deben hundir y tampoco los éxitos nos deben envanecer. Su mensaje para todos fue: "Que se pongan desafíos y que se saquen la cresta por lograr lo que quieren. Conozco mucha gente frustrada que no ha logrado lo que querían, porque al primer cambio se dieron por vencidos… Nunca se den por vencidos". 

Hablamos también con Felipe y nos explicó qué es lo que debemos tener en cuenta para desarrollar esta capacidad de no sucumbir ante los problemas.

- Elige qué batallas pelear y asume que no controlas todo

Hay que pensar en qué estamos gastando nuestros esfuerzos ¿Qué batallas hay que dar y qué otras no? Se trata de ser práctico y distinguir en qué situaciones conviene dar la pelea: "Desde chico te enseñan que hay que pelearlas todas, pero uno tiene que ser súper selectivo y dar las batallas que uno tiene posibilidades de ganar, principalmente enfocándose en un objetivo, en una solución". 

Hay algunas que no valen la pena y por eso es importante evaluar el costo, ya que no es bueno gastarse en algo que no tenemos cómo cambiar, explica. Este tipo de batallas son principalmente las que se relacionan con las cosas que no controlamos. ¿Por qué nos preocupamos tanto con asuntos que no dependen de nosotros? Haz una lista con las cosas que te quitan el sueño y verás que hay varias que deberías tachar.

Por seguir el ejemplo, los terremotos. En ese caso, no hay nada que pelear contra una fuerza natural incontrolable, pero lo importante es enfocarse en la forma que vamos a actuar después. "Nos debemos centrar en la solución, pero no en el hecho mismo, que no depende de nosotros". Felipe explica que hay ciertas cosas que tenemos que ser capaces de aceptar y otras de trabajar: lo que no podemos modificar es parte del "rango fijo", y en esos casos no sirve dar batalla, porque restamos energía y tiempo. 

Además es fundamental la manera de ver las cosas cuando no dependen de uno: hay que concentrarse en las fortalezas y no en las debilidades. Una familia que es resiliente ante alguna adversidad, después de un terremoto por ejemplo, va a agradecer muchas cosas (estar vivos, haberse encontrado con sus familiares, recibir ayuda), en vez de fijarse solamente en la desgracia y todo lo que le falta. De esa manera le va a ser mas fácil levantarse. En cambio la gente que se echa a morir, una reacción que obviamente es entendible, tendrá mucho más dificultades para levantarse y seguir adelante. No se puede enfrentar la adversidad sin ver el lado bueno de las cosas. 

- Deja de creer que eres inmortal

Tenemos que entender que nos vamos a morir. Suena pesimista, pero es todo lo contrario, porque cuando asumimos esa realidad aprovechamos mucho mejor la vida. "Lo que dejamos de hacer hoy día, puede que no lo podamos hacer después. Tenemos la noción de que vamos a vivir para siempre, tendremos a nuestros hijos para siempre, trabajo para siempre, pareja para siempre… Pero si uno pensara que la situaciones pueden cambiar,  aprovecharía mejor lo que tiene y agradecería más". 

No es pensar todo el día en la muerte, asegura Felipe, sino que aprender a valorar lo que se tiene y no dar todo por sentado, porque siempre es un regalo. Nada es eterno. Eso permite que cuando aparezcan grandes obstáculos, uno no se "eche a morir", no se rinda fácilmente y considere los hechos como una nueva oportunidad. 

- Acepta el miedo y sal de tu zona de confort

Para lograr desarrollarse en la vida, modificar ciertas conductas y alcanzar un mayor bienestar, hay que ser capaz de salir de la zona de confort. ¿Qué es eso? El lugar o situación donde nos sentimos cómodos, donde no hay que esforzarse demasiado y donde hay certezas. En la adversidad este espacio se traduce en sentirse víctima, indefenso, incapaz, porque el miedo paraliza las ganas de intentar algo después de haber sufrido un problema. 

Pero si uno quiere lograr cambios, hay que ser capaz de salir de ahí, explica Felipe. "Hay que atreverse, arriesgarse, dejar el miedo de lado". Y para que el miedo no nos paralice, aclara que no hay recetas, cada persona lo vive diferente según su historia y personalidad. Pero lo principal es tener claro que hay que dar el salto: evaluar la posibilidad de salir de la comodidad, modificar la conducta, teniendo presente que a fin de cuentas, el bienestar personal es responsabilidad de uno, no de otros.  

"Es imposible cambiar, modificar, evolucionar, si no nos atrevemos. Si vivimos con miedo no vamos a lograr el bienestar, tenemos que ser capaz de aventurarnos. Podemos equivocarnos, pero ¿qué es mejor a fin de cuentas? ¿atreverse o no atreverse?" 

¿En qué situaciones te has sentido orgulloso de tu capacidad de superación?