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Imagen: Zomba Prison Project

De presos de máxima seguridad a nominados al Grammy: la historia de Zomba Prison Project

Son hombres y mujeres africanos que viven hacinados en una cárcel polvorienta que la mayoría nunca podrá abandonar. También son los últimos nominados para el premio más importante de la industria musical.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2015-12-11 | 17:00
Tags | África, música, libertad, cárcel, Grammy, prisión, disco
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El país es Malawi, un pequeño territorio sin acceso al mar situado en el sureste de África, con las tasas más altas de mortalidad infantil y prevalencia de SIDA. El lugar es Zomba, una cárcel de máxima seguridad construida en el siglo XIX para alojar 340 prisioneros, pero que hoy retiene entre sus polvorientos y centenarios muros de ladrillo a más de 2 mil.

Allí conviven en hacinamiento hombres y mujeres cuya sentencia más común es la cadena perpetua. Asesinato, robo, asalto, son los crímenes más frecuentes, aunque también se cuentan casos de brujería, homosexualidad (aún es ilegal) o simple burocracia.

Es aquí, en un lugar que no dista mucho de las descripciones bíblicas del Infierno, donde residen de forma permanente 70 prisioneros, quienes, agrupados bajo el colectivo Zomba Prison Project, fueron nominados recientemente a los Grammy 2016.

El rescate de las voces que nadie escucha

Zomba Prison Project es quizá el trabajo más importante hecho por el productor estadounidense Ian Brennan, y competencia no le hace falta. Flea (de Red Hot Chili Peppers), Fugazi y Green Day, se cuentan entre sus clientes, que se suman a tres discos ganadores del Grammy en los que ha participado, además de ganar uno propio por su trabajo de productor.

¿Y cómo llega un ganador del Grammy a un olvidado país de África? La conexión se explica por un proyecto que Brennan inició junto a su esposa hace varios años, que busca rescatar las voces del continente negro en su idioma original.

"Quería no solo darle voz a la gente que no es escuchada o que no son representadas internacionalmente, pero también llegar a lo más profundo de la gente menos escuchada y menos representada en estas poblaciones", dice Brennan.

Ruanda, Sudán del Sur, Kenia y Argelia, son algunos de los lugares por los que han pasado, grabando y acompañando con música las voces de historias tan chocantes como The Good Ones, un trío de sobrevivientes del genocidio en Kenia; o Malawi Mouse Boys, un grupo de jóvenes que se ganaba la vida asando ratas.

"Mi creencia es que casi todo el mundo es musical y creo que la gente que es menos escuchada tiene incluso más que expresar, potencialmente", agrega.

En 2013, llegaron a la cárcel de Zomba, en Malawi, donde darían forma, en apenas dos semanas, a su proyecto de mayor envergadura. A cambio, Brennan, un experto en control de ira con décadas de experiencia, se comprometió a ofrecer clases a guardias y prisioneros.

Música y libertad: "I Have No Everything Here"

Dos semanas, unos 70 prisioneros involucrados y el estudio menos esperado del mundo: una cárcel. Brennan debió amoldarse a las condiciones y requerimientos tanto de la administración como de los propios prisioneros, quienes ya tenían una idea bastante concreta de lo que querían lograr.

"Hay una importante diferencia entre los lados masculinos y femeninos de la prisión. Los hombres tienen una banda organizada y eran muy particulares sobre cómo querían ser grabados. Las mujeres, por otra parte, están sin instrumentos –excepto por tambores hechos de baldes– y dicen que no escriben canciones", recuerda el músico y terapeuta.

Afortunadamente, luego de que una de las mujeres se atreviera a cantar, "fue como si las compuertas se hubiesen abierto". De las 20 canciones que componen el disco I Have No Everything Here, 18 fueron compuestas por los mismos prisioneros, y todas en su lengua aborigen, el chichewa (aunque los títulos están en inglés).

En los títulos ("Por favor, no mates a mi niño", "Veo a todo el mundo morir de SIDA", "Tomar mi vida", "No mataré más") se observa la huella de las historias de estas decenas de prisioneros; en las voces, aunque no se entiendan, se siente el remordimiento, la ira, tristeza e incluso alegría de sus destinos.

Hace algunos días, los Premios Grammy incluyó el disco entre sus nominados en la categoría Música del Mundo, un caso inédito para el pequeño país africano. "Es un gran logro. Estoy muy feliz por los prisioneros y realmente sorprendido", comenta al respecto Brennan.

Aunque ganar el premio en la ceremonia del 15 de febrero de 2016 supondría un gran reconocimiento para este grupo de malauíes, no se compara con otra consecuencia del proyecto: Gracias a la atención generada por Zomba Prison Project, tres de sus miembros se han liberado de sus sentencias (recordemos que hay prisioneros por simples demoras burocráticas) y los casos de otros tres prisioneros están siendo revisados gracias a los fondos conseguidos por el disco.

"En un mundo ideal, la esperanza es que algo como esto pueda llevar a futuras oportunidades para las personas", comenta Brennan.

¿Conoces otros proyectos musicales que rescaten voces no escuchadas?

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Comentarios
Miguel Ángel Cortés Vidal | 2015-12-14 | 14:33
0
Me siento mal por estar convencido de quienes cantan son en verdad los minions de Gru...

Bromas a un lado, la historia es inspiradora y la música, aunque no puedo decir que sea de mi gusto, es muy interesante.

Buen artículo.
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