Muchas listas se han hecho en distintos medios de comunicación internacionales con los restaurantes más raros del mundo, pero Chile no aparece nunca en ellas. Al parecer, en términos gastronómicos aún somos más tradicionales.

Poco a poco, sin embargo, han ido apareciendo locales más extravagantes, con propuestas nuevas y distintas. Y ahora sí podemos decir que nuestro país tiene pocos, pero interesantes, restaurantes raros, y para todos los gustos.

¡Conócelos a continuación!

Listos para la guerra naval

Todos han escuchado acerca de los vikingos, esos aguerridos hombres nórdicos que conquistaban tierras y viajaban por altamar. Los vikingos se alimentaban principalmente en base a carne y pescado, además de cultivar sus propias verduras. La caza formaba parte importante de su vida social, y preparaban su propia cerveza y pan.

¿Cómo sería si uno de ellos nos invitara a comer? Tal vez nos sentaríamos en sillones cubiertos de pieles, con armaduras y armas de guerra alrededor. Quizás al caminar nos encontraríamos con un par de esqueletos de sus enemigos. Bueno, hoy en el restaurant Los Vikingos todo esto es posible.

Puntuado con 3.6 sobre 5 por los usuarios de Zomato, en este restaurant ubicado en pleno Barrio Brasil es posible disfrazarse de vikingo, sentarse en un trono, encontrarse con esqueletos y ¡comer como guerrero!

Hay tragos de Buri y vinos de Odín, además de entradas para compartir Freija y un rincón de Thor con baby ribs y entrecot. Dirección exacta: Ricardo Cumming 174, Santiago Centro.

¿Adicto a los videojuegos?

Los fanáticos de los videojuegos ya no tienen excusa para no salir de sus casas, porque para ellos existe un bar gamer que la está llevando en Santiago. Con 14 módulos de consolas y máquinas arcade en su local de Ñuñoa y 11 en Providencia, y entrada liberada, ahora existe un lugar en el que es posible jugar Súper Nintendo, Play Station 3, Nintendo 64, Wii U y Xbox 360, mientras se toman tragos inspirados en conocidos juegos.

Se trata del restaurant Insert Coin, ubicado en Cirujano Guzmán 39, Providencia, y puntuado por los usuarios de Zomato con 3.7 puntos sobre 5. ¿Se te acabaron las vidas en el juego? Pide una Poción de Vida (HP): pisco doble destilado, drambuie, vino rosé, pulpa de frambuesa y maracuyá. ¿O qué tal un Crash Bandicoot?: Blue Curaçao, licor de banana y cerveza rubia. Para los más románticos también hay pociones de amor: Absolut Vainilla con Amaretto, crema de coco y jugo de frambuesa.

Y como no podía faltar la comida, ¿qué tal una hamburguesa Mario? Esta hamburguesa de la casa de 200 gramos tiene pepinillo, salsa de queso azul, cebolla caramelizada y un dúo de mostaza dulce y antigua. O se puede optar por una Pikachu, hamburguesa algo más pequeña, con queso cheddar, lechuga, tomate y ketchup.

Para los que quieren comer algo más liviano, siempre se puede pedir una ensalada Venusaur, Magikarp, Blastoise o Charizard (sí, todos son nombres de pokemones), además de otra gran variedad de platos y tablas.

El uso de las consolas viene incluido con el consumo, pero el tiempo depende de qué tan lleno esté el local y de si se está consumiendo o no. Se le pide a la gente que lleva mucho rato jugando sin consumir, que le den la oportunidad a otros. Los arcade son con fichas. Los martes se hacen torneos de consola.

El restaurant también tiene un local en Avenida Irarrázabal 1920, Ñuñoa, (que de hecho es el original) con nota 3.8 sobre 5.

Comida militar

No es que queramos generar controversia, pero en la lista de restaurantes raros creemos que no puede faltar Lili Marleen, porque se trata nada más y nada menos que de un restaurant militar. Sí, suena extraño, pero para ilustrar el concepto ¿conocen el bar The Clinic? Bueno, este lugar es como su antítesis.

Lili Marleen es el nombre de una marcha militar alemana, y define perfectamente lo que se encuentra en este local: comida alemana y ambiente militar. La entrada se encuentra siempre protegida por una reja, que solo se abre para que la gente (previamente avisada por un guardia), pueda entrar o salir.

Las paredes están repletas de fotos de Pinochet en múltiples trajes y poses, e incluso hay una maqueta con una recreación de su funeral. De música se escuchan marchas e himnos alemanes.

Puntuado con nota 4.2 en Zomato, y ubicado en Julio Prado 759, Providencia, en este restaurant sacar fotos está estrictamente prohibido y dicen que la comida (sobre todo el crudo) es espectacular. Obligatorio también probar el lomo kassler y las salchichas alemanas o la fricandela, junto a un buen shop. No apto para vegetarianos.

¡Bienvenidos a bordo!

¿Te has preguntado alguna vez cómo comían los piratas? La verdad… no muy bien. En sus barcos solía escasear la comida, las frutas y verduras quedaban en mal estado rápidamente y las condiciones de almacenamiento no eran las mejores. Sin embargo, ¡comían sobre sus barcos! Algo que, para varios, suena suficientemente atractivo.

No es fácil comer al vaivén de las olas, pero curiosamente en Santiago es posible hacer algo muy similar, sin marearse y sin estar en altamar. Esa es la propuesta de Ocean Pacific’s, puntuado con nota 3.7 sobre 5 por los usuarios de Zomato, y cuyo local recrea un barco pirata.

Con una decoración única, aquí es posible comer pescados y mariscos sentado en la cabina del capitán ¡o bajo la espina dorsal de un cachalote! El local hoy es un museo-restaurant que posee más de 4 mil metros cuadrados y cuyo buque madre está ubicado en Ricardo Cumming 221, Santiago Centro.

La Nueva Vecindad del Chef

¿Quién siendo chico no vio el Chavo del 8? “¡Qué bonita vecindaaad, qué bonita vecindaaad! ¡Es la vecindad del Chavo! (eso, eso, eso, eso) ¡No valdrá medio centavo, pero es linda de verdad!”. ¿Te suena?

Resulta que la Vecindad del Chavo ahora está en Santiago Centro (Blanco Encalada 2131), es un restaurant, y se llama ¡La Nueva Vecindad del Chef! El dueño, Juan Pablo Pla, fue siempre fanático del programa y decidió crear el restaurant con un ambiente familiar. Hace 2 meses remodeló el lugar y la carta de comida, que ahora tiene un toque más gourmet.

EnLa Nueva Vecindad del Chef es posible encontrar dedos de Chavo (camarones ecuatorianos envueltos en finas láminas de lomo liso salteados); pedir una Ñoño burger (hamburguesa de pollo con tocino), o el plato del Sr. Barriga (una especie de chorrillana en base a papas fritas, carne de vacuno, pollo y choricillos salteados en salsa dulce). Para acompañar la comida, nada mejor que un profesor Jirafales (grifo de 1.5 litros de cerveza).

La casa que hospeda el restaurant se divide en distintos salones que recrean la vecindad: en el primero está la casa de Don Ramón, la Bruja del 71 y Doña Florinda; y un segundo espacio alberga el patio de la vecindad. El Chavo y el profesor Jirafales, en figuras a tamaño real, se pasen entre los salones mientras los comensales comen, y en las paredes se puede ver a la chilindrina llorando en una pared, o a doña florinda colgando ropa.

¿Conoces más restaurantes raros para agregar a la lista?