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Imagen: César Mejías

¿Cómo comenzar un diario de sueños? Llevarlo podrá ayudarte a entender qué sobra o falta en tu vida

¿Alguna vez habías pensado que anotar tus sueños detalladamente puede ayudar a mejorar aspectos de tu personalidad o conflictos personales? Aquí te contamos por qué y algunos datos para animarte a hacerlo.

Por Maria Paz Larrondo | 2019-05-17 | 11:53
Tags | diario de sueños, psicología, emociones, sueños, dormir
“Un diario de sueños es una fuente invaluable de información sobre sus preocupaciones, actividades y relaciones más importantes en el mundo de vigilia” (Kelly Bulkeley, psicólogo).
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¿Sueñas por las noches? ¿Te cuesta recordar su contenido? Cuando los recuerdas, ¿te parecen indescifrables? ¡No te preocupes, a todos nos pasa! Increíblemente la mayoría de las personas mayores de diez años sueñan entre cuatro y seis veces cada noche.

Aunque no se sabe por qué exactamente, se dice que cinco minutos después de un sueño, las personas han olvidado el 50% de su contenido, aumentando a 90% otros cinco minutos más tarde. Un poco rápido, ¿o no?

Para que esto no nos suceda y realmente podamos sacarle el jugo a nuestros sueños -utilizándolos como herramientas para entender mejor nuestra personalidad, ser más creativos y comprender nuestras emociones y carencias- muchos psicólogos recomiendan llevar un diario de sueños. ¿Cómo hacerlo? 

Nuestro subconsciente se expresa

A pesar de lo difícil que es recordar un sueño en su totalidad y con precisión, son muy importantes, tal como se señala en Lifehack. Tienen un vínculo con nuestro desarrollo mental, y nos pueden decir mucho sobre nuestros aspectos emocionales. ¿Qué quiere decir esto?

Todos almacenamos en el subconsciente nuestras experiencias y estas dan forma a la percepción del mundo que nos rodea y cómo nos sentimos ante él. Cuando soñamos todo esto sale a flote, pero no de cualquier forma…

Quizá nos hemos dado cuenta que las habilidades que desarrollamos al estar despiertos, en los sueños son considerablemente más fuertes, esto pasa porque cuando dormimos se magnifican las experiencias de vigilia.

Por raro que parezca, la mente consciente en general no puede distinguir la diferencia entre realidad y un sueño, sin embargo, estos no son réplicas exactas de nuestra vida real. Lo que hacen es procesar emocionalmente la información y utilizarla como una especie de guía en la selección de los eventos y experiencias que aparecen mientras soñamos, que a fin de cuentas son un reflejo de lo que nos pasa y cómo experimentamos el mundo en general.

Lo que soñamos está estrechamente relacionado con nuestras funciones cognitivas, emociones y experiencias de nuestra vida diaria. Cada sueño entrega información sobre patrones de personalidad, tendencias de relación, conflictos personales y problemas en nuestra vida de vigilia.

Muchas personas durante las noches tienen las conocidas pesadillas, que incluso pueden llegar a ser repetitivas y durar años. Esto porque incluso aunque tratemos de reprimir las emociones durante el día, saldrán del inconsciente cuando durmamos. Por eso, si queremos entender y mejorar nuestra salud mental, una efectiva forma de hacerlo es abordando las experiencias que forman parte de nuestros sueños. ¿Cómo es una buena forma de hacerlo?

¡A través de un diario de sueños! Sí, a través de este podemos registrar y analizar las experiencias que tenemos mientras dormimos, lo que nos ayudará a reconocer rasgos, emociones y acciones. Al hacer un seguimiento de los sueños y de nuestro estado de ánimo, podemos estar más al tanto de cómo procesamos nuestros días y quizá también hacer alguna mejora necesaria.

“Un diario de sueños es una fuente invaluable de información sobre sus preocupaciones, actividades y relaciones más importantes en el mundo de vigilia”, señala el reconocido psicólogo Kelly Bulkeley.

Paciencia y dedicación

Si tenemos ganas de partir un diario de sueños, debemos tener en cuenta algunas cosas. Primero, lo más importante es dejar una agenda en la que nos acomode escribir (y que usemos solo para esto) y un lápiz al lado de tu cama, la idea es que sean de fácil acceso. De esta forma, podremos escribir de inmediato todo lo que recordemos cuando despertemos con un sueño en mente. Da lo mismo si está mal escrito, ¡podemos transcribirlo después!

Sin embargo, cuando decidamos empezar un diario de sueños, debemos tener paciencia y partir por lo poco que recordemos, al principio puede costar, pero no hay que desesperar. Si nos damos el tiempo para hacerlo, después se transformará en un hábito.

¿Y qué pasa si no recordamos un sueño hace varias semanas? ¡No importa! Partamos con los sueños antiguos que sí recordemos, no importa si fueron hace mucho tiempo o si son fragmentos o imágenes. Ideal si luego aparecen algunos de la infancia.

Otro consejo es suspender todos los juicios morales sobre lo que ocurrió en el sueño. Esto porque la mayoría de las veces tienen el hábito de ser socialmente inaceptables, lo cual es probablemente una de las razones por las cuales son difíciles de recordar en primer lugar. ¿Estábamos sin ropa en medio de la ciudad? ¿Hubo sexo desenfrenado? ¿Nos orinábamos en la oficina? Todo entra en el mundo de los sueños y no hay tapujos. A veces las cosas son simbólicas. ¡No te asustes!

No olvidemos tampoco poner atención a los sueños recurrentes, estos son fundamentales porque proporcionan un excelente punto de entrada para un estudio de los temas y patrones del sueño a largo plazo. Intentemos notar si hubo transformaciones en la “serie de sueños”, es decir, entre la manifestación de una de estas historias repetitivas y otra. Para ello, es fundamental que desde que comencemos el diario, registremos nuestros sueños con regularidad.

¡Aquí los tips!

Bueno si aún estás confundido o confundida, y no sabes cómo partir o cuál es la mejor manera de hacerlo, aquí van unos consejos prácticos:

  1. Antes de dormir escribe sobre tu día, anota a quién viste o con quién hablaste, a dónde fuiste, qué hiciste, cuál fue el evento más cargado emocionalmente del día o cómo te sientes. Esto te ayudará a darte cuenta del estado emocional en que te encuentras.
  2. Cuando despiertes anota algunos datos básicos como la fecha, el lugar donde dormiste físicamente, la hora a la que te acostaste y levantaste. Esto porque las condiciones del sueño también importan, así que si no recuerdas el contenido, tendrás por lo menos esa información.Además, la fecha sirve para ver en perspectiva el sueño y relacionarlo con algún período emocional que hayas estado pasando. Pero también es ideal que incluyas una evaluación subjetiva general del sueño (dormí bien, mal o regular) y cómo te sientes.
  3. Al momento de abrir los ojos en la mañana, no te muevas inmediatamente e intenta recordar lo que estabas soñando sin distracciones. Luego anota palabras claves y después todo lo que puedas recordar con detalles: el entorno, las personas, las acciones, incluido lo que pensaste o sentiste. Si no tienes tiempo, lo puedes narrar más tarde, aunque la idea es que durante el día no se “limpie la historia”.
  4. Narra en primera persona y en presente hasta lo que parezca trivial, porque muchas veces es lo más significativo y podrás identificar emociones que no son tan evidentes cuando estás despierto. No importa si son recuerdos vagos, solo intenta describir lo mejor que puedas. A lo largo del tiempo pueden ser fuente importante de información.  
  5. Realiza preguntas abiertas para saber cómo te sentías y las emociones que te invadieron durante el sueño. Así podrás explorarte a ti mismo de una manera más profunda, examinar recuerdos, pensamientos y asociaciones, así como los elementos del sueño y sus áreas de posible desarrollo.

    Aquí te dejamos cuatro preguntas recomendadas por el mencionado psicólogo Bulkeley:

    - ¿Cuál es la parte más extraña de este sueño?
    - ¿Quiénes son los personajes y cómo interactúas con ellos?
    - ¿Qué emociones aparecen en este sueño y cuándo surgen?
    - ¿Qué tipo de realidad te es revelada en este sueño?

  6. Dale un título a cada sueño. Es una forma de plasmar en una frase o imagen algo importante sobre el sueño y lo que implicó para ti, además esto hace que sea más fácil referirse a los sueños y revisarlos en serie en busca de hilos de significado recurrentes.
  7. Repasa lo que escribiste la noche anterior y relaciónalo con el sueño que acabas de tener. Busca cualquier tipo de asociación del día pasado en el sueño. “El residuo del día” es importante, porque el inconsciente está vinculando los eventos que sucedieron con algo que ya está almacenado en la memoria.

Los mejores intérpretes somos nosotros mismos

Sin duda tener un diario de sueños nos servirá para hacer un seguimiento de estos, rastrearlos y estudiarlos a lo largo del tiempo. Por eso es importante que trabajemos para desarrollar los temas y sentimientos que surgen.

Si ya partimos escribiendo una historia, pero aún no podemos recordar bien y es muy fragmentada, ¡no hay que preocuparse! Con el tiempo nuestra capacidad irá mejorando y el contenido irá creciendo en profundidad, y podremos crear una especie de red de conexiones significativas que irá evolucionando. De esta manera, podremos apuntar a aspectos de nuestra vida que requieren atención adicional. Pero lo más importante: no olvidemos concentrarnos en los sentimientos que experimentamos, ya que son una fuente valiosa de información de nuestro mundo interior.

Los sueños nos hablan desde nuestro inconsciente y aunque muchas veces no son literales, tienen muchos mensajes importantes. Nadie sabe mejor y con más precisión quiénes somos que nosotros mismos. La forma en que interpretamos nuestros sueños también revela nuestras creencias, carencias, actitudes y percepciones, no solo los sueños en sí.

Si bien dimos algunos consejos, busquemos lo que más nos acomode personalmente para llevar un diario. Ya sabemos que tener uno hará que tengamos una mente más sana y en paz. Y si se nos hace imposible escribir todos los días, podemos usar una grabadora. ¡Opciones hay!

¿Tienes un diario de sueños? ¿Qué consejos te gustaría compartir?

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