familia, tiempo, descanso, ocio, felicidad, prioridades, tiempo libre, vacaciones

Necesito perder más el tiempo

El Barbón llenó su fin de semana de actividades en familia, pero sintió que faltó lo más importante: Darse el tiempo de disfrutar a los suyos.

Por Alfredo Rodríguez @AlfreoRodriguez | 2013-08-20 | 09:15
Tags | familia, tiempo, descanso, ocio, felicidad, prioridades, tiempo libre, vacaciones

Todavía no me recupero de este fin de semana largo. Tuve cuatro días para descansar (gracias a San Guchito) pero quedé peor. Parecía que teníamos tanto tiempo, que con mi señora planificamos miles de panoramas familiares entretenidos: cine, plaza, cafés con amigos, almuerzos familiares… ¡uf! Pero a pesar de que pasamos todo el fin de semana juntos, en familia, sentí que no tuve ni un segundo de calidad para estar con ellos. ¿Cómo puede ser que, haciendo tantas actividades entretenidas en familia, siento que el tiempo se me fue de las manos? 

¿En qué se me fue el fin de semana?

Reviso el itinerario y estuvo de lujo. Si hasta pude ir al cine dos veces ¡dos veces! Eso, en la vida de un cinéfilo padre de dos niñas pequeñas, es casi como ir a Disneylandia. Irónicamente, en ambas ocasiones sentí que fui corriendo, que no pude disfrutar la película con tranquilidad. No llegamos tarde a comprar las entradas y tampoco me perdí ni un minuto de película, pero por alguna razón las escapadas al cine parecieron un panorama fugaz. Por otra parte, uno de los momentos más disfrutados del fin de semana fue una mañana que pasamos conversando en una plaza mientras las niñitas jugaban. ¿Qué diablos me pasa? ¿Acaso ya no me gusta el cine? ¿Estoy a un paso de salir a tirar migas a pan a las palomas?

La clave está en el cómo.

¿Por qué no disfruté mis escapadas al cine? Me pregunto qué hubiera podido cambiar en ambas ocasiones y la respuesta surge de inmediato: el regreso a la casa. Las dos veces que salimos a ver películas teníamos el tiempo justo, el suficiente para ver la película pero nada más. Y ahora me doy cuenta que faltó mi parte favorita del paseo: el sentarnos a analizar la película. Es la parte que más disfruto, porque se trata de una conversación que siempre parte de la crítica de cine, y que termina en pensamientos filosóficos sobre la vida y el mundo. Es algo que no pude tener esta vez, debido a lo apretada de nuestra agenda, pero que encontré en otro momento del fin de semana: la mañana que pasamos en la plaza.

Menos es más.

Es irónico que uno de los puntos altos del fin de semana sea una mañana perdida: teníamos que hacer tiempo para que llegara la hora de almuerzo y nos fuimos a la plaza a esperar.

Siempre se habla de pasar tiempo de calidad en familia, pero nadie dice cómo debe ser ese tiempo para que realmente sea de calidad. Como papá siento que tengo que aprovechar los fines de semana para hacer panoramas con mis hijas y con mi señora organizamos miles de actividades para ellas. Como marido me pasa lo mismo, y cada vez que tenemos un momento libre tratamos de aprovecharlo al máximo. Pero ahora que lo pienso, mientras más actividades nos proponemos, pareciera que menos las disfrutamos.

Eficiencia ineficaz.

Vivimos estresados y con la constante sensación de que tenemos poco tiempo y la lógica nos dice que tenemos que aprovecharlo. El problema es que tenemos la idea que para aprovecharlo tenemos que ser eficientes. Olvidamos que la eficiencia es un parámetro propio del trabajo, pero que no necesariamente es positivo a la hora de recrearse. Es contra intuitivo, pero el “tiempo de calidad” en familia es más parecido a “perder el tiempo”. Esto se debe a que su riqueza se encuentra en esos momentos de ocio. Esos espacios de silencio que dan para hacer la pregunta que normalmente no hacemos porque no es necesaria, o que permite conversar ese tema que no es urgente pero sí importante.

Todos sabemos que descansar y compartir con la familia y amigos es importante, pero olvidamos es que a las cosas importantes hay que dedicarles tiempo. Como los fines de semana se hacen cortos, cuesta dedicarle a las cosas más del tiempo estrictamente necesario. Pero si somos menos ambiciosos y priorizamos el hacer sólo aquello que es más importante, quizás entonces los fines de semana dejen de parecernos tan cortos, pues dejaremos de gastarlos y comenzaremos a disfrutarlos.

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Comentarios
Melissa Amaro P. | 2013-08-20 | 09:58
7
¡Muy buena columna! Me hizo recordar las mañanas en que, cuando chica, iba a la pieza de mi mamá a flojear, ver tele y compartir con ella. No era "productivo", pero sí entretenido =D
Y también me siento mejor por todos esos fines de semana que pasé leyendo en cama, jaja.
Saludos!
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Sebastián Berríos | 2013-08-20 | 09:59
5
Uta que tienes razón!!
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Verónica Rodríguez | 2013-08-20 | 10:16
3
Totalmente de acuerdo! Yo odio correr todo el fin de semana de panorama en panorama porque termino agotada! Prefiero hacer una o dos cosas, y compartir con calma, con tiempo, disfrutar no de verse, sino de estar con el otro...
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gif Comentario destacado por El Definido
María José Pino Pérez | 2013-08-20 | 10:22
2
Es sentido común, pero se nos olvida, gracias por recordarnos que es bueno el ocio!!! muy buena columna.
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Marco Canepa | Editor | 2013-08-20 | 10:23
5
Me pasan cosas contradictorias.

Por un lado, cuando paso el fin de semana haciendo cosas (no necesariamente "salir", pero aprovechar el tiempo en actividades), pasa volando, pero al mismo tiempo, siento que fue más largo y quedo más satisfecho. Cuando lo paso todo el día en la casa, por el contrario, como que esa homogeneidad lo hace carecer de "momentos" y luego siento que voló.

Por otro lado, sí me pasa lo que dices: Si hago todo corriendo y más preocupado de "marcar tarjeta" en cada actividad, que de verdad vivirla, es que en verdad no es una experiencia satisfactoria. Eso me ha pasado viajando, en que por querer hacer muchas cosas en un día, finalmente siempre estoy más pendiente de cuándo hay que irse a la otra actividad (y enojándome cuando voy atrasado) que disfrutando lo que estoy haciendo.

Los budistas (y en general, todos los que tienen una filosofía de la felicidad) insisten mucho en la importancia de ESTAR mentalmente donde uno está. Puedes estar físicamente en un lugar, pero tu cabeza estar en otra, pensando en lo que viene o lo que pasó. A veces me sorprendo de cómo, estando en un lugar, repentinamente me doy cuento que no he escuchado nada de lo que me han dicho. En la era del "multitasking", ESTAR se ha vuelto un talento difícil de conseguir.
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Paper Luis | 2013-08-20 | 11:57
5
La filosofía del ocio: Como disfrutarlo a concho sin sentirse mal.
Es rico hacer nada... es rico sentir como pasa el tiempo al lado de los que quieres mientras ellos también están disfrutando de la vida.
Cuando uno "planifica" los días libres lo que hace es ponerle reglas justamente a lo que no debe tener reglas. Uno todo el día en el trabajo debe hacer caso a las distintas tareas que nos tocan realizar, planificando el día, teniendo plazos de entrega, contestando correos, apagando incendios, etc. ¿Hacer lo mismo en un los días libres? No gracias.
Con mi esposa tratamos de hacer cosas diferentes los fines de semana (No siempre resulta cuando tienes al hijo), pero a lo menos redujimos las cosas planificadas al mínimo: Ir a la feria el sabado AM, pasar a la carnicería AM y luego de eso... vemos que hacemos.
Muchos fin de semana, incluyendo largos y cortos, los pasamos solo en casa... jugando y haciendo cosas entre los tres. Otros días nos vamos de caminatas eternas, donde ninguno de los tres almuerza... sin algún destino. Otras veces nos quedamos pegados viendo fútbol por TV... Depende del día, vemos lo que queremos hacer... y lo hacemos.
La gracia está en disfrutar lo que haces y no obligarte a hacerlo por hacerlo.
Como dice el verbo To Be , ser y estar, simultáneamente.
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