Chile, educación, mapudungun, turco, cultura
Imagen: Gojko Franulic

El colegio intercultural que enseña turco y mapudungun

En uno de los sectores más riesgosos de Lo Prado, la escuela básica Mustafa Kemal Ataturk rompe todos los esquemas educativos: destina varias horas de la semana a enseñar la cultura turca y mapuche. ¿Por qué eligieron estas culturas? ¿Cuáles son sus resultados?

Por Jonathan Mardones | 2015-08-21 | 11:00
Tags | Chile, educación, mapudungun, turco, cultura
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María Vargas Rapiman, 11 años, tiene un nuevo amigo en Facebook. Todavía no sabe ni escribir ni pronunciar su nombre. Lo agregó hace un par de semanas y le habla cada vez que lo ve conectado. El problema es que no siempre está: su nuevo amigo vive en Turquía, país con seis horas de diferencia en relación a Chile. Cuando María llega del colegio, a eso de las cuatro de la tarde, en Turquía ya son las diez de la noche, y su amigo se prepara para dormir.

“A veces entiendo todo lo que dice, pero lo que todavía no sé es escribir en turco. Uso el traductor de Google para hablarle”, confiesa María Vargas, alumna de 6° básico del colegio Mustafa Kemal Ataturk de Lo Prado, que cuenta con un programa educacional especial, basado en la integración intercultural. Desde hace un año la escuela imparte a sus alumnos una hora obligatoria de turco, que se sumó a la hora de mapudungun que ya existía.

Pero no sólo les importa la enseñanza del idioma, sino que una parte fundamental en el proyecto educativo es transmitir la cultura mapuche y turca con profesores especializados. ¿Qué relación tiene el turco y el mapudungun? ¿Por qué se enseñan estas culturas?

Surgido desde los pobladores

En 1970 un grupo de pobladores del campamento Che Guevara, ubicado en lo que en ese entonces era Barrancas, le manifestó a las autoridades de la época la necesidad de tener un colegio donde educar a sus hijos. Tras algunas gestiones, nace la Escuela Básica F 379. En 1985, con la creación de la comuna de Lo Prado, pasa a llamarse escuela Ciudad de Caracas, nombre que llevaría por varios años. Hasta esa fecha el establecimiento funcionaba de forma normal, con los métodos comunes de enseñanza.

Fue recién en 1993 cuando los apoderados, en conjunto con los profesores, le dan un vuelco a esa normalidad: ante la gran cantidad de alumnos provenientes de familias mapuches, que vivían en la población Che Guevara donde está inserto el colegio, deciden entregar una educación especial a sus niños, basada en la interculturalidad, con claro énfasis en la cultura mapuche. Deseaban que sus hijos crecieran identificados con la cultura.

Se pensó, se planificó, lo autorizaron y se hizo. En 1995 la idea ya estaba en marcha. El colegio contaba con talleres especiales para todos los niños, que se dividían en trimestres. En el primer trimestre se enseñaba la lengua mapuche. En el segundo, los bailes, rituales, poesía, instrumentos musicales. Y en el tercero, todo lo relacionado a la artesanía, telares, lana y comida típica mapuche.

Así funcionó por varios años. El colegio se conectó con la comunidad. Los apoderados valoraban lo aprendido por sus hijos. Se ofrecían talleres extra programáticos. Los profesores disfrutaban siendo parte del proyecto. Sin embargo, con la llegada del siglo XXI el panorama cambiaría y el establecimiento viviría su época más oscura.

Dos culturas, un colegio

La escuela Ciudad de Caracas sufrió el fenómeno chileno de la migración de estudiantes de colegios municipales a subvencionados. En el año 2007 el número de matrículas era muy bajo. El colegio era insostenible. Y el programa de interculturalidad corría el riesgo de extinguirse. En este contexto, la Municipalidad de Lo Prado decide fusionar dos escuelas con peligro de cierre: el Ciudad de Caracas y el Ataturk. Este último se mantenía gracias al apadrinamiento de la embajada turca.

El 9 de julio de 2009 el colegio Ciudad de Caracas pasa a llamarse Mustafa Kemal Ataturk, en honor al primer presidente turco, quien es considerado una de las figuras más importantes de la historia de aquel país. No sólo heredó el nombre, sino que también el apoyo de la embajada.

“La embajada de Turquía está muy preocupada del colegio. El embajador viene tres veces al año personalmente. Nos aportan con implementos, tecnología y todo lo necesario para enseñar su cultura”, relata Soledad Huaiquiñir, jefa de UTP de la escuela.

“La fusión fue posible porque no nos importa tanto que nuestros alumnos salgan hablando turco o mapudungun, nos interesa más que tomen consciencia de que hay culturas diferentes a la nuestra y se deben respetar”,dice Soledad.

Por la misma razón, tras la fusión no hubo problemas en mantener la hora de lengua mapuche que se impartía y sumar otra hora de turco. Al profesor que enseña esta última lengua, lo trajeron directamente de Turquía a trabajar al colegio. Lleva un año en Chile. Todavía le cuesta hablar español, pero se las arregla para transmitir sus raíces.

Herramientas sociales

Este año la embajada de Turquía financió a ocho estudiantes de la escuela para que viajaran al país del medio oriente y vieran in situ lo que aprenden de su profesor. Estuvieron diez días hospedándose en hogares de familias turcas. Todos los niños coinciden en que lo más llamativo fue que cada vez que entraban a las casas debían sacarse los zapatos. La ritualidad de la cultura los sorprendió. “El viaje les marcó la vida. Volvieron con muchas ganas de saber más”, asegura la jefa de UTP. La intención es que el viaje se repita el otro año con más estudiantes.

María Vargas no fue a Turquía. Se tuvo que conformar con escuchar las experiencias de sus compañeros que viajaron. Una amiga que tuvo el privilegio de ir, le contó que hablaba con un chico de Turquía por Facebook. María le pidió el contacto. Así conoció a su nuevo amigo. Y aunque vive a miles de kilómetros, aunque habla otro idioma, aunque viva en una realidad completamente distinta, aunque duerma en otro horario y deba sacarse los zapatos para entrar a su propia casa, a María no le importa. “Para mí somos iguales, no hay mucha diferencia entre él y yo”, afirma sin ninguna indicio de duda.

Soledad Huaiquiñir dice que “en nuestro colegio no hay burlas hacia los mapuches ni hacia alumnos extranjeros. Y cuando alguien se ríe de un compañero se le recrimina de inmediato. Aquí los niños tienen una noción básica de que hay gente distinta y todos son válidos”.

María Vargas cuenta que tiene compañeros peruanos. Se extraña cuando le pregunto si son tratados distinto. “¿Por qué los vamos a tratar distinto?”, responde. “Somos todos iguales”, sentencia.

La jefa de UTP, orgullosa de sus raíces mapuches, no deja pasar oportunidad para hablar en mapudungun. “Mari mari”, exclama al contestar el teléfono. Usará la lengua ancestral en otras oportunidades de la entrevista. Dice que no lo hace para que el resto aprenda palabras, su esperanza es que llegue el día en que escuchar a alguien hablando mapudungun deje de sorprender.

A Soledad más que los resultados académicos de su escuela le importa otra cosa. “Nuestro colegio no tiene grandes resultados en el Simce. A veces nos va muy bien, y otros años estamos abajo. Esa prueba no mide lo que nosotros enseñamos. Los niños salen de acá con una visión distinta de la vida en comparación a los alumnos de otros colegios. Estamos formando personas conscientes, respetuosas y tolerantes. Las herramientas sociales que les entregamos no se miden. Yo he hecho clases en varios colegios en toda mi vida, y nunca había estado en uno con una convivencia tan buena como éste”.

¿Conoces otros casos de interculturalidad en colegios o escuelas?

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Comentarios
Arlene Musume | 2015-08-21 | 12:30
5
“Para mí somos iguales, no hay mucha diferencia entre él y yo”
“¿Por qué los vamos a tratar distinto?”, responde. “Somos todos iguales”

debo reconocer que me emocioné al leer este articulo, cosas como estas hacen sentir que aun hay esperanza en un futuro mejor y mas tolerante.
ojalá esta iniciativa se replicara en otros colegios.
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Loreto Sandoval | 2015-08-21 | 15:13
4
Uffff...
Ojalá este ejemplo se replicara en otras ciudades del país....vaya falta que hace.

El párrafo donde dice que no los resultados del Simce no miden lo que ellos enseñan me mató. Inmediatamente me hizo pensar en el colegio de mi hijo, donde desde 1ro básico empiezan a hablar de la PSU.....valor.
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Andreas Schutzell | 2015-08-21 | 17:18
3
Mucho mejor para el desarrollo de buenos ciudadanos sería impartir de forma obligatoria clases de educación cívica, reemplazar la religión católica o cristiana por filosofía, religiones comparadas o "desarrollo personal" (Si usted quiere profundizar sobre su religión favorita vaya a la iglesia, hable con su pastor, rabino, sacerdote o imán más cercano o lea su libro guía pero la escuela no debería ser el lugar adecuado para descargar sus pasiones mesiánicas) e incluso economía política (se hace en varios liceos públicos de excelencia).
Lenguas muertas como el mapudungun están demás si aún muchos de nuestros jóvenes ni siquiera saben hablar y escribir correctamente en castellano, que es su lengua materna, la que han hablado sus antepasados y la que les permite desenvolverse en su vida cotidiana.
Más allá de lo bonito que pueda parecer a simple vista este caso, creo que el respeto hacia elementos ajenos a la cultura propia parte en casa y exclusiva responsabilidad de los padres. Muchos de los jóvenes de esa escuela deben ser alumnos respetuosos y dedicados porque sus apoderados se involucraron más que el promedio en ese proceso educativo para lograr aquel fin, de aquello no me cabe duda. Los profesores no pueden hacer mucho si los estudiantes no están dispuestos a ello.
Creo, sinceramente, que un modelo intercultural aplicado en todo el país (tomando en cuenta en el panorama educativo actual) no funcionaria si no se enseña primero a ser un ciudadano. No ganamos absolutamente nada si los niñitos aprenden a recitar un poema en mapudungun pero no saben las implicaciones en su vida diaria de los derechos fundamentales que cada ciudadano tiene inherente a su condición de nacional de este país.
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Naty naty | 2015-08-21 | 18:46
4
De acuerdo hasta que llegué a "Lenguas muertas como el mapudungun están demás si aún muchos de nuestros jóvenes ni siquiera saben hablar y escribir correctamente en castellano, que es su lengua materna"
la lengua materna, de hecho, sería el mapudungún, que por cierto, no está muerta
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Andreas Schutzell | 2015-08-21 | 19:59
1
El mapudungun está muerto a diferencia del quechua y el aimara. No es una lengua que se ocupe en la vida diaria. Inversa es la situación de los indígenas en nuestro norte. Allí hay pueblos enteros donde hay personas activas, que entienden y hablan completamente alguno de esos dos idiomas. Ellos comercian, cantan, sueñan con ellas. Los padres hablan a sus hijos en su idioma en casa, no tienen una clase en la escuela que sea una simple formalidad si no que la lengua es parte real y activa de su desarrollo académico (al menos en básica en las comunidades andina)…cosa que con los dialectos araucanos no pasa.
Con lenguas muertas me refiero a que no tienen utilidad en la vida diaria, incluso comuneros radicales admiten que quieren “revivir” su idioma, en su paisito inventado - “wallmapu”-.
Muchos emigraron mapuches, olvidaron su lengua en favor del castellano y esa lengua enseñaron a sus descendientes. Hay muchos casos, sobre todos lo que abandonaron el sur para trasladarse a la capital. Allí hay un numeroso grupo araucano que no habla ese idioma pero se siente mapuche.
Según lo que he investigado la mayoría de los supuestos hablantes (100.000) solo son pasivos, entienden parcialmente el dialecto de su zona (porque hay muchísimos) pero tienen serias dificultades para hablarlo.
Además, nunca existió una unificación social, política y menos lingüística de las tribus araucanas como para hablar de “Lengua materna”, ese proceso solo se está dando ahora con todas esta reivindicaciones.
Que yo sepa, la lengua en que fueron criados el 93,32% los chilenos (desde hace varias generaciones) que no se declararon como indígenas o extranjeros (2,1% extranjero, aunque muchos de ellos hablan castellano como lengua materna y 4,58% indígena) es el español. Sus padres les enseñaron la lengua y sus antepasados también la hablaban. Ya que, recordemos, los indígenas se mestizaron con los colonos y sus hijos se hispanizaron, ya no eran indígenas y cortaron sus vínculos con ese mundo y esa lengua…y de eso casi 400 y tantos años ya.
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Andreas Schutzell | 2015-08-21 | 20:02
1
Perdón por las faltas ortográficas. Escribí muy rápidamente desde mi móvil.
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Marco Canepa | Editor | 2015-08-22 | 08:31
2
Evidentemente, el caso aquí tratado no presenta la enseñanza del lenguaje como lo que causa la tolerancia, sino el roce intercultural y el refuerzo permanente del colegio de la importancia de aceptar las diferencias. Así que comparto tu opinión, Andreas, de que no es el curso de idiomas lo que hace el cambio (nunca se pretendió decir eso) y por lo tanto, no sería la solución a nivel país enseñar otros idiomas, sino adoptar un enfoque de tolerancia transversal.

No creo, eso sí, que este caso sea sólo mérito de los padres. Sería una curiosidad estadística muy grande que justo en este colegio todos los papás son más involucrados. Cuando eso pasa, generalmente es mérito del colegio, que los incorpora activamente y fomenta ese involucramiento. Así que creo que el mérito es compartido entre colegio y apoderados.

Sin desconocer la necesidad de cursos de educación cívica, me parece que el respeto y la tolerancia no se enseñan en una clase, sino a lo largo de toda la vida escolar, de manera transversal: en todos los cursos, en los recreos, etc. Es una forma de vida. Y allí es fundamental conocer a otros que sean distintos (racial, cultural, religiosa y físicamente)

No he vivido en comunidades mapuche como para poder definir como "muerta" su lengua. Sospecho que en comunidades del sur sí se habla, pero no me consta. En todo caso, ocurre el caso dramático de que puede ser nuestro propio sistema educativo el que está matando el idioma. Un pueblo no olvida su idioma porque sí, sino porque hay fuerzas extrínsecas importantes fomentándolo. Estuve en una charla TED de una profesora de Isla de Pascua que veía cómo el idioma RapaNui se está perdiendo (50% menos gente lo habla cada nueva generación) porque el sistema educativo chileno no reconoce las características de esa cultura y enseña en español, con conceptos "continentales" (por ejemplo, la definición de "familia" en la cultura rapa nui es mucho más amplia que la nuestra), geografía continental, etc.

Entonces, si bien no creo que haya que enseñar mapudungún en todos los colegios (al menos a mi hijo preferiría que le enseñen alemán, chino o italiano), sí debería hacerse en aquellos en que haya una presencia importante de la etnia mapuche. Sería una gran pérdida cultural perder uno de nuestros idiomas ancestrales por mera desidia, me parecería una vergüenza país, otro ejemplo de incultura tan propia nuestra.

Y sí, obviamente tenemos que mejorar mucho la enseñanza del español... y todo lo demás.
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Diego Miranda | 2015-08-24 | 23:01
2
¿Lenguas muertas como el mapudungún? ¿en serio?
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Hugo Campbell Sills | 2015-08-30 | 11:26
2
Disculpa, pero mapudungun, ¿lengua MUERTA?. No. Petu mongeley ta mapuzüngun, 200.000 che petu mapuzüngukeyngün. Me parece aberrante que digas las siguientes cosas:

1) Que deberían primero aprender a hablar y escribir correctamente el castellano: está ampliamente demostrado que el bilingüismo *ayuda* a mejorar las competencias de la lengua materna, ya que permite tener una perspectiva metalingüística que no logra el hablante monolingüe. Por lo tanto, si quieres mejorar su castellano, déjalos aprender otra lengua para que tengan un punto de comparación.

2) Que el castellano es la lengua que han hablado sus antepasados: ¿y el mapudungun no, acaso? Ah, verdad que en Chile no hubo mestizaje, somos todos españoles.

3) Que el respeto hacia elementos *ajenos* a la cultura propia blabla... : la cultura mapuche ES nuestra cultura propia, tanto o más que la castellana o la alemana. Me parece más aberrante aún que lo diga alguien de apellido alemán. De partida, la tierra que pisas se la debes a los Mapuches.

4) El modelo intercultural te enseña a ser un ciudadano. Esa es la *base* del modelo intercultural!

5) Recitar un poema en mapudungun, pero sobretodo, saber su significado y valorar la importancia de las culturas originarias, te enseña las implicaciones en tu vida diaria de los derechos fundamentales que cada ciudadano tiene.

Atentamente,
un hablante de Mapudungun.
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Hugo Campbell Sills | 2015-08-30 | 11:41
2
Lo siento, pero no sé de dónde sacas esas estadísticas. El mapudungun aún goza de más o menos 200.000 hablantes, siendo la lengua indígena más hablada en Chile, a diferencia del quechua que *sí* está en grave peligro (a pesar de que la lengua tiene 11 millones de hablantes repartidos en 5 países, en Chile no alcanza los 2.000). El aymara está en mejor estado de salud que el quechua porque se transmite con mayor fuerza, a pesar de que el número de hablantes es minúsculo (apenas unos miles) comparados con el millón de hablantes que hay en Bolivia. El mapudungun está lejos de estar muerto. Yo lo hablo a diario y en todos los contextos de la vida, y conozco mucha gente que lo hace de la misma manera, no solo en el mundo ritual o religioso. Eso significa que el mapudungun sí tiene utilidad diara. Ese *paisito inventado*, como lo llamas, y dime, ¿acaso Chile y Alemania no fueron inventados en algún momento?, ¿o nacieron con el big bang?. La unificación social, política, religiosa y SOBRETODO lingüística sí existió, deberías leer las crónicas españolas y los libros de Bengoa. De hecho, una de las cosas que más llamó la atención a los cronistas españoles era la uniformidad lingüística desde Coquimbo hasta Chiloé; a diferencia del Perú, por ejemplo, donde cada 5km se hablaba una lengua distinta (y aún es así en Amazonía). Pasa que no se llamaba Wallmapu, simplemente porque aún no había necesidad de diferenciarse frente a un extranjero; el endónimo nace sólo cuando hay consciencia del exónimo. Pero puedes leer las descripciones sobre la organización social basada en los lof y en los meli wichan mapu. Es una pena que sea gente supremacista como tú, llena de ignorancia, la que se siente dueña de la tierra que pisa. Se la debes a los mapuches. Si no te gusta, deberías irte de vuelta a tu paisito inventado – "Deutschland".
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Hugo Campbell Sills | 2015-08-30 | 11:43
2
P.S. Y llamar "dialectos araucanos" a la LENGUA mapudungun es claramente una ofensa.
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Hugo Campbell Sills | 2015-08-30 | 11:53
2
P.S.2. Y tampoco se habla de "revivir" la lengua, porque ya está viva, sino de "revitalizar", porque ha estado en declive. Te invito a sacarte todos esos prejuicios y esa ignorancia, y a tener una actitud menos colonialista, menos supremacista y menos avasalladora.
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