Muchos de estos puntos son conocidos por todos los santiaguinos, incluso ya han sido expuestos en otros informes de delincuencia. El año 2010, Ciper publicó un mapa que detallaba los lugares con más robos en la capital. La gran mayoría de ellos se repiten en el plano elaborado por Carabineros. 

Buscar una solución

Más que exhibir los lugares peligrosos de Santiago, el foco debiese ser cómo se soluciona esto. La existencia de un mapa de los puntos más conflictivos es un avance, pero no sirve de nada si no se usa para disminuir la delincuencia. “La generación de mapas con puntos calientes o hot spots sólo implica focalizar la atención en lugares que concentran delitos. Pero para reducirlos, se requiere comprender a cabalidad qué está gatillando la ocurrencia frecuente de robos en esa determinada esquina”, asegura Catalina Mertz, directora ejecutiva de la fundación Paz Ciudadana.

La gran dificultad radica en que cada punto es distinto al otro y la explicación de porqué en esos lugares hay una tasa elevada de delitos depende de diferentes factores. “En algunos sectores se debe a la alta afluencia de público. Otros son puntos que tienen mala visibilidad u obligan a las personas a recorrer lugares estrechos, por ejemplo. También puede deberse a que está operando una banda dedicada a los lanzazos”, agrega Catalina.

Es por esto que los mapas que localizan puntos donde se cometen muchos robos, permiten orientar el trabajo de las autoridades. Sin embargo, los planes para aumentar la seguridad tienen que realizarse luego de detectar el problema específico de cada sector. Las estrategias más efectivas, que señala Catalina Mertz, consisten en mejorar el diseño del equipamiento, es decir contar con cámaras de vigilancia de última generación y que haya un trabajo de monitoreo real, así como también de mantención. A la vez, debe existir un patrullaje más intenso que se enfoque principalmente en las horas en que transita más gente por las esquinas problemáticas.

La victoria en el casco histórico

El centro histórico de Santiago solía ser un lugar reconocido por todos como un foco de robos. De hecho, es común escuchar historias de conocidos que de alguna forma fueron víctimas de la delincuencia. Es por esto que la misión era disminuir los índices delictivos de la zona y se consiguió. En 2012, el robo con violencia disminuyó en un 17% respecto al año 2011. ¿Cómo se logró esto?

En las 64 cuadras que conforman el casco histórico y en donde alrededor de dos millones de personas circulan a diario, Carabineros dedicó sus esfuerzos en identificar y controlar a las bandas que ahí cometían los ilícitos. Se dispuso de un contingente de 306 uniformados que día a día patrullaban la zona. Sin embargo, la medida más efectiva fue la implementación de personal de civil, que tenía la misión de grabar, fotografiar e identificar a los delincuentes.

Para esto fue necesario dotar a los carabineros de civil con equipamiento de alta definición para grabar a distancia. Así se pudo obtener información detallada de los delincuentes que operaban con frecuencia en el sector y se facilitó el trabajo de prevención y detección. Gracias a esto fue posible imputarles a los detenidos no sólo los delitos por los cuales se les detuvo, sino que también por aquellos en que habían participado anteriormente y fueron registrados por los funcionarios de civil.

Según Catalina Mertz, “se logró reducir la delincuencia en el casco histórico de Santiago, mediante un proyecto centrado en acciones basadas en análisis criminal liderado por la Fiscalía Centro Norte e implementado en conjunto con Carabineros. Actualmente se está replicando en otros puntos de la capital, pero los resultados todavía no se han publicado como documento o informe”.

¿Qué medidas aplicarías para erradicar la delincuencia de los puntos más conflictivos?