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Imagen: NASA

¿Podrá la NASA volver a la Luna? Las innovaciones y obstáculos que enfrenta la agencia para lograrlo en 2024

Si fuera por Trump, la NASA ya estaría en Marte, pero hay tareas pendientes que llevar a cabo antes de llegar al Planeta Rojo. La Luna es la primera escala y el plan está listo, ¿pero lo está el equipo, la tecnología y, lo más importante, el presupuesto?

Por María Jesús Martínez-Conde | 2019-07-24 | 07:00
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Artemisa 4, 5, 6 y 7 tienen como objetivo ampliar las exploraciones para que, finalmente, en 2028 se establezca en el satélite una presencia humana sostenible que haga posible, en 2030, la exploración humana de Marte.
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"El presidente Donald Trump le pidió a la NASA que acelerara nuestros planes para regresar a la Luna, para que los humanos volvieran a su superficie en 2024. Iremos con nuevas tecnologías y sistemas innovadores para explorar más lugares en la superficie de lo que nunca se creyó posible. Esta vez, cuando vayamos a la Luna, nos quedaremos. Y luego usaremos lo que aprendamos en la Luna para dar el siguiente gran salto: enviar astronautas a Marte".

Estas palabras del mandamás de la NASA, Jim Bridenstine, fueron el puntapié inicial para la organización del programa Artemisa, y el resumen perfecto de una ambiciosa operación que pretende tener a una mujer y a un hombre de pie sobre nuestro satélite, de aquí a tan solo cuatro años. ¿Cómo pretenden lograr esta controvertida hazaña contra el reloj?

Vamos para quedarnos

Por si acaso has estado viviendo en un búnker estas últimas dos semanas, te contamos que todos los medios están hablando que este 2019, se cumplen 50 años desde que Neil Armstrong dijo aquella memorable frase para el bronce, "un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad". Pero, ¿dónde fuimos a parar después de pegarnos ese gran brinco?

Parece que fue un salto tipo boomerang con rebote a la Tierra, pues hace nada menos que 47 años que se llevó a cabo Apolo 17, la última misión que puso a una persona en la Luna. Desde ahí en adelante, solo se ha estudiado el satélite desde lejos.

Pero ahora resulta que la NASA acaba de actualizar la misión que pretende refrescar los recuerdos del dios Apolo, pero esta vez bajo el nombre de Artemisa, su hermana en la mitología griega, diosa de la caza, de los terrenos vírgenes y de la Luna. El nombre femenino también alude a que esta misión pretende ser la primera en poner a una mujer sobre la superficie del satélite, específicamente, alunizando sobre el Polo Sur del cuerpo celeste en 2024.

La idea es establecer la presencia humana en la Luna de manera permanente para 2028, apoyándose también en otras compañías estadounidenses con intereses espaciales y en socios internacionales. Es decir, esta vez vamos a la Luna para quedarnos, yendo y viniendo de manera sostenible y usando los mismos recursos que ofrece el satélite para facilitar la exploración (obtener el agua de las rocas lunares, por ejemplo). ¿Para qué volver al satélite?

Lógicamente, porque EEUU quiere mantener el liderazgo en el espacio, pero también la NASA le da un sentido un poco más romántico a esta interrogante en el sitio oficial de Artemisa:

- Como inspiración para las nuevas generaciones: un ejemplo de lo que se puede lograr si todos trabajamos con un mismo objetivo.

- Porque la Luna es un tesoro para la ciencia: los polos lunares guardan muchos secretos y nuestro satélite aún tiene cosas que decirnos sobre el Sistema Solar.

- La exploración está en el ADN de nuestra especie: la humanidad debe construir un camino para una existencia independiente de la Tierra y la Luna es un banco de pruebas para lo que será la exploración de Marte.

- Hay un nuevo mercado comercial en el espacio: esta economía se basará en la minería, el turismo y la investigación científica.

https://www.nasa.gov/sites/default/files/thumbnails/image/artemis_identity_animated-650.gif

Nave, cohete y puerta de enlace

La NASA tiene cuatro años, y contando, para generar todo el aparataje que la pondrá en los titulares de manera fija en 2024, y no es cosa fácil.

La cápsula que pretende concretar esta hazaña ya ha sido completada en el Centro Espacial Kennedy y se llama Orión, un módulo de tripulación de 10 toneladas y formas cónicas, bastante parecido a los utilizados por las misiones Apolo, pero esta vez desarrollado por la empresa aeroespacial Lockheed Martin.

La nave utilizará sistemas de realidad aumentada y visores transparentes, en los que se superpondrán objetos virtuales que ayudarán a los cuatro tripulantes con indicaciones específicas, evitándoles consultar manuales. Casi todas sus funciones podrán ejecutarse sin intervención humana y su exterior estará preparado para recibir impactos de pequeñas rocas o basura especial.

Orion/Flickr NASA Orion Spacecraft

El Space Launch System (SLS, Sistema de Lanzamiento Espacial) será el medio mediante el cual será impulsado Orión. Construido por Boeing, BBClo ha calificado como un cohete "bestialmente grande", pues tiene la altura de un edificio de 30 pisos.

Pretende ser un nuevo modelo de cohete capaz, en el futuro, de enviar misiones robóticas a Marte, Saturno y Júpiter, ofreciendo una gran capacidad de carga.

Space Launch System/NASA

Como último eslabón de esta cadena estará Gateway (Puerta de Enlace), algo así como una versión más pequeña de la Estación Espacial Internacional que se mantendrá orbitando la Luna a unos 400 mil kilómetros de la Tierra, todo gracias a propulsión solar eléctrica. Su objetivo será permitir el acceso a la superficie lunar y ser una estación de paso para la exploración espacial en general, específicamente en el camino hacia Marte.

Básicamente, será un lugar seguro para hacer una parada antes de alunizar en cualquier parte del satélite, y desde ahí también se podrán controlar vehículos en la superficie lunar de manera remota.

¿Y cuáles son los plazos para lograrlo?

A fines de 2019, la NASA pretende realizar el envío de los primeros instrumentos científicos y tecnologías a la Luna, siempre y cuando reciba el respaldo de compañías aeroespaciales que puedan apoyarla. Luego, en 2020, será enviada Artemisa 1, que no estará tripulada pero se colocará en órbita lunar, de acuerdo a lo señalado en el sitio oficial de la misión.

En 2022 será lanzada Artemisa 2, la que, siguiendo un camino distinto al de su antecesora, pondrá una nueva nave en órbita lunar, pero esta vez tripulada. A fines de ese mismo año, será lanzado el elemento de potencia y propulsión de Gateway.

Al año siguiente, se proyecta el alunizaje de un rover (plataforma de movilidad lunar) como avanzada científica que iniciará la exploración. También en 2023, se enviará el segundo elemento de Gateway; una cabina que se conectará al elemento de propulsión ya orbitando la Luna.

En 2024, se lanzará el sistema de aterrizaje humano en varias etapas, a bordo de cohetes privados, el que será acoplado a Gateway. Finalmente, ese mismo año se concretará la esperada Artemisa 3, que enviará a Orión y su tripulación humana hasta Gateway. Los astronautas abordarán el módulo de aterrizaje y finalmente descenderán a la Luna.

Artemisa 4, 5, 6 y 7 tienen como objetivo ampliar las exploraciones para que, finalmente, en 2028 se establezca en el satélite una presencia humana sostenible que haga posible, en 2030, la exploración humana de Marte.

Make the Moon great again

Ahora bien, nada de esto será posible sin un presidente que haga barra detrás (pompones incluidos) y un gobierno que suelte los dólares (con un Congreso que le haga porras). De lo que no cabe duda, es que el gobierno de Trump quiere volver a liderar la carrera espacial, pues ya en 2017 firmó una orden presidencial que pedía a la NASA hacer todo lo posible para volver a la Luna en una misión tripulada. Sin embargo, la NASA no se encontraba en un buen momento financiero y no estaba capacitada para acelerar el programa.

En marzo de este año, el vicepresidente Mike Pence arremetió con la misma petición a la NASA, pero esta vez con límite temporal: "dentro de los próximos cinco años". ¿Cómo lograrlo?

En mayo pasado, Trump escribió en su cuenta de Twitter que había aumentado el presupuesto de la NASA en 1.600 millones de dólares para 2020, es decir, que la agencia espacial recibirá 10.700 millones de dólares (más de 7 billones de pesos chilenos) para desarrollar la exploración espacial durante ese año. Esto, de acuerdo a lo que señala The Verge, gracias a un superávit generado en un fondo de becas universitarias.

"Bajo mi administración, estamos restaurando la grandeza de la NASA y volveremos a la Luna, y posteriormente a Marte. Estoy actualizando mi presupuesto para incluir 1.600 millones adicionales para que podamos volver al espacio de ¡una MANERA GRANDE!"/Twitter Donald J. Trump.

La NASA reaccionó haciendo oficial el lanzamiento de una misión tripulada de Artemisa para 2024, entendiendo que este presupuesto funcionará como un "pago inicial" para desarrollar el sistema de alunizaje.

Pero Trump tiene sus aprehensiones, pues le gustaría que ese "gran salto para la humanidad" fuese un triple mortal que descendiera directo en el primo colorín de la familia, Marte, sin hacer escala antes en la romántica del grupo, la Luna. En junio, sorprendió a todos con el siguiente tweet:

"Por todo el dinero que estamos gastando, la NASA NO debería estar hablando de ir a la Luna: lo hicimos hace 50 años. Deberían centrarse en cosas mucho más grandes que estamos haciendo, ¡incluido Marte (de lo que forma parte la Luna), Defensa y Ciencia!".

En un acto celebrado el viernes pasado en el Despacho Oval de la Casa Blanca, el republicano volvió a la carga. "No sabemos lo que vamos a encontrar en Marte, pero seguro que será un viaje interesante. Y para llegar a Marte hay que aterrizar en la Luna, o eso dicen […] ¿Hay alguna forma de ir directamente sin aterrizar en la Luna? ¿Es eso una posibilidad?", preguntó a los asistentes.

Bridenstine, quien estaba presente en el acto que conmemoraba al Apolo 11, debió explicar al presidente las ventajas de volver primero a la Luna, pues representaba un campo de ensayo ideal para probar el hardware y las técnicas necesarias para planear un viaje a Marte.

Pero no todos están seguros de poder lograrlo…

¿El dinero anunciado por Trump basta para llevar a cabo Artemisa? No. Bridenstine declaró que necesitarán otros 20 o 30 mil millones de dólares adicionales al presupuesto anual de la agencia durante los próximos cinco años (de 13 a 20 billones de pesos chilenos), para concretar la misión. Y hay que evaluar si Trump (en un eventual siguiente período) o quien lo suceda, estarán dispuestos a ello (y el Congreso a aprobarlo) y, de estarlo, de qué fondo sacarán el presupuesto. Es decir, la misión está sujeta a vaivenes políticos.

Pese a todo el plan, ni siquiera desde el gobierno estadounidense están seguros de que la NASA pueda llevar a cabo la misión de la manera en que lo plantearon inicialmente. Sobre todo, tienen reparos respecto al Space Launch System, pues ya se encuentra retrasado (debía realizar sus primeras pruebas en 2017) y su construcción resulta demasiado cara.

A pesar de confirmar su compromiso con el proyecto, el vicepresidente estadounidense ha dicho en una reciente entrevista para CBS News, que si los contratistas tradicionales de la NASA no cumplen con los plazos, se recurrirá a otros proveedores, seguramente haciendo referencia a cohetes de Blue Origin o SpaceX, compañías de tecnología aeroespacial que han reiterado su apoyo a Artemisa. Sin embargo, la agencia espacial indica que en este punto ya sería difícil hacer el cambio.

Paralelamente, tres altos funcionarios de la NASA han sido reasignados por Bridenstine en los últimos meses lo que, según The Verge, es una mala señal. El administrador de la agencia espacial ha dicho que espera encontrar nuevos líderes que sean capaces de proporcionar mejores estimaciones de costos y horarios.

Otro punto controversial del proyecto es Gateway, pues hay expertos (incluido un ex administrador de la NASA) que argumentan que es un paso que solo está encareciendo y complejizando la misión, siendo totalmente innecesario.

Respecto al módulo de aterrizaje, la agencia espacial aún no detalla qué compañía estará a cargo de su desarrollo, pero ya hay dos en la carrera, Lockheed Martin y Blue Origin, quienes, bajo financiamiento de la NASA, podrían tener total control en su diseño.

Y los problemas también aparecen a la hora de diseñar los trajes que utilizarán los astronautas pues, de acuerdo a los críticos, la falta de claridad respecto al destino de las misiones en los últimos años (¿la Luna, Marte o la superficie de un asteroide?), lo ha retrasado. Bridenstine ha dicho que lo ideal sería crear trajes multipropósito, pero, tal como con el resto de los desarrollos, queda poco tiempo para innovar.

Obviamente no se trata de perder las esperanzas, pero sí de ser realistas. En un país que enfrenta prioridades o necesidades públicas, ¿cuánto pesa la carrera espacial y las razones expuestas por la NASA para volver a Luna? Mientras, hay otros que generan su propio camino, como India, país que está a punto de convertirse en el cuarto en la historia en posar un aparato sobre la Luna.

¿Crees que es una prioridad volver a la Luna?

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