Arte, intervención urbana, patrimonio, comunidad, rescate, arquitectura, barrio, memoria
Imagen: "Protagonista" de Cristián Plana

El impactante circuito artístico que da voz y vida a patrimonios abandonados

Esto es lo que busca Espacios Revelados, encuentro de arte que reúne a más de 30 artistas nacionales e internacionales y que tiene como epicentro el barrio Yungay. Instalaciones artísticas, performances y participación activa de los vecinos es lo que busca este evento de activación patrimonial.

Por Macarena Fernández | 2016-04-13 | 16:32
Tags | Arte, intervención urbana, patrimonio, comunidad, rescate, arquitectura, barrio, memoria
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Sin saber mucho de qué se trataba, me fui a dar una vuelta por Quinta Normal y el barrio Yungay para tratar de seguir el circuito Espacios Revelados del que me habían hablado unos amigos. Este encuentro de arte público e internacional, que reúne intervenciones de 35 artistas y que tiene como objetivo generar y promover una reflexión en torno a nuestro patrimonio urbano, mediante la participación ciudadana, en especial la de sus vecinos; y que estará abierto hasta este domingo 17 de abril.

Traté de crearme un itinerario previo para no perder tiempo, anotando lo que llamó mi atención a primera vista. Y así fue como, buscando a la señora agonizante de la foto de portada de esta nota, y viendo el primer cartel verde limón del evento en la vereda de la calle Compañía de Jesús, llegué primero a CA.SA. Me detuve en el letrero: “340 metros cuadrados construidos en adobe con fin habitacional en 1900. Abandonada en los años 70 durante la dictadura militar para luego pasar a ser un bien estatal”.

Me registro en la entrada y paso a la casona. Evidentemente abandonada y en ruinas. Una tremenda casa colonial. Preciosa. Con Baldosas Córdova finas impecables.

Paso al salón de al fondo donde se ubica la obra Blind Cinema (cine ciego) de la artista alemana Britt Hatzius. Una sala oscura y amplia transformada en cine. El público se sienta y le vendan los ojos. Detrás se ubica una fila de niños, todos alumnos de colegios del barrio, los que mediante susurros al oído con la ayuda de unos conos negros, van describiendo las escenas de una película que es proyectada y que sólo ellos pueden ver.

Las voces son hermosas, dulces y hasta escalofriantes. Y las descripciones son frágiles, fragmentarias, apresuradas y ansiosas por captar y dar sentido con palabras y descripciones a las imágenes que se están transmitiendo en la pantalla, con el fin de que los niños sean los narradores. Una experiencia que invita a descubrir las potencialidades y límites del lenguaje.

Hoy a las 19:00 se da la última performance. Cupos limitados.

Continúo por Compañía y llego a Casa Libertad. Construcción que data de 1884 aproximadamente y que fue la vivienda de don Adolfo Bruna Jeréz, un aristócrata ultra conservador y católico de la época, donde vivió hasta su muerte junto a su mujer, Carmen Valenzuela Jiménez y sus 14 hijos. (Si 14. Más que un equipo de fútbol). Y así se fue heredando y vendiendo a nuevas familias, hasta que el año pasado un matrimonio la compró con el fin de conservarla y desarrollar un proyecto que aporte al desarrollo cultural del Barrio Yungay.

En esta casona hay dos instalaciones fijas (por los días que dura el encuentro eso sí). Paso primero a la de la mano derecha. Es del fotógrafo chileno- inglés de barba larga Cristóbal Palma y se llama Punto de Vista #3. Consiste en una caja de luz de dos caras ubicada en una de las habitaciones de Casa Libertad. En cada cara se proyecta la imagen espejo del muro al que enfrenta. ¿La intención? Que el espectador se replantee la relación con el entorno, dándole una segunda, tercera y cuarta mirada (todas son distintas) e invitándolo a conectarse con el espacio que está habitando.

Paso luego a la sala de la izquierda. La instalación Protagonista del director de teatro chileno Cristián Plana. Esta es la de la señora agonizando que tenía ganas de ver. La encargada de recibir a la gente y contar el proyecto, me cuenta que la idea nace del significado en griego de la palabra Protagonista, que es: primero en luchar contra la muerte.

Les dejamos este video donde el propio autor explica la instalación, que de verdad es sobrecogedora. Tanto por la puesta en escena (casa vieja, pisos de madera, muros descascarados, luz natural que penetra por la ventana), y sobre todo por la mujer mayor que yace en la cama antigua, en sus últimas horas de vida. El hiperrealismo logrado de la muñeca es impresionante. Se pueden distinguir las arrugas, las venas azules de sus manos, los pliegues del cuello, el pelo canoso, y además cuenta con un sistema interno que la hace respirar, por lo que su pecho se infla débilmente. Es una instalación que provoca silencio y respeto profundo.

Esta es permanente también, por la que pueden verla hasta el domingo.

Patrimonio e incendios: un hecho recurrente en Yungay

Camino ahora a mano derecha y en la esquina de Libertad con Compañía se encuentra el espacio cultural NAVE, conjunto habitacional construido en 1914 por una familia aristocrática con muchos hijos. Luego pasó a albergar a inmigrantes de Perú y Colombia y el año 2010 comenzaron a provocarse numerosos incendios, destruyendo casi por completo el monumento nacional.

Tras el terremoto del 2010, el edificio se encontraba abandonado y destruido y fue reconstruido por el arquitecto Smiljan Radic, pasando a ser lo que es hoy: un centro cultural de residencia y creación de Artes Vivas.

La comunicadora audiovisual argentina Magdalena Arau se instala en la azotea del segundo piso de NAVE con una carpa estilo circo y su obraUna Historia del Fuego que corresponde a una performance con proyecciones hacia los dos edificios que abarcaban la estructura original: el actual edificio reconstruido, y el otro que continúa en ruinas, víctima de los incendios. Un video va narrando hechos truculentos, reconstruyendo así la historia más mítica del lugar.

Salgo de NAVE y me topo con una vecina mayor del barrio, quien me acompaña hasta la Plaza Yungay. En el camino, entre grafitis y murales coloridos, me cuenta que este barrio ya no es el mismo. Que se ha convertido en un conventillo. Le pregunto por los incendios y me dice que la mayoría son intencionales o por el hecho de que estas viejas casonas hoy funcionan como albergues informales de inmigrantes, quienes en una sola pieza arman sus casas, con cocinas, microondas y sistemas eléctricos que no dan abasto.

Me cuenta que en el año 2011 Yungay era una sola nube de humo. Más de 20 propiedades destruidas por los incendios. Propiedades que luego quedan abandonadas, que incitan a saqueos y a “reuniones de malas juntas” y a jóvenes okupas, a quienes responsabiliza de “teñir el barrio patrimonial de conflictivo, pandillero y poco seguro”. Me cuenta que eventos como Espacios Revelados la ponen feliz, porque invita a los vecinos y a los turistas a darse cuenta de la historia e importancia que tiene cada uno de estos rincones, para así tomarles el respeto y la valoración que merecen.

El arte como arqueología de barrio

Y así recorrí la Plaza Yungay, donde está la instalación auditiva post performance de la actriz y directora chilena María Siebald llamada Canto Hermoso, que consistía en una intervención coral en la Basílica de Lourdes, y que es interpretada por un grupo de personas no oyentes quienes entonan el réquiem Lacrimosa de Mozart. ¿El objetivo?, homenajear a todos los niños y adultos sordos que fueron sacrificados y rescatar el rol de la iglesia que fue como el refugio encontrado por esta comunidad.

Camino luego por la calle Santo Domingo y me detengo en una casa esquina abandonada y en ruinas de la Plaza Yungay donde se instala la performance e intervención liderado por la artista alemana Eva Meyer-Keller: Pulling Strings (Tirando hilos). Con los objetos y materiales hallados en la casona, el grupo de artistas los ata cada uno con una cuerda, para luego darle movimiento y protagonismo a cada uno de los objetos. Ventanas, tejas, cortinas, escoba, escombros, todos se alzan en el aire gracias a las cuerdas y representan una historia particular.

Me trato de apurar para llegar al Teatro Novedades, construido en 1913 para presenciar la performance Gong de la psicóloga y bailarina contemporánea chilena, Javiera Peón Veiga, y que consiste en una sesión terapéutica de experiencia corporal, que se realiza a través del efecto y sonido del Gong, instrumento de percusión milenario y sanador que lleva a los asistentes a una pausa, meditación, una instancia de vibraciones especiales y de apertura de chacras. Pero no alcanzo a entrar. Escucho eso sí el sonido fuerte del instrumento que llega hasta la calle. El domingo espero poder asistir a la última rutina.

Y bueno, se me hizo tarde, por lo que corrí al Museo de la Memoria en la calle Morandé de Quinta Normal y me alcancé a topar con el carrito de PAN (Proyecto de Amasandería Nacional), instalación móvil de la artista chilena Catalina Pollak, que consiste en triciclo panadero con horno de barro y de un mesón plegable, donde las personas pueden acercarse a aprender a amasar y producir pan amasado. Deliciosos por lo demás.

Aquí pueden ver el calendario completo en detalle, con las más de 100 instalaciones e intervenciones que tienen como foco el barrio Yungay, pero que también abarca Providencia, Alameda y Quinta Normal. Les recomiendo eso sí hacerlo a pie, conseguirse uno de los mapas que están en todos los puntos intervenidos y perderse por las calles dejándose sorprender con estos espacios llenos de vida, identidad, pertenencia cultural e historias.

¿Qué te parece esta iniciativa urbana?, ¿Cuál es tu espacio favorito de Yungay?

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