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Imagen: Camdiluv / Flickr

¿Cuáles son los pilares de nuestra felicidad?

Constantemente nos preguntamos por qué el bienestar parece ser un elemento tan esquivo en nuestras vidas. Es normal escuchar a las personas decir “yo quiero alcanzar la felicidad” y es aquí donde nos enfrentamos al primer error grave.

Por Felipe Orrego | 2014-06-27 | 15:30
Tags | felicidad, bienestar, calidad de vida, trabajo, familia, hobbies, estrés, preocupaciones, pasado, psicología
¿La felicidad es algo que está escondido en algún lugar remoto y necesitamos una serie de instrucciones para llegar a ella? Claramente, no. Esto no es la búsqueda de un tesoro, la felicidad no está en ningún sitio físico, depende absolutamente de nosotros y de la forma en que enfrentemos las situaciones diarias de nuestra vida. 

El estrés y las preocupaciones tienden a alejarnos de los escenarios positivos, obligándonos a pensar constantemente en los problemas y aquellas preocupaciones que nos producen aún más ansiedad.

En este contexto, no somos capaces de reconocer que cada uno de nosotros es responsable de su bienestar y que cada acción que ejecutemos puede tener un resultado más feliz del que esperamos.

Probablemente si tenemos problemas con nuestra pareja o en el trabajo, es difícil que nos enfoquemos en lo bueno de la vida, aún así, no deja de ser posible.

Si queremos dejar atrás la nube de pesimismo necesitamos de dos cosas. En primer lugar, debemos cambiar nuestra mentalidad y ponernos como objetivo de vida lograr un mayor nivel de bienestar en todos los aspectos que componen nuestra cotidianidad.

En segundo lugar, tenemos que ser constantes para lograr esta nueva meta que nos hemos autoimpuesto. La felicidad es un trabajo diario y, como antes les decía, depende absolutamente de nosotros como podemos desarrollarla.

Como psicólogo, experto en Psicología Positiva, considero que hay cuatro aspectos determinantes en nuestras vidas que pueden generar grandes cambios en nuestro bienestar y por ello, debemos ponerle atención.

La familia



No necesariamente debe existir un lazo sanguíneo. Entendamos familia como el núcleo más cercano de nuestra vida, aquellas personas que son nuestro soporte en momentos difíciles y con quienes compartimos los éxitos.

¿Has escuchado cuando dicen que las familias siempre se reúnen sólo matrimonios y funerales? Este es el punto de partida para evolucionar una mejor relación, genera espacios cotidianos de conversación como el desayuno o la cena.

Hablar sobre lo que les pasó durante el día, hará que ellos entiendan mejor por lo que pasas a diario y si no puedes estar físicamente, escribe o llama por teléfono y notarás una gran diferencia.

El trabajo



Está más que claro que no todos tenemos el trabajo que soñamos, pero debemos sacar el máximo provecho de él. Este es un espacio que nos permite aportar a la sociedad desde nuestros talentos e intereses y aquí radica la importancia de sentirse a gusto con lo que hacemos.

Si somos o no felices en nuestra labor profesional, dependerá de cómo enfrentemos los desafíos, de enfocarnos en las capacidad que cada no tiene y de tomar las oportunidad que se nos ofrecen. Si a pesar de todos tus esfuerzos no logras sentirte a gusto, es tu obligación buscar otro camino.

Los hobbies


Todos necesitamos un descanso de las preocupaciones diarias y no hay mejor forma de hacerlo que realizando alguna actividad que nos despierte, que nos emocione y nos haga sentir vivos. Algunos prefieren los deportes, otros optan por actividades como la lectura o el dibujo, sin importar cuál esta sea, un hobbie es una ventana para despejarnos.

Algunos no tienen definido qué es lo que les gusta hacer, para ello haz una lista de las cosas que te gusta hacer y si no estás convencido con alguna, empieza a darte el tiempo de ir probando nuevas alternativas.

El pasado



Para enfrentar el presente con una actitud positiva es vital reconciliarnos con lo que fuimos antes. Es posible que muchos hayan vivido episodios traumáticos o poco agradables, pero al no superarlos, sólo hacen más difícil su andar diario cargando con una mochila llena de negatividad.

Una forma de hacer más liviano nuestro andar, es conversar sobre aquello que nos molesta. No necesariamente necesitamos ir a terapia, muchas veces un amigo o un familiar, puede tener la palabra justa que necesitamos escuchar.  

Mantener el control de estos elementos pueden ser determinantes a la hora de evaluar nuestros niveles de felicidad. Quizás consideres que algunos aspectos se alejan de tu control, pero debemos estar conscientes que la forma en que enfrentamos la vida nos permitirá obtener resultados más positivos.

Felipe Orrego
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