felicidad, propósito, bienestar, sentido
Imagen: César Mejías

Deja de buscar la felicidad en tu vida, lo que debes tener es un propósito

Ser feliz es un concepto demasiado vago y variable, hay algo mucho más concreto que buscar en la vida: sentido o propósito. Te contamos por qué es importante y cuál es la forma de encontrarlo.

Por María Jesús Martínez-Conde | 2019-03-20 | 11:05
Tags | felicidad, propósito, bienestar, sentido

¿Te lo perdiste? Regularmente republicamos contenidos vigentes que pueden resultarte interesantes (este artículo fue originalmente publicado el 13 de octubre de 2017).

Muchos dirán que el propósito de cualquier vida es encontrar la felicidad. Y sí, todos apuntamos a eso, pero se trata de un concepto tan vago y sobreutilizado que pocos pueden definirla en concreto. ¿Eres feliz? ¿Por qué? ¿Qué tienes, qué falta y qué sobra?

Cada vez más, los expertos -psicólogos, filósofos y neurocientíficos- se dan cuenta que la sensación de plenitud es resultado de un proceso reflexivo, más que la consecuencia de estímulos externos. Hoy en El Definido te queremos contar dos fascinantes ideas respecto a ello, que demostrarán cómo darle sentido a una vida es mucho más importante que un simple “soy feliz porque tengo una pareja que amo y un trabajo que adoro” (excelente, ¿pero si te divorcias y te despiden?, ¿qué?). Cualquiera es capaz de lograrlo si se lo propone.

Los cuatro pilares para lograr una vida con sentido

Emily Esfahani Smith es canadiense, hija de un carpintero y fue miembro durante toda su infancia de una comunidad sufí, un movimiento islámico que destaca los aspectos más místicos del islam. Ella está segura de que quien vive la vida persiguiendo la felicidad, suele ser infeliz, ¿por qué?

En una charla TED, relata cómo al salir de la casa de sus padres y entrar a la universidad, comenzó a sentirse desorientada y vacía. Entonces decidió estudiar psicología positiva y leer sobre filosofía y neurociencia para entender este sentimiento. Fue entonces que hizo un gran hallazgo que la cambió para siempre: tener un sentido en la vida es mucho más importante que ser feliz. Mientras la mayoría de la gente considera que ser feliz es estar tranquilo y cómodo –algo que puede durar horas o algunos días al mes- una vida con significado es un motor que ayuda a levantarse con ganas cada mañana, para desarrollar lo mejor de uno mismo. Y cualquiera es capaz de sentirlo si se lo propone, ¿cómo?

Desarollando estos cuatro pilares:

  • 1.Sentido de pertenencia. Valorar a los otros y sentirse valorado uno mismo de acuerdo a lo que somos, y no a lo que creemos o a lo que tenemos. Seamos católicos, ateos, pertenezcamos a un colegio en especial, tengamos un trabajo particular o un auto que todos quieren, no deberíamos ser destacados por ello, sino por lo que somos esencialmente, y esto tiene que ver con el amor, con tratarnos como seres humanos, generando vínculos reales. Este sentimiento debe partir de uno mismo hacia los otros, por ejemplo, no invisibilizando a nadie ni haciéndolo sentir poco importante.
  • 2.Tener un propósito. Muchos creen que esto es lo mismo que “un trabajo que me haga feliz”… pero están equivocados. Un propósito se relaciona con la fortaleza que cada uno tiene y que puede utilizar para servir a los demás. Por ejemplo, una persona que trabaja en un hospital puede decir que su propósito es “sanar a los demás”, pero no “ser enfermera”, porque eso es algo circunstancial, consecuencia de lo que estudió y de una entrevista de trabajo. Si es despedida, su propósito continuará siendo “sanar a los demás”, tal vez de otras formas. Se trata de algo que podemos desempeñar dentro o fuera de las paredes de una oficina.
  • 3.Trascender. Y esta no es “una volada sufí shuuuper mística”, sino un sentimiento real que muchos hemos sentido alguna vez (ojalá). De acuerdo a Emily, son “esos raros momentos cuando uno está por encima del ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana, y el sentido del yo se desvanece y uno se siente conectado con una realidad superior”. Puede pasar mientras miramos las copas de los árboles, estamos inspirados escribiendo algo o meditamos. Esos momentos en que perdemos el sentido del tiempo y del espacio, elevan nuestro espíritu, lo calman y lo conectan con algo más grande que nosotros mismos (entiéndase “dios”, “la naturaleza”, “el universo” o lo que sea que cada uno crea). Según Emily, estos momentos nos hacen menos egocéntricos y más generosos, pues nos sentimos pequeños ante algo inmenso y maravilloso.
  • 4.Contar nuestra historia. Sí, puede sonar irrelevante, pero la historia que nos contamos a nosotros, sobre nosotros mismos, es vital. La narrativa de nuestras vidas nos da claridad sobre quiénes somos, interpretando cada uno de los acontecimientos que nos han marcado como seres humanos. Lo más mágico, es que podemos cambiar nuestra historia sólo contándola de manera distinta. Hay muchas personas que tienen una historia triste y se la cuentan a sí mismos mil veces durante el día. Por ejemplo, alguien que tuvo un accidente y quedó sin poder caminar, puede contar cómo su vida se desmoronó ese día. Pero si, mediante una terapia o trabajo consciente, comienza a contarse a sí mismo cómo eso le dio un nuevo sentido a su vida (dedicándose a la fotografía, escritura o a crear una fundación), comenzará sin duda alguna a sentirse mucho mejor, y a ser una mejor persona.

¿Pero realmente la vida tiene sentido o es una cosa inventada?

El ser humano se ha hecho esta pregunta una y otra vez: ¿de verdad la vida apunta en una dirección y todo cobra sentido en un punto, o es obra de nuestras mentes que lo interpretan todo? Y no se alarmen, pero probablemente la respuesta está en la segunda opción: tal como propone Emily, es obra de un trabajo reflexivo.

Joseph P. Carter es estudiante de doctorado en Filosofía Griega Antigua de la Universidad de Georgia, y escribió una columna en The New York Times (aquí la resumimos, pero les recomendamos que la lean).

En ella señala cómo tener un propósito en la vida ayuda a muchas personas a “superar adicciones a las drogas, sanar situaciones trágicas y pérdidas, así como lograr el éxito económico”. Sentir que nuestra vida carece de propósito, puede ser devastador para cualquiera.

Sin embargo, Joseph –después de mucho estudiar a decenas de filósofos y físicos- tiene la convicción de que el universo carece de sentido, pero que es eso mismo lo que lo mantiene en equilibro:

“La entropía es el grado de desorden en un sistema, por ejemplo, nuestro universo. El desorden físico tiene que ver totalmente con el equilibrio: todo en descanso aleatorio y uniforme”, señala.

Es decir, el universo es propiamente desordenado y caótico, pero es eso mismo lo que lo mantiene en armonía.

Esto puede llevar a muchos a sentirse vacíos, flotando en la nada y sin propósito alguno. Pero Joseph dice que debería ser al contrario, lo que nos hace propiamente humanos y nos da valor, es precisamente nuestra capacidad para hablar sobre nuestro entorno a escala humana (contarnos nuestra propia historia, como diría Emily). O sea, si bien físicamente nuestro universo podría carecer de sentido, el que nosotros encontremos un propósito, nos hace humanos. Y de eso hay que sentirse inmensamente orgullosos, porque es una “ventaja evolutiva” que nos hace especiales con respecto al resto de la naturaleza, dice Joseph.

El filósofo dice que no sólo somos cuerpo, sino un “cuerpo fantasma”, al que se le suman culturas, instituciones y mitos que significan nuestro paso por la Tierra, y permiten que la sabiduría popular, traspase generaciones. No somos sólo un conjunto de células, sino de células capaces de interpretarlo todo de manera dolorosa y triste, o inmensamente significativa y esperanzada. Y esto, según Joseph, no es más que una “reacción a la indiferencia del universo hacia nosotros”.

Obviamente esta es su visión, y puede que ustedes, queridos lectores, la compartan o no. Pero la conclusión a la que llega, toca a cualquiera: no existen finales felices o finales tristes en nuestras vidas, el universo no los juzga, nosotros lo hacemos. Por eso, más vale que nos contemos una linda historia, que por más capítulos dolorosos que tenga, sea significativa, nos haya transformado en seres mejores (probablemente a porrazos) y tenga un desenlace cargado del más profundo de los sentidos: la entrega de lo mejor de nosotros al resto.

¿Has descubierto tu propósito de vida? ¿Cuál crees que es?

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Comentarios
Juan Toledo Díaz | 2017-10-13 | 12:39
2
Excelente... justo hablaba de esto mismo con un amigo ayer... lo triste de ver gente en este mundo viviendo tan vacíamente...
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Jorge Sánchez | 2017-10-14 | 03:07
3
Lo cierto es que no puedo afirmar si la vida tiene sentido o no. Incluso diría que, planteado así, la vida no tiene ningún sentido. Y es que en esto se sustentan el Nihilismo, el Existencialismo y el Pesimismo Filosófico: en aprender a vivir sin un sentido fijo de la vida :)
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Patricio Bajodepino | 2017-10-15 | 12:40
1
El que no tenga sentido es lo que más libertad nos da.
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