Anorexia, salud, medicina, adolescencia, trastorno alimenticio
Imagen: César Mejías

Descubren efectivo tratamiento para combatir la anorexia (y no es psicológico)

Un prestigioso estudio científico descubrió que una estimulación profunda con electrodos en el cerebro, ayuda considerablemente en el tratamiento de pacientes con anorexia nerviosa crónica.

Por Macarena Fernández | 2017-03-08 | 15:00
Tags | Anorexia, salud, medicina, adolescencia, trastorno alimenticio

1 de cada 100 adolescentes padece anorexia nerviosa en el mundo, según los datos de la Cruz Roja. Un trastorno alimenticio que afecta a miles de mujeres (90%) y también a hombres (10%) y que con los años los casos continúan aumentando de forma considerable.

Esta triste enfermedad afecta en su mayoría a personas jóvenes, e involucra tanto al cerebro como al cuerpo, y se traduce en un trastorno que lleva a disminuir voluntariamente la alimentación y a sentir repugnancia por la comida, produciendo una distorsión de la propia imagen que no corresponde a la realidad.

Las causas son muchas y la principal es la baja autoestima o depresión que sufren muchos adolescentes, y que se intensifica con los altos estándares de belleza ligados a la delgadez extrema que exponen e imponen la moda, los medios y la sociedad.

En casos extremos, la anorexia llega a ser una enfermedad crónica (la tercera más común en jóvenes), y como otros trastornos psiquiátricos, hay personas que viven toda su vida enfrentando esta enfermedad, la que muchas veces provoca la muerte o el suicidio.

Hoy existen tratamientos e intervenciones médicas para detener el avance de la enfermedad, pero éstos aún son muy débiles y la evidencia científica en relación al éxito de éstos es escasa, por lo que la recaída es bastante común. Por esto es que los médicos señalan que la prevención es la clave principal, razón por la cual también algunos medios, marcas y figuras públicas se han sumado a la lucha contra la extrema delgadez y con promover la belleza de los diferentes tipos de cuerpos.

Aún así, los índices de anorexia continúan siendo altos, y es por esto que médicos y científicos investigan posibles tratamientos que sean verdaderamente efectivos. Y hace un tiempo en hospitales de España e Inglaterra, comenzaron a tratar a sus pacientes crónicos y de mayor riesgo, con un nuevo método basado en la estimulación profunda del cerebro a través de la implantación de electrodos. Los resultados han sorprendido a los médicos del mundo entero.

Interviniendo el cerebro para frenar el trastorno

Un estudio publicado en The Lancet Psychiatry muestra que al implantar electrodos en ciertas áreas del cerebro, mejora el estado de ánimo, la ansiedad y el bienestar de pacientes con anorexia crónica, además de generar un aumento en el apetito y disfrute de la comida, y una mejora en el circuito de motivación y recompensa.

Para llegar a estos resultados, los investigadores trataron a 16 mujeres de entre 21 y 57 años, todas con un peso muy inferior al recomendado que llevaban más de 15 años con la enfermedad, y que se habían sometido a varios tratamientos sin buenos resultados.

Mediante un procedimiento neuroquirúrgico se les implantaron electrodos reversibles en el centro del cerebro, área que se ha demostrado que los enlaces de serotonina están alterados en personas con anorexia; y los electrodos estimularon esa área en intervalos cortos y regulares durante un año.

Usando escáneres TEP (tomografía por emisión de positrones), los investigadores detectaron cambios en áreas vinculadas a la anorexia. Vieron que se redujo la actividad en el putamen, el tálamo, el cerebelo y otras áreas, y que también aumentó la actividad en áreas periféricas y corticales vinculadas a la percepción social y al comportamiento, lo que indica que la estimulación profunda del cerebro fue efectiva.

"Nuestro estudio sugiere que la intervención focal y la estimulación profunda del cerebro pueden afectar al circuito de síntomas que mantienen la anorexia y la hacen tan difícil de tratar", señaló Nir Lipsman, el autor principal del estudio.

El IMC (Índice de Masa Corporal) promedio de las pacientes previa intervención era de 13,81 (muy por debajo de la delgadez severa), y 16 de las 18 tratantes tenían trastornos del humor y de ansiedad. Posterior al tratamiento, el IMC fue de 17,34 (delgadez leve), y se presentaron mejoras significativas en los niveles de depresión, en la regulación emocional y en el metabolismo de la glucosa cerebral.

Su éxito es una gran noticia para la comunidad científica. De todos modos, es importante aclarar que contar con este tratamiento no significa necesariamente que haya que prescindir de la terapia psicológico en la anorexia, sobre todo cuando las raíces de la enfermedad nacen de este tipo de trastornos. Más bien se trata, quizás, del eslabón faltante para una terapia realmente efectiva.

Los resultados, si bien son preliminares, abren una puerta a la esperanza para los casos más graves de anorexia, pacientes que llevan más de 10 años luchando contra la enfermedad y en las que el riesgo de mortalidad es muy elevado.

¿Conoces otro tipo de tratamiento efectivo para este trastorno?

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