Puerto Rico, crisis económica, Estados Unidos, déficit fiscal, quiebra, solución, plan
Imagen: César Mejías

La isla del reggaetón está en problemas. Esta es la razón.

Con una población de unos 3,5 millones esta isla caribeña, que no es ni nación independiente ni un estado común y corriente de EE.UU. se encuentra sumida en una crisis económica. Cómo ocurrió, a quiénes afecta y cuál es el plan para superarla, te con contamos en este artículo.

Por Tomás Croquevielle @kroque1989 | 2016-07-05 | 16:33
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No solo los venezolanos o brasileños lo están pasando mal producto de sus respectivas crisis económicas, en las tierras de reggaetón también hay una crisis económica grave que es urgente de resolver. Puerto Rico, cuna de estrellas de pop latino como Marc Anthony, Chayanne, y Ricky Martin, está actualmente en una complicada situación de la que probablemente poco sepas.

Hace poco más de un año, Alejandro García Padilla, gobernador de este estado libre asociado de EE.UU., realizó el año pasado un anuncio que conmocionó a toda la isla: “La deuda es impagable”, aseguró en un mensaje transmitido por televisión a todo el territorio. "No se trata de política, se trata de matemáticas”, afirmó.

Es que la isla caribeña, que desde 1898 es parte de EE.UU., se encuentra sometida a la que quizás es la peor crisis económica de su historia, producto de una deuda de proporciones astronómicas, podríamos decir. Pero, ¿qué es lo que pasó?

Gigante hoyo fiscal

La actual crisis de Puerto Rico tiene sus raíces en su particular situación política: desde su anexión a Washington a fines del siglo XIX, los puertorriqueños son ciudadanos de EE.UU., lo que ha generado que durante décadas, millones de isleños migraran al continente, en busca de mejores condiciones de vida y oportunidades laborales. Mal que mal se trata de un sociedad en vías de desarrollo, dentro de una potencia mundial.

Y es que más de la mitad de la población boricua vive en Estados Unidos, unos 4 millones, mientras que un promedio de 1.500 puertorriqueños emigran mensualmente a EE.UU., un proceso de despoblamiento de la isla que se ha acelerado abruptamente en los últimos años. En el 2014 las cifras aumentaron considerablemente, 84 mil puertorriqueños dejaron el país.

Para disminuir este flujo migratorio y potenciar la economía de la isla, las autoridades norteamericanas llevaron adelante una política de bajos impuestos a las empresas norteamericanas que se quisieran instalar en el territorio puertorriqueño, mediante la sección 936 del Código de Rentas Internas, que benefició a multinacionales como la farmacéutica Pfizer.

Situación que aunque generó una mejora en la calidad de vida, también produjo un sostenido aumento del déficit fiscal, ya que los gastos públicos fueron cada vez más altos que los ingresos del fisco, producto de dependencia del dinero proveniente de EE.UU. y un constante aumento del gasto social sin un plan, situación desde hace cuatro décadas ha sido enfrentada por los diversos gobiernos mediante la emisión de deuda.

Esto se agravó en 1996, cuando la administración Clinton comenzó a eliminar gradualmente la sección 936, lo que significó el cierre masivo de centros de manufacturas en la isla, produciendo profundo bajón económico y el consecuente aumento de desempleo, actualmente ubicada en el 12,6%.

Un deuda más grande que su economía

Actualmente la isla carga con una deuda que asciende los 73 mil millones de dólares, es decir un 102% de su PIB y un déficit presupuestario superior a los 700 millones de dólares; esto es una deuda cuatro veces mayor a la de la ciudad de Detroit, la mayor bancarrota municipal registrada en la historia de Estados Unidos.

Esto significa que, en promedio, cada ciudadano de la isla debe 19 mil dólares en deuda, si en 10 años el monto no es cancelado, esta ascenderá a 40 mil dólares, una cifra muy superior al ingreso per cápita de la isla.

Hay un paralelismo entre la crisis de deuda que se encuentra Grecia y Puerto Rico, en la medida que ambos adeudan un monto varias veces superior a su posibilidad de pago, y ambos se encuentran amarrados a instituciones superiores que le quitan capacidad de maniobra, la Unión Europea en el caso de Atenas y El Gobierno Federal de EE.UU. en el caso de San José.

Sin embargo la situación de la isla es aún más dura, porque a diferencia de la economía helena, cuya deuda equivale a 168% de PIB, la isla caribeña no cuenta con una línea de crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le pueda brindar préstamos para que su economía se mantenga a flote.

Y como además Puerto Rico es un Estado Libre Asociado (desde mediados del siglo XX), carece de una autentica soberanía institucional, política y económica, por lo que una declaratoria de bancarrota, como la que experimentó la ciudad de Detroit en 2013, no es una opción. Dado su particular estatus, legalmente no puede declararse en quiebra.

O la deuda o su gente

En estos momentos la isla se encuentra en la terrible posición de tener que hacer una elección imposible: su población o sus acreedores. Actualmente, más de un tercio del presupuesto de la isla se destina al pago de la deuda, una suma mucho más elevada que en cualquier otro lugar de EE.UU., dinero que por lo demás, no se puede utilizar para invertir en un mejor futuro o en los servicios de los que dependen los puertorriqueños. Una situación que en el largo plazo es simplemente insostenible.

Al igual que con la mayoría de las crisis económicas, los que más sufren son los ciudadanos, en el caso de Puerto Rico, su población vive actualmente con una tasa de pobreza que ronda el 40%, impactando con especial dureza a la población adulta mayor (en constante aumento) e infantil. En esta última la pobreza ronda el 60%.

Por otro lado para poder disminuir o al menos mitigar el déficit fiscal, el gobierno ha aumentado el IVA, encareciendo los precios de la mayoría de bienes .

La PROMESA de Washington (y su cuestionamiento)

Luego de meses de discusiones políticas en el Capitolio de Washington, en donde se rechazaba la idea de realizar un “rescate” en donde el fisco de EE.UU. le prestara dinero a la isla para poder pagar sus deudas y servicios básicos, el Senado pudo aprobar un plan.

Se trata de la Ley para la Supervisión, Administración y Estabilidad Económica para Puerto Rico (PROMESA, por sus siglas en inglés), la cual establece una junta de control fiscal sobre la isla con la potestad de tomar decisiones sin contar con el aval del gobierno puertorriqueño, todo esto con el propósito de poder pagar y reestructurar la deuda así como manejar las finanzas de la Isla. Proyecto de ley que aún debe ser aprobado por la Cámara Baja.

Bajo la nueva ley, la junta de supervisión fiscal podría anular cualquier norma por parte del Gobierno de Puerto Rico que considere una violación de PROMESA y también puede obligar al Gobierno puertorriqueño a vender activos, fusionar agencias y despedir empleados gubernamentales. La junta también podrá vetar leyes de la legislatura y no puede ser limitada por acciones estatales, ya sea del poder legislativo o del ejecutivo.

El Presidente de EE.UU., Barack Obama, destacó que la medida permitirá evitar que se disminuyan servicios básicos a la población, aunque reconoció que “no va a ser suficiente para resolver todos los problemas a que Puerto Rico se enfrenta, pero es un importante primer paso para crear estabilidad, y mejores servicios, y mejor prosperidad a largo plazo para el pueblo de Puerto Rico”.

Por otro lado, los críticos del plan de ayuda por parte del Gobierno Federal de EE.UU. a la isla, se oponen a los recortes sociales que se han estado llevando adelante y que se podrían profundizar bajo el mandato de la junta de supervisión, la cual consideran como una institución de corte colonialista, que restringen la soberanía de la isla, y se preocupa de pagarle más a los acreedores que en la situación social de la gente misma.

Proponen a cambio que la isla pueda declararse en bancarrota y reestructurar su gigantesca deuda bajo el amparo de una corte de quiebras, la cual podría encaminar a Puerto Rico a un pago ordenando de sus obligaciones financieras.

Posibles ramificaciones

El viernes 1 de julio el gobierno puertorriqueño enfrentó otro vencimiento en el pago con sus acreedores de unos 2 mil millones de dólares (1,3 trillones de pesos chilenos).

Aunque el peligro de que esta crisis se contagie en el resto del los mercados internacionales es aún pequeña, en el mundo globalizado en que vivimos, el cual ya se encuentra en una situación de alerta y posible inestabilidad ante hechos como el Brexit y la desaceleración de China, no es descartable que la crisis de Puerto Rico pueda tener sobre el resto de la región, algo que dependerá en gran medida de cómo esta crisis sea solucionada.

Muchos países del Caribe están muy endeudados y tienen altas tasas de pobreza y desempleo. Pero al igual que Puerto Rico, pero por diferentes razones, no son elegibles para las iniciativas tradicionales de alivio de deuda, dejándolas en unas situación de desprotección e incertidumbre, por lo que la forma en que se resuelva la situación tendrá un efecto en cómo la comunidad internacional y los acreedores lidiaran con estos países.

Vamos a la solución, ¿Cómo puede recuperarse la isla?

Aunque no hay una solución mágica para la profunda crisis económica de la isla caribeña, varios expertos, consideran que para salir del hoyo, el gobierno debe trabajar en conjunto con el sector privado y la sociedad civil, para identificar las nuevas oportunidades económicas, especialmente en el sector del conocimiento, y la otorgación de rebajas tributarias a las empresas de los sectores que se quiere potenciar.

Estados Unidos, por su parte, debe empezar a tratar a Puerto Rico de manera más equitativa, otorgándoles los mismos beneficios sociales que a su población, y en las rebajas tributarias a las personas, con el propósito de eliminar los incentivos al trabajo en el sector informal.

¿Y cómo está respondiendo la gente?

Frente a la crisis, la sociedad civil está generando respuestas colectivas, que a futuro podrían multiplicarse. Una de ellas es Puerto Rico Inspira, la iniciativa ciudadana de la isla que busca a hacer frente a el miedo, la preocupación, frustración y la desesperación actual que se vive en gran parte de la población boricua, emociones que dicha iniciativa busca transformar en esperanza. Esto lo intentan utilizando las redes sociales y publicando videos con "experimentos sociales", como fue el que grabaron en el Viejo San Juan, en donde desconocidos responden cuál es su inspiración, sin darse cuenta de que se verían obligados a mirarse en un espejo.

El proyecto, sin fines de lucro, fue lanzado luego de la masacre en Pulse, la discoteca en Orlando dirigida a la comunidad lesbiana, gay, bisexual, transexual y transgénero (LGBTT) que acabó con la vida de 49 personas, incluyendo a 23 puertorriqueños.

Otra iniciativa es la recién creada súper heroína Borinqueña, la cual se dedica a combatir el crimen, salvar vidas, e involucrarse en la situación política de la isla, otorgando una dosis de orgullo nacional a la población boricua e inspirándola para ayudarse a sí misma.

¿Sabías de las crisis económica de Puerto Rico? ¿Qué otra medida recomendarías para solucionar el problema?

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Comentarios
Luis Gennari | 2016-07-05 | 19:04
0
Es que 4 - 3 es igual al cangry
What!?
Rompe, rompe, rompe
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