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Imagen: Gojko Franulic

¿Qué está logrando unir a palestinos e israelitas? ¡El aceite de oliva!

En medio del irreconciliable conflicto en Medio Oriente, un proyecto busca la cooperación entre palestinos e israelitas a través de la producción del símbolo económico de la región: el aceite de oliva.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2015-04-17 | 11:00
Tags | aceite, israel, palestina, paz, cooperación, medio oriente

Se estima que el 40% de la tierra cultivable en Cisjordania y la Franja de Gaza es ocupada por olivos, cuyos productos representan el 10% del Producto Interno Bruto de Palestina. Si bien la importancia del olivo se puede representar con números y porcentajes como estos, se puede comprender su real valor con una historia que rescataremos de la novela gráfica Palestina, del dibujante y periodista Joe Sacco, donde narra las experiencias de sus viajes a estas mismas tierras a finales de 1991 y principios de 1992, en medio de la primera intifada (revuelta palestina).

El capítulo “El Balde” comienza con Sacco a bordo de un auto. Sami, su guía local, le dice que lo llevará a una villa que es “una mina de oro de miseria”. El objetivo del periodista es encontrar a alguien que pueda hablarle sobre la tala masiva de olivos, el principal sustento de familias de la zona. ¡Bingo! En la villa encuentra una familia que cuenta con lujo de detalles cómo soldados israelitas talaron cerca de 70 olivos, pertenecientes a 13 familias palestinas. El padre de familia, quien no se encontraba inicialmente, aparece luego de escuchar que hablaban sobre los árboles. “El olivo es nuestra principal fuente de vida” le dice a Sacco “usamos el aceite para nuestra comida y compramos ropas con el aceite que vendemos. Un buen olivo puede producir 20 a 30 litros cada año. Aquí no tenemos nada salvo los árboles”.

“¿Y por qué taló sus olivos?” le pregunta el periodista. El hombre relata que, dos años antes, un grupo de soldados israelitas se presentó en su casa. Alguien había arrojado piedras o una bomba molotov desde su campo de olivos y le daban dos opciones: talarlos o poner cercas en su campo. Al no tener dinero para cercarlo, los soldados le dieron una sierra y le obligaron a talar sus árboles. “¿Cómo se sintió?” le pregunta Sacco. “Estaba llorando” dice el hombre “se sentía como si estuviera matando a mi propio hijo”.

Aceite sin fronteras: cooperación para la paz

El lamentable relato que cubrió la pluma de Sacco ha ido, poco a poco, quedando en el pasado. Pese a que el conflicto palestino-israelí sigue en pie, existe un proyecto que incentiva el contacto entre ambos pueblos con un objetivo: potenciar el cultivo del olivo, este simbólico producto de la región que, a día de hoy, es el sustento de más de 100.000 familias solo en Cisjordania.

Desde 2011, la fundación Near East lleva a cabo un proyecto conocido como Olive Oil Without Borders (OOWB), cuyo objetivo es “promover la cooperación en beneficio mutuo (…)a través de toda la cadena de producción de aceite de oliva, que incluye una red de agricultores, procesadores de aceite de oliva, intermediarios y distribuidores que se extiende a través de la frontera entre Israel y Palestina”. Como indica su nombre, buscan comunicar, a través de la cooperación entre los dos pueblos, que la importancia económica del cultivo del olivo transciende las diferencias políticas y religiosas que han dividido la región por décadas.

El proyecto es una de las muchas caras de esta centenaria fundación, antes conocida como The American Committee for Syrian and Armenian Relief (Comité Americano para la Ayuda de Sirios y Armenios), que nació en respuesta a la crisis humanitaria que siguió a la disolución del Imperio Otomano en 1915, y que cuenta con varios proyectos en África y Oriente Medio. OOWB nace cuando Near East nota un exceso de producción de aceite de oliva en el lado palestino, y, al mismo tiempo, escasez de aceite de oliva local en el lado israelí. Un desafío simple, a primeras, pero complejo por la situación política de la región.

Hola, "enemigo"

No hay un límite fronterizo real entre Israel y Palestina dice Muhammad Hamudi, granjero y productor de aceite de oliva, quien ha sido parte del programa de OOWB desde sus inicios en 2011. “Hoy el límite está acá, mañana estará allá. El mercado del aceite de oliva tampoco tiene límites fronterizos. El puente hacia el mercado global es el mismo puente para todos” agrega.

Hamudi es parte de una de las 34 comunidades dedicadas al cultivo del olivo que trabajan con OOWB en Israel y Cisjordania. Su producción se ha triplicado, dice, gracias a las subvenciones otorgadas por la fundación para modernizar equipos, modernizar instalaciones (como molinos) y plantar nuevas variedades de olivos.

La colaboración con granjeros israelitas ha sido vital en el desarrollo del programa. “Lo veo como un intercambio. Nosotros tenemos cosas que enseñarles, y ellos tienen cosas que enseñarnos. Ellos usan técnicas modernas, nosotros tenemos experiencia y conocimientos. Los beneficios son para ambos lados” dice Hamudi.

El hecho de sentar a personas de los distintos pueblos a conversar sobre un tema en común, ha proporcionado instancias que antes no existían. Así lo reconoce Ayala Noy, productora de aceite de oliva israelí. “Fue una experiencia muy poderosa. Sentarme con un granjero palestino que me cuenta, con lágrimas en sus ojos, que su huerto fue quemado hasta los cimientos la noche anterior por colonos israelitas, fue muy emotivo”.

En el sitio de OOWB se puede leer que su fin último es “construir confianza y colaboración a través del desarrollo económico, impulsando una base para la paz y la reconciliación en la frontera”, objetivo que hoy ya es una realidad, dice Noy. “Invitamos a palestinos a nuestra casa, les mostramos nuestro molino, y tratamos de seguir en contacto por teléfono. Creo que les da una oportunidad de ver a otros israelitas. Muchos de ellos me han dicho que era primera vez que conocían a un israelita que no fuera soldado o colono”.

Sumaya Sawalmeh, granjera palestina quien también trabaja con OOWB, concuerda. “Fue muy importante para mi tomar parte en este proyecto. Vine a Israel (y) por primera en mi vida… me fui con sentimientos positivos”.

Un proyecto renovado

La primera versión de OOWB finalizó en 2014 con gran éxito: 18 molinos renovados en Cisjordania, un incremento de 30% en la calidad y cantidad del aceite de oliva en la región y un influjo de 20 millones de dólares en la economía palestina.

Recientemente el proyecto se adjudicó un fondo de 1.2 millones de dólares de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y se anunció una segunda versión que finalizará en 2018, que beneficiará a cerca de 2.000 agricultores a ambos lados de la frontera.

Si bien el ramo de olivo no puede ser, hoy por hoy, un símbolo de paz, OOWB está demostrando que sí puede ser, al menos, uno de entendimiento y cooperación.

¿En qué otros lugares del mundo te gustaría ver iniciativas de cooperación como ésta?

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Comentarios
Gustavo Rebolledo Miranda | 2015-04-17 | 22:59
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Me recuerda a la fábrica de John DeLorean en Irlanda del norte, donde convivían católicos y protestantes por igual.
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