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Desafío Levantemos Chile: Reconstruyendo las piezas del terremoto social

Pablo Schuster lleva en sus hombros la responsabilidad de continuar con la labor que comenzó Felipe Cubillos en Desafío Levantemos Chile y trabaja para transformarla en una fundación que, tras hacerse cargo del terremoto físico, cure las heridas que dejó el terremoto social.

Por Antonia Laborde @antonialaborde | 2013-08-13 | 11:59
Tags | Pablo Schuster, Desafío Levantemos Chile, terremoto, social, voluntariado

La primera vez que alguien del directorio de Desafío Levantemos Chile le sugirió a Pablo Schuster asumir como nuevo Director Ejecutivo, dijo que no. La segunda vez que se lo propusieron, también se negó. La tercera, igual. Siempre personas distintas. A la cuarta, hubo una pregunta que cambió su respuesta "¿Qué tendría que pasar para que dijeras que si?", a lo que Pablo contestó "No sé, lo pensaré". Hizo un listado de lo que le gustaría que fuera su trabajo en la fundación y otro con sus paradigmas establecidos de lo que siempre había querido. De este segundo punteo fue descartando una serie de cosas que tenía metidas en la cabeza, pero que en realidad podían romperse perfectamente. Finalmente, su única condición fue tener flexibilidad para trabajar también en su oficina de arquitecto, que era lo que había hecho durante toda su vida. Una vez aceptada la petición, se volcó a trabajar 100% en ambas cosas y al cabo de 30 días cayó enfermo por una semana luego de años de no haber estado en cama. 

"Me di cuenta que la responsabilidad era enorme, me pasaron cosas, me asusté, a lo mejor me di cuenta que no iba a ser capaz, pero fue un susto que también pasó y después de esos cinco días en cama dije: Aparte de esto no me paso nada más, así que esto se puede y vino la determinación de que lo iba a hacer si o si, 100%. Sabía que iba a tener costos pero estaba dispuesto a asumirlos", cuenta Pablo, quien en mayo de este año, asumió como director ejecutivo de Desafío Levantemos Chile, cargo que previo al accidente en Juan Fernández, ocupaba Felipe Cubillos.

- ¿Cómo va la salud?

"Bien, hay una frase de Felipe que dice  "uno no conoce los limites hasta que no llega", yo vivo un poquito eso. Pensando que a lo mejor en cuanto a capacidad, energía, inteligencia tenía un límite, encuentro que estoy mucho más capaz, tengo mucha más energía de la que pensaba, entonces uno puede más."

Antes de que Pablo hiciera ese listado, cayera en cama y tomara una de las decisiones más importantes de su vida, según sus propias palabras, Eugenio Silva ocupaba el puesto de Director Ejecutivo y le daba estructura a la fundación que en un minuto se vio "disparando para muchos lados". Fue entonces cuando el logo se transforma en una estrella, con las cinco puntas que representan: Emergencia solidariaSalud, EducaciónEmprendimiento y Cultura y deporte. En el corazón de la figura está el voluntariado. Esos cinco pilares son los que hoy marcan la dirección de Desafío y por la que trabajan para juntar los escombros que sigue produciendo el terremoto social.

- ¿Por dónde partes cuando asumes como director ejecutivo de esta titánica tarea?

"Bueno, lo primero era cómo trabajar con las personas. Muchos de los jóvenes me conocían porque yo había trabajado en este voluntariado por Juaco (su cuñado, quien también falleció en el accidente), pero yo no había estado metido directamente en todas las áreas, porque generalmente estaba en terreno. Haber estado un año y medio en terreno antes de estar en la oficina me ayudó mucho, porque nosotros somos una fundación eminentemente de terreno, ojalá la oficina estuviera vacía. Esa experiencia me dio el peso de haberme vinculado con las personas, conocer sus problemas, haber viajado mucho, estar en lugares increíbles, lugares apartados... Para hacer una casa tuvimos que hacer un camino de 500 metros y toda esa gestión aparece y aparecen los recursos y aparecen las voluntades y por otro lado nos ayuda la municipalidad, aparecen las platas privadas. Y te das cuenta de que esto es una gestión distinta, que vincula el mundo privado con el público y que tú estás ahí para crear el puente entre los dos y ese puente existe."

- Buscar la solución desde el terreno es lo que los hace distintos, entonces.

"Por lo menos para nosotros,  no estar en terreno significa no entender nada. Y le pasó a Felipe, cuando lo primero que ofreció cuando llegó a Iloca fue un hotel para 500 personas y ellos le dijeron que no querían eso, que querían que los ayudara con los niños, porque si tenían dónde dejarlos, se podían dedicar a arreglar los botes y a levantar su comercio. Así nace el primer jardín infantil. Muchas veces uno sale a ofrecer cosas que no es lo que la gente necesita y es una equivocación de gestión. Con toda las ganas, pero uno se equivoca mucho. Lo primero que decía Felipe, era que preguntáramos en qué podemos ayudar, porque uno se lleva sorpresas... a veces las cosas son más simples de lo que imaginas. Luego viene validar que efectivamente sea así, estar en terreno, verlo y de ahí nacen los proyectos, los presupuestos, salir a buscar recursos, etc. Hay mucha empresa y personas que quieren ayudar."

- ¿Ha sido muy difícil relacionar área pública con la privada?

"Nos hemos dado cuenta que este es un problema de sistema, más allá de un gobierno. El sistema opera de una cierta forma, que es compleja, que tiene trabas, tiene controladores, papeleo, trámites. Muchas veces no es que nos saltemos las cosas, pero tratamos de ir más rápido, lo más importante es sacar las cosas adelante y como empiezan a confiar en que podemos hacerlo, nos ayudan."

Desafío Levantemos Chile fue una de las herencias que dejó el terremoto del 27 de febrero de 2010. El empresario Felipe Cubillos decide ayudar a los afectados y junto a un grupo de amigos, se organizan para aportar en la reconstrucción de sus viviendas, colegios y comercio. Una de sus primeras labores fue conseguirle a los pescadores de Iloca motores, bencina y materiales para rearmar sus botes. Cuando vio que ellos miraban sentados cómo los voluntarios hacían el trabajo, Felipe les dijo "si ustedes no nos vienen a ayudar, nosotros nos vamos a ayudar a otros" y los pescadores reaccionaron, formando una alianza que está en la esencia de la fundación: Trabajar en conjunto con los asistidos. 

- ¿Por qué vieron que era tan importante involucrarlos?

"Primero, para no equivocarse en las necesidad que tiene la gente y, segundo, que la única manera que tienen para salir adelante, es que tú des las herramientas, enseñes, para que después sigan avanzando por sí mismos. Nosotros estamos esperando dar buenas oportunidades, pero la gente tiene que poner de su parte y a veces falta. Muchas veces es gente cansada, que se siente excluida y a veces no creen, pero cuando hay confianza, la gente se mueve." 

- Uno de los principales trabajos de Desafío ha sido la construcción de jardines infantiles ¿Cómo se aseguran que la calidad del edificio sea coherente con la calidad de la educación?

"Se formó un equipo que ha estado trabajando muy bien en el tema de construcción de jardines. El recurso está, tienes elementos, buenos baños, sólo falta la motivación para volver a creer que lo que estoy haciendo es importante. De ahí nace el desafío "Aprender", donde se toma una serie de jardines infantiles. Partimos con una charla que hace la Pilar Sordo sobre la felicidad de enseñar, que viene a remotivar a los profesores para que entiendan la importancia de enseñar, salen de esas charlas sumamente entusiasmados y después viene todo un trabajo con los mismos profesores y con los apoderados. Porque una cosa es lo que tu aprendes en el jardín y lo otro es lo que recibes en tu casa, entonces tratamos que ambas enseñanzas sean consecuentes. Yo creo que esa es una forma de partir de abajo con igualdad de oportunidades."

La situación en la que estudiaban los niños de zonas rurales fue una de las tantas heridas que se volvió a abrir con el remezón que provocó el terremoto. Pablo ha denominado a esta quitada de velo "el terremoto social". 

"Estábamos viendo un Chile que crecía, que se desarrollaba, pero no habíamos visto a los que se estaban quedando atrás. Yo creo que eso apareció con este Chile que conocimos post terremoto. Ver las condiciones de vivienda, de salud de muchos chilenos, hace que Felipe se pregunte ¿Y qué más podemos hacer? Porque la reconstrucción física era un tema, pero después fue qué hacemos con el Chile que está con ganas, pero que no ve las oportunidades, que no las tiene, que el medio no se las da por distintas razones, sin enjuiciar el tema político sino que viendo un tema de hechos. Y ahí queda el concepto del terremoto del día a día que vive mucha gente, que siente sismo hoy día, mañana, el frio, la lluvia, la distancia, la falta de educación, de salud y ahí nace el concepto del terremoto social".

Actualmente, Desafío trabaja en proyectos a largo plazo. Sin determinarlo un día en específico, decidieron a través de una serie de decisiones volverse atemporales, quedarse, perdurar. Tienen tres años como fundación, pero Pablo dice que están madurando, cada vez asumiendo más responsabilidades y por lo mismo, presionado y motivados a cumplir, con las afectados, con los voluntarios, con las empresas y con todos aquellos que se fueron, pero dejaron su gran legado: El desafío de levantar a Chile. 

¿Aún quieres más? Mira esta entrevista que le hicimos a Diego Larraín, uno de los directores de la fundación:

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