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Imagen: Felipe Lira

"¿Acrobacias aéreas? Yo puedo hacer eso": Patty Wagstaff, la leyenda de la aviación estadounidense

Patty Wagstaff fue la primera mujer en ganar el campeonato nacional de acrobacias aéreas en EEUU. Sabe perfectamente cómo manejar el miedo y el control requerido para alguien que vuela tan cerca del suelo. Hablamos con ella y esto nos contó.

Por Romina Diaz | 2019-01-28 | 07:00
Tags | aviación, mujeres, piloto, acrobacias, avión
"Me encanta la sensación de volar justo sobre los árboles o sobre la playa o sobre el agua, porque te da la sensación de velocidad que no siempre obtienes cuando vuelas alto. Me gusta volar bajo, eso es realmente adrenalínico", (Patty Wagstaff, campeona nacional de acrobacias aéreas en EEUU).
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¿Han sentido cuando su estómago parece soltarse de cualquier órgano al que esté amarrado dentro del cuerpo y llega hasta la faringe donde se queda flotando? Eso se siente solo viendo volar a Patricia Rosalie Kearns Combs o Patty Wagstaff, la leyenda de la aviación estadounidense, una de las campeonas nacionales de acrobacias aéreas de EEUU y la única mujer en ganar el campeonato tres veces. Hace casi 40 años que sacó su licencia de aviadora y a sus 67 años de edad, todavía hace lo que le apasiona.

"Todo lo que crees que puedes hacer en un avión, todo lo que podrías soñar, es lo que me gusta hacer en mi avión", dijo Wagstaff. En El Definido la entrevistamos y esto es lo que nos contó.

¿Acrobacias aéreas?: “yo puedo hacer eso”

La energética Patty Wagstaff nos contó que comenzó, como todo joven, indecisa buscando algo que hacer con su vida. Nació en St. Louis, Missouri, el 11 de septiembre de 1951. Su papá, Robert Combs, fue piloto en la Fuerza Aérea y también trabajó como piloto comercial en Japan Airlines. Cuando Patty tenía solo diez años, comenzó a encantarse con los aviones y todavía recuerda cuando su papá le dejó tomar los controles de su DC-6 (un avión comercial). Pero volar comercialmente no era para Patty.

Cuando tenía 29 años, sacó su licencia de piloto de aviones y solo cinco años después, en 1985, ya estaba en el Equipo Acrobático de EEUU (el que, en el caso chileno, es conocido como los Halcones, por si no lo conocían).

“Sabía que me interesaban las acrobacias aéreas después de haber obtenido mi licencia de piloto, pero nunca había estado en una exhibición aérea. Cuando fui a mi primer espectáculo aéreo, supe que eso era lo que quería hacer. También fui a una competencia casi al mismo tiempo y me dije a mí misma: ‘yo puedo hacer eso’”, contó la leyenda a El Definido.

La acrobacia aérea es una práctica de vuelo con aviones que no se usan en vuelos normales, sino que para recreación, entretenimiento y deporte. La mayoría de las maniobras acrobáticas involucran la rotación del avión alrededor de su eje, y en general se combinan para formar secuencias acrobáticas completas para las competencias.

A ras del suelo

Este deporte expone a los aviones a una mayor tensión estructural que en un vuelo normal, y obvio que también a quien lo pilotea. De hecho, en algunos países, como EEUU, este tiene que usar un paracaídas cuando hace acrobacias, en caso de que en medio de los rápidos giros en 360° que Patty hace usualmente con su avión, este se abra y la única opción de salir vivo sea con un paracaídas.

Pero esta norma de seguridad podría no salvarla en otros casos, porque algunas maniobras se practican casi a ras del suelo, que es justamente la parte que ella más disfruta. "Me encanta la sensación de volar justo sobre los árboles o sobre la playa o sobre el agua, porque te da la sensación de velocidad que no siempre obtienes cuando vuelas alto. Me gusta volar bajo, eso es realmente adrenalínico", dijo Wagstaff.

El entrenamiento acrobático se realiza en parte porque mejora la capacidad de los pilotos para recuperarse cuando no hay buenas condiciones de vuelo, por lo que es algo que se practica en varios programas de entrenamiento de seguridad. Pero esta nunca fue la razón de por qué Patty comenzó a “piruetiar” en el aire, sino que para competir, hasta que más tarde creó la escuela de acrobacias aéreas Patty Wagstaff.

Su primera clase, en 1980, fue en un hidroavión Cessna 185 y desde entonces ha sacado licencia de helicópteros y muchos otros tipos de aviones, incluidos los jets que se usaron en la Segunda Guerra Mundial.

Así con los giros verticales

Entrenaba hasta tres veces al día y siempre fue vanguardista en este deporte, realizando maniobras que antes no se creían posibles, hasta llegar a su pirueta insignia, o sea, los múltiples giros verticales, como explicaron en The National Aviation Hall of Fame (salón de la fama de la aviación de EEUU).

Ascender en un avión de manera vertical es una de las maniobras que más le gusta hacer, pero al mismo tiempo, una de las más difíciles de perfeccionar: “Podrá verse fácil desde abajo, pero hay que ser muy preciso”, dijo.


Fuente: Patty Wagstaff


“En un campo dominado por hombres, los logros de Patty rompieron barreras y abrieron puertas para que otras mujeres la siguieran”, indicaron acertadamente en el Hall de la fama. Porque Patty marcó un hito en 1991 y se convirtió en la primera mujer que ganó el Campeonato Nacional de Acrobacias de EEUU, compitiendo contra 100 otros participantes. Desafío que no le bastó, pues ganó tres veces seguidas el mismo campeonato en los años siguientes. 


Fuente: Club Internacional de Acrobacias Aéreas

“El avión en que gané el campeonato por primera vez en 1991, está en la galería Pioneers of Flight Gallery, en el Museo Nacional del Aire y el Espacio y está justo detrás de una de mis heroínas de todos los tiempos, Amelia Earheart. ¡¿Qué tan genial es eso?!”, expresó. “Es un gran honor, ni siquiera puedo comenzar a describir cómo se siente cuando voy allí”, agregó emocionada por la cercanía a su ídola.

Earhart (1897-1937) fue una aviadora estadounidense, reconocida como una de las mejores pilotos de EEUU. La primera mujer en hacer un vuelo sola por el Atlántico, la primera persona en hacerlo dos veces, marcó la distancia más larga volada por una mujer sin parar y el récord por cruzar este océano en el menor tiempo. Y solo a sus 39 años, desapareció en el océano Pacífico intentando cruzar el mundo sobre la línea ecuatorial.

Se dice que en una de sus cartas a su marido, George Putnam, escribió lo siguiente sobre su travesía: “Por favor debes saber que soy consciente de los peligros, quiero hacerlo porque lo deseo. Las mujeres deben intentar hacer cosas como lo han hecho los hombres”.

Wagstaff también piensa así y cree firmemente que las mujeres pueden lograr lo mismo que los hombres en este deporte: “Como mujer creo que competir en acrobacias aéreas es una especie de espada de doble filo, creo que se incentiva a las mujeres a participar y sí, tenemos las mismas oportunidades. Viendo desde el suelo no se puede saber si hay un hombre o una mujer en la cabina, pero si una mujer comete un error o no lo hace tan bien, creo que están bajo más escrutinio que los hombres. Realmente tienes que ser un poco mejor que ellos para probarte a ti misma, pero eso me gusta".

La concentración y fortaleza de un aviador

Sorprende que a esa velocidad, girando en el aire o cerca del nivel del suelo, se pueda tener tanto control. Ahí es cuando comprendemos la concentración intensa de la que nos habla. Ni el ruido de sus pensamientos puede perturbarla. Porque para ser un buen piloto acrobático, debes concentrarte al 100% en lo que estás haciendo, nos explicó. Y en parte es por ese nivel de intensidad para enfocarse en el momento, por lo que le gusta tanto este deporte extremo.

"Volar realmente me dio mucha concentración que no tenía, y mucha disciplina que no tenía, estoy muy agradecida por eso. Siempre sentí que era como una hoja flotando en el aire y cuando comencé a volar, aunque es la mayor libertad que puedes tener, también es muy estructurado, serio y limitado de alguna manera, porque tienes que tomarlo a mucha conciencia”, dijo Wagstaff.

“¿Nunca te ha dado mucho miedo?”, le preguntamos.

He tenido miedo, por supuesto, pero no tanto por hacer acrobacias aéreas. Diría que tengo más miedo cuando cruzo el país y hay mal tiempo, ahí me pregunto cuáles son mis opciones. Pero muchos pilotos acrobáticos han tenido carreras largas, seguras y exitosas. Siempre y cuando vuele bien, mi equipo esté en buenas condiciones y me mantenga en forma, ¡me siento bien con mis posibilidades!”, respondió.

La aviadora cree que la manera en que uno se enfrenta al miedo es lo fundamental. Hay diferentes tipos de temor y distintas lecciones que aprender. Puede ser instantáneo o un proceso largo, lento e incómodo, o persistente. Y esto último es especialmente perjudicial para un piloto porque puede ser difícil recuperar la confianza, analizó. “En mi relación personal con el miedo, me parece importante reconocerlo, entenderlo y luego dejarlo ir, sabiendo que me han dado el regalo de una valiosa lección”, describió.

¿Y cuál creen que será el próximo desafío de esta leyenda?

Para mí, la vida tiene que ver con encontrar la libertad y el desafío, y la aviación ciertamente me lo ha proporcionado. No estoy segura de lo que sigue, pero siempre hay nuevos aviones para volar y lugares nuevos donde viajar. En febrero vuelvo a Kenia, donde entreno a los pilotos del Servicio de Vida Silvestre y los ayudo a mantenerse actualizados”.

¿Conoces a otras leyendas femeninas de la aviación?

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