Constitución, proceso constituyente, AC, Chile, leyes, Congreso
Imagen: Felipe Muhr

Proceso Constituyente: así son los 7 pasos a seguir para crear la nueva Carta Fundamental

La Presidenta enviará el proyecto de nueva Constitución el 2017, el que contendría propuestas ciudadanos. Luego el Congreso actual deberá votar a favor o en contra del proyecto y finalmente el nuevo Congreso que asumirá el 2018, podrá decidir a través de una nueva votación el mecanismo a seguir para redactar la nueva constitución. Por lo tanto, nada está dicho aún. Así es la democracia.

Por Macarena Fernández | 2015-10-14 | 17:28
Tags | Constitución, proceso constituyente, AC, Chile, leyes, Congreso
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La presidenta Michelle Bachelet anunció anoche en cadena nacional las etapas que se deberán concretar para reemplazar la actual Constitución, informando además, que será responsabilidad del nuevo Parlamento que asume en 2018 el decidir, el mecanismo preciso a utilizar para elaborar la nueva constitución, los que pueden ser:

- Comisión Bicameral: compuesta exclusivamente por un grupo representante de los senadores y diputados en ejercicio tras las elecciones parlamentarias.

- Convención Constituyente: es una comisión mixta que incluye a representantes de la sociedad civil y a parlamentarios. Los representantes de la sociedad civil corresponden a académicos y expertos, escogidos por un método no directamente representativo.

- Asamblea Constituyente: es una especie de “tercera cámara” en el Congreso creada exclusivamente para elaborar la nueva Constitución, e integrada por representantes electos por la ciudadanía para este fin. Es decir, sin nombramientos. (Puedes ver una explicación detallada de cómo funciona una Asamblea Constituyente en este artículo que hicimos anteriormente).

- Plebiscito: En el caso de que el Congreso así lo decida o no llegue a consenso sobre qué mecanismo se empleará en la discusión de la Nueva Carta Fundamental, se llevará a cabo un plebiscito para que la ciudadanía decida entre las tres opciones anteriores.

Pero antes de decidir qué mecanismo utilizar, el actual Congreso deberá votar a favor o en contra, por un quórum mínimo de 2/3, su aprobación para que el siguiente Congreso pueda definir el mecanismo a seguir.

Además, es necesario que la ciudadanía entienda y participe del proceso previo que deberá seguir el país durante los próximos meses, para ir definiendo los temas y enfoques que tendría esa nueva constitución, cronograma al que ayer se refirió la mandataria, en el que la participación ciudadana es uno de los factores principales.

"Chile necesita una nueva y mejor Constitución, nacida en democracia y que exprese la voluntad popular. Una legítima y respetada por todos, que la conviertan en un motor de unidad nacional", dijo en su discurso la Presidenta, agregando que la participación de todos los chilenos es fundamental “porque una Constitución es la madre de las leyes de un país; es la que define los valores que nos rigen; lo que nos une como nación; el carácter de nuestra democracia; las reglas básicas de nuestra convivencia política y la que crea las bases jurídicas para hacer posible el progreso”.

Los 7 pasos a seguir antes de crear la nueva Constitución

1. Educación Cívica y Constitucional:
De octubre 2015 a marzo 2016, se llevarán a cabo distintas instancias de formación cívica para preparar e informar a la ciudadanía sobre este proceso. Según afirma el gobierno, en esta etapa se entregarán las herramientas necesarias para que los chilenos y chilenas participen informados en la creación de las Bases Ciudadanas para una Nueva Constitución.

2. Diálogos ciudadanos libres, transparentes, sin presiones

Entre marzo y octubre del 2016, se generarán tres tipos de diálogos: comunales, provinciales y regionales; con el fin de recoger todas las voces que conforman la diversidad de Chile, a través de cabildos ciudadanos. Luego, el resultado de estos diálogos, será un documento consolidado con las Bases Ciudadanas para la Nueva Constitución que será entregado a la Presidenta.

El proceso ciudadano será monitoreado por un consejo ciudadano de observadores, el que será oficializado en las próximas semanas y será integrado por ciudadanos de reconocido prestigio, nombrados por la propia Presidenta. Su función será dar garantías de los procesos de transparencia de esta etapa de trabajo.

3. Entrega de las Bases Ciudadanas para la Nueva Constitución a la Presidenta:

El segundo semestre del 2016, con las Bases Ciudadanas en mano, la Presidenta dará forma a un proyecto de Nueva Constitución que recogería "lo mejor de la tradición constitucional chilena", y que reconocería las obligaciones jurídicas que Chile ha contraído con el mundo.

4. Reforma Constitucional para una Nueva Constitución:

Para que el Proceso Constituyente sea posible, es necesaria una reforma a la actual Constitución que establezca un procedimiento de reemplazo constitucional. Aquí es donde los actuales parlamentarios habilitarán al nuevo Parlamento (que entrará en funciones el 2018) para que establezca un procedimiento de reemplazo constitucional. Para permitir esta modificación, el cambio debe contar con un quórum de 2/3.

5. Envío de propuesta de Nueva Constitución:

El segundo semestre del 2017, la Presidenta enviará al Congreso el proyecto de la Nueva Constitución.

6. Discusión y Aprobación de la Nueva Constitución:

Corresponderá al Congreso elegido el 2017 y que entrará en funciones el 2018, tomar la decisión sobre el mecanismo constituyente y discutir el proyecto de Nueva Constitución.

En otras palabras, este congreso decidirá entre una de las 4 alternativas de mecanismo de discusión del proyecto: Comisión Bicameral, Convención Constituyente, Asamblea Constituyente o Plebiscito; tema que quedará zanjado en una votación con un quórum mínimo de 3/5 del Congreso.

Por cierto, este nuevo Congreso sería escogido con un nuevo sistema electoral, nueva ley de partidos políticos y una nueva ley de financiamiento electoral –asumiendo que prosperen– lo que, en teoría, otorgarían mayor legitimidad, transparencia y representatividad a ese nuevo Congreso, en comparación con el que tenemos actualmente.

7. Plebiscito de ratificación:

Una vez debatido y aprobado el proyecto de Nueva Constitución (con sus modificaciones correspondientes de ser necesario), la ciudadanía será convocada a un plebiscito para aprobar o rechazar dicha propuesta.

Reacciones ante el cronograma de cambio

Gran parte del oficialismo se manifestó conforme a la decisión de la Presidenta de dejar en manos del Congreso actual y futuro el camino a seguir para formular la Nueva Constitución.

Jaime Quintana, presidente del PPD dijo a La Tercera “que quede para el próximo Congreso es consistente con la magnitud de los cambios impulsados en la actualidad y con que la nueva Constitución sea producto de una participación amplia y un diálogo extendido”; opinión compartida por el presidente del Senado, Patricio Walker, quien dijo que “me parece legítimo que sea el próximo parlamento el que defina el marco”.

La oposición, en cambio, se manifestó contraria. El presidente de RN, Cristián Monckeberg, comentó que “ningún país aguanta seis años o más debatiendo sobre una nueva Constitución”; y Hernán Larraín, presidente de la UDI agregó que “el malestar ciudadano no se resuelve con un cambio constitucional”.

El factor clave ahora, entonces, es que el actual Congreso decida por dos tercios si permitir o bloquear el paso a este proceso constituyente y de eso depende lo que sigue después. Por ende, como dijo anoche en CNN el abogado constitucionalista Fernando Atria “esta es una estrategia que se expone a ser neutralizada por las mismas trampas constitucionales que han neutralizado todas las transformaciones hasta ahora. Soy escéptico que 2/3 del Congreso esté de acuerdo”.

Misma opinión tiene el cientista político Patricio Navia, quién considera que “el anuncio fue bastante pobre. La Presidenta anunció una instancia de participación sin ningún poder resolutivo (...) está anunciando un proceso de reforma constitucional, no una nueva Constitución (...) el próximo Presidente podrá echar a la basura la hoja de ruta que hoy anunció Bachelet”.

Desde el oficialismo explicaron que Bachelet no podía proponer un quórum menos exigente, ya que podría declararse inconstitucional y que con los 2/3 se está conociendo el derecho de la minoría que tiene el poder de veto.

Por su parte también, Guillermo Teillier, presidente del PC, dijo que “Hay una desconfianza ciudadana que tal vez la Presidenta recoge. O quizás piensa que es mucho mejor un Parlamento elegido con sistema proporcional, y que va a elegirse a través de una confrontación en la cual va a estar el cambio de Constitución de por medio. Así, la ciudadanía tendrá más elementos de por qué candidatos votar”.

Respecto a la posibilidad de que el oficialismo y/o los partidarios de cambiar la Constitución no consigan la mayoría (2/3), Fernando Atria dijo que “Así funciona la democracia, no mediante vetos, trampas ni cerrojos. Porque en los hechos, la próxima elección parlamentaria y presidencial va a tener como tema principalísimo la nueva Constitución”; opinión que comparte también su colega Patricio Zapata, quien agregó que “hacer una nueva Constitución no puede ser una tarea que realice un partido o simplemente un gobierno, tiene que ser una tarea de Estado. Efectivamente, los dos tercios son difíciles, pero están ahí, y no porque a uno le disguste uno puede suprimirlos mentalmente”.

¿Crees que se necesita una nueva constitución? ¿Qué te parece el mecanismo propuesto por la Presidenta?

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Comentarios
Andrés Guzmán Silva | 2015-10-15 | 08:04
3
Los tiempos cambian y las necesidades de un país tienen que irse actualizando . . . dicen que todo cambio es bueno !!
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Pedro Hargous | 2015-10-15 | 10:55
1
Chile tiene otras prioridades, pero parece que a la presidente le preocupa más satisfacer al PC, al que le causa indignación descomunal el que alcancemos el desarrollo con una institucionalidad construída por el general Pinochet.

Los cambios son buenos sólo en la medida que vayan en la dirección correcta. Hay que recordar que el camino que llevó a Venezuela a su desastrosa situación actual comenzó con el cambio de constitución propuesto por Hugo Chávez.
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Marco Canepa | Editor | 2015-10-15 | 22:58
2
Uno puede cuestionar si era prioritario (yo mismo lo encuentro un poco innecesario), pero de ahí a que sea "malo" cambiar la constitución no me parece, como tampoco es "bueno" a priori. Todo depende de cómo se haga y qué salga. Tampoco creo que sea un anhelo exclusivo del PC. No son pocos los que sienten que la Constitucion no se hace cargo del país en que vivimos actualmente (y esto incluye a gente muy de centro e incluso gente de centro derecha).

Muchos países han cambiado sus constituciones, sin que nada malo haya pasado. No se puede extrapolar la realidad de un país automáticamente a otro. A mí me parece que aquí se está optando por un proceso largo y cuidadoso, genuinamente democrático.
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Diego R Contreras | 2015-10-15 | 13:25
2
No puedo creer que algo tan importante como el cambio de la Constitución tenga solo dos comentarios... tiron de orejas para la comunidad!

Pedro, no veo que prioridad pueda superar a un cambio en la Constitución, poco representativa considerando la forma como se elaboró. Entiendo que somos el único país en el mundo que mantiene una Constitución creada en dictadura, estarán todos los demás mal?

Que esta sea una oportunidad para crear entre todos un pais mas justo, que sea el primer paso para combatir la desigualdad que nos mantiene 1eros en la Ocde... y así, tenemos mucho por mejorar.

Yo voy por el plebiscito y luego por la asamblea constituyente.

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Paz Moreno | 2015-10-15 | 15:59
3
La idea de iniciar un proceso constituyente (indiferente de los problemas que puede y va a tener), es generar una constitución en democracia.
Lo ideal es que sea lo más participativo posible y comparto el sentir de que no quiero que los parlamentarios cooperen en su formación.
Si la gente desea una u otra opción, uno u otro candidato, espero que hagan lo posible y den su posición a entender para convencer a otros. Porque se entiende que no todos pensamos igual. Es normal y obvio.
Pero de mantener una Carta por la cual solo un grupo de gente se siente representada, me parece insostenible en el tiempo y no crea paz social.
Es mejor terminar este problema lo antes posible.
Voy derechamente por una AC, sin plebiscito de por medio.
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Diego R Contreras | 2015-10-15 | 17:07
1
Yo también lo haria directamente por una AC.
Solamente no confio en que el congreso elija esa opción.

Ojala así fuera!
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Paz Moreno | 2015-11-04 | 12:49
1
Lo siento, denuncié sin querer jajaja.
Habrá que hacer presión no? ¿O es muy revolucionario lo que estoy diciendo? :O
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Mario Vial | 2015-10-16 | 10:40
0
Nadie puede esperar que la Presidenta, a título propio, proponga una nueva Constitución! Obviamente tiene que proponer un proceso (participativo y todo), y obviamente tiene que ser aprobado por un parlamento electo por el nuevo mecanismo electoral proporcional.

Yo quiero el cambio constitucional, pero si 2/3 del Parlamento no lo quieren, no se hace y está bien, por principio democrático: NO SE PUEDE IMPONER LA DEMOCRACIA.

No soy de esta "izquierda", que gobierna en las altas esferas para la derecha y le da pequeñas píldoras y calmantes mediáticos a su gente, pero si el actual gobierno propone un PROCESO de cambio de la Constitución, es tarea nuestra sumarse, participar, difundir, informar... Ojalá resulte y nos saquemos de encima los resquicios de una Dictadura que aún nos ata y podamos cimentar un Estado que gobierne para todos, TODOS.
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Pedro Hargous | 2015-10-17 | 16:17
0
El argumento más esgrimido para cambiar la constitución es que es "poco representativa, considerando que se elaboró e impuso durante la dictadura". No los culpo, es lo que se anuncia en los medios de comunicación, sin embargo esta afirmación es completamente falsa, y antes de forjar el futuro conviene recordar la historia que muchos han olvidado.

Cito a un autor que fue actor relevante de dicha historia:

"
... oí en la radio a un periodista “bien informado” decir que la actual Constitución había sido redactada “entre cuatro paredes por cuatro generales llenos de galones y sin consultar a nadie”. ¿No es eso fantástico? Ignoran él y la mayoría actual que desde el mismo septiembre de 1973 se reunieron los más distinguidos jurisconsultos representativos de la mayoría parlamentaria de la época, entre ellos los DC Silva Bascuñán y Evans, y que dieron término a su trabajo seis años después, entregándole al Consejo de Estado, encabezado por el ex Presiente Jorge Alessandri, un texto que este Consejo corrigió, además de suprimirle el preámbulo, y que la Junta de Gobierno sometió al pueblo en plebiscito el 11 de septiembre de 1980.

La ciudadanía lo aprobó con el 67 por ciento de los votos, guarismo coincidente con las encuestas de opinión chilenas y extranjeras previas.

Luego, el 30 de julio de 1989, nuevamente el pueblo fue convocado por el gobierno y la oposición de entonces, la Concertación de Partidos por la Democracia, para ratificar la Constitución de 1980 con los cambios acordados entre aquél y aquélla. Y entonces, con registros electorales actualizados y reconocidos por todos, el 91 por ciento de los votos volvió a ratificar la Constitución así reformada.
Nunca una Carta Fundamental en Chile y, posiblemente, en todo el mundo, había sido objeto de una ratificación popular reiterada, ciudadana y democrática más mayoritaria y terminante.

Pero a la izquierda no le bastaba. No quería que la Constitución llevara la firma del principal estadista chileno del siglo XX, y posiblemente de toda nuestra historia, Augusto Pinochet . Entonces se hicieron centenares de nuevas y finales reformas en 2005 y Lagos orgullosamente estampó su firma al pie de las mismas, confiado en que la historia oficial haría olvidar a Pinochet, sin imaginar que la Historia con mayúscula lo recordará mucho más que a él y a su receta epónima de los ’60: “la única solución consiste en que todos los medios de producción pasen a manos del Estado”, hoy en el basurero de la historia.
"

Considerando lo anterior, descartar la Constitución porque fue forjada durante el gobierno del general Pinochet me parece que no es un argumento válido. ¿No fue la constitución de Estados Unidos forjada por una asamblea constitucional presidida por el general George Washington en una época en que éste no había sido elegido presidente? ¿No fue la primera institucionalidad de Chile forjada durante el gobierno militar del general Bernardo O'Higgins?
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Pedro Hargous | 2015-10-17 | 16:46
1
Al enfocarse ahora hacia el futuro, es inquietante notar que la presidente que está impulsando el cambio de constitución ha declarado publicamente que admira el modelo de Alemania Oriental, y que vino con la idea de implantar aquí dicho modelo.

La inquietud se confirma al anunciarse que la institución encargada del proceso de "educación cívica" será da División de Organizaciones Sociales (DOS), controlada por el PC. Es decir, esta parte del proceso es una fachada para adoctrinar a la población con los impuestos de todos los chilenos.

Como dicen, "el precio de la democracia es la eterna vigilancia".


http://impresa.elmercurio.com/MerMobileIphone//Pages/NewsDetailMobile.aspx?dt=2015-10-17&BodyId=3&PaginaID=2&SupplementId=0
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Paz Moreno | 2015-10-17 | 20:41
1
Vamos por parte dijo cierto personaje:

''El argumento más esgrimido para cambiar la constitución es que es "poco representativa, considerando que se elaboró e impuso durante la dictadura"''

El problema de la actual constitución es eso y que no se respetaron las garantías de un proceso transparente, informado y de votación libre. Resulta que los que votaron son mucho más que la cantidad de votantes que habían en ese momento. El sistema no estaba regularizado y no había libertad de asociarse para formar Partídos políticos. Por supuesto, muchos otros problemas.

''... oí en la radio a un periodista “bien informado” decir que la actual Constitución había sido redactada “entre cuatro paredes por cuatro generales llenos de galones y sin consultar a nadie”. ¿No es eso fantástico? Ignoran él y la mayoría actual que desde el mismo septiembre de 1973 se reunieron los más distinguidos jurisconsultos representativos de la mayoría parlamentaria de la época, entre ellos los DC Silva Bascuñán y Evans, y que dieron término a su trabajo seis años después, entregándole al Consejo de Estado, encabezado por el ex Presiente Jorge Alessandri, un texto que este Consejo corrigió, además de suprimirle el preámbulo, y que la Junta de Gobierno sometió al pueblo en plebiscito el 11 de septiembre de 1980.''

Si bien la carta del 80 contó con estos personajes que terminaron con el problema de las constantes intromisiones del parlamento en el ejecutivo y (si no me equivoco) la creación del Tribunal Constitucional, bastante tardío para lo que hacía el resto del mundo en ese momento, lo que se cuestiona no es eso. Sino que, ahora, en este preciso instante. La constitución es incapaz de asumir los nuevos riesgos y necesidades. Solo un ejemplo: La propiedad, a pesar de estar ampliamente regulada y garantizada tanto por el recurso de protección como el amparo económico, no regula algo que se llama propiedad colectiva, que serviría para los pueblos originarios.

La ciudadanía lo aprobó con el 67 por ciento de los votos, guarismo coincidente con las encuestas de opinión chilenas y extranjeras previas.

Cuáles, yo he leído lo que le señalé antes. El ejecutivo controlaba todo, era como el gobierno de turno de Venezuela controlando los demás poderes. Ninguna garantía.

''Nunca una Carta Fundamental en Chile y, posiblemente, en todo el mundo, había sido objeto de una ratificación popular reiterada, ciudadana y democrática más mayoritaria y terminante''

Si la población no se siente partícipe y la historia pese sobre la actual carta, el ''traje'' siempre quedará chico y el problema...continuará.

''Pero a la izquierda no le bastaba''

Estoy de acuerdo con esto jajaja, pareciera que nada es suficiente. Por el mismo, el gran problema que nos ata a la historia pasada es la Carta y la reforma y subordinación de las fuerzas armadas al poder civil. Como corresponde, por supuesto.


''Considerando lo anterior, descartar la Constitución porque fue forjada durante el gobierno del general Pinochet me parece que no es un argumento válido''

Si a la gente que se rige por la Constitución, no le gusta, no la acepta ni la quiere, es motivo suficiente para cambiarla. Se mantendrá lo que se encuentre bueno y lo que no se cambia.

¿No fue la constitución de Estados Unidos forjada por una asamblea constitucional presidida por el general George Washington en una época en que éste no había sido elegido presidente?

No es comparable, otra historia. Era otra colonia de otro país finalmente.

¿No fue la primera institucionalidad de Chile forjada durante el gobierno militar del general Bernardo O'Higgins?

No, la primera institucionalidad fue forjada por Portales, a él el mérito. Y de hecho, no permitió que O'Higgins regresara para cumplir su meta. La constitución de O'Higgins quedó en nada.

''Al enfocarse ahora hacia el futuro, es inquietante notar que la presidente que está impulsando el cambio de constitución ha declarado publicamente que admira el modelo de Alemania Oriental, y que vino con la idea de implantar aquí dicho modelo''

Descontando que el ''proceso constituyente'' puede finalmente quedar en nada, el resultado de una constitución tipo Alemania Oriental no es el único y predeterminado. Por eso señalé que lo ideal es que la gente participara y se diera entender a la gente. Pero le sugiero desde ya que los argumentos ''guerra fría'' deben ser descartados. Qué suena mejor señor:
''No quiero que cambien la constitución porque van a traer un régimen marxista''

''Lo ideal, es mantener el desarrollo institucional que se ha logrado y perfeccionar el sistema económico para evitar los problemas que aquejan a la gente''

Independiente de lo que yo piense, una discusión elevada requiere de argumentos del segundo tipo. Al ciudadano de pie no parece importarle las discusiones de izq y der-

''La inquietud se confirma al anunciarse que la institución encargada del proceso de "educación cívica" será da División de Organizaciones Sociales (DOS), controlada por el PC. Es decir, esta parte del proceso es una fachada para adoctrinar a la población con los impuestos de todos los chilenos''

Aquí es cuando uno dice ''diablos que hace falta una buena educación'' Si la gente fuera educada en un sentido crítico (tanto con una u otra posición), esta clase de miedos...no existirían.

Una opción, es lo que se pide, tener la oportunidad de todos podamos tener la chance de poner en la mesa nuestras opiniones. Sin represalias, sin ''¡Oh es que tú eres de tal o tal partido!''

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Pedro Hargous | 2015-10-20 | 10:22
1
Pues me gustaría saber qué estándares internacionales de transparencia cumplieron la Constitución de Estados Unidos, o la Constitución Chilena de 1833.

Sobre mi educación, puedo decir que supera con creces la de Camilo Ballesteros, director del DOS, niñito de 28 años militante del PC, cuyo mayor mérito fue (al igual que Camila Vallejo y Giorgio Jackson) utilizar una fachada de movimiento estudiantil para conseguir cargos políticos. Es a él a quien el gobierno quería poner a cargo del proceso de educación cívica.

Durante los próximos 5 años la ciudadanía estará pendiente principalmente de la nueva constitución, en la que muchos intentarán plasmar sus posturas radicales (que no representan la voluntad de los ciudadanos, sino la de los políticos). Y mientras sucede todo esto corremos el riesgo de que nos ocurra con el cobre lo mismo que ocurrió con el salitre. Y volveremos a ser un país pobre.
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Paz Moreno | 2015-11-04 | 12:48
0
A pesar que la institucionalidad estatal fue consolidada por Portales, hubieron otros problemas como la persecusión política, fraude electoral, entre otras. Si realmente la constitución ''sale bien'', sería la primera que nace sin ningún problema. Ni la del 33' ni la de 1925, ni la actual cumplen bien. Por eso es importante y ''emblemático'' otorgar la nueva constitución.

Amigo, no iba eso para usted. Usualmente en el colegio te enseñan a memorizar, aprender para vomitar en una prueba lo que sabes. Sin análisis crítico ni problematizar nada. Veo que mucha gente tiene ''miedo'' a que a sus niños le impongan una manera de pensar, porque (al menos yo creo) jamás se les dio más de una ''visión del mundo''. Me pasó a mi y solo al parecer también a otra gente.

No creo que la opinión pública esté total y absolutamente pendiente del tema (una sociedad no se agota en un tema). Y está ahí el riesgo, que cuando la ciudadanía les saque el ojo de encima, metan sus chanchullos de siempre. Aunque ojo, puede ser de uno y otro lado.
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Patricio Meneses | 2015-10-20 | 12:03
1
Si vivimos en democracia necesitamos una carta fundamental redactada en democracia.
Es el simbolismo refundacional y democrata de Chile lo que se persigue, el resto son discuciones politicas y tecnicas que en lo global pasan a un segundo plano.
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Pedro Hargous | 2015-10-25 | 17:57
1
Me parece relevante compartir la siguiente columna de Roberto Ampuero:

"MI OTRO PROYECTO CONSTITUYENTE
"Ahora que Bachelet anunció un proceso constituyente ambiguo y contradictorio, cuyo único resultado cierto es que Chile se pasará años discutiendo sobre cómo llegar a una nueva Constitución..."
por Roberto Ampuero
Debo ser uno de los pocos chilenos vivos que ha participado -como integrante del "pueblo"- en un debate nacional para elaborar una nueva Constitución. Tal vez de allí deriva mi escepticismo frente a esto de invitar a "todo un país" a discutir sobre algo tan complejo como la carta magna. La experiencia la hice en Cuba, en 1975, junto a 6,2 millones de cubanos, que representaban el 98% del universo electoral. Entonces fuimos sometidos a fogosas charlas de cuadros comunistas sobre Constitución, y posteriormente invitados a "debatir" sobre el proyecto oficial en sindicatos, comités de defensa de la revolución, regimientos o universidades. El resultado: infinitas sesiones a grito pelado que duraban más allá de la medianoche, la aprobación del proyecto por 99% de la ciudadanía y -¡oh, coincidencia!- el parto de una Constitución similar a la soviética.
José Stalin afirmaba que en las elecciones lo clave no es contar los votos sino cómo se cuentan, algo válido para esa consulta constitucional: tras proponer más de 10.000 rectificaciones, los 6,2 millones de cubanos aprobaron en 1976 una Constitución calcada de las de los países comunistas. Nadie cayó, sin embargo, en la cuenta que al mismo tiempo era despojado del derecho a salir de la isla, disponer de propiedad privada, renunciar a la ciudadanía cubana o a formar partidos independientes. O "las masas" no piensan, o Stalin tuvo excelentes discípulos en Cuba.
En la Universidad de La Habana los debates sobre el proyecto, que fue redactado por 20 altos dirigentes comunistas, tenían lugar en "brigadas" de 12 a 14 alumnos, dirigidas por la Unión de Jóvenes Comunistas. Pese a no ser cubano, pude participar porque en rigor daba lo mismo: los artículos se aprobaban uno a uno y a mano alzada. Curiosamente, toda idea nueva que se planteaba ya estaba, supuestamente, "de alguna forma" en el proyecto oficial, por lo que solo discutimos si Cuba debía conservar su nombre de República a secas o llamarse "República Socialista". Ganó lo primero.
Hay un asunto que puede ser de relevancia para los jacobinos de la Nueva Mayoría. Me refiero a quienes simpatizan con los regímenes de Cuba, Venezuela o Corea del Norte, o sienten nostalgia por la extinta RDA. La Constitución cubana de 1976 recibió el puntapié inicial en 1972, cuando se creó una comisión constitucional. En 1974 Fidel Castro dio otro paso: fundó una comisión mixta entre gobierno y PC (que es lo mismo) y le encargó redactar el proyecto que en 1975 "debatió" todo el pueblo, y que fue ratificado después con sólo 1% en contra.
Algo más digno de recordar para nuestros jacobinos: entre la toma del poder por los Castro en 1959 y 1976, Cuba se rigió por una "Ley Fundamental", que era la Constitución anterior, la de 1940, pero adaptada a las necesidades del castrismo, es decir, sin libertades individuales ni derecho a crear organizaciones opositoras, y con expropiaciones exprés. La Constitución de 1976, que hablaba de la alianza con la Unión Soviética, fue modificada en 1992, cuando se la ajustó a la desaparición de los países comunistas, y en 2002, cuando se le agregó el "carácter irreversible del socialismo" en la isla, lo que expresa el temor de los gobernantes ante el fin del régimen estatista y de partido único.
Menciono todo esto porque los jacobinos, que critican con vehemencia la actual Constitución, pero simpatizan con el sistema de Cuba o Venezuela, van a gozar de enorme influencia en todo lo relativo a nuestro proceso constituyente. Lo digo también pues sospecho que las indicaciones del "pueblo", siempre tan idealizadas por el populismo, se las lleva a menudo el viento.
Ahora que Bachelet anunció un proceso constituyente ambiguo y contradictorio, cuyo único resultado cierto es que Chile se pasará años discutiendo sobre cómo llegar a una nueva Constitución o al perfeccionamiento de la actual, la que fue originada bajo Augusto Pinochet y perfeccionada bajo Ricardo Lagos, corresponde estar atentos a quién impartirá a la población la educación cívica en los cabildos. Mi experiencia en este ámbito me enseñó que en el debate constitucional ciudadano lo decisivo no radica en explicar qué es una Constitución sino en quién, bajo qué valores y con qué objetivos la explica. Por lo mismo, el proceso constituyente es demasiado sensible como para que quede en manos de políticos o partidos que respaldan o admiran a regímenes no democráticos del color que sean."
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Nicolás Ignacio Arancibia Godoy | 2015-12-03 | 13:54
0
Yo tengo una pregunta, en ningún lado nos da la opción de no querer una nueva constitución, mo está sesgada?
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Nicolás Ignacio Arancibia Godoy | 2015-12-03 | 13:58
0
Ya lo leí, de todas formas me parece un actuar populista e innecesario, colocar algo en un papel no significa que se hará realidad.
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