Dan Roosegaarde se encontraba en el piso 32 de un edificio en Pekín, China, cuando de pronto, mirando desde la ventana, se dio cuenta que no podía ver la calle por culpa del esmog. Fue tal su desconcierto que decidió hacer algo para luchar contra la contaminación. De ahí en adelante, este diseñador holandés ha estado a la cabeza de increíbles proyectos que buscan cambiarle la cara a una ciudad donde en invierno la mascarilla es casi tan común como una bufanda o un par de guantes.

La bicicleta filtradora

Su última innovadora invención es una bicicleta que limpia la contaminación que básicamente lo que hace es filtrar el aire mientras se pedalea. La idea es que no sólo promueva la descontaminación sino que también ayude a la descongestión de la ciudad y a tener ciudadanos más saludables. Además, esto va de la mano con otros proyectos que se han hecho en Pekín como Mobike, la compañía más grande del mundo de bicicletas compartidas, que ha introducido un millón de bicis a la ciudad.

^{Creditos: Studio Roosegaard}

"Pekín fue una ciudad icónica del uso de la bicicleta. Queremos hacer que la bicicleta vuelva a ser un ícono cultural en China y dar un paso hacia ciudades libres de contaminación", dijo Roosegaarde.

Esta bicicleta funciona igual que otro diseño del equipo de Roosegaarde pero a menor escala. Es una tecnología de iones, la misma que utilizan los sistemas de ventilación de los hospitales. El sistema aspira el aire, lo almacena en una cámara donde se cargan las partículas y estas se pegan en los depósitos. Finalmente se libera el aire limpio por otro conducto.

Un filtro de aire gigante

El proyecto estrella de Roosegaarde, y por el que se hizo conocido alrededor del mundo, fue la creación de un gran purificador de aire de más de siete metros de altura llamado Smoke Free Tower. Esta gran torre es capaz de limpiar el aire contaminado en un círculo con un diámetro de más de 20 metros alrededor de la torre. De esta forma crea burbujas de aire libres de contaminación. En una hora esta máquina es capaz de absorber y limpiar hasta 30 mil metros cúbicos de aire.

Al igual que la bicicleta está inspirado en los sistemas de ventilación de los hospitales. Y lo bueno, es que para funcionar se alimenta exclusivamente de energías renovables, lo que minimiza su impacto medioambiental. De hecho, consume 1.170W de energía, mucho menos que los purificadores que las personas suelen usar en sus casas u oficinas.

Su primer diseño fue a parar a una plaza pública de Rotterdam, Holanda, pero una vez que el proyecto se hizo conocido fue requerido en otras ciudades del mundo. Fue así como en 2016 llegó a parar una de las plazas públicas del distrito de arte 798 de Pekín. Ahí el diseñador se inspiró en una pagoda e instaló su filtro respaldado por el Ministerio de Protección del Medio Ambiente de China.

Y aunque hacen un pequeño aporte a la ciudad, en realidad estos filtros no están hechos como una solución definitiva para acabar con el esmog, sino como una forma de concientizar a la población sobre la contaminación en las ciudades. "Obviamente necesitas que las autoridades sigan invirtiendo en tecnología verde, coches eléctricos, mejor transporte público,... pero también el compromiso de la ciudadanía con la causa y crear cierto impacto", comentó Roosegaarde.

Joyas de contaminación

Pero la mejor forma que se le ocurrió a este diseñador de llamar la atención de las personas fue creando unas novedosas joyas. Estas están formadas por una especie de piedra preciosa hecha con los residuos de contaminación que filtraban las Smoke Free Towers. Estos desechos son comprimidos a alta presión y luego terminan dentro de un anillo, por ejemplo. "En vez de tener este polvo desagradable en los pulmones, lo puedes tener en un precioso anillo. Y además estás regalando 1.000 metros cúbicos de aire limpio a la ciudad", dijo el artista, que en su momento regaló estos accesorios a quienes colaboraban monetariamente con su proyecto.

^{Creditos: Studio Roosegaard}

^{Creditos: Studio Roosegaard}

Esto es una prueba de que no sólo las políticas públicas ni el cambio de hábito de las personas pueden colaborar con el medio ambiente. A veces el diseño y una buena idea son esa semilla que puede dar frutos luego.

¿Crees que se podría aplicar algo así en nuestro país?