Hace una semana las redes sociales y la prensa local informaron la terrible pérdida y suicidio de una joven de 17 años víctima de bullying. Este caso no sólo evidencia que Chile es uno de los países de la OCDE con mayor índice de suicidio juvenil, sino que hay una subterránea realidad y problemática que sigue vigente. Y, fatal coincidencia, durante esos días se estrenó la nueva temporada de 13 Reasons Why, que además de darnos una cachetada por lo fuerte y contingente, nos entrega una profunda y adictiva telenovela teen repleta de capas y lecturas. Entonces, ¿por qué es tan relevante darle una chance? Aquí te contamos.

Más allá de Hannah

El año pasado muchos escuchamos, vimos y lloramos con las 13 cintas, donde la carismática y única Hannah Baker (Katherine Langford) relataba por qué había decidido dar fin a sus días en una fría tina de baño.

● Te puede interesar: 13 Reasons Why y las razones que la vuelven una serie única en su tipo

Capítulo a capítulo, fuimos descubriendo a cada personaje, desde su tímido amigo y protagonista, Clay Jensen (Dylan Minnete), pasando por el consejero estudiantil, su latino mejor amigo, el pinche galancete, las compañeras de estudios y salidas, hasta el abominable y mayor responsable: Bryce Walker (Justin Prentice).

Era, un juego detectivesco que enganchaba y emocionaba al espectador, removiéndole el piso por lo explícito y polémico en forma y fondo. La primera temporada se enfocó en el antes de Hannah cómo los demás adolescentes de este puzzle, estuvieron implicados. Bueno, en estos nuevos 13 episodios el fantasma de Hannah aún sigue vigente, pero develando traumas y horrores del mismo clan producto de lo sucedido o, porque lógicamente, también son víctimas y bestias de un contexto colegial que tanto en EE.UU como en Chile, tiene a acosadores, abusadores, golpeadores y violadores en aulas y recreos. Y lamentablemente, no se denuncian o peor aún, no se hace nada para detenerlos.

El juicio de una generación

Si en la primera temporada eran los casetes que iban pasando, esta vez son los propios estudiantes los que suben al estrado, capítulo a capítulo declarando y armando la historia en base al juicio que, meses después, a pesar de las pruebas, aún no tiene culpables y castigos.

● Te puede interesar: El eslabón clave para derribar el bullying estaría en los alumnos más grandes

De a poco, vas empatizando con personajes que hasta te cargaban en la primera temporada, porque también tienen sus rollos y traumas. Como el caso de Justin (Brandon Flynn) y su adicción a la heroína, los problemas de Tony (Christian Navarro) con un pasado que tiene en versus sus antecedentes policiales y su orientación sexual; o el del “buen” Zack (Ross Butler) que, al parecer, conocía a Baker mucho más y no hizo nada por ella por no perder su estatus.

También, está la madre de Hannah (Kate Walsh) que se sorprende al darse cuenta de que realmente no conocía a su hija y su entorno, esto la hace llenarse de culpas y cuestionamientos. En definitiva, en esta segunda temporada, somos espectadores de un juicio que representa a la juventud actual, que desde las redes sociales usa y abusa, pero no se comunica.

Dato importante: hay un momento notable en que la serie explícitamente se la juega por una denuncia contra el machismo, donde de manera simbólica y metafórica, vemos a todas las mujeres de la serie (incluso las de roles secundarios) dando testimonio de lo difícil que es ser mujer aún en este siglo XXI. Capitulazo.

Armas y demonios

¿Y si está muerta, cómo sigue Hannah Baker rondando en otra temporada? Bueno, al igual como pasa en la vida real, en este tipo de situaciones la gente reside en la mente y recuerdo de sus seres queridos, y en 13 Reasons Why, las memorias, dudas y cicatrices del buen Clay, son el nexo para ir aprendiendo más sobre la muchacha y sus matices. La humanizan, mostrando otros escenarios desconocidos detrás de un suicidio.

También, se expone la exacerbada cultura de las armas en Estados Unidos, a través de Alex (Miles Heizer), se muestran las secuelas físicas y emocionales con las que quedó al intentar dispararse frustradamente en la primera temporada; y particularmente con el solitario Tyler (Devin Druid), dos perfiles que al exhibirse demuestran la imperante necesidad de legislar y analizar el uso de armas en ese país, que lamentablemente sabe de tiroteos estudiantiles con cada vez más frecuencia.

● Te puede interesar: Controlar las armas en Estados Unidos: ¿tiene efectos positivos sobre la violencia armada?

Villano conocido

En abril pasado el mundo se alteró y manifestó por la llamada “Manada de Madrid”, o este grupo de tipos que con todas las pruebas habidas y por haber salió casi impune frente a la violación de una joven. Todos en contra, menos la ley.

Historia como muchas que en esta serie también se ven reflejadas bajo la abogada defensora (Allison Miller) que mueve todas las piezas para que un “no es no” pierda fuerza frente a “era una chica inestable emocionalmente”, entre otras interpretaciones. Sumando además, al malo maloso del cuento, Bryce Walker, que con una tremenda actuación de parte de Prentice, se configura como el villano inteligente y calculador, escudado por su calidad deportiva y el poder económico de su familia (¿suena conocido?); y que por lo demás, nos sugiere algunas luces de su forma de actuar y ser.

http://digitalspyuk.cdnds.net/18/19/980x490/landsc...

No es otra tonta serie juvenil

Convengamos que 13 Reasons Why está lejos de ser una serie perfecta, es más, esta temporada parte bien forzada, con baches de guión y con un enfoque muy cliché romántico. ¡Pero! Por esta vez, sólo por esta vez, creo que toda la parte técnica o formal de “una buena obra” deben dejarse de lado en pos de los temas que aborda. En esta ocasión, concentrémonos en las problemáticas de este grupo de estudiantes.

Además,la serie que cuenta con especialistas en su realización y al final de cada episodio, reitera el llamado a comunicarse y pedir ayuda. Eso se llama hacerse cargo. Por eso, es necesario que tanto jóvenes como adultos, nos demos el tiempo de conversar sobre lo que esta serie, tiene el valor de graficar.

¿Ya la viste?