¿Cómo era que se calentaban las casas antes de las estufas? Ah claro, con chimeneas. Pero ¿de dónde sacaban esa cantidad de leña? ...De los árboles del valle ¿Y cuando se iban acabando? Partían a los cerros con el hacha. Bueno me imagino que eso los dejó totalmente desprotegidos frente al medioambiente... ¿Qué pasa ahora cuando llueve entonces? Toda la razón, las gotas caen directamente sobre el suelo, a tal velocidad que desprenden el sedimento y lo arrastran a todas las calles de la ciudad. ¿Es por eso que vemos el agua café cuando llueve? Eso tiene que ser. Ahora, ¿Qué pasa cuando deja de llover y sale el sol? El agua se seca y la tierra queda ahí. ¿Y los autos circulando? Seguramente pisan todo y empiezan a levantar el polvo.

¿Simple, no? Pero acabamos de contar una de las principales razones de por qué hay tanta contaminación atmosférica en Santiago. Lo mismo hace la corporación CULTIVA cuando le quiere explicar a los 100 alumnos que participan con ellos diariamente el por qué es tan importante plantar árboles y volver a proteger nuestros cerros.

CULTIVA trabaja desde hace 12 años para reforestar Santiago. Un profesor del colegio Giordano Bruno, escuchó que plantar árboles podría ayudar a descontaminar nuestra capital y le propuso a otros tres profesores y un apoderado, comenzar un proyecto de reforestación, pero hacerlo con la participación de los alumnos que cursaran entre octavo y cuarto medio.

"Nosotros diseñamos CULTIVA con esta forma: Cómo despierto la conciencia de un joven sobre el problema de la contaminación, cómo se lo muestro para que lo visualice y así levante un sentimiento en él, que lo motive a hacer algo al respecto y así desarrollar su voluntad. Se encausan las tres facultades del hombre: comprender una idea, problema y solución, despertar el sentimiento que motive a actuar y finalmente hacerlo", cuenta Nicolás Dormal, co-fundador de CULTIVA.

Esta fórmula responde al método de enseñanza Waldorf, impartida por el colegio que unió a los cinco fundadores de la corporación. Estimulan la imaginación de los jóvenes a través de preguntas y dejan que ellos mismos construyan una película en su consciencia e internalicen el problema. Que el foco esté en los jóvenes de entre 14 y 18 años, no es casualidad.

"Es más adecuado porque tienen más fuerza y porque su nivel de conciencia es al que queremos llegar. Empiezan a surgir ideales en los jóvenes, creemos que sí tienen ideales y que quieren cambiar el mundo y que uno debe permitirles el escenario adecuado para que ellos puedan encausar esa necesidad, ese impulso", dice Dormal.

Una hectárea de historia

La primera hectárea que plantaron fue en el Parque Mahuida, el año 2000, la cual fue obsequiada por el alcalde Fernando Casillo Velasco. Luego de eso les costó conseguir empresas que los apoyaran y postularon a varios fondos públicos y fondos internacionales. Desde ese entonces han plantado cerca de 30.000 árboles y han trabajado con más de 80 colegios.

"Cuando llevábamos 7 años trabajando en terreno con los colegios, sumamos a las empresas. Muchas nos decían que querían participar más, no sólo como auspiciadores. Hoy en día tenemos un sinnúmero de posibilidades para ellas: Desde financiar la plantación de un árbol, la participación de un colegio o que ellos mismos participen con sus trabajadores de una forestación", señala Dormal.

CULTIVA sigue el proceso de la plantación de árboles durante mínimo dos años. Primero habilitan el terreno, luego van con 100 niños a reforestarlo, luego vuelven a regarlo en grupos de cuatro y luego lo mantienen.

Los niños siempre quieren volver. Varios de ellos parten a estas jornadas de plantación entusiasmados sólo por la idea de que van a perder clases. Una vez que llegan allá y entienden el problema, hay un cambio de switch. Se les dice que la manera en que planten ese arbolito que tienen a su lado, determinará su cauce por los próximos 100 años, lo que los impacta enormemente. Además, los motivan con que podrán experimentar lo que viven diariamente los deportistas de elite. Ellos -les dicen- desde el minuto uno tratan de llegar al límite de sus capacidades y cuando llegan, saben que a partir de ese punto recién empieza su entrenamiento y dan más. Los niños pueden hacer lo mismo en ese cerro y con ese chuzo en la mano.

El costo de reforestar en Santiago

Una hectárea son 400 árboles. Plantar una hectárea son 6 millones de pesos. Mantener una hectárea durante dos años son dos millones de pesos más. Reforestar Santiago es caro. Pero a su vez, muy efectivo.

"Cuando el aire pasa por los árboles, los contaminantes se pegan a las hojas. Hay estudios que señalan que los árboles pueden capturar hasta el 80% de estas partículas", comenta Dormal.

Esto es tan bueno como malo. Bueno porque descontamina y malo porque puede enfermar a los árboles. CULTIVA planta principalmente quillayes, que en su experiencia son resistentes a la suciedad de nuestro aire.

"Si los árboles se manifestaran dirían que no dan abasto y que necesitan muchos más compañeros para hacer la pega, pero sí, sufren", dice Nicolás Dormal, que ya lleva 13 años tratando de alivianarles el dolor.

Actualmente, la corporación está trabajando principalmente por reforestar los cerros de Renca. "La gente los conoce por los terrenos pelados que hay camino al aeropuerto. Si logramos reforestar esos cerros sería un tremendo logro para la sociedad y también para la imagen de país", comenta Dormal.

Los cerros de Renca son 1.200 hectáreas potenciales a reforestar. CULTIVA ya lleva 12 a su haber. Durante abril se realizará una vez más la campaña "Un nuevo Aire para Santiago", la que busca recaudar los fondos anuales de la corporación.

Si quieres ayudar a esos jóvenes idealistas, acá te dejamos el link:

Campaña un nuevo aire para Santiago.