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Imagen: César Mejías

Iniciativa chilena apuesta por la lectura como forma de reinserción para reos y sus familias

Mediante el programa La Libertad de Leer, se contempla entregar a las familias de los internos de las penitenciarías de Chile, libros focalizados en áreas que puedan desarrollar, y así también incentivar el hábito de la lectura como forma de reinserción.

Por Maria Paz Larrondo | 2019-06-25 | 07:00
Tags | internos, privados de libertad, reinserción social, libertad para leer, lectura, prisión, cárcel
“No hay reinserción sino hay un esfuerzo y acciones reales por la integración de muchas de estas personas que han crecido al margen de lo que conocemos como sociedad. Debemos transformar las cárceles como lugares de castigo en lugares de oportunidades” (Christian Alveal, Director de Gendarmería).
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Muchas madres y padres que están privados de libertad y viven alejados de sus hijos y familias, buscan alguna manera de mantener el vínculo con ellos, sin embargo, se les hace difícil debido a las condiciones en que se encuentran. 

Es en este contexto que el programa La Libertad de Leer, surge como una excelente ayuda para estas personas a través del acceso a la lectura. Desarrollado por la agencia de gestión cultural Hoja Blanca y patrocinado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y Gendarmería de Chile, cuenta además con el apoyo del Ministerio de las Culturas, Artes y Patrimonio y el Instituto de Sociología de la Universidad Católica. De no ser por esta iniciativa, los privados de libertad y sus familias no tendrían acceso al inmenso mundo que las letras les están brindando. Así es como funciona.

Una exitosa primera parte

El programa La Libertad de Leer es la continuación de la campaña Abre un libro, abre tus alas, que fue lanzada en diciembre pasado por motivo de la Navidad, y que tuvo una excelente acogida en los internos y sus familiares. Tras el éxito de la iniciativa, ahora se buscó ampliar con el mismo objetivo: potenciar el hábito de lectura y la reinserción.

Abre un libro, abre tus alas, consistió en la donación de 346 mil libros a internos y gendarmes de las cárceles de Chile, con el fin de que pudieran regalarlos a sus familias.

En aquella oportunidad, se seleccionaron cómics inéditos de Condorito con tipo de texto más gráfico, vocabulario menos complejo y con historias divertidas para incentivar a los niños, los principales lectores de la iniciativa.

Fue así como cada interno recibió una bolsa con seis libros de la colección Selección de Oro de Condorito, una que no había sido publicada desde los años 80s por Pepo. Se rescataron los originales para hacer una edición de lujo a todo color, conformada por los títulos: Condorito Campeón, Condorito Superstar, Condorito en el Mundialazo, Condorito Doctor, Condorito en el automóvil y Condorito en la Historia.

Estos libros fueron parte de la Colección Viva Leer de Copec, que aportó 50 mil de estos packs. Además, la empresa donó 46 mil libros a la Red de Bibliotecas de los Centros Penitenciarios, al Sename y a Bibliotecas Públicas de Chile. En la realización del proyecto también participó la Fundación Pro Cultura.

El objetivo de esta gran iniciativa, fue incentivar la lectura de los internos y de sus respectivas familias, especialmente los hijos, con la intención de obtener beneficios directos como el aprendizaje lingüístico, la creatividad, la concentración, el fomento a la curiosidad y la comprensión lectora, que pueden ser grandes herramientas para su desarrollo.

Lectura para la reinserción

Pero como te contamos, esto no quedó solo en una primera parte, sino que siguió con un ambicioso proyecto.

Esta vez el programa incluye entregar a los reclusos una colección de 10 libros con material bibliográfico focalizado cuidadosamente en las necesidades de sus familias, para que ellos mismos les regalen. Alejandra Valenzuela, directora de Hoja Blanca, dijo a El Definido que la idea es llegar a 42 mil familias a través de todos los Centros Penitenciarios del país, que en la mayoría de las veces son parte de los sectores más vulnerables de la sociedad.

Mediante esta instancia, se quiere ampliar el beneficio social de la lectura en los internos y sus familias a través de un mecanismo eficaz, para contribuir a su desarrollo cognitivo y emocional, bajar los niveles de ansiedad y ocio propios del encierro en las cárceles, aumentar los niveles de reinserción, contribuir en el quiebre de la cadena delictual intergeneracional en familias de personas privadas de libertad, bajar la reincidencia y, sobre todo, fortalecer los vínculos familiares.

Según el comunicado de Gendarmería, los impulsores de la iniciativa, aseguran que el fortalecimiento de los vínculos afectivos entre las personas privadas de libertad y sus familias es fundamental para bajar la reincidencia, ya que estos lazos ayudan a la reinserción, lo que es un pilar fundamental en pos de una mejor sociedad.

“No hay reinserción sino hay un esfuerzo y acciones reales por la integración de muchas de estas personas que han crecido al margen de lo que conocemos como sociedad. Debemos transformar las cárceles como lugares de castigo en lugares de oportunidades”, dijo Christian Alveal, Director de Gendarmería.

Acoger y aprender

Muchas veces los hijos de reclusos tienen padres ausentes, y eso los hace vivir situaciones complejas que involucran estar bajo el cargo de otros familiares que a veces no los cuidan como requieren, o bien, a vivir en hogares de acogida, que todos sabemos los inconvenientes que pueden presentar hoy en día.

Es por eso que este tipo de iniciativas son realmente importantes, porque permiten acercarse a los muchas veces “invisibles” de nuestra sociedad, a esa familia que está detrás de cada persona privada de libertad. Y particularmente este proyecto socio-cultural ha sido una de los más importantes en los centros penitenciarios.

La lectura puede realmente cambiar la situación de quienes están tras las rejas, a través de la apertura a un mundo nuevo que está más allá del encierro, entregándoles significativos aprendizajes y permitiéndoles estar en igualdad de oportunidades con respecto al resto de la sociedad.

Si bien la reinserción es un tema difícil y debe abordarse de manera multifactorial, a través de este programa se puede comenzar a cambiar poco a poco la vida de muchas personas, transformándose poco a poco en actores valiosos para la sociedad.

La cantidad de libros disponibles en una casa, influye en las posibilidades de que un niño sea lector. Mediante la lectura los pequeños crecen y, por ende, mejora su educación y calidad de vida a largo plazo.

Buscamos dar herramientas para crear una sociedad más inclusiva e igualitaria, porque entendemos que la cadena delictiva se produce por la falta de oportunidades en todo sentido. Con este tipo de programas, contribuimos a crear un Chile más inclusivo”, dijo Valenzuela.

Mediante estas iniciativas, nos podemos dar cuenta que a través de las alianzas público-privadas se pueden lograr grandes cosas. Cuando todos colaboran, se puede construir de manera más eficiente una sociedad más justa y mejor.

¿Conoces alguna iniciativa similar de reinserción social?

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