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La música como testimonio de los cambios sociales: el caso de Nigeria

La música de Nigeria, que hoy comienza a sonar con fuerza en Occidente, es heredera de un duro proceso de guerras civiles, sincretismos culturales y nacionalismos. Hoy venimos a contarte de la influencia de la historia social de Nigeria en su música, y de cómo ésta ha calado en la música del mundo.

Por Martín Poblete @martin_poblete | 2016-09-12 | 17:00
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Es sabida e innegable la estrecha relación de la música con los procesos sociales que viven los pueblos: la retroalimentación que la música ha recibido de fenómenos políticos, sociales y culturales a lo largo de nuestra historia es imposible de desconocer.

La industria musical angloparlante tiene ejemplos claros de artistas que se hicieron partícipes de los cambios sociales con su voz, como Bob Dylan, Joan Baez, John Lennon y JB Lenoir, por nombrar algunos. Sin embargo, el predominio de esta industria a nivel global hace que las audiencias de Norteamérica y Europa no se enteren mucho de lo que pasa en el resto del mundo, por lo que grandes músicos del “tercer mundo” no llegan a brillar con toda su luz fuera de su mercado.

Dentro de este contexto, los cambios sociales que vivió Nigeria –y el desarrollo de su música a la par con ellos– durante los años '60 y '70 constituyen uno de los procesos culturales más interesantes de nuestro siglo, aun habiendo resultado desafortunadamente eclipsados por The Beatles, Frank Sinatra, Andy Warhol, Martin Luther King, John F. Kennedy y tantos otros personajes y sucesos que pasaron en Occidente por aquellos locos años.

Un poco de historia

Para 1960, Nigeria se libró del control británico y dejó de ser colonia por primera vez en 160 años. Dentro de su territorio, que los ingleses aglutinaron sin cuidado alguno, coexistían más de 300 etnias diferentes. Como es de esperarse, tan pronto los ingleses se fueron y los nigerianos tuvieron que empezar a ponerse de acuerdo para administrar el país, comenzaron los conflictos interculturales. Tras una serie de problemas étnicos, económicos y políticos, el pueblo igbo exigió su independencia de la República Federal de Nigeria. Los Igbos, con amplia presencia en el sur del país, habían desarrollado un fuerte sentimiento nacionalista y estaban dispuestos a luchar con todo para constituirse como país independiente bajo el nombre de República de Biafra, al sur del territorio nigeriano.

Luego de varios golpes y contragolpes de Estado, pogromos y persecuciones al pueblo Igbo, Nigeria se vio sumida en una guerra civil que se extendió desde 1967 a 1970. Durante los tres años que duró el conflicto se suscitaron disputas de territorio en torno a diferencias religiosas entre cristianos, musulmanes y tribus locales, así como a intereses económicos y, cómo no, a la producción y venta de petróleo.

El bloqueo económico que el Gobierno Militar Federal de Nigeria aplicó sobre Biafra desencadenó en un fuerte desabastecimiento y hambruna para sus habitantes, provocando la muerte por inanición de alrededor de tres millones de personas. A esto se sumaron una serie de crímenes de lesa humanidad cometidos de forma sistemática por el gobierno contra los rebeldes Igbos.

La sensibilización que el conflicto provocó en Occidente gatilló la intervención de varios países que apoyaron con recursos, armas y soldados a un bando o al otro. A favor de la República Federal de Nigeria estaban, entre otros, Estados Unidos, la URSS (sí, gringos y rusos en un mismo bando, en plenos años '60) e Inglaterra, mientras que por el lado de Biafra destaca el apoyo de Francia, Israel, España y Portugal.

Tras tres años de guerra y bloqueo, la República de Biafra no pudo más con su miserable condición y se vio obligada a rendirse, volviendo a anexarse al territorio de la República Federal de Nigeria. Era el fin de la guerra civil, pero no de la agitación. Las consecuencias de la guerra se extenderían durante décadas: gobiernos militares, expropiaciones ilegítimas a ciudadanos Igbos y réplicas de la guerra civil. La más reciente: este año.

Sin embargo, pese a la hostilidad normalizada de la vida política nigeriana, los esfuerzos por instaurar una democracia participativa y por reparar los daños étnicos provocados por los gobiernos, han sido exitosos en los últimos años. Desde 1999, luego de tres décadas de gobernantes posicionados mediante el uso de violencia, Nigeria elige a sus presidentes periódicamente mediante elecciones. Elección tras elección se ha buscado perfeccionar el proceso para hacerlo lo más transparente posible, alcanzando prometedores índices de transparencia y probidad en la última década.

Esto, sumado a su reciente desarrollo económico y gran capital humano, la ha puesto al lado de Sudáfrica como una potencia en desarrollo dentro del continente africano.

La música: más que entretenimiento, una herramienta social

Dentro de África, Nigeria ha sido siempre una importante cuna musical de la que se han originado algunos de los géneros más importantes del continente: el rico sincretismo de culturas que en ella conviven ha decantado en una fusión de elementos rítmicos, armónicos y líricos de diversos orígenes que, transportados por los esclavos desde Nigeria al resto del mundo, han terminado por influir en el desarrollo de algunos de los géneros musicales más importantes del siglo XX, como el blues y el jazz estadounidenses, el son cubano y la samba brasileña.

Para los años '60, cuando el rock and roll de Bill Haley, Elvis Presley y The Beatles comenzó a sonar en Nigeria, la gente vio con malos ojos que los jóvenes intentaran formar sus propias bandas de rock. En medio del nacionalismo que imperaba en África para entonces, la idea de imitar a músicos blancos (que a su vez tocaban una imitación de música negra) parecía ridícula, y tenía un alto costo social para quienes lo intentaban.

Sin embargo, la poca llegada que el rock and roll tuvo a principios de los '60 se revirtió cuando irrumpieron otros géneros derivados del blues afroamericano, como el soul, el funk y el R&B. La profundidad con la que estos géneros musicales calaron en la juventud nigeriana permitió que, de forma tangencial, el rock ganara seguidores tras el paso de los años.

Para el musicólogo y escritor estadounidense Uchenna Ikonne, autor del libro Wake Up You! The Rise and Fall of Nigerian Rock, 1972-1977, el inicio de la guerra civil fue clave en el desarrollo de la música nigeriana. Tanto el gobierno nigeriano como los rebeldes estaban al tanto del efecto que la música tenía en su población por lo que, fuera de reprimirla, la utilizaron para subir la moral de su gente y entretener a sus soldados. Muchas bandas jóvenes fueron enlistadas en los ejércitos con el único deber de tocar en sus bases y regimientos. A cambio, se les eximía de la obligación de pelear (y probablemente morir) en el campo de batalla. Esto permitió que muchos músicos aficionados nigerianos comenzaran a tomar sus instrumentos con mayor seriedad, y de un momento a otro la actividad musical creció exponencialmente a ambos lados del conflicto.

La paulatina apertura de la audiencia a géneros traídos de Europa y América entró en conflicto con el nacionalismo local pero, fuera de limitar la creación musical, amplió los márgenes para la fusión de estilos y el desarrollo de nuevos géneros musicales en África.

Uno de los grandes promotores de esta mixtura de sonidos fue el multiinstrumentista nigeriano Fela Kuti. Fascinado por el jazz de Miles Davis, Kuti desarrolló una fusión de jazz, funk y música highlife (género musical africano emparentado con la música cubana) que pronto bautizaría como afrobeat. A pesar de que en un principio el público encontraba su estilo “demasiado extranjero”, encontró un buen nicho de audiencia en los mismos jóvenes excluidos que escuchaban rock and roll a principios de los '60. La masividad era cuestión de tiempo.

La mezcla de la instrumentación occidental con la complejidad de las percusiones africanas, sumada al activismo político de sus letras, hicieron al afrobeat famoso dentro y fuera de África, convirtiéndose en una forma de promoción de la cultura nigeriana en el mundo.

La canción "Zombie" de Fela Kuti era una crítica abierta y explícita a la milicia nigeriana. Su publicación provocó la furia del gobierno de la época, que en represalia incendió el estudio de Kuti, destruyó sus instrumentos y lo agredió a él y a su madre.

Fela Kuti, además de ser un férreo defensor de la cultura africana y del panafricanismo, fue crítico de los gobiernos dictatoriales y apoyó activamente la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. Esto le trajo una serie de problemas con las autoridades, que lo llevaron a declarar ante tribunales de justicia en más de 300 ocasiones.

A la par que Fela Kuti difundía el sonido afrobeat, de la mano de otras bandas como Semi-Colon y The Funkees, la escena rockera nigeriana crecía y endurecía su sonido a la par con el recrudecimiento de la violencia. Mientras que el afrobeat se nutría del funk para desarrollar su sonido, la escena rockera se decantaba por la influencia psicodélica del rock de fines de los '60, distorsionando sus guitarras gracias al, para entonces, novedoso efecto de fuzz.

The Hygrades: Rock psicodélico nigeriano. 

Con el paso de los años, el rock nigeriano perdió popularidad y comenzó a desvanecerse poco a poco hasta desaparecer a comienzos de los años '80. En palabras de Ikonne: “la música no se pudo sostener por sí misma. Para mediados de los '70 ya había comenzado a desvanecerse, y hacia el final de la década había desaparecido casi por completo. Y no solo desapareció, sino que desapareció de la memoria colectiva en muchas formas. Creo que el país simplemente tomó otro rumbo, culturalmente hablando, y todo ese período resultó ser un extraño segmento que no pertenece ni a los '70 ni a los '60; fue simplemente un período de transición.”

El afrobeat, en cambio, goza de buena salud hasta el día de hoy. Fela Kuti cerró un círculo al influenciar a los músicos estadounidenses de jazz y funk, motivándolos a hacer afrobeat en Estados Unidos, del mismo modo que ellos lo influenciaron décadas antes. Hoy éste género musical y el legado nigeriano siguen vigentes gracias a jóvenes artistas como Antibalas, May7ven y Afrolicious, que, gracias al despegue del género world music, y mediante la fusión con el hip-hop y la música dance, han dado nueva vitalidad a la música nigeriana alrededor del mundo.

¿Sabías la historia musical de Nigeria? ¿Has escuchado a alguno de estos músicos?

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Comentarios
Cristian Bernal | 2016-09-12 | 22:35
1
Muy bueno Martín!
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Martín Poblete | Colaborador | 2016-09-13 | 12:48
0
Muchas gracias Cristian! Aprecio tu comentario :)
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