Hay cosas que son difíciles de explicarles a los hijos. ¿Por qué se tendrán que levantar temprano durante el resto de su vida adulta? ¿De dónde vienen los bebés? ¿Por qué los ornitorrincos son así? ¿Cómo es que ya no aparecen dibujos animados en la televisión pública?

Aunque de todo, sin duda que lo más complejo, es conversar con ellos sobre las tragedias que acontecen en el mundo. Contarles por qué hubo un tiroteo masivo en un país o cómo fue que un ataque terrorista terminó llevándose la vida de miles de personas en cierto lugar, es algo que atemorizaría a cualquiera.

Y es que el miedo de quitarles la inocencia, al adentrarlos en una parte tan negativa del mundo, nos podría llevar a ignorar este tema frente a ellos. Al igual que la idea de que discutir este tipo de temas con los niños podría traumatizarlos, asustarlos o hacerles mal de alguna manera.

¿Qué hacer entonces?

Brian Johnson y Laurie Berdahl son un matrimonio que comparte un interés en común: el estudio de la crianza de los niños. Él tiene un Doctorado en psicología de la Universidad de Oklahoma, ella un Master en investigación genética, y en ocasiones escriben publicaciones juntos, como la que hicieron recientemente para Psychology Today.

En esta última abordaron el tema de cómo hablar con los niños asuntos trágicos. Al respecto, lo primero que dicen que hay que tener ojo es en la sobreexposición de estos asuntos en los medios.

“Los jóvenes con acceso a internet y teléfonos inteligentes pueden exponerse más de la cuenta a estos temas. Por lo mismo, hay que explicarles la importancia de minimizar el tiempo que le dedicamos a ver estas noticias: que estos hechos tengan mayor cobertura no les ayuda a quienes han sido afectados, por el contrario, puede interferir en nuestro estado de ánimo, sueño, rendimiento, comportamiento y mentalidad”, aseguran.

En ese sentido, los niños terminarán enterándose de todas formas de la existencia del “mal”. Pero por mientras, podemos proteger su integridad psicológica tratando de minimizar su exposición frente a estos asuntos.

Los 5 pasos que debemos seguir

Para llevar este problema a la práctica, Brian y Laurie detallaron cinco pasos que debemos considerar cada vez que nos enfrentemos a esta situación. Así que, según ellos, lo que deberíamos hacer es lo siguiente:

1. Lo más importante es asegurarles que siempre los cuidarás y los mantendrás a salvo. Y que, por cierto, hay más gente buena que mala en el mundo. A los niños que son más grandes, podemos explicarles que siempre han existido las tragedias, pero que teniendo esperanza, conversando y ayudando a los demás, se pueden enfrentar de mejor manera. Además, es importante reiterarles que estos siempre son hechos aislados y que es muy poco probable que le vaya a pasar a ellos, sus amigos o a la familia.

2. Hay que preguntarles cómo se sienten frente al desagradable evento y hay que validar sus sentimientos. Está bien que se sientan asustados o tristes, y hay que hacerles saber que nosotros también lo estamos, pero también debemos rescatar que estaremos bien. Eso sí, no hay que enfatizar nuestros miedos, porque los niños recurren a los adultos para sentirse seguros y calmados.

3. Es importante también inculcar la empatía hacia los desconocidos que fueron víctimas de la tragedia, además de reforzar la idea de que hay gente trabajando duro para evitar que hechos así se vuelvan a repetir. En esa línea, podemos mencionar cómo podemos ayudar nosotros mismos, ya sea donando tiempo, dinero o enviando mensajes de apoyo a los familiares de quienes hayan sido afectados, por ejemplo.

4. Después de todo esto, debemos preguntarle a los niños si tienen alguna duda (entendiendo que no podemos tener una respuesta para todo). Por su parte, debemos dejar claro que estamos dispuestos a hablar del tema nuevamente, cuando ellos quieran. Los niños deben entender que es bueno hablar cuando algo les preocupa, pero que también a veces es mejor alejarse del tema cuando no podemos hacer nada al respecto, más allá de entristecernos o enojarnos.

5. Finalmente, debemos tratar de hablar del tema solo si los niños quieren hacerlo o si se muestran preocupados sobre el asunto, evitando generar nosotros mismos otra sobreexposición al tema, además de la de la televisión e internet.

Tengamos cuidado con la tecnología

De todo, en lo que más enfatizan Brian y Laurie, es en el rol que pueden adquirir las tecnologías en esta época cuando se trata de enterarse de este tipo de noticias: “Creemos que los dispositivos electrónicos que pueden introducir videos de tragedias violentas en nuestras casas, autos, colegios, restaurantes, oficinas, etc., los que pueden ser vistos una y otra vez, corresponden a una nuevo y potencialmente peligroso fenómeno para nuestras mentes más jóvenes”, sostienen.

Los padres también deben involucrarse, sin ser invasivos, en las actividades que realiza su hijo en el computador, celular y tablet. Tiene que haber un cierto control sobre lo que ellos ven y para evitar el acceso a este tipo de material, aconsejan “desconectar” a la familia y realizar actividades simples y divertidas en grupo. Así que menos repetición de las noticias trágicas (que ya nos sabemos de memoria) y más películas, conversaciones, panoramas al aire libre y juegos.

¿Cómo tratan estos temas en tu casa?