Ir en el metro quizás no sea lo más agradable del mundo. Aparte de no poder diferenciar donde empieza tu brazo y termina el bolso de la señora de al lado, eso de ir bajo tierra ofrece poco de interés en lo que a paisaje se refiere.

Pero la verdad es que el uso de espacios subterráneos tiene una serie de beneficios. Y la Asociación Internacional de Túneles y Espacios Subterráneos (ITA por sus siglas en inglés) resalta cuatro de ellos: liberar la superficie para un mejor aprovechamiento del espacio, el aislamiento de desastres climáticos o naturales (salvo los desbordes de ríos...), la preservación del medioambiente, ya que estas construcciones tienen (generalmente) un menor impacto ambiental; y por último, las razones topográficas, debido a lo difícil que es el traslado en zonas montañosas, por ejemplo.

Por todo esto, realizamos un listado de cinco ciudades que lograron encontrar soluciones a algún problema a través de la vía subterránea:

1. El paso acuático de Tokio

Si algo nos enseñó La Sirenita fue que bajo del mar la vida es mejor (aunque si decide verificarlo, recomendamos llevar tanque de oxígeno y evitar vestirse de carnada). Y al parecer, quienes se tomaron la película muy en serio fueron los japoneses. En el 1997 inauguraron el Aqualine Bahía de Tokio, un paso marino de 15,1 kilómetros de longitud, de los cuales 9,5 kilómetros van bajo el mar a través de un túnel. El resto consiste en un puente que va sobre el agua.

La iniciativa se llevó a cabo para unir a las ciudades de Kawasaki y Kisarazuen, la Bahía de Tokio, y sus beneficios son enormes: desplazarse desde una ciudad a otra toma sólo 15 minutos, mientras que la ruta alternativa contempla un trayecto de 100 kilómetros en donde es necesario pasar por el centro de Tokio (es decir, tacos nivel asian).

Y como mencionamos, la mayor parte del paso es subterráneo. Esto, ya que el tráfico marino de la zona es muy alto, debido a que la bahía contempla una gran cantidad de ciudades costeras, en su mayoría industriales, las que utilizan diversas rutas de navegación marítima para el desplazamiento de bienes. Por lo mismo, decidieron ocultar casi 10 kilómetros del tramo por debajo del agua y así permitir el tránsito de las naves en el lugar.

Eso sí, también existen iniciativas similares como las del Eurotúnel, que une a Francia con el Reino Unido a través del Canal de la Mancha. Pero quisimos poner a Japón en la lista porque nos cae bien y su paso acuático es menos conocido.

Fuente: Google Maps

2. La “ciudad” subterránea de Canadá

En la ciudad de Montreal, en Canadá, hace mucho frío. Por lo mismo, en el 1950 se les ocurrió un gran plan: construir todo bajo el suelo. Bueno, no todo, pero sí 30 kilómetros de extensión en túneles subterráneos.

La idea que se conoce como Ciudad Subterránea se concretó en el 1962 y ahora es considerada el complejo bajo tierra más grande del mundo. Y es que adentro del RÉSO (como se le llama desde el 2004) se pueden encontrar 10 estaciones de metro, dos terminales de buses, 1.200 oficinas, dos mil terminales de buses, aproximadamente 1.600 residencias, dos mil tiendas, dos centros comerciales, 200 restaurantes, 40 bancos, 40 cines, siete hoteles, el campus Montreal de la Universidad de Québec, un parque olímpico, una catedral, entre otras cosas más.

Por cierto, se estima que más de 500 mil personas transitan por ahí diariamente, quienes acceden a la ciudad subterránea a través de los 120 puntos de acceso que hay en Montreal.

Fuente: Montreal Visitors Guide

3. La autopista de Madrid

Las autopistas en plena ciudad no siempre tienen que ser malas visualmente hablando. La M30 es una vía de circunvalación (como Américo Vespucio en Santiago) que rodea al centro de la capital de Madrid, y es un ejemplo de cómo se pudo equilibrar un transporte eficiente con una ciudad amigable. Esta cuenta con características de autopista y hasta el 2004 iba por sobre la tierra, sin embargo, el problema es que no era muy popular: se consideraba que actuaba como una barrera que dividía zonas urbanas y además era una fuente de contaminación ambiental y acústica.

Por lo mismo, se decidió hundir gran parte de su superficie bajo tierra, a través del proyecto Madrid Calle 30. Tras esto y desde el 2007, la vía cuenta con 99 kilómetros, de los cuales 56 se encuentran subterráneamente. Además, donde antes había asfalto y el tránsito peatonal estaba impedido, ahora se encuentran parques, paseos y viviendas.

De hecho, en Chile se ha planteado más de una vez replicar este modelo en lugares como la Autopista Central, la que a través de 60 kilómetros actúa como una verdadera división urbana, sobre todo en su emplazamiento al interior del casco urbano de la ciudad.

Fuente: Instituto Cervantes de Praga

4. Huerto de Londres

En 1940 se construyeron una serie de túneles subterráneos en Londres para que sirvieran de refugio por los bombardeos alemanes durante la segunda Guerra Mundial. Con el tiempo, se construyó una de las líneas de metro más concurridas de Londres por encima de ellos, así que el espacio quedó inutilizado.

Sin embargo, ahora es el hogar del primer huerto subterráneo de Inglaterra. A 33 metros de profundidad, se ocuparon desde el suelo hasta el techo el 25% de los túneles con estanterías que albergan lechugas y plantas aromáticas. ¿Cómo lo hacen para que crezcan? Con luz LED, la que es capaz de reemplazar la natural para estos efectos.

Además, no se usan pesticidas y el cultivo, por ser hidropónico, favorece el ahorro del agua, al usar 70% menos que en las granjas convencionales. Con todo eso, en el lugar se puede cosechar entre 5 y 20 toneladas de productos al año.

Fuente: El Íbero

5. Bóveda de semillas

¿Sabías que en el Polo Norte se encuentra la salvación de la humanidad en caso de una catástrofe ambiental o guerra mundial? En la localidad de Longyearbyen se construyó el Banco Mundial de Semillas de Svalbard, una iniciativa impulsada por el gobierno noruego que busca resguardar la biodiversidad de las especies de cultivos que sirven para la alimentación.

Y se encuentra a nada más ni nada menos que a 130 metros de profundidad en una montaña que resiste la actividad volcánica, los terremotos, la radiación y el aumento del nivel del mar. Ahí se almacenan alrededor de 860 mil muestras de semillas, aunque caben más de cuatro millones de ejemplares. Estas se conservan a -18 grados centígrados para garantizar una baja actividad metabólica y su estado de conservación se podría extender durante siglos.

¿Qué otro ejemplo de usos subterráneos incluirías?