Animales, especies, invasoras, ecosistema, plantas, árboles
Imagen: César Mejías

Las especies invasoras no siempre son malas

Cada vez cobra más fuerza esta aseveración dentro del mundo científico, desde donde incluso califican al rechazo que existe en torno a estas especies como “xenofobia”.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2016-03-17 | 17:09
Tags | Animales, especies, invasoras, ecosistema, plantas, árboles
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La chaqueta amarilla es el típico bicho invasor mala onda. En las zonas rurales molestan a la gente e incluso se meten en los platos de comida. Además, ni siquiera polinizan flores como sus buenas primas lejanas, las abejas. Pero como todo en la vida, no es bueno generalizar. Y es que cada vez hay más científicos que aseguran que no todas las especies invasoras son malas para el ecosistema al que llegan.

Pero primero que todo: ¿qué es una especie invasora? Aunque la distinción entre especies nativas y no-nativas data desde el siglo XVIII, el término recién se acuñó el año 1958 en el libro The Ecology of Invasions by Animals and Plants (o “La ecología de las invasiones de animales y plantas” en español). Y en parte, lo militarizado de la palabra “invasión” se debe a que el concepto nació en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial.

De todos modos, a lo que se refiere es a la introducción de animales, plantas u organismos en zonas que no pertenecen a su distribución original o habitual. Pero en la realidad, no siempre son consideradas una “invasión” desde el punto de vista militar. De hecho, algunas veces ayudan al ecosistema donde llegan y en ocasiones, pueden incluso llegar a formar alianzas con las especies que ahí habitan.

¿Xenofobia?

Desde el Laboratorio de Investigación Sax de la Brown University, aseguran que el paradigma que rige en estos momentos sobre esta materia es “frente a la duda, mátalo”.Algo que, de acuerdo a la institución, tiene más que ver “con la xenofobia que con la ciencia”.

Sobre todo si se considera que el desplazamiento de especies a través de distintas zonas es un fenómeno que ha ocurrido siempre. Y que particularmente ahora, con la globalización, es imposible de frenar completamente (especialmente si le sumamos a eso el cambio climático y la migración de especies que esto desencadena).

Sólo eran incomprendidas…

Y la verdad es que hay una gran evidencia de especies que han llegado a zonas donde no pertenecían originalmente a mejorar el panorama. Un ejemplo es la incorporación del eucaliptus en el estado de California, en Estados Unidos. El árbol, que llegó hace más de 150 años al lugar, sirve de refugio para las mariposas monarcas durante el invierno. De hecho, son su planta favorita en esta estación.

Otro caso se da en España, con el cangrejo de río. Aunque muchos sostienen que el animal es autóctono de la zona, la evidencia histórica asegura que el crustáceo fue importado desde Italia, a través de una solicitud del rey Felipe II a fines del siglo XVI. Y tiene a varios felices: aparte de ser consumido por las personas, el cangrejo de río sirve como presa para los pájaros marítimos, incluyendo a algunos que se encuentran en peligro de extinción.

También, en varios estados del oeste de Estados Unidos se gasta una fortuna tratando de eliminar al arbusto tamarix, por ser una planta “invasora” (ya que en realidad proviene de África y Asia). Se cree que acapara el terreno en donde crece y que daña a las especies nativas de la zona. Pero el científico Julian Olden, de la Universidad de Washington, asegura que en realidad el tamarix en California ha logrado crear una alianza con el pájaro mosquero saucero, sirviéndole como refugio.

Invasor: ¿según quién?

Eso sí, todo este tema plantea una duda casi filosófica: ¿acaso no estamos determinando la calidad de “invasora” de una especie desde un punto de vista antropológico? Si la madre naturaleza es tan sabia, ¿quiénes somos nosotros para determinar dónde y cómo se deben desarrollar las especies? ¿Es que hay realmente plantas y animales "malos" y otros "buenos"? ¿No somos nosotros mismos especies invasoras (y peores que todas)?

Y la relatividad del asunto puede ser graficada a través de una paradoja expuesta por la publicación The conservation paradox of endangered and invasive species (o “La paradoja de la conservación entre especies invasivas y en peligro”). Ahí se presenta el caso del pino de Monterrey, un árbol que se encuentra en peligro en México y California, pero en que en Australia y Nueva Zelanda es considerado una peste.

Lo mismo pasa con el carnero de Berbería. El bovino es una especie en peligro en Marruecos, pero en otros lugares como las Islas Canarias, la población de este animal crece a un ritmo alarmante, lo que hace que no sea muy querido.

¿Y en Chile?

De todos modos, no se puede ignorar que en varios casos los “invasores” sí representan una amenaza para los ecosistemas. Según el primer catastro de especies invasoras en Chile, realizado en el 2014, en el país existen 128 especímenes de este tipo. Y de ellos, 27 son considerados de alto riesgo para la biodiversidad. Algunos corresponden al castor, el aromo, el visón, la chaqueta amarilla, el jabalí y los conejos.

¿Cómo definir qué especie es "invasora" y qué es parte de la evolución natural de un ecosistema?

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Comentarios
Samara Neva | 2016-03-17 | 19:52
2
Soy estudiante de Medicina Veterinaria y justo hoy nos evaluaron unos paper acerca de especies alóctonas, es decir, las que no son nativas de determinado lugar. Sin entrar en muchos detalles, el que sea "invasora" o no dependerá de la especie animal que no estaba antes ahí, cómo llego ahí (si fue migración por cambios climáticos, introducida por el humano para estudio o control de otras plagas, etc) y de las especies que ya estaban ahí entre otras cosas. Preocupa más el hecho de que la especie que llegó no viene sola en la mayoría de los casos, sino que trae enfermedades que no son del lugar, como parásitos, bacterias y virus entre otras cosas y que a su vez pueden afectar a las especies nativas (incluyendo el ser humano).
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Benito Rosende | 2016-03-18 | 00:43
4
Yo soy Biólogo y a pesar de que no estoy ocupando ninguna definición de libro veamos si se pueden aclarar algunos términos:

Si las especies son propias de un lugar o llegan de forma natural a un territorio son denominadas (Nativas) de dicho lugar, en cambio si llegaron directa o indirectamente a un lugar por causa humana se les llama (Exóticas, Alóctonas o Introducidas), sólo si estas últimas son capaces de propagarse por su propia cuenta, desplazando a otras especies se las considera invasoras.

Por otro lado las especies invasoras muchas veces son súper valoradas por la gente, como la Rosa mosqueta con la que hacen mermeladas y medicamentos, pero que desplaza a muchas plantas nativas, o las truchas que depredan todo lo que encuentran dentro de los ríos, ¿y si se hiciera un plan de erradicación de truchas? tristemente no me imagino a pescadores deportivos, dueños de lodges y oficinas de turismo apoyando la recuperación del pejerrey y puyes.
Conejos y ratones de ciudad ya forman parte de la cadena alimenticia, porque los animales se adaptan a lo que tienen disponible, pero no porque algunos se beneficien es automáticamente algo netamente positivo.

Bueno y se preguntarán ¿por qué los algunos biólogos le ponemos tanto color a las invasoras? en mi opinión es porque en Chile (y el mundo) los ecosistemas son tramas complejas que recién estamos empezando a comprender, y muchos eslabones de la red son súper sensibles a los efectos de las especies invasoras, porque avanzan 24/7 y como comentó Samara traen enfermedades, no está claro cuanto y cómo impactan, por eso no se puede esperar a que dejen de expandirse para saber que tan mala era su presencia, ¿que culpa tienen las especies que llevan miles de años aquí que nosotros le trajéramos vecinos indeseables?
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Esteban Sierralta | 2016-03-18 | 10:03
1
otro caso de especie invasora productiva es el lobo americano, resulta que en europa se extinguio por lo tanto el ecosistema europeo quedo desequilibrado por lo que para llenar ese hueco e impedir la sobrepoblación de animales consumidores y por ende destruir la flora productora se introdujo al lobo americano.

de hecho si lo piensan todos los cuentos europeos (o en su malloria) mensionan al lobo pero hoy en dia casi no hay lobos en europa.
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Guillermo Pandelara | 2016-03-18 | 11:36
0
ni gatos en america !!! jajaja (caida de carnet pesada)
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Paz Montenegro | 2016-03-18 | 11:45
3
Hola, creo que tu artículo, si bien pareciera bien intencionado, carece de una análisis más profundo de las reales consecuencias de introducir un elemento nuevo (llámese planta, animal, bacteria) a un ecosistema.
Me voy a enfocar para ilustrar esto, en sólo un ejemplo (podría contra argumentar todos, pero no quiero darle mucha lata a nadie) que indicas como positivo : Eucaliptus.
En tu ejemplo, indicas que este exótico sirve como refugio y es el favorito de las mariposas monarcas. Si bien la migración de estos insectos representa un hermoso espectáculo natural, perfectamente estas mariposas podrían utilizar, como lo llevan haciendo miles de años, las plantas nativas de su ecosistema, si este estuviera disponible.
Ahora, entre los efectos más grandes de la introducción de eucaliptus es que estas plantas funcionan como "bombas de agua", secando la tierra al consumir en muchos casos completamente las reservas de agua subterránea, impidiendo que plantas nativas puedan establecerse en esta zona por la escasa disponibilidad de agua, disminuyendo drásticamente la diversidad en las zonas donde se establecen los eucaliptus, tanto de flora como de fauna. En este sentido, no es que las mariposas "prefieran" los eucaliptus, si no que es casi lo único que tienen disponible.
La extrema sequía que está viviendo durante los últimos años California está agudizada por este invasor que seca la tierra y consume la poca agua disponible, y una de las consecuencias más grandes del establecimiento de eucaliptus lo hemos vivido también en Chile: Poca agua + mucha madera combustible (seca)+ altas temperaturas = Violentos incendios forestales.
No se trata de "xenofobia", se trata de tener en consideración todos los efectos en la introducción de elementos exóticos en complejas redes de interacción de los ecosistemas.

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