infancia, niños, gustos, siesta, comida, ducha, panoramas, diferencias, generaciones
Imagen: César Mejías

Diferencias generacionales que no cambian: cosas que los niños odian y nosotros amamos

¿Cómo pueden odiar tanto los niños la ansiada ducha si uno la adora? Esta y otras grandes distancias que nos separan a kilómetros de los más pequeños y los adolescentes.

Por Magdalena Cárcamo @manecarcamo | 2017-07-19 | 15:39
Tags | infancia, niños, gustos, siesta, comida, ducha, panoramas, diferencias, generaciones
Relacionadas

Se terminan las vacaciones de invierno y volveremos a la locura de los turnos, las tareas, los despertadores al alba, las loncheras y las circulares que debemos firmar. Hace rato que para mí estos días de descanso dejaron de ser como dijo un columnista por ahí “vacaciones de infierno” y disfruto que el cabrerío esté en la casa, descansando, jugando y muchas veces haciendo casi nada. Porque para ir a meterme a malls o entretenciones en donde las filas son como las de Servipag el último día del mes, ya no tengo paciencia.

Pero lo que sí he hecho es observarlos con detención y he confirmado eso de que hay cosas que los niños odian hacer y los adultos amamos. Peleas que damos entre generaciones y que probablemente se seguirán ando hasta el final de los tiempos. Porque pase lo que pase, la niñez podrá variar en estilo y hábitos de consumo, pero la esencia será siempre la misma. Aquí algunas de esas diferencias irreconciliables entre grandes y chicos:

La ducha

Lo más normal es que un adulto sin ducha considere que no puede salir de su casa y mucho menos trabajar. Lo hemos visto estos días en que miles de santiaguinos tuvieron que lavarse por presas para aguantar con dignidad los días sin electricidad. Con la mayoría de los niños en cambio el tema de la ducha es una verdadera batalla campal. “Juanito ¡a ducharse!” Probablemente es una frase que uno repite al menos 8 veces en un intervalo de 5 minutos, seguido de argumentos de nuestra contraparte tales como: “¿Otra vez? Si me duche el viernes (estamos a lunes ojo)” y varios alegatos más que nos hacen invocar con fervor a Job, el santo de la paciencia.

Nunca olvidaré la historia de un amigo que contó que en su tierna adolescencia llegó al extremo de prender la ducha, dejarla correr, mojar el piso del baño con agua para simular humedad y mojarse el pelo para hacer creer a sus padres que se había bañado. Misterios sin resolver de la juventud y la tirria a la higiene personal.

La siesta

Una de mis principales interrogantes del universo es: ¿por qué los niños aborrecen la siesta si es uno de los mejores inventos de la historia después del scaldassono, la depilación láser y el ceviche? Muchas veces marcharía porque la siesta fuera un derecho obligatorio, irrenunciable y gratuito. ¿Y los niños? La odian tanto como Tiago a Alexis. Clásico es que para una fecha importante tipo Navidad o Año Nuevo uno les sugiere una siesta para que puedan resistir con dignidad el trasnoche y ellos te miran como si los obligaras a hacerse cargo de la Gerencia de Servicio al Cliente de Enel.

Los panoramas en la casa

Me doy cuenta que estoy entrando al team Corega, porque cada día disfruto y amo más esos días en que el máximo carrete es quedarse en la casa, con un rico picoteo, una buena película y sin tener que recomponerme la cara después de un viernes agotador. Mi casa = mi mejor panorama… y hace 20 años atrás encontraba que era un fracaso total no tener nada que hacer y quedarme en la casa acompañada de Video Loco, comiendo Traga Traga sentada en la cama de mis papás.

Pues bien, para los adolescentes la cosa se mantiene de manera similar. Odian al igual que nosotros a su edad cuando nuestras mamás nos decían: “¿Por qué no hacen un panorama mucho más choro que ir a esa fiesta? ¿Y si piden unas pizzas y se quedan jugando bachillerato?”. En verdad los viejos debemos asumir que la oferta es CERO atractiva y que NINGÚN panorama (y menos los ñoños que ofrecemos nosotros los papás), le competirán al fiestón donde supuestamente “irá todo el mundo”. Es hora de asumir esa realidad queridos compañeros de Caja de Compensación.

La buena gastronomía

Acá no me las daré de bloguera saludable, que goza con la leche de almendras, las hamburguesas de lentejas y los pie de mantequilla de maní no se con cual o tal semilla. Me como feliz un combo en el auto cada cierto tiempo y las papas fritas de la gran M siguen siendo mis favoritas con kétchup y mayonesa. Pero la vejez nos pone más exigentes cuando hablamos del placer gastronómico. Las ramitas en un carrete me ponen mal genio, los Chis Pop solo los consumo en caso de desesperación y cuando me ofrecen bilz concluyo que el que lo hace me desea la muerte.

En cambio los niños miran con asco los mariscos, el queso azul, las aceitunas amargas, las berenjenas, el ají de gallina y una rica cazuela. Todos manjares que aplaudo de pie y que me alegran el día. Igual acá creo que hay un desafío interesante para las familias. Así como debemos enseñarles el gusto por la naturaleza, la buna música y la belleza, también deberíamos promover una cultura gastronómica amplia en donde el puré en caja, las salchichas y los nuggets queden reducidos solo a la desesperación del domingo en la noche. Gran desafío… y caro también.

Obvio que en todos estos puntos hay excepciones. Tal vez tu hijo se levanta feliz a lavarse el pelo, le fascina ver ET en familia un viernes cuando tiene 15 años, celebra cuando hay zapallitos italianos con puré rústico de menú y su siesta es sagrada para poder estar descansado el 18 de septiembre. Si es así… agradécelo mucho. Si no, eres de los que como yo al menos sabes, con resignación, que esos extraños hábitos de la juventud gracias a Dios se mejoran con los años.

¿Qué otras diferencias generacionales agregarías?

¿CÓMO TE DEJÓ ESTE ARTÍCULO?
Feliz
Sorprendido
Meh...
Mal
Molesto
ESTADÍSTICAS: APOYO A FRASES DE ESTE ARTÍCULO
Estas estadísticas sólo se le muestran a los usuarios que ya han dado su opinión con un click sobre alguna de las frases rojas destacadas en el texto del artículo.
Comentarios
Jo He | 2017-07-19 | 16:56
2
En todos tus articulos se generalizas a mas no poder, dando una vision demasiado superficial como para ser tomada en serio. A veces llega a ser ofensiva incluso.
responder
denunciar
apoyar
Andrés Verscheure | 2017-07-19 | 18:08
3
Es el estilo del humor de Mane Cárcamo. No hay que tomarselo en serio, si claramente es en todo humorístico. Que no lo encuentres gracioso es otro tema, todos tenemos tipos de humor distinto y que no lo entiendas, o te parezca fome o de mal gusto, no lo hace malo, es una diferencia que hay que aprender a respetar =)

Saludos
responder
denunciar
apoyar
Pablo Raín | 2017-07-19 | 20:46
0
Exacto, no hay que tomarse muy en serio a la mane cárcamo... Esperen, eso suena horrible XD

No hay que tomarse muy en serio sus artículos, no están hechos para eso
responder
denunciar
apoyar
Melissa Amaro P. | 2017-07-19 | 17:07
0
En realidad, a mí la ducha me daba miedo cuando chica. Como era de esas que van adosadas a la pared, cuando uno movía el pituto para que el agua pasara a la ducha, vivía unos segundos de tensa calma, y luego, el chorro salía con una fuerza endemoniada. A veces ni siquiera estaba tibia. Duros momentos de la infancia.
Y la siesta... No sé, tengo una relación de amor/odio con dormir. Es que se pueden ver tantos videos de gatos en ese rato! xD
responder
denunciar
apoyar
Damián | 2017-07-19 | 17:42
0
Nose mis hijo de 7 años es un viejo chico jajaja, si bien el baño a veces es un tema, cuando tiene que dormir siesta no ahce problemas, le encanta estar en la casa y ama la buena gastronomía, de hecho es mi Partner para ir a restaurantes de comida thai, india, china, taiwanesa, arabe, japonesa, francesa, etc jajaja
responder
denunciar
apoyar
Vale | 2017-07-19 | 18:45
2
A mí todavía no me gusta mucho ducharme, y tengo 25 jajaja (quizás aún no dejo de ser niña?)
responder
denunciar
apoyar
Pablo Raín | 2017-07-19 | 20:47
1
Te apoyo, me siento igual

Aunque en mi caso es flojera... Porque en serio qué lata levantarse a bañarse cuando uno podría aprovechar ese tiempo para dormir un poco más D:
responder
denunciar
apoyar
María José Salazar | 2017-07-21 | 14:55
1
Ya no me siento tan sola!!!
responder
denunciar
apoyar
Francisco Almendra | 2017-07-24 | 12:13
1
Me pasa igual, no hay caso con la ducha. Quizá es porque tengo la suerte de no "ser fuerte", entonces no es un problema. Es más, prefiero la ducha de noche, antes de dormir. La cama bien hecha, sábanas estiradas, puro frescor, despierto como lechuga <3 Pero ducha a las 6 am? no gracias, ese tiempo para el desayuno mejor :)
responder
denunciar
apoyar
Carolina Larenas | 2017-07-19 | 20:24
1
Otra diferencia que veo es con el abrigarse, cuando chica arrancaba a perderme cuando mi mamá me perseguía con una chaqueta y hoy si no me abrigo no salgo. Con mis hijas me pasa lo mismo.
Punto aparte, cada cierto tiempo, cuando cuento alguna historia mis hijas me miran cara de "otra vez!", porque ya estoy como los abuelitos, que empiezo a repetir las historias que ya conté. Hoy cuando leí este artículo me di cuenta que a la Mané también le pasa!!! lo de la ducha y la siesta ya nos lo había contado!!!!
responder
denunciar
apoyar
Pablo Raín | 2017-07-19 | 20:52
2
Solo diré: video loooco po... Tu carnet se fue a Marte XD

Y solo para recapitular, tengo 27
Me da lata bañarme (por flojera )
Me encantan las ramitas para picar
Odio dormir siestas... Aunque dormir en la noche es un manjar

Y definitivamente mejor carrete en casa... Una vez con mis amigos fuimos tan sanos que terminamos carreteando con panqueques y leche con plátano xD
responder
denunciar
apoyar
Paper Luis | 2017-07-20 | 11:09
0
Creo que pertenezco a otra generación, diferente a la de Mane Cárcamo...
- Odio la ducha. Para bañarse existen las tinas y debiese ser obligación que en cada casa/departamento/ruca/etc vengan con tina donde ¡¡¡Uno pueda caber estirado!!! Las duchas son al bañarse como el McDonalds es a las hamburguesas. (Que me duche todos los días no es por gusto personal, sino por el bien de la humanidad que me rodea)
- Amo la siesta, tanto que si se llegara a materializar como persona, me divorcio y me caso con ella (...puede que haya exagerado un poco...) Y la amo desde mi infancia, adolescencia... Mi "cada día menos pequeño hijo" dejó de ser bebé y olvidó el placer de la siesta, aunque a su favor debo decir que mi compañera de vida tampoco duerme siesta. (no importa, mas para mi...)
- El enano es igual de casero que yo. Nos gusta quedarnos en casa, porque ¡Hay de todo para divertirse! Si bien cuando uno era peque, quedarse en casa era o ver hervir la tetera o mamarse "tardes de cine" con películas que en ese entonces ya eran viejas y malas, por lo que la gracia era salir. Ahora: Youtube, Netflix, Consolas, Juegos on Line... y sobretodo, el hacer cosas en familia =)
- Creo que el gusto por la comida se va adquiriendo con los años... o con la necesidad. Yo fui mañoso para comer hasta los 12 años, hasta que tuve la cocina a mi disposición y me cambió la vida. ¿El Hijo? Mientras sea frito es rico. (Y ojo con los suflitos... los que me gustan tanto, ya no los venden =( ¿Pq sacan de circulación cada cierto rato los con sabor a maní? )
responder
denunciar
apoyar
fernando landskron | 2017-07-20 | 12:33
0
Cuando tenemos esos raros momentos en que vamos a un buen restorant como familia ( son bien excasos pq con 3 hijas no hay bolsillo que aguante ) y antes de mirar la carta con una serie de exquisiteces de variedades de mariscos y carnes, pero mis hijas preguntan "hay salchichas con papas fritas?"
Quedo plop!
responder
denunciar
apoyar
Sara Ward | 2017-07-20 | 14:23
0
Estoy de acuerdo con el artículo. Los niños serán niños desde la prehistoria hasta el fin de los tiempos, y cambian cuando pasan a adultos. ¿No te pasa que ahora te gustan comidas que en tu infancia te daban asco? y vice versa, ¿ahora no te gustan cosas que te encantaban de niño/a? Incluso ahora juegan a los mismos juegos que hace 50 años, pero modernizados, por ejemplo, siguen jugando al almacén, pero ahora con código de barra.
responder
denunciar
apoyar
Francisco Almendra | 2017-07-24 | 12:28
0
Nunca le he encontrado gracia a la siesta; ahora de adulto mucho menos. Siento que es tiempo perdido, me desoriento temporalmente cuando despierto y más encima me da acidez ¡todo mal! Aaaaah, pero un zorrito de 10 minutos es otra cosa
responder
denunciar
apoyar
* Debes estar inscrito y loggeado para participar.
© 2013 El Definido: Se prohíbe expresamente la reproducción o copia de los contenidos de este sitio sin el expreso consentimiento de nuestro representante legal.