Marte, NASA, experimento, Hawai, aislación, social
Imagen: Rodrigo Avilés

Vivieron aislados durante un año en una simulación de Marte. Estas son sus conclusiones

El desafío de ir a Marte es tanto tecnológico como psicológico. Un experimento indagó esto último y las conclusiones de sus participantes que acaban de terminar su aislamiento nos sirven a todos, seamos astronautas o no.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2016-09-02 | 15:08
Tags | Marte, NASA, experimento, Hawai, aislación, social
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A lo largo de la historia, los científicos han hecho todo tipo de locuras en el nombre del saber; desde vestirse de oso polar para acosar alces, hasta darle LSD a elefantes y crujirse los nudillos de una mano por 60 años.

Vivir durante un año en Hawái, en este contexto, no suena tan mal entonces. Eso hasta que especificamos que se trata compartir 110 metros cuadrados con 5 otras personas, a 2.500 metros de altura, sin posibilidad de abandonar el lugar y con un mínimo contacto con el mundo exterior. De hecho, más bien suena a argumento de una película de terror.

Esto fue exactamente lo que vivieron 6 científicos, quienes formaron parte de la segunda simulación de aislación marciana más larga de la historia (un proyecto ruso tiene el honor con 520 días). Su fin, a diferencia de otros proyectos científicos espaciales, era puramente social. ¿Qué es lo que mantiene a una tripulación feliz y evita que se maten unos a otros? La respuesta será de vital importancia para el futuro viaje del humano a Marte, donde el desafío a nivel psicológico será tanto o más duro que el técnico.

Este reality show sin cámaras (salvo las de la NASA) acaba de culminar y la curiosidad nos está matando. ¿Quién se metió con quién? ¿Alguien terminó "peinando la muñeca"? Y quizás más importante: ¿cuál es la clave de una convivencia sana en estas difíciles condiciones?

HI-SEAS Misión 4: Psicosis

Si alguna lección nos dejó Tom Hanks en El Náufrago, es que vivir aislado en solitario es terrible, pero igual puedes pasarlo chancho con la suficiente imaginación y un fetiche por las pelotas de volley. Estar aislado con otras personas por un periodo largo, en cambio, supone otro mundo de complicaciones y desafíos por el infinitamente complejo mundo de las relaciones interpersonales. Si no nos creen, pregúntenle a Cristóbal Colón, quien habría terminado colgando de sus calzones si no fuese por la esquiva América que pronto se hizo visible.

De ahí lo fascinante de este experimento, el cuarto llevado a cabo por la NASA en colaboración con la Universidad de Hawái, llamado Hawaii Space Exploration Analog and Simulation (HI-SEAS). A diferencia de los 3 experimentos previos que se extendieron durante 4 meses (misión 1 y 2) y 8 (misión 3), decidieron tirar toda la carne a la parrilla con 365 días, contantes y sonantes.

Quienes postularon y quedaron finalmente en la misión 4 fueron: Carmel Johnston, científica estadounidense especializada en suelos; Christiane Heinicke, física e ingeniera alemana; Sheyna Gifford, periodista y física estadounidense; Andrzej Stewart, controlador aéreo interplanetario inglés; Cyprien Verseux, astrobiólogo francés; y Tristan Bassingthwaighte, arquitecto estadounidense.

Créditos: Christiane Heinicke

El variopinto equipo voluntario, que se asemeja bastante a lo que una misión a Marte necesitaría, hizo su hogar un domo de 110 metros cuadrados, llamado hábitat análogo, que se mantiene activo 100% gracias a la energía solar.

La ubicación, a las faldas del volcán Mauna Loa, fue escogida por su similitud geológica a Marte. Fuente: Art-chitecture from Mars

Gran cosa no contiene: un área central de convivencia multiuso, donde se ubican también las áreas de trabajo y cocina, una esclusa de aire donde simulan el proceso de descompresión, un laboratorio, un pequeño almacén de comida que también aloja a las baterías, un cuarto con ducha, otro de lavandería (que usaron raramente, cuando sobraba energía), dos WC secos que utilizan los desechos para generar fertilizante y seis pequeñísimas piezas individuales.

Su alimentación fue limitada, aunque no necesariamente terrible como uno podría pensar. El astrobiólogo Verseux lo explica en su blog: "No hay jugosas costillas a la barbacoa, por desgracia. Como no hay Walmart entre la Tierra y Marte, toda la comida que consumimos es de larga conservación. Las verduras son liofilizadas (desecadas por congelación), la carne viene en cubos para rehidratar, las frutas son más secas que tu muesli, y el jugo de naranja es en polvo, al igual que la leche y los huevos. También tenemos comida fresca producida en el sitio por plantas y microbios, pero representa sólo una pequeña fracción de nuestra dieta".

Fuente: Walking On Red Dust

Fuente: Art-chitecture from Mars

Las actividades diarias de los científicos no variaron mucho de lo que uno hace en un fin de semana intrascendente: hacer las labores de limpieza, cocinar, ejercitarse, trabajar en sus proyectos de investigación, mantención de equipos, y actividades varias de ocio. La única actividad verdaderamente marciana fueron las simulaciones de caminatas, efectuadas en trajes acordes a la atmósfera de Marte.

Fuente: Art-chitecture from Mars

El contacto con el exterior fue limitado. Si bien tenían la posibilidad de enviar y recibir emails y mensajes de voz, la conexión tenía un atraso de 20 minutos para simular la comunicación en el espacio profundo. Si necesitaban información específica, debían tramitarlo con el equipo de apoyo de la misión, y esperar pacientemente. "Obtener información que te toma 15 minutos en la Tierra, aquí puede demorar días", dice Verseux en un artículo publicado en mayo.

Durante los 365 días, que se extendieron del 28 de agosto de 2015 al 28 de agosto de 2016, toda acción dentro del domo fue observada, medida y analizada por un grupo de investigadores de la Universidad de Hawái, mediante cámaras, sensores, muestras capilares y encuestas electrónicas, con el fin de " estudiar la cohesión del grupo a lo largo del tiempo y obtener datos sobre un amplio rango de factores cognitivos, sociales y emocionales que pueden impactar el desempeño del equipo", expone la universidad.

Si bien todavía no tenemos esos jugosos datos procesados, ya contamos con las impresiones de los participantes. Sus conclusiones son de gran valor no solo para el plan marciano de la NASA, sino también para todos quienes creemos perder la cabeza por una mala convivencia.

Un año después

Buenas noticias: nadie terminó asesinado. Es más, todos salieron relativamente satisfechos y alegres, por un lado porque finalmente salían al exterior sin trajes, y segundo porque el balance de los 12 meses fue positivo, aunque nunca perfecto.

Sheyna Gifford, menciona al The Huffington Post que una de las cosas más difíciles de soportar fue "la sensación de impotencia" que enfrentaron constantemente al estar al tanto de los desastres que azotaron diversas partes del mundo, sin poder de hacer nada al respecto. Para ella fue especialmente doloroso enterarse de la muerte de su abuela y no poder acompañar a su familia en esos momentos.

Carmel Johnston, quien fue la líder del equipo, menciona también el abandono que sufrió de parte de sus conocidos: "Nos limitamos a solo comunicarnos por email, y aquellos que no se subieron al carro simplemente no escuchamos de ellos este año. Puede ser muy desalentador sentir que te estás perdiendo de todo lo que ocurre en casa".

Otros, como el arquitecto Bassingthwaighte y el astrobiólogo Verseux mencionan que otros problemas fueron aburrimiento y la pérdida de la percepción del tiempo, algo que se lidió efectivamente con rutinas semanales, donde cada miembro siempre tuvo una tarea que cumplir. El equipo completo también recomendó a futuros voluntarios traer libros. Muchos libros.

La alemana Heinicke destacó, por su parte, la importancia del trabajo personal de cada uno para combatir la ociosidad : "Trae algo en lo que trabajar. Algo con significado en lo que trabajar", comentó en un video en Twitter. Gifford, por ejemplo, estuvo muy activa dentro del domo, escribiendo numerosos artículos para The Huffington Post, mientras que Bassingthwaighte trabajó en su doctorado en arquitectura.

En cuanto a la interacción entre los científicos, Bassingthwaighte destacó que fue vital mantener un equilibrio entre lo extrovertido y lo introvertido: "Tienes que ser extrovertido en un sentido, porque si no lo eres, terminarás excluyéndote de actividades grupales y relaciones que serán necesarias en el largo plazo. Pero si eres extrovertido todo el tiempo, entonces todos los que te rodean querrán meterte un calcetín en la boca".

Heinicke agrega que, en los casos donde estuvieron más cerca de agarrarse de las mechas, fueron las emergencias, como cuando el sistema de tratamiento de aguas dejó de funcionar, las que salvaron la unidad del grupo. "Si tenías alguna riña dentro del grupo... realmente ayuda tener una emergencia para trabajar en conjunto, porque cada uno tiene una nueva motivación".

¿Hubo romances? Que sepamos, no, aunque Verseux indica que las duplas de best friends forever se compusieron siempre entre hombre y mujer, lo que sin duda la NASA tendrá en consideración a la hora de hacer su casting marciano.

Lo clave: caminatas

Todos los científicos coinciden en que gran parte de su sanidad mental dependió de las salidas al exterior, las simulaciones de caminatas marcianas, porque fue el único momento verdaderamente a solas que tuvieron.

"Fueron muy importantes para mí", dice Heinicke, "primero desde una perspectiva física, el simplemente poder caminar en línea recta. Pero también emocionalmente, el estar en otro lugar, y distanciarse de los demás".

"Es lo más solo que he estado durante todo el año", agrega Bassingthwaighte, quien aprovechaba de salir con sus audífonos para rockear al son AC/DC y Martin Sexton. "Necesitas relajarte y tener tiempo para ti. Las personas son criaturas sociales, pero no todo el tiempo".

Las caminatas, por cierto, no eran exactamente frecuentes, por lo que su valor fue incalculable. Johnston, por ejemplo, se mantuvo 21 días seguidos sin salir y comenta que, si bien le dio tiempo para avanzar en algunos experimentos, "luego de un rato realmente tenía que salir".

Queda mucho más

El experimento está recién salido del horno, y todavía hay muchas conclusiones que seguramente leeremos en los siguientes meses. En este estudio del que les hablamos, por ejemplo, se utilizó por primera vez un equipo de realidad virtual por parte de la NASA con el hipotético fin de disminuir el estrés y la sensación de confinamiento, ¿habrá funcionado? Por ahora solo sabemos que el arquitecto Bassingthwaighte lo utilizó para crear su propio mundo virtual ambientando en una casa-árbol con tigres, ranas y barcos piratas. "Me tomó como 3 semanas", dice.

¿Cuánto crees que habrías durado en condiciones similares?

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Comentarios
Ricardo Pacheco | 2016-09-02 | 16:35
1
Que potente debe ser vivir esa experiencia. Me parece genial que piensen en todos estos aspectos con miras a un futuro viaje a Marte, realmente es un desafío muy complejo. Me gustaría poder vivir esa experiencia, no sé si un año, pero si someterme a esta prueba de aislamiento no sé un mes o algo así.
Saludos
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Francisco J. Lastra | Colaborador | 2016-09-02 | 16:37
2
A mi me dan ganas todo el rato de arrendar una cabaña en la cordillera, e irme a la chucha un mes D:
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Raul Torres | 2016-09-03 | 01:20
0
Que fuerza de voluntad no mandar a la cresta el experimento si se muere un ser querido. Habrá alguna cláusula al respecto para continuar hasta el final, o el amor a la ciencia y el trabajo es más fuerte?
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Rodrigo Intelectualoide | 2016-09-03 | 03:18
0
Creo que la gran mayoría de la gente no soportaría ni un año así, y la gran gran gran mayoría ni cagando soportaría irse a Marte de por vida. Creo que de cierta forma deberías escoger gente que esté preparada para morir ahora, si no tienes problemas con dejar de existir, puedes adaptarte mejor a dejar de existir en el planeta tierra.
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María Adriana Poblete | 2016-09-03 | 14:47
0
Impactada.
¡Pedazo de experimento! yo creo que no se dimensiona realmente lo que significa estar lejos de todo y todos hasta que lo conviertes en tu propia experiencia; aunque me dan ganas de aislarme de vez en cuando nica un año D: Genial la noticia, que quede en continuará! por si publican más conclusiones :)
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Javier Æøå | 2016-09-05 | 20:43
0
+1

No disimulo el interés en querer leer los resultados completos :)
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Alex Gormaz-Matamala | 2016-09-09 | 12:18
0
Moraleja: se necesitarán sí o sí cámaras de hibernación para matar el tiempo ;)
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