Femicidio, activismo, NiUnaMás, México, Poesía
Imagen: Felipe Muhr

#NiUnaMenos - La historia de la poetisa que inició esta lucha (y que murió por ser mujer)

Su nombre es Susana Chávez. Mexicana, poeta y activista que denunció los asesinatos sistemáticos de mujeres en Ciudad Juárez. En 1995 inició las protestas con su discurso, “Ni una menos, ni una muerta más”, frase que se ha convertido en el símbolo de la lucha latinoamericana en contra del femicidio. Aquí su historia.

Por Macarena Fernández | 2016-03-04 | 11:02
Tags | Femicidio, activismo, NiUnaMás, México, Poesía

A propósito del asesinato, violación y empalamiento de la niña argentina de 16 años, Lucía Pérez. Del asesinato y tortura de las dos jóvenes argentinas asesinadas en Ecuador. De la chilena asesinada por su pareja en Antofagasta y por la de Paine. Del asesinato de la líder indígena hondureña, Berta Cáceres, en marzo de este año. De las 40 mujeres víctimas de femicidio en Chile durante el 2015, de las más de dos mil mujeres que mueren cada año en América Latina y de las incontables que son víctima de violencia a diario (1 de cada 4 mujeres).

A raíz de la campaña mundial #NiUnaMenos que el año pasado dio la vuelta al mundo, a propósito de la multitudinaria marcha levantada en Argentina, y seguida por Chile, México y Uruguay y finalmente por el mundo entero, con el fin de evitar más muertes de mujeres inocentes y de generar conciencia para acabar con la violencia de género; es que en esta instancia queremos hablar de Susana Chávez: poeta y activista mexicana por los derechos humanos, quien en 1995 (hace ya 21 años) utilizó la frase “Ni una menos, ni una muerta más” para salir a protestar en las calles, frase que se convirtió en el símbolo mundial contra el femicidio y la violencia hacia la mujer.

“Que cese la espera de la eternidad cansada de esperarnos, que el silencio se vuelva transparente para que el verdadero sonido filtre por fin su alma. Que “el círculo perfecto” se vuelva luz encendida en alguien que abre una puerta. Que el golpe de mar quede en la memoria, penetrante”.

Este es un extracto de Liego Petitorio, uno de los poemas más famosos de Chávez, mujer valiente y comprometida que dedicó su vida a esclarecer y a exigir la verdad frente a los asesinatos hacia mujeres que día a día ocurrían (y ocurren) en México, con el fin de condenar a los asesinos, honrar a estas mujeres inocentes y dar descanso a sus familias.

Cada mujer fue su lucha

Susana Chávez fue una de las primeras personas en denunciar los homicidios sistemáticos de mujeres en Ciudad Juárez, ciudad en la que ocurren cerca de un 10% de los asesinatos de todo México.

En la década de los '90 el tema no se conocía fuera de la población y los más de 700 casos de mujeres asesinadas o desaparecidas entre el año 1993 y el 2011 se encontraban sin resolver, con los asesinos libres y los juicios sobreseídos por falta de pruebas y testigos. Las víctimas eran, en su mayoría mujeres adolescentes o jóvenes de bajos recursos que comenzaban a trabajar en precarias condiciones en las maquiladoras norteamericanas ubicadas en la frontera.

Susana Chávez Castillo

Con su lucha, Susana y las agrupaciones feministas de Ciudad Juárez han logrado varias sentencias internacionales en contra de México por su pasividad, inoperancia y por la falta de investigación adecuada en los crímenes.

“Yo no entendía muy bien lo que pedía Zapata, pero lo entendí ahora… que se les permitiera vivir en libertad, en un pedazo de tierra donde forjarían su hogar… y estarían en paz. Pero eso no podría pasar así, ya que él no obedecía las normas, las leyes establecidas hace siglos para mantener a la mayoría esclavizados, para intereses con más poder… Me sorprendí al encontrarme la verdad de tajo… Pero les digo algo, estoy despierta y me siento muy bien por ello”, publicaba Susana en su blog, en el transcurso de las tediosas investigaciones, en las que permaneció firme y constante, logrando que la Corte Interamericana de Derechos Humanos considerara al Estado Mexicano como uno de los principales responsables de estos hechos.

Durante años, jamás dio su brazo a torcer, y tocó todas las puertas posibles para obtener información, se presentó en los juzgados y recorrió cada rincón de la ciudad buscando los cuerpos de estas jóvenes, los que en su mayoría, fueron encontrados en fosas comunes, violadas, mutiladas e irreconocibles y todas respondían al mismo perfil: jóvenes de entre 15 y 25 años, de escasos recursos que tuvieron que abandonar sus estudios y ponerse a trabajar.

Susana decidió hacerse cargo de esta incertidumbre, se reunió con las madres de estas jóvenes, uniéndose al movimiento Nuestras hijas de regreso a casa y a otros; y comenzó así su cruzada por las calles de Ciudad Juárez, gritando a viva voz para que se hiciera justicia. Con pancartas, videos, lectura de poemas y performances, Chávez y las madres se dedicaron a denunciar por toda la ciudad, exigiendo esclarecer cada uno de estos macabros asesinatos y desapariciones.

Su tremendo legado

Tras más de 10 años al frente de esta lucha,sucedió lo que la poetiza veía venir: el 6 de enero del 2011, Susana Chávez, de 36 años, fue brutalmente asesinada por tres jóvenes de 17 años, quienes la violaron, le mutilaron la mano izquierda (para simular una ejecución de los narco) y la asfixiaron con una bolsa en la cabeza, abandonando su cuerpo en el centro de la ciudad. Susana se convirtió así en la tercera activista asesinada en el año, por condenar exactamente esto: el asesinato de mujeres en Ciudad Juárez, convirtiéndose ella misma en Una Más.

En su blog personal, “Primera Tormenta” (que aún permanece disponible), ella se presentaba como una escritora que convivía con invidentes, prostitutas, artistas y estudiantes, y lo último que escribió antes de morir fue: “Sentí dolor antes de que se recrudeciera toda la violencia que estamos viviendo los ciudadanos de esta mi natal Juárez. Pero ahora siento vacío, desamparo e impotencia, supongo que como muchos. Pensar en mejorías para mí está en verde, pero la esperanza la tengo aún porque soy mujer de fe. ¡Viva Juárez!”.

Sobre su tumba, sus familiares inscribieron un fragmento del famoso poema de Susana que dedicó como homenaje a las mujeres víctimas de femicidio: Sangre Nuestra, que dice: “Sangre mía, sangre alba, sangre de luna partida, sangre del silencio”.

Hasta la fecha, el Estado mexicano continúa señalando que el asesinato de Susana no fue producto de un crimen organizado, ni en contra de su activismo, sino una tragedia fortuita por jóvenes antisociales bajo las influencias del alcohol y las drogas. El caso sigue impune, pero hoy, gracias a la gran lucha que lideró Susana, existen cientos de mujeres y numerosos movimientos que han traspasado las fronteras y que se han unido para hacer justicia y detener la violencia de género, por lo que su muerte jamás será en vano.

Susana con su obra artística, poética y activista, logró alertar al mundo de lo que sucedía en Ciudad Juárez, inspirando a grandes artistas, cineastas y escritores a llevar a la luz este truculento tema, por ejemplo a través de 2666, libro de Roberto Bolaño que gira en torno a los femicidios; a través una serie de documentales como Señorita Extraviada, Juárez: la ciudad donde las mujeres son desechables, Silencio en Juárez, entre otros. O también películas como Bordertown, La Vírgen de Juárez, etc.

Susana logró dar voz a las víctimas olvidadas por el Estado, logró hacer justicia en lo posible y alentar a familiares y millones de mujeres a exigir el alto al femicidio y a la violencia de género en México, Latinoamérica y el mundo entero.  #NiUnaMenos.

Les dejamos un audiovideo sobre su poema más famoso: Ocaso.

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