vocal de mesa, elecciones 2013, votación, deber ciudadano, servel, tricel

Nooooo, ¡Salí vocal de mesa!

Como una condena recibí la noticia de que sería vocal de mesa. Algunos pésames y burlas me acompañaron hasta ayer, día de las elecciones. ¿Pero saben qué? A fin de cuentas lo disfruté.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2013-11-18 | 17:40
Tags | vocal de mesa, elecciones 2013, votación, deber ciudadano, servel, tricel

Nunca he ganado ningún sorteo... el azar no va conmigo. En toda mi vida no recuerdo haber ganado ni una sola rifa, por más insignificante que sea, lo que ha influido bastante en mis ganas de concursar en cualquier tipo de cosa. Pero esta vez fue distinto.

Poco enterada de la situación, leo un whatsapp donde una amiga anunciaba: "¿Revisaron si son vocales de mesa?" Con la clásica confianza del que se ha librado un par de veces de la tarea, entré a la página del Servel, para verificar que no lo fuera. Pero en realidad salía "Sí, usted ha sido designado como vocal de mesa". Gané. 

Claramente no era el mejor premio y confieso que volví a entrar a la web para revisar de nuevo, a ver si cabía alguna posibilidad de error del sistema. Absurdo pensamiento. Así que una vez chequeado por segunda vez, era hora de asumirlo: me había tocado ser vocal y tampoco había que ponerle tanto color. Era tan sólo un "cacho" más de los ineludibles en la vida. Había que levantarse temprano y estar todo el día apernada recibiendo votantes. Al fin me consolé a mí misma con la idea de que algo aprendería de la experiencia.

Obvio que llegué tarde

Ley de Murphy, ¿Cómo, si puse dos alarmas? Una a las 6.10 y otra a las 6.18, pero pasó lo clásico: se integraron como música a lo que soñaba y me desperté sobresaltada a las 7.30. Obviamente las otras cuatro vocales me esperaban porque yo, como Comisaria de la mesa, era la encargada de retirar los materiales. Amablemente se tragaron el odio, totalmente justificado, que sé que sintieron con mi retraso. Bueno y ahí empezó el show. Y les prometo que fue entretenido.

Organizar la mesa, doblar y desdoblar papeletas cual origami para dejarlas listas (una de mis tareas favoritas), repartir tareas. Armar packs votos-estampillas-lápiz, recibir a la gente, explicarles como doblar el voto, porque siempre se nos olvida. Registrarlas en el padrón, llenar formularios con actas, contar y revisar votos. Todo esto junto a 4 personas más que se tomaron todo con mucha buena onda, desde las 8 de la mañana  hasta las 10 de la noche. Funcionábamos como una línea de producción y con el paso de las horas nos íbamos haciendo cada vez más expertas. 

Lo automático no lo hizo aburrido

Aunque el proceso es bastante mecánico, sobre todo cuando hay una fila interminable durante 3 horas seguidas, los ánimos de la gente, los saludos, la buena disposición del equipo y alguno que otro regalito comestible de algunos votantes que se compadecieron de nosotros, hicieron que el tiempo volara. 

Creo que las claves para no hacer del día una pesadilla fueron tres: saber organizarse, la amabilidad entre vocales y con los votantes y  tener siempre algo que hacer o por lo menos alguna anécdota que comentar. Porque no estuvimos faltas de ella, como que una votante cantara a todo pulmón y sin pudor unas desconocidas canciones, mientras hacía la fila para votar. O que una mamá dejara a su hija chica marcar el voto, la cual obviamente se equivocó. O que una señora que tomó su tiempo de demora en la cabina, insistiera en que recordáramos que eran 3 minutos y medio por si nos venían a preguntar los periodistas.

Para los curiosos

¿Qué pasa después con los votos? Lo que viene después de que los votos se acumulan en la urna es todo un mundo. Momento clave y protocolar del cuento. Aunque el día de la capacitación no entendí casi nada con los "demasiado entusiasta" videos que entregaban exceso de información, en el momento fui entendiendo mejor. Creía que se venía algo eterno. Y lo fue, pero como cada una tenía un rol activo y fundamental, de nuevo los minutos corrían sin darnos cuenta. ¿Cómo fue la experiencia de escrutinio?

Primero abrimos una urna y sacamos todas las papeletas blancas de presidente. Ahí nos asignamos roles. Cada voto lo firmó el presidente de la mesa y un vocal más, mientras otro los contaba. Si calzaba el número con la cantidad de personas votantes registradas en el padrón, los abríamos. Tuvimos suerte de contar sólo un par de veces, porque una mesa de al lado estuvo algo más de una hora buscando un voto perdido.

Y ahí empezó el canto de los candidatos presidenciales. Unos desdoblábamos votos, la presidenta los cantaba, otras dos anotaban la cantidad… y los apoderados de cada partido observaban. Después de esto vimos si calzaba la suma total de los votos y anotamos la cantidad que recibió cada candidato, los nulos y los blancos en tres actas iguales. Con número y escritura, incluyendo la hora de comienzo y término del escrutinio, entre otros datos. Además el nombre, Rut y firma de todos los vocales y apoderados. Ese rol lo tomé yo, me dediqué a rellenar los formularios…

Por último tuvimos que meter cada acta en un sobre también firmado por todos los vocales: uno para el Tricel, otro para el Servel y otro para el Colegio Escrutador. Como comisaria, me tocó pasarle esos sobres a los delegados y recibí un comprobante que tengo que guardar por un mes, porque comprueba que entregué el registro de los votos presidenciales. Luego de eso recién pudimos seguir con el siguiente escrutinio: los senadores. Así pasamos con el equipo desde las 6 de la tarde hasta las 10 de la noche, avanzando cada vez más rápido.

Lo pasé bien y lo haría (y tengo que hacer) de nuevo

La experiencia fue un microcosmos de lo que pasaba a la misma hora en miles de rincones de Chile, eso fue entretenido. ¿Cómo habrá sido en otros lugares? ¿Y en zonas rurales y más aisladas? 

De alguna manera uno se siente importante teniendo la responsabilidad en este proceso de elegir a los representantes que toman las decisiones que conducen nuestro futuro. Tiene todo este protocolo adjunto, los miles de formularios, firmas, sobres sellados, revisiones, lo que retrasa enormemente el proceso, pero lo valida. Por último, me encanta recordar que al final todas estas cosas tan fundamentales y oficiales, dependen de ciudadanos comunes y corrientes para que funcionen. Puede ser menos eficiente que otros modelos, pero lo manual tiene su encanto en este mundo tan automatizado.

Por varias razones lo haría de nuevo. Principalmente porque estoy obligada a hacerlo el próximo 15 de diciembre, claro. Pero dejando de lado la dificultad de levantarse a las 6.00 horas un domingo, ya sé de antemano que no va a ser para nada una mala experiencia. 

Bonus Track

Si quieren entender la gracia que me causaron los videos instructivos, les dejo uno aquí (aunque igual aprecio el esfuerzo pedagógico):

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Comentarios
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Melissa Amaro P. | 2013-11-18 | 17:57
4
¡Qué buena! Siempre me he preguntado cómo es la experiencia de los vocales, aunque me da un poco de susto, porque es una gran responsabilidad.
Aún no me toca ser vocal- tampoco me atrevo a serlo voluntariamente-, pero espero que, cuando sea mi turno, vaya con tanto optimismo como tú.
Saludos!
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Silvia Guzmán | 2013-11-18 | 22:55
4
Excelente comentario para que se les quite el susto a quienes le temen tanto a ser llamados. A mi me dió gusto ver que en mi mesa, la mayoría de las personas que votaban, después que depositaban su voto se despedían y daban las gracias a los vocales. Asi debe ser, de alguna manera hay que demostrarles un reconocimiento por cuanto ellos están entregándonos un servicio, además de dar muestras de ser respetuosos de los deberes cívicos como ciudadanos de nuestro país.
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Oscar Montes | 2013-11-19 | 03:05
3
Yo fui vocal en Villa Alegre, región del Maule. Me tocó ser Presidente. Lo pasamos bien, conversamos bastante e hicimos buenas migas. Uno llevó papas fritas, otro bebida, queque, y todo lo necesario. También nos turnábamos para poner música de nuestros celulares. De los cinco, sólo dos habían sido vocales antes, y su experiencia también ayudó a un trabajo rápido. También nos llevamos muy bien con los apoderados. La lata fue firmar los votos, pero lo hicimos como un hockey de mesa lo que lo alegró un poco.
Claro que hubo anécdotas, y muchas cosas graciosas. De seguro que volvería a ser vocal con mucho gusto. Y los cinco opinamos lo mismo.
¡Nos vemos el 15! nos dijimos al despedirnos.
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Paper Luis | 2013-11-19 | 09:05
0
¿Tan aburridas son las vidas que prefieren estar 12 horas aproximadamente con desconocidos que pasarlas en familia?
No me ha tocado ser vocal de nada, pero lo encuentro una soberana lata: No es la levantada temprano, no es la espera, no es lo tediosas de las tareas, sino que si quiero estar con mi familia, no puedo. Y pa uno que trabaja toda la semana, perder un día de risas, juegos y siestas es muy malo. (Y además un día de trabajo mio vale mas de 15 lucas)
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Magdalena Araus | Colaboradora | 2013-11-19 | 09:19
8
Hola Paper! En realidad para mí no tiene que ver con una vida aburrida. Es la manera en como uno ve las cosas, ¿Por qué no aprovechar la experiencia conociendo gente y disfrutando el momento en vez de estar esperando que se acabe pronto? Es uno (o dos) domingos al año...

Ciertamente pasar con la familia es una de las mejores cosas de esta vida, pero no siempre podemos hacer todo lo que queremos y ante eso recomiendo tomarse las obligaciones con la mejor disposición, porque seguro se nos hacen menos pesadas. Saludos!
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Enrique Ulloa | 2013-11-19 | 09:59
0
A pesar de todo lo que dices no deja de ser un quiebre en la "rutina".

Saludos
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Magdalena Araus | Colaboradora | 2013-11-19 | 10:04
3
Jaja, es cierto! Lógicamente preferiría dormir un domingo hasta las 11 y no estar plantada todo el día recibiendo votantes, pero insisto en que igual así, con todos los "contras" que podría tener... me divertí.
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Marco Canepa | Editor | 2013-11-19 | 10:08
2
Creo que varias de las mejores cosas de la vida y los encuentros con las personas más interesantes que vas a conocer, ocurren justamente cuando quiebras la rutina.

Salirse de la rutina nunca es fácil, pero casi siempre vale la pena. Y si esa salida de rutina es obligatoria, la forma más sana de enfrentarla es buscándole lo positivo.
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Rafael Castillo | 2013-11-19 | 14:56
1
Estuve acompañando en una mesa desde las 5 de la tarde hasta las 10 de la noche y fue una buena experiencia, por que sólo estuve 5 horas. Si hubiera estado todo el día.... uf!
Eso si, creo que debería modernizarse el sistema por que el conteo de votos, firmas y llenado de formularios fue algo aburrido.
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Rafael Castillo | 2013-11-19 | 16:11
0
Estuve acompañando en una mesa desde las 5 de la tarde hasta las 10 de la noche y fue una buena experiencia, por que sólo estuve 5 horas. Si hubiera estado todo el día.... uf!
Eso si, creo que debería modernizarse el sistema por que el conteo de votos, firmas y llenado de formularios fue algo aburrido.
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Isabel Prat | 2013-11-20 | 23:22
6
Considero excelente como planteas desde una visión positiva una tarea que ya por solo el hecho de ser obligatoria es latera! Te felicito por darle un optimismo a algo que es conociendo como una tremenda lata!
Saludos
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