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Los niños y sus familias deben ser una prioridad, pues su bienestar es fundamental para su buen desarrollo. Sin embargo y a causa de una serie de circunstancias, nos hemos dado cuenta de que en Chile estamos en deuda con ellos. El año 2016 no fue un año fácil para el Sename, porque luego de la muerte de Lisette, una niña de 11 años que murió en una residencia, nos dimos cuenta de que casos como el de ella se repetían más de lo que creíamos, y que en la institución encargada de cuidarlos, hay violencia, abusos, poco personal, sobrepoblación, etc.

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Y dentro de todo este problema y discusión, hay una pieza clave que ha sido dejada de lado: el equipo de profesionales, de distintas áreas, que dedica gran parte de su vida a trabajar por el desarrollo de los niños más vulnerables del país.

En El Definido conversamos con María Paz Badilla, nuestra querida columnista y también fundadora y directora de la Fundación Ideas para la Infancia, que precisamente se dedica a brindarle apoyo a estos equipos profesionales, que según nos cuenta: “están igual de botados”.

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Animándolos a seguir y mejorar

Ideas para la Infancia nació en 2013, luego de que un grupo de profesionales que trabajó en los programas de protección del Sename, se diera cuenta de que había un vacío en el acompañamiento que debiesen recibir los equipos psicosociales que trabajan con niños y niñas. Identificaron que estos estaban poco preparados profesionalmente para realizar su trabajo, que contaban con pocas herramientas y que estaban desgastados.

Entonces comenzaron a recorrer Chile, de Arica a Punta Arenas, para convencer a los profesionales de todo el país de que sí se la pueden y que su ayuda y trabajo es imprescindible para miles de niños. ¿Cómo lo hacen?

A través de capacitaciones y acompañamiento. En estos cinco años, la fundación ha capacitado a 7 mil profesionales y ha realizado más de 450 cursos de formación de especialización. María Paz explica que están focalizados en tratar de llegar a distintas regiones, ciudades y equipos que trabajan con niños, para así intentar “descentralizar el conocimiento”, ya que pareciera que todo está en Santiago.

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“Nuestro foco central es fortalecer el trabajo que hoy día hacen los equipos psicosociales que trabajan con infancia y adolescencia, en distintos ámbitos, como salud, educación y en el área de protección”, asegura Badilla.

Trabajan con residencias de protección de colaboradores de Sename, el programa Chile Crece Contigo, las Oficinas de Protección de Derechos de la Infancia (ODP), la Junji, Gendarmería, la Teletón, entre otras.

Equipos desgastados que requieren apoyo

Y en este camino, han identificado que lo equipos están desgastados. Por eso, la fundación, los ayuda a pensar en lo que están haciendo, cómo lo están haciendo y los motiva a seguir sacándole partido al potencial que tiene cada uno de ellos desde su puesto de trabajo.

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La psicóloga, también nos revela que las condiciones en las que hoy día están trabajando los profesionales, son precarias. Tienen mucha carga de trabajo y gran parte de ellos, un desgaste emocional enorme, porque trabajan con familias muy complejas, donde los problemas y las crisis los terminan afectando. Esto, sumado a la inseguridad o estrés con el que viven por no sentirse lo suficientemente competentes ante tal realidad.

“Nosotros tratamos de generar un acompañamiento. No es solo ir a fiscalizar que lo estén haciendo bien, sino que más bien acompañarlos en el desarrollo de todas las habilidades que necesitan”, explica.

María Paz, cree que ha faltado alguien que alce la voz y muestre que detrás de esos pequeños que lo han pasado mal y sus familias, hay miles de profesionales que día a día se encargan de implementar sistemas de bienestar, programas, apoyo y ayuda, pero que se sienten invisibilizados en esta crisis.

A pesar de lo anterior, ellos tienen muchas ganas de mejorar y agradecen muchísimo que existan espacios de encuentro donde puedan detenerse y pensar sobre lo que hacen.

Seguir en permanente formación

Ideas para la Infancia, envió una propuesta a la nueva Subsecretaría de la niñez (dependiente del Ministerio de Desarrollo Social), para que trabajen en una política pública que genere un programa nacional de formación continua de los equipos profesionales que hoy día trabajan en infancia.

“Se necesita que estén muy especializados y que cuenten con espacios, donde se vayan segurizando y adquiriendo más habilidades, más competencias para hacer la pega. Esto debería ser el mínimo, para que finalmente los servicios que hoy día estamos dando a las familias como país, sean realmente efectivos”, dice Badilla.

La fundación propone que se cree un programa nacional que tenga ciertos contenidos mínimos como teoría del apego, parentalidad positiva, resiliencia familiar y evaluación de competencias parentales, que son temas que muchas veces no se ven en el pregrado de la carrera de psicología o trabajo social.

"Hay una falencia que viene desde atrás, en donde, todos los profesionales que salen de su formación universitaria, se ponen a trabajar, generalmente en el área pública, y se encuentran con una realidad que no saben enfrentar", advierte.

Iniciativas como Ideas para la Infancia, ayudan a mejorar la atención que reciben muchos niños, adolescentes y familias en todo Chile, ellos trabajan colaborativamente con varias otras fundaciones, que también quieren lo mejor para los más pequeños. Muchos profesionales cuentan con todo el entusiasmo, pero no con el conocimiento o el apoyo para hacer un buen trabajo, y ellos están ahí para ayudarlos.