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Imagen: Islas Desventuradas: El Chile más Salvaje

Islas Desventuradas: el paraíso submarino chileno que impacta a los científicos del mundo

Las Islas Desventuradas, en medio del Pacífico, parecen dos gigantes y áridas rocas volcánicas, pero guardan un rico secreto submarino lleno de diversidad y colores. Hoy se han convertido en el parque marino más grande de América. ¡Y son chilenas!

Por María Jesús Martínez-Conde | 2016-09-16 | 07:00
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Existen dos enormes pedazos de roca volcánica en medio del Pacífico que pertenecen a Chile. No se trata de la poblada Rapa Nui ni del verde Archipiélago de Juan Fernández. Este par de peñascos marrones destacan por su aridez, por su soledad y porque guardan un secreto que permaneció escondido durante cientos de años. A 910 kilómetros al oeste de Caldera, a los pies de estas tristemente llamadas Islas Desventuradas, en la profundidad del océano, se encuentra uno de los ecosistemas marinos más diversos, prístinos y salvajes del planeta. Y recién hace tres años atrás, pudimos verlo por primera vez.

Gracias a una expedición organizada en conjunto entre Oceana y National Geographic el año 2013, esta maravilla salió a la luz en un documental que muestra la riqueza submarina de esta latitud perdida en el mapa. El informe y la propuesta generada a partir de la expedición dio frutos en marzo de 2016: Nazca-Desventuradas se convirtió en el parque marino más grande de América.

Un archipiélago de paso

Seguramente alguna vez has oído hablar de las islas San Félix y San Ambrosio, los dos grandes miembros de un archipiélago llamado Islas Desventuradas. Sin embargo, este grupo está compuesto también por el islote González y la roca Catedral, todos pedazos de tierra que parecen más el escenario de una película de terror que el corazón mismo de un parque marino lleno de vida.

Informe National Geographic y Oceana.

Las islas Desventuradas se encuentran dentro de la soberanía de Chile y, es más, tienen el carácter de zona fronteriza, por lo que si un extranjero quiere realizar trabajos con fines científicos o técnicos, debe pedir explícitamente autorización al país, quien recomendará a expertos chilenos que se sumen a la expedición en el área.

Poca importancia han tenido estas latitudes hasta ahora y a lo largo de nuestra historia, pues han sido sólo un lugar de paso. En un principio, se creyó que Hernando de Magallanes había sido quien por primera vez las había descubierto en su viaje hacia el Oriente, luego de cruzar por primera vez a través del estrecho que hoy lleva su nombre, en 1521. Al verlas, el navegante se habría alegrado pues estaba escaso de alimentos y de agua a bordo. Al desembarcar, se dio cuenta que las islas eran sólo polvo y roca, entonces las bautizó como Desventuradas.

Hoy se sabe que Magallanes se refería a otras islas y que, al parecer, el primer europeo que las vio fue el mismísimo Juan Fernández, quien en 1574 las descubrió dieciséis días antes de toparse por primera vez con el archipiélago que hoy lleva su nombre (islas Robinson Crusoe y Alejandro Selkirk).

Pero la controversia no se quedó ahí, cinco años después, el navegante Pedro de Gamboa volvió a toparse con estas enormes rocas volcánicas y las identificó erradamente con aquellas a las que Magallanes había llamado Islas Desventuradas: “no se habían visto más y se llaman ahora San Félix y San Ambor”. San Ambor se confundió luego con un famoso obispo llamado San Ambrosio, y de ahí que las islas fuesen conocidas como San Félix y San Ambrosio.

Isla San Félix. Google Maps.

De aquí en adelante, se conocen escasas visitas al archipiélago, salvo los barcos que se interesaron en la caza de lobos marinos y que los llevaron al borde de la extinción. Lo inhóspito del paisaje, la falta de agua dulce y la lejanía, las han mantenido fuera de los intereses de la gran mayoría de los chilenos. Pero el verdadero tesoro que las Desventuradas guardaba, tardaría aún un tiempo en ser revelado.

“Islas Desventuradas: el Chile más salvaje”

A alguien se le ocurrió hundir sus ojos bajo el mar que estaba a los pies de estos aburridos peñascos, y descubrió un paraíso acuático que no había sido tocado por la mano del hombre. La flora y la fauna submarina de Chile, en su estado virgen y salvaje, presentaba los colores y las formas más diversas que los científicos pudiesen imaginar.

Informe National Geographic y Oceana.

La expedición, realizada en 2013, estuvo a cargo de Oceana y National Geographic, quienes junto a la Armada ya habían realizado una misión parecida en la isla Salas y Gómez, también chilena. El objetivo eran ahora las islas Desventuradas; contaban con escasa información y con ninguna imagen submarina que pudiese adelantarles qué encontrarían. Tal como se muestra en el documental que sigue su exploración, para Chile y para el mundo se trataba de un lugar absolutamente desconocido y, por ende, desprotegido. Hubiese lo que hubiese ahí abajo, nadie nunca se había preocupado de estudiarlo, preservarlo y documentarlo.

Al llegar en un día soleado a la isla San Ambrosio, se hundieron por primera vez bajo sus aguas y lo que vieron lo tildaron de “inigualable”. El agua cristalina permitía 70 metros de visibilidad a la redonda, los bosques de verdes huiros y los acantilados submarinos de piedras volcánicas, alojaban a miles de peces de colores, a crustáceos y a plateados jureles gigantes que hacían bullir el agua a su paso. De pronto, la visita de un lobo fino de Juan Fernández (Arctophoca philippii) alegró y dio esperanzas a todo el equipo; una especie que a mediados del siglo XX se creyó extinta, hoy se paseaba a sus anchas por los mares de las Desventuradas. Valía la pena estudiar ese ecosistema, había que darlo a conocer y la expedición tenía sentido.

Lobos fino de Juan Fernández. Informe National Geographic y Oceana.

La expedición estaba ultra equipada con lo mejor en tecnología de exploración submarina, por lo que utilizaron un robot con una burbuja acrílica para descender a 300 metros de profundidad. Los científicos no podían creer lo que veían a través de su ventana esférica: tiburones tigres de arena (Carcharias taurus) y hasta diez especies absolutamente desconocidas para la ciencia. ¿Cuántas de ellas desaparecerían si no se hacían las gestiones necesarias para protegerlas?


Informe National Geographic y Oceana.

Luego enviaron cámaras especiales, que son capaces de aguantar grandes presiones, a una profundidad de 2.300 metros. Esta vez la tripulación se quedó a bordo y se dedicaron a esperar a que la tecnología hiciera lo suyo. Exploraban un lugar del océano que se encuentra en penumbra, y solamente sobreviven allí aquellas especies que han podido adaptarse a las escasas condiciones de luz. Pues bien, en esta zona inhóspita del fondo marino, tan extraña para los seres humanos como la superficie marciana, encontraron una diversidad de fauna asombrosa. Y lo más sorprendente: la mayoría de las especies que se dejaron ver ante las cámaras eran desconocidas y nunca habían sido reportadas, entre ellas, dos nuevos tipos de quimeras (Chimaeriformes). “Tenemos que comenzar a poner nombres”, dijo uno de los científicos.

Quimera. Islas Desventuradas: El Chile más Salvaje

Y no sólo se limitaron a explorar el fondo del mar, sino que también recorrieron la isla San Ambrosio, la cima de un antiguo volcán marino de 3 millones de años. Su ambiente árido, su falta total de agua dulce y sus rocas agudas y escarpadas, confirmaron las descripciones con las que contaban sobre este enclave remoto. La vegetación casi no existía y lo poco que había, sobrevivía solamente gracias a las lluvias.

Islas Desventuradas: El Chile más Salvaje

Con este material en mano y el entusiasmo de haber encontrado un ecosistema virgen y salvaje, se propusieron crear un informe que diera cuenta a las autoridades chilenas sobre su espectacular hallazgo en las Desventuradas.

Nazca-Desventuradas, el parque marino más grande de América

La propuesta de Oceana y National Geographic rindió frutos, pues en agosto pasado el gobierno chileno decretó la creación del Parque Marino Nazca-Desventuradas, ¡el más grande de América! Con la publicación de la gran noticia en el Diario Oficial, se dio inicio a un proceso que pretende elaborar un plan general de administración de la enorme extensión de superficie marina que contempla el parque: ni más ni menos que 300.035 kilómetros cuadrados.

Durante los próximos 18 meses, la Universidad Católica del Norte liderará la gestión de este proyecto, del cual participará un equipo multidisciplinario: profesionales de la Universidad de Hawaii, la comunidad de pescadores de Juan Fernández (la que mantiene chozas en la isla para la pesca de magníficas y dinosáuricas langostas), a la Armada de Chile y actores de la pesquería industrial.

De acuerdo al Diario Oficial, el Estado preservará el estado actual de la naturaleza del área, velando por la conservación de su diversidad biológica, en pos de cautelar especies que son de un enorme interés para la ciencia.


Informe National Geographic y Oceana.

El Ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, planteó también la creación de un Servicio de Biodiversidad y Áreas protegidas que en el futuro sea capaz de administrar estas zonas, aunque este servicio es un proyecto que está trabado en el Parlamento hace ya ocho años. De acuerdo al Dr. Carlos Gaymer, director del Núcleo Milenio de Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas (ESMOI) y participante de la expedición: “Tiene todo el sentido que exista algún tipo de institución que coordine los esfuerzos en conservación de tierra y mar para que esté más allá de la administración y la política. Desde ese punto de vista, el servicio es necesario pero también que se aumente la capacidad de personas que estén a cargo de esto”.

Independiente de los requerimientos administrativos que sean necesarios, Nazca-Desventuradas se perfila como un parque marino único en el mundo. Sus tasas de endemismo (especies que solamente existen en Desventuradas y en ningún otro lugar de la Tierra) alcanzan a un 72% en los peces y más del 40% de las especies de aguas profundas e invertebrados. Gracias a su creación, el área marina protegida de Chile se ha triplicado, sumando ya 450 mil kilómetros cuadrados de superficie marina (un 12% del total de Chile).

Informe National Geographic y Oceana.

Liesbeth van der Meer, directora ejecutiva de la organización de conservación marina Oceana, valoró también esta iniciativa: “En una época donde los océanos sufren la sobreexplotación de especies, contaminación y fenómenos como el cambio climático, la protección de estas islas significa un gran paso para los mares de Chile y el mundo”.

Un lugar de Chile tan aislado, desconocido y salvaje, sin duda que merece este reconocimiento. Más aún cuando nuestro país cuenta con excelentes científicos y biólogos marinos dispuestos a explorar un escenario recóndito, nombrando nuevas especies y sorprendiendo al mundo con las maravillas que aún guarda el océano. Porque lo más increíble de Desventuradas (o afortunadas, deberíamos decir a estas alturas), es la forma en que un par de áridos y rocosos peñascos volcánicos en medio del mar, pueden guardar un multicolor y paradisíaco secreto.

¿Qué otra superficie marina debiese ser declarada parque marino en Chile?

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Comentarios
Gillda Gutiérrez G. | 2016-09-20 | 11:17
1
Que espectacular!! :D
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