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Imagen: César Mejías

Irlanda se prepara para el boom de la inteligencia artificial... ¿Con filosofía?

En Chile, hay quienes creen que la filosofía no es prioridad en la educación. Pero en Irlanda, en donde la ciencia y la tecnología florecen a pasos agigantados, están seguros de que es fundamental en la formación de los ciudadanos de mañana. ¿Por qué? Hoy te lo contamos.

Por María Jesús Martínez-Conde | 2018-03-23 | 11:12
Tags | irlanda, filosofía, educación
La filosofía no es un interés universal, se trata de una capacidad que debe “entrenarse” y “empujarse” desde pequeños, porque es difícil seguir su ritmo.
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Los niños de hoy, probablemente tendrán en el futuro trabajos que actualmente ni siquiera existen, según Susan Andrews, profesora de filosofía irlandesa. La introducción cada vez más intensa de la tecnología en nuestra vida cotidiana, la automatización del trabajo y los permanentes avances en ciencias e ingeniería, de seguro desarrollarán una variedad de necesidades y ocupaciones que hoy no aparecen ni en la mejor película de ciencia ficción.

Frente a la opinión común de profundizar en los colegios la enseñanza de ciencias, ingeniería y matemáticas, Irlanda ha decidido darle una oportunidad a la filosofía. ¿Por qué? La respuesta es sencilla: las habilidades prácticas serán muy necesarias en el futuro, pero centrarse sólo en ellas es tener una visión muy limitada de la superación personal. El día de mañana, la automatización de casi todo nos planteará problemas complejos que deberemos resolver usando nuestro razonamiento, ¡lo único que nos diferencia de los robots!

Investigamos sobre esta nueva tendencia irlandesa, y esto es lo que encontramos.

Los cambios sociales impulsan a la filosofía

Cuando hablamos de filosofía, muchos piensan en griegos barbudos tendidos sobre un sofá, preguntándose sobre el misterio de la esencia humana. Pero la verdad es que la filosofía evoluciona al ritmo de los tiempos, y si hoy es la tecnología uno de los aspectos que más despierta nuestra curiosidad como seres humanos, allí está esta disciplina preguntándose sobre su sentido y sus limitaciones.

Irlanda, un país conocido por su conservadurismo y catolicismo, entendió esto antes que todos, y consideró que era necesario profundizar la enseñanza de filosofía en los colegios, en vista de los enormes avances en ciencias y tecnología en el país durante los últimos 20 años. ¡Y estos no son pocos! Dublin es considerada hoy la capital tecnológica de Europa y alberga las sedes centrales de compañías como Facebook, Twitter, Apple e IBM.

Inquieto ante las consecuencias de esto en la educación, Michael Daniel Higgins –presidente de Irlanda-advirtió la necesidad de introducir el pensamiento crítico en las escuelas secundarias hace un par de años, a través del ramo de filosofía. Los alumnos debían entender que más tecnología no significaba dejar de usar la cabeza y dejarlo todo en manos de las máquinas. Fue así como al comienzo de este año escolar (septiembre pasado), 60 colegios empezaron a ofrecer cursos optativos de filosofía o módulos de la disciplina dentro de otros cursos, para niños de 12 a 16 años. Y, paralelamente, Higgins anunció la creación de los Irish Young Philosopher Awards, un premio dedicado a los alumnos más destacados en la asignatura a nivel nacional.

Cómo son las clases en la práctica

“¿Qué pasaría si un presidente fuera IA (inteligencia artificial)?”, es la pregunta con la que una profesora parte una clase normal de filosofía en la escuela irlandesa Temple Carrig School. Entonces los alumnos comienzan a debatir animadamente sobre si un robot, por más certero que fuese, puede despertar la confianza de un país. “No tendría empatía”, señala un alumno, cambiando de pronto el hilo de argumentación y despertando varios comentarios de apoyo en sus compañeros.

En los cursos no se enseña solamente a los grandes filósofos, sino también la aplicación de sus razonamientos en los negocios o la ciencia. Así, muchos saben de memoria quiénes fueron y cómo pensaban hombres como Sartre, Tomás de Aquino, Erasmo de Róterdam o Nietzsche. ¿Y cómo se enseñan las teorías de Nietzsche a un niño de doce? A través de lo que es conocido como Philosophy for Children(la filosofía de los niños), un método que incita a los niños a dar valor a sus ideas y a las del resto.

Una de las consecuencias sorprendentes de esto, es haber empujado a los niños a ser más emprendedores. En una escuela de un pueblo irlandés llamado Greystones, por ejemplo, los niños de 13 y 14 años que toman el optativo, se muestran más arriesgados, innovadores y estratégicos en otro de sus cursos, llamado “negocios”. Paralelamente, en la clase de ciencias se han comenzado a plantear dilemas éticos en cuanto a la experimentación con animales, y el profesor de este ramo declara: “Nunca tuve alumnos en los primeros años tan versados en la formación de hipótesis y el análisis de datos”.

Lo que Google no te enseña

Muchos jóvenes y niños de hoy creen que Google, Wikipedia o YouTube tienen la respuesta a todo. Con sólo teclear un concepto en sus celulares, en diez minutos están informados sobre todas sus posibles definiciones. ¿Pero tienen la capacidad de pensar críticamente sobre las respuestas que Internet les provee? ¿Qué tipo de preguntas son esas que Google no responde?

Charlotte Blease, investigadora en la escuela de filosofía de la University College Dublin, nos da algunos ejemplos: ¿cuáles son las consecuencias éticas de la automatización?, ¿cuáles son las consecuencias políticas del desempleo masivo?, ¿cómo debería distribuirse la riqueza en una sociedad digitalizada? El compromiso escolar con la filosofía, podría ayudar a resolver estas interrogantes antes de que se transformen en un real problema.

Y bueno, también están las redes sociales. Aquí las discusiones suelen centrarse en el debate de opiniones personales frente a la contingencia; la defensa de determinadas ideas. Sin embargo y como argumenta la profesora Aislinn O'Donnell de la Universidad de Maynooth, la filosofía sigue la verdad a donde quiera que ésta pueda conducir. Así, si hay un razonamiento de peso que pone en duda la opinión de uno de los debatientes, éste debiese ser capaz de seguir esta línea. “Cualquiera puede ser filósofo”, dice O'Donnell, quien incluso trabaja haciendo clases en la cárcel.

Pero a pesar de esto, la filosofía no es un interés universal, se trata de una capacidad que debe “entrenarse” y “empujarse” desde pequeños, porque es difícil seguir su ritmo, según Blease. Y la escuela tiene la misión de crear ese “andamiaje cognitivo” a partir del cual cada alumno podrá subir hasta los cielos con su razonamiento. El desarrollo de la disciplina no recuperará los trabajos acaparados por las máquinas, pero sí nos va a equipar mejor para superar el pensamiento tradicional y enfrentar nuevos desafíos.

Según Blease: “La filosofía ayuda a los niños y a los adultos a formular preguntas y explorar respuestas que no se extraen fácilmente de la introspección o de Twitter. En el mejor de los casos, la filosofía pone las ideas, no los egos, al frente y en el centro. Y es la propia fragilidad –la falta de naturalidad de la filosofía- lo que requiere que se incruste no sólo en las escuelas, sino en los espacios públicos”.

¿Crees que es importante que la filosofía se enseñe en los colegios?

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Fernando Opazo | 2018-03-23 | 11:28
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