Ecuador, Lenín Moreno, Rafael Correa, reelección, democracia, elecciones presidenciales, América Latina
Imagen: César Mejías

La batalla en Ecuador: ¿América Latina se aleja de la idea de reelección?

Dos ex aliados se enfrentaron cara a cara el domingo en un referendo en Ecuador. Hace un año, en Paraguay miles se manifestaron en contra. La palabra reelección parece tabú en algunos países, mientras que en otros, algo común. En un año cargado de comicios presidenciales en los países vecinos, ¿cómo funciona la reelección en nuestra región?

Por Constanza Cruz | 2018-02-07 | 14:30
Tags | Ecuador, Lenín Moreno, Rafael Correa, reelección, democracia, elecciones presidenciales, América Latina
Muchos estiman que se necesita alternancia en el poder para lograr un país transparente y alejado de la corrupción. Sin embargo, hay quienes aseguran que, que un jefe de Estado se mantenga en el poder, es un premio al buen gobierno.
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Fueron amigos, cercanos, casi cómplices. El 2 de abril de 2017, Rafael Correa, el ex Presidente de Ecuador -que estuvo 10 años en el cargo, el mandatario ecuatoriano con más tiempo consecutivo en el poder-, celebraba como suya la victoria de su amigo, su “delfín político”, Lenín Moreno. Para Correa, Moreno era su sucesor y significaba la continuidad de su proyecto político. Para Moreno, Correa era su mentor. O eso parecía.

Cuando le pusieron la típica banda presidencial a Moreno, quien desde hace 10 años se encuentra en una silla de ruedas por un violento asalto que lo dejo parapléjico, tomó la mano de Correa y la levantó. Ambos sonreían. Y hasta allí el final parecía feliz: quien fue el vicepresidente de Correa (2007-2013) se convertía ahora en la cabeza de Ecuador. Un triunfo para ambos.

La era Moreno comenzó. Pero poco después de asumir, el matrimonio comenzó a dividirse. Moreno le dio un golpe tras otro a Correa. El presidente comenzó a acercarse a la oposición, algo que indignó a su antecesor, y creó un Frente contra la Corrupción, a raíz del escándalo Odebrecht, que salpicó a varios ex aliados de Correa.

¡Las acusaciones siguieron! Moreno dijo que Correa lo espiaba por una cámara oculta en su despacho. Correa dijo que era un “traidor”. Moreno siguió adelante: la policía detuvo al vicepresidente Jorge Glas, aliado eterno del ex presidente. ¿Qué pasó después? Por esos días, Moreno criticó la situación económica del país (Correa dejó una deuda de unos US$ 41 mil millones, unos 26 billones de pesos chilenos), dijo que su antecesor había sido “irresponsable” y apuntó al gasto social. En tan sólo siete meses, ninguno ocultaba su odio hacia el otro. Ni pensar en que se volvieran a sacar una foto juntos.

¡Nocaut!

Correa se había refugiado a 9.600 kilómetros de distancia de Ecuador, en Bélgica, y desde allí se defendió. Aunque no fue suficiente. La gota que rebalsó el vaso ocurrió en octubre pasado, cuando Moreno anunció un referendo que, entre otras cosas, eliminaría la reelección indefinida que introdujo Correa en 2015, la que le hubiera permitido presentarse como candidato nuevamente en 2021.

El nocaut llegó este domingo. La consulta ciudadana, donde 13 millones de ecuatorianos fueron llamados a votar siete preguntas, fue apoyada en promedio con un 68% de los votos. El “delfín político” de Correa le puso punto final a la reelección indefinida. En un duro golpe para el Correísmo: el ex Presidente no podrá presentarse nuevamente como candidato presidencial y pone en duda su futuro. ¿El fin político de Correa? Aún no lo sabemos.

La noticia dio la vuelta al mundo. “El resultado aleja al sistema electoral ecuatoriano de los vecinos como Venezuela y Bolivia, donde los líderes izquierdistas Evo Morales y Nicolás Maduro se han atrincherado en el poder mientras aún celebran elecciones”, escribió The New York Times. “En cambio, el sistema de Ecuador se acerca al de Colombia, que limita a los presidentes a un solo mandato de cuatro años y al de Perú, que permite la reelección sólo en términos que no son consecutivos”, agregó el diario newyorkino.

¿Qué pasa en el resto de la región?

El 31 de marzo de 2017, hace casi un año, Paraguay vivió una verdadera batalla campal: miles de habitantes salieron a las calles indignados tras aprobarse una enmienda a la constitución que permitía la reelección del presidente Horacio Cartes. Lo que parecía ser una protesta pacífica se descontroló rápidamente. El Congreso prendió en llamas (literalmente) y algunos saquearon y salieron del interior con computadores en mano y se llevaron sillas y carteles, entre otros.

Cartes decidió renunciar a su idea de perpetuación en el poder. Según la Carta Magna, ningún mandatario puede ser reelegido, sin importar si es consecutivo o no. Una cicatriz que quedó tras la dictadura del sangriento Alfredo Stroessner (1954-1989), la más larga de Sudamérica. En abril de este año los paraguayos deberán finalmente decidir quién será su próximo presidente.

Como en Paraguay, el rechazo a la reelección se ha ido masificando en el último tiempo en América Latina. Sin embargo, en Venezuela y en Nicaragua la reelección indefinida aún existe. En 2009, con el fallecido Hugo Chávez a la cabeza, Venezuela aprobó ese tipo de reelección, a lo que le siguió Managua en 2014. ¿Y adivinen qué? El Presidente Nicolás Maduro ha dicho que será candidato para las elecciones de este año, cuya fecha se podría conocer en los próximos días.

En Nicaragua, Daniel Ortega llegó al Palacio de la Cultura en 2007 por un período de cinco años. Pero de cinco pasó a 10. Y en 2016 ganó su segunda reelección. Es decir, lleva tres períodos en el cargo.

Evo Morales en Bolivia intenta también mantenerse en el poder. El ex líder sindical ha buscado a toda costa ser presidente e irá por una nueva candidatura en 2019, luego de que el Tribunal Supremo le aprobara su cuarta candidatura.

Para muchos analistas, la re-re-reelección es un peligro para la democracia, una prueba de autoritarismo de los presidentes y una traición. ¿Por qué?

Muchos estiman que se necesita alternancia en el poder para lograr un país transparente y alejado de la corrupción.Sin embargo, hay quienes aseguran que, que un jefe de Estado se mantenga en el poder, es un premio al buen gobierno.

¿Y Chile?

La historia ha ido de cambio en cambio. Primero, cinco años como presidente con la posibilidad de ser reelegido. Luego se prohibió la reelección. Después se estableció un mandato de 6 años sin reelección. Más tarde, ocho años en el cargo sin reelección inmediata, y finalmente, cuatro años de presidencia sin posibilidad de reelección inmediata. Y entre medio, una que otra modificación.

En Colombia, en 2015 se aprobó una reforma que prohibió la reelección presidencial. En Argentina está permitida la reelección consecutiva pero sólo de forma inmediata. En Perú y Uruguay, al igual que Chile, debe ser alternada. Y en México, el período presidencial es de seis años, pero sin posibilidad de reelección. Todo esto debe ser tomado en cuenta ya que es un año crucial: muchos de estos países tendrán elecciones presidenciales este año.

Y tú, ¿qué opinas sobre la reelección y sus (buenos o malos) efectos en la democracia? 

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Comentarios
Bryan Páez | 2018-02-07 | 16:46
0
Yo siempre tuve en mente que en Chile era un mandato de 4 años con reelección no inmediata, pero solo por dos mandatos (o sea que solo podian estar 8 años como presidente). Me tomo por sorpresa saber que aca tambien es "indefinido". ¿O sea siempre fue asi o yo soy el equivocado?
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Christopher Torres | 2018-02-08 | 11:00
1
Es un tema de cultura política, una especie de regla no escrita. Siempre se ha asumido que son "dos mandatos como máximo" por presidente, tanto en la época de los decenios (Prieto, Bulnes, Montt, J.J. Pérez) como con los presidentes que gobernaron dos veces (Alessandri, Ibáñez, y ahora Bachelet y Piñera). A lo más el que habrá pensado ir por una tercera vez habrá sido Arturo Alessandri en los años 40 y no le resultó.
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