Ayer comenzó el tan esperado Mundial de Fútbol en Brasil y los ánimos desde diferentes lugares del planeta ya empiezan a encenderse. Sin embargo, un estado de ánimo sombrío se siente en algunos sectores del país anfitrión de este mega evento deportivo.
Porque a pesar de que Brasil es el país que más triunfos ha tenido en una Copa del Mundo y en donde sus habitantes sienten una fervorosa pasión por este deporte, se han visto diferentes manifestaciones contra el evento en distintas ciudades del gigante sudamericano.
"Esta es la atmosfera más extraña que haya visto alguna vez en Brasil antes de un Mundial, cuando la aprensión y la apatía amenazan la emoción normal", manifestó Antonio Risério, historiador que analiza el rol del fútbol en la definición de la identidad nacional de Brasil.
Y a pesar de que en 2007,
miles de personas se volcaron a las calles del país para celebrar que el país ganara la postulación para ser sede del Campeonato, ese fervor se ha convertido en los últimos meses en ira.
"Leyendas deportivas brasileñas, desde Ronaldo hasta Romario, están expresando su vergüenza y molestia por los preparativos que se están realizando en la nación que ha sido ganadora del Mundial cinco veces, más que cualquier otro país", asegura
Simón Romero, columnista del
New York Times y experto en temas latinoamericanos.
¿Qué es lo que le está molestando tanto a los brasileños? y ¿les traerá realmente beneficios esta Copa del Mundo? Quisimos revisar algunas experiencias anteriores. Pero empecemos con las molestias.
Malestar más profundo
La sensación de malestar que se siente en la sociedad brasileña comenzó con los preparativos del Mundial mismo, pero según los especialistas, esto refleja una inquietud más profunda, "fundamental por la dirección del país a medida que la inactividad económica ha persistido en medio de olas de protestas contra el gobierno, que reflejan las demandas de mejores servicios de parte de la creciente clase media", señala Romero en su columna.
Según un estudio de Pew Research Center, sólo el 34% de los brasileños cree que el torneo de fútbol será una ayuda para la economía, que está en su cuarto año seguido de crecimiento lento. Y mientras muchos aún expresan su apoyo a un equipo de fútbol que ha sido desde siempre la pasión y orgullo del país, otros están molestos por que se haya puesto al deporte por sobre otras prioridades. Un ejemplo son los profesores. Una de las mayores consignas que se vieron durante las protestas eran por ejemplo: "Un educador vale más que Neymar".
"El mal ánimo previo a la Copa, se suma a la consternación por los
retrasos y los crecientes costos de los Juegos Olímpicos de 2016, donde Río también será el anfitrión", asegura Romero. Otras encuestas han señalado que el entusiasmo inicial disminuyó durante los últimos dos años debido a que el gobierno
no ha cumplido con la provisión de infraestructura y otras inversiones prometidas cuando se ganó el título de anfitrión.
Esto al principio no era así. El año pasado un 59% de los encuestados creía que el país estaba en buena forma económicamente. Pero las esperanzas de que la Copa del Mundo proporcionaría un impulso muy necesario se han desvanecido, según algunos analistas, ya que datos divulgados hace pocos días mostraron que el PIB interno del país apenas creció el primer trimestre.
Las protestas principalmente comenzaron en junio del año pasado debido a la subida de los precios del transporte. Pero luego se extendieron a todo el país, uniendo a los sindicatos y diferentes movimientos ciudadanos.
¿Es una buena inversión un Mundial o una Olimpiada?
Aunque los organizadores de eventos deportivos masivos suelen justificar que los gastos en que se incurre son ampliamente superados por los ingresos que estos eventos reportan para la economía del país anfitrión, diversos medios han puesto en duda esa afirmación, señalando estudios que cuestionan la rentabilidad real para un país por organizar mundiales y olimpiadas.
Uno de los críticos citados es Denis Coates, profesor de economía de la Universidad de Maryland, quien en su paper
World Cup Economics: What Americans Need to Know about a US World Cup Bid, reunió los resultados de diversos estudios comparativos sobre los ingresos estimados por la organización de mega-eventos, con los ingresos realmente percibidos por ellas.
Su conclusión es que las ganancias están muy lejos de las estimaciones de los organizadores, rara vez superan los costos asociados a la organización del evento, y que no se aprecia un despegue económico relevante por parte del país organizador tras organizar uno de estos encuentros.
Sin embargo, esta puede ser una mirada un tanto estrecha y cortaplacista, pues se centra sólo en los ingresos directos por turismo que traen este tipo de eventos, durante el desarrollo de los mismos.
De hecho,
un estudio del Ayuntamiento de Barcelona y el Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad Autónoma de Barcelona, pinta un cuadro muy distinto respecto del
impacto de los Juegos Olímpicos de Barcelona, que demostró un resultado notoriamente positivo para la economía local desde múltiples dimensiones: no sólo logró Barcelona superar con creces los costos de organizar el evento, sino que consiguió una importante renovación urbana, mejora de infraestructura, aumentos en la plusvalía de las propiedades, mejor posicionamiento internacional, imagen país e incluso repunte económico.
El mismo informe estima importantes ganancias para todas las olimpiadas desde 1992 a la fecha.
Las cosas buenas que podría dejar el mundial
Más allá de los estudios, existen beneficios tangibles para la vida de los cariocas que el Mundial dejará en sus vidas, si bien pueden no ser evidentes a simple vista.
1. La infraestructura
La suma total de costos en infraestructura
se estima que llega a los US$ 25 mil millones, de los cuales sólo el 15% son financiados por el sector privado. Las personas que están molestas con el Mundial,
argumentan que ese dinero podría haberse gastado en infrastructura tal como hospitales y colegios, más que estadios.
Sin embargo,
no todo lo que se construyó fueron estadios. Organizar un evento tan grande como un Mundial de Fútbol crea una gran oportunidad para crear masivas inversiones y acelerar el desarrollo en diferentes sectores. Las 12 ciudades anfitrionas se beneficiarán de aeropuertos más grandes, sistemas de transporte más eficientes y mejores servicios de telecomunicación (4G), según argumenta
WorldCrunch. Todos
estos avances eran necesarios en el país pero algunos dudan si se hubieran llevado a cabo tan rápidamente de no ser por el Mundial.
"Las inversiones transcienden la construcción y reforma de los 12 estadios. Involucran
infraestructura turística, aeropuertos, movilidad urbana, terminales de pasajeros en puertos y estructura en seguridad que quedarán para las ciudades-sedes", asegura
la página de la Copa del Mundo.
2. Turismo y empleo
El Portal Oficial de la Copa reunió una
serie de informaciones que detallan las inversiones realizadas en varios frentes y los beneficios que disfrutarán los brasileños tras el mundial. Uno de los principales aspectos es el
turismo que atrae a miles de visitantes extranjeros. Según un estudio de
Embratur, los gastos de los turistas brasileños y extranjeros durante este evento podrían llegar a los US$ 11.000 millones en el país.
Además, según los organizadores, el evento crearía 710 mil empleos permanente y temporales, cifra que, en todo caso, ha sido cuestionada.
3. Intangibles
Sin embargo, probablemente el aporte más valioso provendrá de los efectos menos medibles de organizar una cita planetaria, como el posicionamiento internacional de la marca país de Brasil.
Son más de 18.000 los periodistas que viajarán de distintas partes del mundo para cubrir todo lo que suceda en la Copa. La prensa proviene de 160 países diferentes que centrarán parte de sus noticias a distintas temáticas que rodean al país anfitrión.
Esto, mezclado con el turismo y la exposición internacional podría más que nada colaborar con su imagen país, ya que el evento promociona al país latinoamericano en todo el mundo.
Aunque sólo el tiempo dirá el impacto real del Mundial de Fútbol para la economía y pueblo brasileño, una cosa puede decirse: al menos el Mundial de Fútbol ya generó cambio en la sociedad civil de Brasil y una mayor conciencia de las necesidades y carencias de su población, llamando la atención de sus autoridades, que no podrán seguir ignorando los urgentes problemas de su población. Y eso, en sí mismo, ya es una ganancia.
¿Crees que el Mundial beneficia o no al país anfitrión?