Teatro musical, Francisco Olavarría, Cultura Capital, productora, Mori, música, público
Imagen: Cultura Capital

Desde Piaf hasta Mercury: El hombre que le dio ritmo al teatro musical chileno

Sin Fondart ni deudas, Francisco Olavarría ha logrado en cinco años meter a más de 600.000 personas en sus proyectos y levantar más de 10 millones de dólares para pagarle a gente que trabaja por el teatro. Él vive de esto y así es cómo lo ha logrado.

Por Antonia Laborde @antonialaborde | 2014-09-29 | 07:00
Tags | Teatro musical, Francisco Olavarría, Cultura Capital, productora, Mori, música, público

A Francisco Olavarría no le gusta el teatro. Le da lata. A sus proyectos —entre los que destacan éxitos como Piaf, Lennon y McCarney y Mercury―, no está vinculado emocionalmente. Elige con el dedo al equipo técnico, directores y actores, según cómo le caen. Le tiene prohibido a sus compañeros que lo nombren, no le gustan las entrevistas ni menos que le saquen fotos para éstas. No va a los estrenos de sus producciones y si lo hace, es por compromiso. Nunca ha puesto un peso de su bolsillo para las obras. Para él, el teatro musical que hace a través de su productora Cultura Capital es un negocio y como tal, es uno muy exitoso.

En los inicios de su incursión en el teatro, el ingeniero comercial hizo una obra llamada "Gusano musical". Su hermano, educador diferencial, había escrito un texto y Francisco fue a Coanil para que financiaran su montaje. Convenció a 10 actores "taquillas" del momento (Fernando Godoy, Pablo Macaya, Bárbara Ruiz Tagle, entre otros), los que actuarían con niños con síndrome de down. La empresa aceptó. La modalidad sería con banda en el escenario tocando música popular. Antes de decirle a los niños, Coanil se bajó.

Era demasiado tarde para echarse para atrás, así que se lo ofreció a la Municipalidad de Lo Barnechea. Ellos aceptaron yfinalmente montaron la obra con niños en riesgo social de un colegio de la comuna. Tras el éxito de las tres funciones, Coanil llamó. Olavarría le cobró "muy caro" por la función que pidió la fundación para exhibir en el Nescafé de las Artes, donde esperaban cobrar $25.000 por entrada. Sería una función doble un día lunes, lo que significaba llenar 2.000 butacas, y el viernes anterior a la función solo se habían vendido 50 asientos. Francisco, quien ya había vendido la función y se podría haber desentendido del tema, decidió bajar el valor de la entrada a $5.000 y se puso a llamar a todos sus contactos de empresas para vendérselas y que invitaran gente. Se llenaron las dos funciones. Como su nombre comenzaba a sonar en los círculos teatrales y la fama era que atraía buen público, decidió cuidar esa reputación... ¿Y a Coanil por bajar el precio de las entradas? Les preguntó: "¿Qué prefieren? ¿Un teatro vacío o lleno?".

Cuando Francisco descubrió por un reportaje en la tele que había un nicho en la producción teatral, se puso a investigar. Conversó con actores, representantes del rubro, fue a ver obras de teatro y entre lo que le decían y veía, decidió volcarse a esto y dejar su cargo de subdirector de administración y finanzas del DUOC.

- ¿Siempre pensaste en formato teatro musical?

"No... no sé. Ese año me hice amigo de la Emilia Noguera y me hizo un recorrido ultra teatral. Yo soy de Viña y venía y me volvía para juntarme. Ahí caché que el teatro tenía temáticas súper políticas, el teatro y la gente que iba eran casi puros actores. Después fui a ver una función al Mori y ahí habían salas no con tanta gente, pero un público más parecido a mí. Las temáticas eran como comedias de humor o con escenografías no tan bonitas y había súper poco musical. Estaba Alzares haciendo musicales de Broadway, pero lo encontraba medio riesgoso. Creo que la gente a la que tu apuntas, que es un público más ABC1, viajan a Nueva York a ver los musicales. Así que la primera dinámica de ese año fue comprar obras de Santiago y llevarlas a regiones. Compré Gemelos un fin de semana y la llevamos a Viña con un socio en lucas que me hice. Se llenó, ganamos 5 palos en un fin de semana y dijimos ¡esto es el medio negocio!".

Hicieron la misma movida de nuevo, pero no ganaron tanto. Luego Olavarría quiso producir él sus propias obras en vez de comprarlas. Le llegó a sus manos el texto de "Puras Chicas". Para ese entonces todavía trabajaba en el Duoc y le preguntó a la encargada de teatro que le dijo que podía funcionar, pero no fue así y perdió 5 millones de pesos. Luego viene la anécdota del Gusano Musical, que termina con el gerente de la Minera Escondida estrechando su mano y llevándoselo a él y a todo el elenco a Antofagasta por 10 días para hacer la misma obra con niños de allá en riesgo social y con síndrome de down. Nuevamente, el público quedó para adentro.

- ¿Cómo llegas a entrar al Teatro Mori?

"El 2011 conocí a la Javi Contador, que me dijo que tenía el proyecto "El hijo de la Peluquera", y que si quería poner plata. Leí el texto, le dije que ya, presentó en el Mori, pero yo no tuve nada más que ver. Después fui a ver una obra en argentina, Piaf en Buenos Aires, que era una paja, pero me obsesioné. Vi la película y dije que había que hacerla: Viejos cuicos, canta la raja y fui a ATN a comprar los derechos, con quien nos hicimos buenos amigos. Soy amigo justo de los que tengo que ser amigo, pero de suerte. Ni siquiera tenía el elenco armado, pero tenía a la Anni Murath, quien había sido profesora de canto de los alumnos de Gusano Musical, que era Piaf. Ahí empezamos a armar el equipo, que lo armo según cómo me van cayendo, la verdad. El casting de actores y equipo lo armo yo".

Presentaron el proyecto al Mori y clasificó. Con un mes y medio de ensayo tuvieron una temporada de dos meses de un "éxito asqueroso". El nombre de Francisco Olavarría sonaba más en el ambiente teatral y se asociaba a butacas llenas, buenos sueldos para los actores y alta producción. Entre las características de Cultura Capital, figura el que todos ganan lo mismo: Desde los músicos hasta el actor principal. El año pasado pagó 600 millones de pesos en honorarios al equipo.

- ¿A qué le atribuyes el éxito?

"Tengo suerte para los negocios".

- Pero no puede ser solo eso.

"Tengo buen instinto y como soy ingeniero comercial y trabajé en empresas, hablo el mismo idioma que los gerentes, sé lo que quieren, sé que para ellos invertir 100 millones implica recuperarlo con X gentepara que se haga rentable el proyecto. Además, saben que hemos hecho éxitos. Piaf lo hicimos con fondos de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).

El gran problema de los actores es que hacen teatro para ellos. Buscan la aprobación de sus pares. El día del teatro en Brodway todos los elencos firmando en la calle, acá no hay ni un sindicato de productores, no hay nada".

- ¿La CChC financió todo?

"Sí, yo no pongo un peso de mi plata. Las empresas me financian todos los proyectos. Les cobro un fee y la temporada es mía. El 95% de los ingresos de la temporada es para los actores, productores, técnicos".

Tras el éxito de Piaf vino Chaplin. Olavarría le pidió los derechos a la mismísima hija del artista, quien se los cedió gratis y se transformó en la primera obra a nivel mundial sobre el actor ícono. La critica aplaudió la apuesta, en blanco y negro y muda, pero de los 250 asientos que tiene el Mori del Parque Arauco, se ocuparon 100 en promedio.

- ¿Cuándo viene Mercury?

"Se me ocurrió no más. Le dije a Gabriel Cañas cuando trabajaba en Piaf, 'tú vas a ser Freddy Mercury'. La estrenaríamos en mayo de 2013, me conseguí los fondos, serían seis meses de ensayo. Pero en un viaje en carretera que hice con mi padre antes de comenzar los ensayos, escuchamos Los Beatles y llamé a Cañas para decirle 'Olvídate, serás Paul McCartney'. Me reuní con los de Cruz Blanca y les dije que les tenía una buena noticia: haríamos Los Beatles. Se sorprendieron, preguntaron por qué y terminamos escuchando durante dos horas a la banda. estaba decidido".

Una vez más su intuición le jugó una buena pasada. Hicieron dos temporadas, todas a teatro lleno. En una función 200 personas quedaron afuera esperando poder recordar el mito que cuenta que Paul McCartney y John Lennon se encontraron por última vez en los ´80 y tuvieron la intención de volver a reunirse como banda.

- ¿Qué crees que es lo primero que hay que hacer para que el teatro avance?

"Que el Fondart diversifique sus fondos. Solo se los da al teatro experimental, más crítico, proyectos personales. Debería entregar fondos para proyectos familiares que acerquen el teatro a la gente y paralelamente financiar las obras experimentales que también tiene que estar. A mí no me dan Fondart".

- ¿Porque eres muy "comercial"?

"No, porque dicen 'este tipo se consigue lucas'. Encuentro ultra chulo eso de teatro comercial. ¿Qué es comercial? ¿Es comercial porque tengo un desarrollo comercial con la empresa? Son proyectos súper familiares. Yo trabajo solo con actores que están orgullosos de hacer este tipo de teatro. La Bacha (Maria Ignacia Omegna), que era la más contraria a este tipo de teatro, me dice hoy que nunca en su vida le había pasado que la aplaudieran de pie de esta forma".

- ¿Por qué crees que a ti te dan fondos las empresas y a tantos otros no?

"Son más hippies las presentaciones de todos. Yo voy a una presentación y digo: 'Esta es la obra, estos son los actores, esto vale, este es el plan de medios, estos son los regalos que vamos a entregar, este es el afiche, estos son los folletos, este es el programa' y en vez de entregar un proyecto de 800 páginas entrego uno de cinco. Cuando presenté el proyecto Mercury, mostré un video de 10 segundos con Cañas vestido y la primera frase de "Somebody to love". Lo terminamos de ver y los ejecutivos querían cinco más".

Tras el éxito absoluto de Mercury, la leyenda, hoy Olavarría tiene puesta la cabeza y su corazón rockero en dos proyectos "Soda Stereo" y "Los '80". Ambos con ganas de ser presentados el 2015, aún sin financiamiento, pero con los antecedentes del ingeniero, de seguro nos toparemos los títulos en la próxima cartelera. 

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Comentarios
Luis Candia | 2014-09-29 | 10:03
2
A mi no me gusta el teatro, no por la calidad de las obras (he visto algunas de muy buena factura), si no que más por el 'mundo del teatro'. En este sentido pienso igual que Francisco, hacen teatro para quedar bien con otros actores, y como yo estoy fuera de ese mundo, sencillamente no me siento representado, prefiero mil veces una película.

Además nunca he entendido porque todos hablan con tono de el Temucano.
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Michelle Cazenave | 2014-09-29 | 11:43
2
Comparto totalmente su mirada sobre el nuevo teatro. Es algo similar a lo que pasó con el cine chileno: inicialmente todo se trataba de política, altos contenidos de denuncia social, marginalidad, etc, y de a poco las temáticas se han ido abierto para dar espacio también a tópicos más actuales y cotidianos. Me gusta lo que hace y esta mirada del teatro como un negocio, lo que no debiera por qué restarle pasión o calidad.
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Joselin Rivas | 2014-09-30 | 12:57
1
La verdad creo que todas las versiones son validas, si se deberían dar fondos para todo tipo de teatro no solo el de contenido mas social, yo fui a ver la obra de Mercury y es maravillosa, aplaudimos de pie gritando pidiendo más canciones, esta muy bien lograda.

También he ido a ver obras mas profundas que me han encantado como Otelo con marionetas.

Creo que ambos son validos y para gusto de toda la gente.

Por lo demás que bueno que se logre con esto mejor sueldo para los actores, una vez escuche alguno de ellos decir que ganaba como 15 mil pesos por obra, si hay un modelo de negocio que funciona, entonces repliquemoslo!
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Gustavo Valdes | 2014-10-07 | 22:44
1
Mas actores deberian leer esta entrevista!! Felicitaciones @antonialaborde, tremendo trabajo!!
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