En la desembocadura del estero de Casablanca, quinta región, se encuentra el humedal de Tunquén. Un espacio privilegiado por la naturaleza, en donde coexisten distintos ecosistemas, como bosques, matorrales, desierto costero y lagunas. Ahí también conviven 164 especies vegetales de las cuales el 90% son nativas. Al mismo tiempo es posible encontrar 104 especies de animales, 13 de las cuales están amenazadas.

Dada la importancia de este tremendo ecosistema, es que los vecinos se manifestaron en contra de la urbanización que se planeaba en el lugar. La constructora Punta Gallo tenía proyectado construir 197 viviendas en terrenos cercanos al humedal. El problema es que el impacto ambiental sería muy grande y dañaría irreparablemente esta reserva natural.

En respuesta, el Consejo de Ministros aprobó por unanimidad la transformación del humedal de Tunquén en un Santuario de la Naturaleza. Esta resolución cubre 107 hectáreas que serán protegidas y preservadas. Con esta medida, cada proyecto que se pretenda construir en las inmediaciones deberá ser sometido a una evaluación de impacto ambiental que asegure que no existirán daños al ecosistema.

La medida fue festejada por los vecinos de Tunquén, quienes formaron la organización Tunquén Sustentable. Antes de ser declarado Santuario de la Naturaleza, habían interpuesto un recurso de protección para frenar las obras de la constructora Punta Gallo.