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Imagen: Santiago Ascui, Gentileza Lee Chile Lee

Lee Chile Lee: El plan para convertirnos en un país más lector

A Chile le falta más recorrido en el camino de las letras. Pero desde el 2010 existe un plan coordinado que busca fomentar de manera concreta la lectura con diversas iniciativas a nivel nacional y regional. ¿Cómo pretende cambiar la realidad actual y convertirnos en ávidos lectores?

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2014-01-07 | 17:30
Tags | lectura, libros, fomento lector, Lee Chile Lee, cultura, comprensión lectora, educación

¿Por qué los chilenos leemos poco? ¿Se puede hacer algo para mejorar nuestros resultados en comprensión lectora? ¿Es el IVA el principal obstáculo? ¿Nos han afectado los aparatos digitales?

Encantar a las personas con la lectura no es imposible. Hablamos con Soledad Camponovo, coordinadora Programática de Lee Chile Lee, el Plan Nacional de Fomento de la Lectura. Nos dio su opinión y nos contó de las cosas concretas que se están haciendo hoy a nivel nacional y regional, para transformarnos en un país más lector. 

¿De qué se trata Lee Chile Lee?

Es el Plan Nacional de Fomento a la Lectura, que nació en el año 2010. Lo nuevo que tiene, en comparación con las iniciativas anteriores, es que por primera vez se coordinaron instituciones que históricamente en el país estaban trabajando en el fomento lector: Ministerio de Educación, DIBAM (Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos) y Consejo de la Cultura y las Artes. Se establecieron mesas de trabajo periódicas y con compromisos y objetivos claros por institución, para que los recursos sean más eficientes y poder potenciar el trabajo que se está haciendo. 

Todo con una bajada local para cada región según sus propias necesidades: "Eso es fundamental. Un plan de fomento lector nacional no tiene ningún sentido si no tiene una bajada local. No va a tener ningún desarrollo, es muy difícil."

4 ejes para fomentar la lectura

Lee Chile Lee tiene cuatro líneas estratégicas que funcionan en conjunto para motivar a los chilenos a leer: Acceso, formación, desarrollo y difusión.

1. Acceso: 

Para que los chilenos tengan acceso al material bibliográfico. "No solamente libros. Es muy importante entender que la lectura es mucho más que leer libros. Uno lee lo que lo rodea al final: desde libros digitales, los comerciales, todo". 

En este ámbito, el Mineduc se enfocó a la primera infancia, desde las salas cuna hasta 2° básico, donde han implementado más de 20 mil bibliotecas de aula con un material que se va renovando permanentemente.

Las bibliotecas públicas mejoraron sus servicios tecnológicos y se creó una Biblioteca Pública Digital. Se trata de una biblioteca virtual, donde se pueden pedir prestados libros por 15 días para leer en iPad, Kindle e incluso en teléfono.

El Consejo de la Cultura se ha dedicado a los espacios no convencionales de lectura, que es todo lo que queda fuera de la biblioteca y escuela: hospitales, centros culturales, cárceles, almacenes, parques, etc. Se trata de la lectura cotidiana. Crearon un programa que llamado "Salas de lectura" que son espacios móviles que ofrecen lectura. Por ejemplo un carro con libros. Están enfocado en hospitales, hogares de Sename y cárceles.

2. Formación: 

"Los libros por sí solos no sirven mucho. Solamente comprar libros… Porque necesitas un puente entre ese material de lectura y las personas. Y el puente más importante es el mediador , que es una persona. Puede ser desde tus papás, el profesor o diferentes personas que están en tu vida que te dicen, oye ¿por qué no lees esto?", explica Soledad. Y de esto se deriva la segunda estrategia.

La formación está enfocada a la capacitación de estos mediadores de lectura. Quienes trabajan en bibliotecas para que tengan mayor cercanía con los libros que ofrecen o las educadoras de párvulos para la lectura en voz alta, las animaciones y otras herramientas que motiven a los niños, por ejemplo.

3. Desarrollo: 

"Es todo lo que tiene que ver con estudios. Qué, cómo, por qué, dónde leen los chilenos. O por qué no leen", explica Soledad. Actualmente el Consejo de la Cultura tiene la obligación de hacer un estudio cada dos años para diagnosticar la realidad sobre la cual se está trabajando. Por ejemplo, hicieron un estudio de Comportamiento Lector el 2011. Esos resultados van a indicar dónde hay que invertir los recursos.

4.Difusión: 

Se trata de poner dentro del debate y darle importancia a la lectura dentro de la sociedad.  

3 ejemplos de iniciativas en regiones 

No todo es centralizado y las regiones se han apropiado del proyecto, generando iniciativas en sus propias mesas de trabajo que han dado buenos resultados. Aquí les mostramos tres casos exitosos.

  • "En la pega, pega la lectura":  Arica y Parinacota ha sido un gran ejemplo. Generaron un documento propio de fomento lector según las necesidades locales e implementaron este programa donde hay cajas de libros viajeras de oficina en oficina que se quedan por un tiempo para que los empleados puedan leer en sus ratos libres.
  • Asesores Seniors por la lectura: En la Región de los Ríos capacitaron a los Asesores Seniors del SENAMA, que trabajan haciendo reforzamiento escolar, para que sean mediadores de lectura no solamente con los niños, sino con toda la familia de ellos. El programa se ha ido replicando en otras regiones del país.
  • Sagas juveniles: La Región Metropolitana organizó el "Desafío Saga", donde se juntaron jóvenes fans de novelas como Crepúsculo, Harry Potter, Los Juegos del Hambre a conversar sobre lo que leen, tener talleres de maquillaje de los personajes, de ilustración, etc. "Eso es dejar lo canónico un poco. Todas estas nuevas formas de leer son súper importantes", comenta Soledad.

¿Cómo ha sido la recepción a nivel general?

"Súper. Cuando eres capaz, a través de un programa o a través de la lectura en este caso, de generar experiencias significativas en la vida de las personas, es la única manera de poder fomentar la lectura en ellas. Es tratar de generar esa experiencia que signifique algo para tu vida (…) A través de la lectura puedes no solamente mejorar tu vocabulario, forma de expresarte, también encuentras una manera de poder sacar afuera todo tus miedos… expresarte al final". 

Camponovo nos explica que es una herramienta de desarrollo, finalmente. Evidentemente una persona que sea más lectora, tendrá más mundo interior, pensará de forma más compleja y más va a poder mejorar sus ingresos, entre muchas otras cosas.

¿Por qué los chilenos estamos leyendo mal y no nos motivamos con la lectura?

"A veces tenemos que cambiar nuestra perspectiva y ver cómo van evolucionando las formas de leer. No te digo que Chile sea un país lector, pero según un estudio del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC) en comparación a la región estamos a la par de Argentina, Uruguay. Estamos bien, pero eso no es suficiente. Y no es suficiente porque los índices más graves son los de comprensión lectora. Pero también, más gente está leyendo (…) Creo que hay que mirar con más cuidado las cifras. 

Diría que falta mucho, que hay que mejorar, que tenemos que transformarnos en una sociedad lectora y buscar la forma de hacerlo. Pero también hay que tener ojo con los estudios y qué estamos mirando, porque las formas de leer están cambiando y los estudios no han sido capaces de encontrar las herramientas suficientes para poder hacer esas preguntas que reflejen esos cambios. Sobre todo con la lectura digital.

¿Qué puede hacer una persona para convertirse en un lector más ávido?

"Encontrar textos que le interesen. Hay una amplitud de textos enormes y la lectura no es solamente leer libros, ni tampoco hay que acercarse a ella de una manera canónica. La lectura es súper amplia. Desde leer crónicas de fútbol o leer en el diario notas que nos interesan todos los días o el libro álbum que son principalmente imágenes, cómic, novela gráfica. Hay muchas ventanas para entrar a este mundo de la lectura. Es un camino que uno va construyendo y uno cada vez más se va complejizando como lector". 

¿Y el problema del tiempo?

"También es cómo se valora el tiempo de leer. Uno busca tiempo para ir al cine, uno busca tiempo para ir a un concierto, una fiesta. Es qué valor tiene dentro de mis prioridades. Puedo todos los días darme 15 o 20 minutos para leer: en el transporte público o antes de dormir, por ejemplo (…)  Es un hábito, una práctica que tienes que hacerla propia y eso es lo difícil", explica Soledad y por eso mientras antes se desarrolle el hábito es mejor.

Pero sentarse a leer un libro quizás hoy es más difícil que 20 o 40 años atrás ¿No?

Soledad cree más bien que el proceso de la lectura es evolutivo y que ahora estamos en un momento muy interesante también, donde se mezcla lo digital con los intereses. Somos lectores muy múltiples: leemos libros, pero también leemos la película del libro y comentarios en redes, etc.  

"En realidad los niños chicos, hasta los 6 años, un libro siempre lo van a agarrar. Y ahora hay unos libros increíbles. Y se fascinan (…) Mientras más chicos a los niños tu los incentives a leer o a leerle cuentos, no solamente por sí mismos, sino a escuchar historias, empiezan su camino como lectores. Los niños están ávidos de escuchar cuentos, siempre. Se van a comer los libros. Después los jóvenes tienen todo el fenómeno de las sagas juveniles, que no están dentro del currículum del colegio, pero se los devoran".  

Además destaca que los mismos libros han ido cambiando su forma de narrar por esta nueva forma de pensar más rápida y llena de estímulos, es algo que ha sido tomado por la literatura como parte de este proceso de evolución. 

¿Y qué pasa con el IVA?

"Creo que al debate nacional le falta mucho conocimiento. Se transforma más en un lugar común que en una reflexión con argumentos. Porque no es cercano ni lógico pensar que al ser los libros más baratos, la gente va a leer más. No está directamente relacionado, para nada.

Sí me parece que una disminución al impuesto del libro o que sea cero, es simbólico. Sirve para decir "a nosotros como Estado nos interesa poner al libro en este lugar". Que es importante. Pero tiene que estar asociado a un programa de fomento lector. Por otro lado, si le bajo el 19% a los libros, quedarían en 13.000 pesos. Y ¿quiénes compran libros en el país? Estoy beneficiando a la gente que compra libro que quizás son las personas con más recursos". 

Nos contó el caso de Suecia, donde se bajó el impuesto y al principio se compraron más libros, pero luego se volvió al mismo precio que tenían antes, pero eran de mejor calidad editorial. Al final la industria sabía que la gente estaba dispuesta a pagar ese precio. Con esto no descarta la posibilidad de disminuirlo, pero sí insiste en que es algo que se tiene que pensar bien.

¿Cómo es tu relación con la lectura? ¿Qué otra iniciativa crees que sería buena para implementar?

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Comentarios
Alvaro Tapia | 2014-01-07 | 18:15
1
Humildemente creo que para fomentar la lectura faltan varias cosas, entre ellas más diversidad de títulos disponibles al lector (y no hacer creer falsamente que lo único que se debe leer (o que vale la pena) es lo que sale en un top ten nacional aparecido en X revista o diario). Además precisamos una disminución real de los precios a la IMPORTACIÓN de los libros ya que el 19 pct del IVA no es una rebaja sustancial del precio total del "bien" y por último, como se trata de un bien cultural, se debe impulsar, ya sea mediante exenciones tributarias o un método similar, a que los dueños de tiendas perciban menos por valor unitario de lo que venden y sí más por cantidad, ya que de ese modo el lector podría ver un cierto "descanso" al momento de pagar.
(Aunque por mí, solo facilitaría esos beneficios a las pymes y no a las grandes cadenas del país)
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Daniel Cifras | 2014-01-08 | 12:08
2
Lo que más me gusto de este artículo fue la parte de las sagas y los lectores jóvenes, me sentí identificado y feliz de pensar en todos los libros que pude leer hasta ahora, espero que la gente del país aprenda más sobre obras tan bonitas como ''Bajo la Misma Estrella'' o tantos otros que son tan buenos. Gracias como siempre El Definido, alegras mis días!!.
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Felipe Lazo | 2014-01-12 | 23:48
2
Qué bueno que exista este tipo de movimientos para mover a los chilenos a leer. En general, trato de leer unas cinco o seis novelas al mes (y me fuerzo a terminar lo que empiezo, aunque sean bodrios premiados como Natalia, de Pablo Azócar).

Quiero reforzar el punto del autor respecto del IVA: menos IVA no implica más lectura, ni siquiera del sector habituado a ello. Voy a enfocarlo desde otra perspectiva: la literatura nos lleva miles de año de ventaja, y todos esos clásicos ya probados, leídos y alabados, son muy baratos, así que el precio casi que no es excusa. ¿Ni siquiera puedes pagar? Yo pido regalados los libros de las casas donde no los leen. Los libros que valen arriba de diez lucas son los nuevos y no estoy dispuesto a arriesgar más de cinco luquitas cuando por esa misma cantidad puedo comprar tres clásicos en San Diego. Me va a faltar vida para leer tanto que hay que leer.

Por si acaso, ¿sabían que respecto de los libros hay dos clases de tontos? Los que prestan los libros... Y los que los devuelven.
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Magdalena Araus | Colaboradora | 2014-03-03 | 13:04
0
Jaja, buen cierre Felipe! Es cierto, es posible encontrarlos más baratos. Te recomiendo también Biblioteca Libre, una excelente iniciativa de intercambio de libros. Más detalles, dentro de este artículo:

http://www.eldefinido.cl/actualidad/pais/443/Catedras_Libres_Aprender_de_todo_sin_pagar_un_peso/

Saludos!
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