Caminar por San Francisco, California, es observar de cerca a la verdadera resistencia del Presidente Donald Trump. En el Mission District, el barrio reconocido por sus raíces latinas, no es raro encontrarse con una tienda de artículos mexicanos, con piñatas con la cara de Trump o con una serie de murales en contra del mandatario. Frases como “Black Lives Matter” (Las vidas negras importan), “United against Hate” (Unidos contra el odio), “Resist” (resistir) se ven en una ventana, una muralla, o en la entrada de algún local.
“En esta casa, creemos que: Las vidas negras importan, Los derechos de las mujeres son los derechos humanos, Ningún ser humano es ilegal, La ciencia es un hecho, Amor es Amor, La amabilidad lo es todo y Aire limpio, agua y naturaleza sostienen la vida”. Foto: Constanza Cruz. |
En Berkley u Oakland, ciudades un poco más alejadas de San Francisco, la tendencia es la misma. Patios con carteles dándoles la bienvenida a inmigrantes, banderas símbolo del orgullo homosexual y diversos dibujos se ven en varias esquinas.
Una lucha desde el primer día
California, históricamente de tendencia demócrata (aquí arrasó Hillary Clinton), es uno de los estados que le ha declarado la guerra al nuevo mandatario. Desde que ganó las elecciones, el “estado dorado” ha realizado una serie de acciones en contra del multimillonario. Y el gobernador, Jerry Brown, se ha convertido en la cara visible de esta ofensiva.
Un día después de que Trump diera su discurso inaugural, Brown dijo que California no iba a ser un estado perseguidor de inmigrantes, que no iba a eliminar el Obamacare –el sistema sanitario impulsado por el ex Presidente Barack Obama en 2010- y que de ninguna manera se opondría al cambio climático. “California no va a volver atrás. Ni ahora ni nunca”, dijo entre aplausos.
A diciembre del año pasado, el fiscal general de California, Xavier Becerra, ya había presentado 21 demandas en los tribunales contra distintas acciones de Trump.
Pero, ¿por qué se oponen a Trump?
Principalmente, porque California es el estado más poblado del país y se estima que un 39% de sus habitantes son latinos. Por lo que los dichos del Presidente contra los mexicanos y su férrea idea de construir un muro en la frontera, no ha caído nada de bien entre los habitantes del estado más rico de Estados Unidos y el que más inmigrantes tiene, tanto legales como indocumentados. Éstos últimos son esenciales para la economía de California, especialmente en el campo y la construcción.
En septiembre del año pasado, el estado dorado presentó una demanda contra el mandatario por el muro. Incluso, Oakland y Berkeley han aprobado medidas que paralizarían los contratos con cualquier empresa que participe en la construcción del muro entre México y EEUU.
Foto: Constanza Cruz |
California también fue uno de los primeros estados en combatir (con una demanda legal) el veto migratorio, la famosa prohibición de que personas de países de mayoría musulmana ingresaran a Estados Unidos. Esto, a pesar de que la Corte Suprema logró que entrara en vigor en diciembre del año pasado.
En este contexto, el estado del oso ha sido escenario de masivas protestas. En las universidades, cada vez que un personaje de extrema derecha es invitado a una conferencia, existen grandes operativos de seguridad para evitar enfrentamientos.
En octubre, el gobernador Brown firmó una ley que convirtió a California en un estado “santuario”, lo que comenzó a regir desde este 1 de enero. ¿Qué quiere decir esto? Significa que la policía local y estatal no puede preguntar a los residentes cuál es su estatus migratorio ni investigar, interrogar o detener a personas en el estado sólo porque sospechen que son inmigrantes sin papeles.
"Somos una escuela santuario. Eres bienvenido aquí" |
Fotos: Constanza Cruz |
Los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) necesitan entonces una orden judicial para hacer redadas o acceder al historial de algún trabajador. Algo que ha enfurecido a Donald Trump.
Respuesta con amenazas
La paciencia del Presidente se ha ido colmando poco a poco con este estado rebelde y el pasado jueves, decidió contratacar: “Verían un crimen como no lo ha visto nadie en este país”, dijo amenazando claramente a California. ¿Por qué? ¿En qué situación verían el crimen?
Tras una reunión con líderes locales y estatales para reducir la violencia de armas en los colegios tras el tiroteo en Florida –que dejó 17 muertos- Trump comenzó a hablar sobre pandillas callejeras, específicamente la MS-13, una violenta banda que nació en el Salvador, pero que se propagó por algunos sectores de Estados Unidos, entre esos, California. Y allí, además de proponer que los profesores vayan armados a las escuelas, dijo que estaba considerando retirar la oficina del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) de California, ya que ha hecho un “pésimo trabajo” con la inmigración indocumentada.
¿Cuál es su trabajo? Identificar las actividades criminales y amenazas para la seguridad del Estado y del país. “No estamos recibiendo ningún tipo de ayuda del estado de California”, dijo. “Si yo saco a nuestra gente (ICE) de California, podrías tener al crimen como nunca se ha visto en California”, añadió.
A pesar de la polémica por dejar al estado con más población sin esta seguridad, algunos estiman que esto dejaría tranquilos a los indocumentados y que significaría un alivio para ellos. Pues en enero se conoció que las autoridades migratorias se estarían preparando para detener de forma masiva a unos 1.500 inmigrantes sin documentos, sólo en San Francisco y el Área de la Bahía.
Otro frente: cannabis legal
“La gente de bien no fuma marihuana”, dijo en 2016 el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, la cara más visible de la lucha contra las drogas. El fiscal es un férreo opositor a cualquier tipo de sustancia y dijo que iba a tomar medidas "dramáticas" para enfrentar la crisis de drogas en el país.
Sessions ha utilizado su posición para dar una lucha contra las drogas y prometió condenas más duras para los consumidores y traficantes no violentos, algo opuesto a lo que impulsóObama.
Estemos de acuerdo o no, lo cierto es que California también se ha plantado como opositor del gobierno en este ámbito. Para las elecciones presidenciales, el estado dorado votó además un referendo que legalizó la marihuana para su uso recreacional. Y a pesar de la posición de Sessions, la despenalización de la marihuana parece no dar marcha atrás en este estado.
En California, comenzó a ser legal el 1 de enero de este año. El estado se convirtió en el mayor mercado de marihuana legal del mundo y se unió a otros siete donde está legalizada, entre ellos Oregon y Nevada. Se estima que para 2020, el mercado crecerá USD$ 7 mil millones, ya que California cobrará un 15% de impuestos sobre la venta. Ahora, se calcula que uno de cada cinco estadounidenses tiene acceso a marihuana legal.
¿Cómo funciona su venta? Los mayores de 21 años pueden comprar hasta poco más de 28 gramos por persona en las tiendas que están autorizadas para vender marihuana. No se puede tener más que esa cantidad y no se puede fumar en público, manejando, ni a menos de 300 metros de un colegio o parque. La marihuana tampoco puede ser llevada a otro estado, sin importar si allí es legal o no. California aprobó en 1996 el cannabis para uso medicinal, por lo que era necesario comprar con un carnet de paciente y una receta médica, pero no fue hasta 2016 que se aprobó su uso recreacional.
Ahora, habrá que ver si el fiscal Sessions buscará enfrentarse aún más con el estado. De acuerdo al gobierno, la marihuana es considerada al mismo nivel que la heroína.
¿Qué opinas de las medidas que ha impulsado California?
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