barrios, comunidades, vecinos, vivienda, proyectos sociales
Imagen: César Mejías

Mira cómo mejoran los barrios marginales cuando los vecinos toman el control

El ejemplo más significativo es el de Tailandia, cuyo programa mejoró las condiciones de vida en más de 300 barrios marginales. Pero también hay uno muy exitoso en Chile. ¿La clave? Empoderar a los vecinos y hacerlos protagonistas del desarrollo de sus barrios.

Por Macarena Fernández | 2018-02-08 | 07:00
Tags | barrios, comunidades, vecinos, vivienda, proyectos sociales
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Nadie sabe mejor sobre lo que falta y lo que hay que mejorar en los barrios, que los propios vecinos. Es por esto que, por lo general, se exige a las autoridades comunales que vivan en el lugar al que quieren representar o que al menos acrediten una dirección que los convierta en vecinos.

Pero sabemos que, en la mayoría de los casos, dichas autoridades no viven precisamente en las comunas que gobiernan o al menos no en las condiciones de los vecinos más necesitados; por lo que es difícil que sepan con exactitud cuáles son los cambios que más urgen en el sector.

Por esto mismo es que trabajan codo a codo con los dirigentes sociales y líderes vecinales de los distintos barrios, siendo ellos quienes transmiten las inquietudes y principales necesidades de sus vecinos. Pero así y todo a veces este sistema es insuficiente.

Actualmente, cerca de mil millones de personas en todo el mundo viven en asentamientos informales o campamentos, en los que carecen de acceso a servicios básicos e infraestructura; y donde se ven constantemente amenazados con el desalojo forzado.

La ONU Hábitat, señaló que la solución a estos asentamientos no está en reubicar a las familias o entregarles subsidios a destajo, sino en el empoderamiento de los vecinos, en mejorar estos mismos lugares que habitan y en establecer nuevos mecanismos financieros que les den mayor facilidad de pago y ahorro.

Esto es justamente lo que se decidió hacer en Tailandia a través del programa Baan Mankong (viviendas asequibles) que desde el 2003y a la fecha ha mejorado las condiciones de vida de barrios marginales de más de 300 barrios. ¿Cómo? Dándoles el control a los propios vecinos, incentivando la planificación y la organización comunitaria.

Invertimos en ustedes, si se organizan

El programa tailandés consiste en otorgar préstamos a bajo interés y arriendos a largo plazo a los vecinos que lograban formar organizaciones de planificación comunitaria, donde elaboraran planes sostenibles para la reconstrucción de sus barrios.

Es decir, se les otorga dinero para convertir sus viviendas precarias en viviendas dignas y duraderas; y las comunidades trabajan en la planificación junto a un mediador que los apoya y los ayuda a aumentar su poder de negociación colectiva junto a los entes privados, como por ejemplo, para negociar la compra de un terreno.

¿Los requisitos para acceder a estos beneficios?

- Los habitantes de barrios marginales deben formar grupos de ahorro y reunir el 10% de la cantidad de dinero que esperan obtener prestado para su proyecto comunitario.

- Luego, deben conectarse con el gobierno local, profesionales, académicos y ONGs, quienes los ayudan a realizar una encuesta sobre las viviendas de barrios marginales de toda la ciudad.

- Con la encuesta lista, deben identificar los problemas más importantes, quién posee qué terreno y cómo planificar las mejoras que deben realizarse.

Las organizaciones comunitarias son las que finalmente escogen qué proyectos priorizar, de acuerdo a la urgencia, y los fondos se les pasan directamente para que sean ellos los que los administren.

"Cambia la relación de la vivienda orientada a la oferta, donde los residentes son compradores o destinatarios, a la demanda, donde las personas trabajan duro para crear sus propias comunidades. No sólo están construyendo casas, sino también un sistema social", señala Somsook Boonyabancha, secretario general de la Coalición Asiática para los Derechos de Vivienda.

Gracias a Baan Mankong, el porcentaje de la población que vive en edificios duraderos aumentó en casi un 20% y la población de Tailandia que vive en la pobreza disminuyó del 39% al 9% en zonas urbanas.

Las mejoras evidentes para los vecinos

Las mejoras en las condiciones de vivienda impactan dramáticamente en las vidas y los medios de subsistencia de los residentes, según informan en Apolitical.

- Al tener una dirección formal, los residentes tienen mayor facilidad de obtener un empleo.

- Se demostró que los niños que habitan los barrios mejorados, estudian mucho más (casi 4 horas más) que los que viven en casas precarias; al contar con un espacio ideal para sentarse a estudiar.

- Las familias aprenden a apreciar la importancia del ahorro y de la negociación colectiva, por lo que sus recursos empiezan a ser mejor invertidos, priorizando además las urgencias familiares.

Un ejemplo de empoderamiento de vecinos en Chile

Algo similar es lo que hace en Chile la fundación Proyecto Propio, que nació hace 13 años y que tiene como lema "Nadie es pobre. Pobre es el contexto donde la persona habita"; y que busca acompañar a dirigentes sociales, vecinos y comunidades; para que sean ellos mismos los protagonistas de transformar su contexto.

Es decir, a través de la fundación, distintos profesionales voluntarios trabajan directamente con los dirigentes y vecinos, permitiéndoles a ellos ser los protagonistas del cambio y desarrollo de sus barrios.

En los distintos proyectos que aborda Proyecto Propio, son los vecinos los que deciden qué se quiere hacer para luego trabajar en conjunto para que ese cambio se produzca.

"Nosotros nos metemos en una comunidad y ni siquiera les damos un ejemplo de lo que hemos hecho. La necesidad sale de ellos y claramente que esa idea tiene que ser factibilizada, técnicamente posible, tiene que ser inclusiva. Proyectos inteligentes y comunitarios que permitan que el territorio se desarrolle y tire para arriba respecto a su plusvalía, condiciones de vida, organización. Son proyectos largos, pero de gran impacto, nos metemos en temas de alcantarillado, iluminación, en recuperación de espacios tomados por microtraficantes, en reconstrucción de vivienda, etc.", contó hace un tiempo a El Definido, Sebastián Cantuarias, director y fundador de Proyecto Propio.

En los 13 años de experiencia la fundación ha trabajado con más de 300 comunidades y sus dirigentes sociales, gobiernos locales, organismos públicos como el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, Ministerio de Desarrollo social, entre otros y diversas empresas privadas y fundaciones.

A la fecha se han desarrollado más de 300 proyectos de desarrollo local, integrando recursos locales, esfuerzos privados y oferta pública; aplicándolos en diversos contextos sociales y geográficos.

Uno de los proyectos favoritos desarrollados fue en Isla Mocha tras el tsunami del 2010. El municipio de Lebu no tenía la capacidad de hacerse cargo de la reconstrucción, entonces el Ministerio de Vivienda recurrió a Proyecto Propio.

En conjunto con los vecinos, la municipalidad y la Armada, se diseñó un proyecto de reconstrucción que consistió en el traslado de 10.000 toneladas de material a la isla, instalación de una oficina y la construcción de las viviendas con los mismos vecinos, a quienes se les capacitó en construcción.

¿Qué te parece este modelo de mejoramiento de barrios? ¿Qué te gustaría mejorar del tuyo?

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Comentarios
Javiera Velasquez | 2018-02-13 | 16:41
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Creo que es un poco lo que persiguen el programa "Quiero Mi Barrio" y la fundación "Mi Parque": el que las personas puedan apropiarse de su espacio, y en algunos casos, reconocer que MERECEN un lugar mejor.

Me recordó la historia de esa señora en una población de San Ramón, que en uno de sus últimos episodios de depresión, agarró la escoba "para matar el tiempo": terminó barriendo todas las veredas de la población, un vecino alcohólico se le sumó porque lo encontró raro (y empezó a tomar menos, estaba ocupado barriendo), y al final terminaron haciendo arreglos incluso en una pasarela queestaba abandonada.

Quiso borrar un mural de la Garra Blanca, por ser de pandillas, y los tipos no la dejaron, hasta que le explicaron que era además un memorial para un amigo de la Garra, y llegaron a un acuerdo: pintaron el muro blanco ("albo") y dejaron un indio a un lado, el recuerdo del difunto.
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