educación, tecnologías, innovación, enseñanza
Imagen: César Mejías

La escuela tecnológica que enseña a los estudiantes a no temerle a los errores

Es gratuita, no exige examen previo, y permite que niños de entre 12 y 18 años aprendan animación, desarrollo de videojuegos, diseño web y cine con referentes mundiales de cada disciplina. Un éxito armenio que se está exportando a otros países.

Por Macarena Fernández | 2018-01-02 | 07:00
Tags | educación, tecnologías, innovación, enseñanza
"Lo más importante a la hora de formar a los jóvenes es no limitarlos porque, a pesar de que las ideas de una persona creativa no siempre van a funcionar, cuanto más creativo eres más posibilidades tendrás de alcanzar el éxito” (Marie Lou Papazian, directora de Tumo)
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Errar es humano, dicen. Claro, todos los humanos de este planeta se han equivocado y han metido la pata más de una vez en sus vidas, pero sabemos que lo importante es lograr aprender de estos errores y utilizarlos para mejorar.

Sobran los ejemplos de grandes logros que han surgido precisamente gracias a los errores de sus creadores. Steve Jobs creó Apple luego de varios fracasos. Bill Gates también metió la pata varias veces antes de crear Windows. A Walt Disney lo catalogaron de poco creativo y luego vino Mickey Mouse.

¿Por qué entonces en la educación los errores son calificados con nota roja y sólo los logros son reconocidos? ¿Por qué los fracasos son tan rechazados en nuestra sociedad?

En esto mismo es en lo que los multimillonarios armenios Sam y Sylvia Simonian quisieron enfocarse para crear Tumo el año 2011: el centro gratuito para enseñar tecnologías a niños entre 12 y 18 años; bajo la lógica de que todos los niños son creativos y que para aprovechar sus habilidades al máximo y dar rienda suelta a la creatividad es necesario e indispensable que cometan errores.

Sin necesidad de pagar un peso, ni rendir un examen previo o de demostrar sus habilidades; a la fecha, más de 7 mil adolescentes se han formado en Tumo en animación, desarrollo de videojuegos, diseño web y cine. Y hoy, la escuelita creativa que nació en Armenia, ya cuenta con cuatro sedes en el país y se pretende exportar prontamente al Líbano, Francia y Rusia.

Equivocándose se aprende el doble

Los Simonian son de la idea de que todas las personas, en igualdad de oportunidades, tienen el mismo potencial y que entregándoles las herramientas necesarias, el espacio adecuado y la oportunidad de aprender de verdaderos ejemplos, todos pueden lograr cosas grandes, innovadoras y creativas.

Así es como decidieron destinar sus recursos para crear este espacio de 6 mil metros cuadrados, con más de 450 estaciones de trabajo con computadores, más de 100 iPads, impresoras 3D, teclados musicales, cámaras de fotos y videos, una sala de cine profesional, una sala de videojuegos, laboratorios con equipos audiovisuales, entre otras facilidades.

Aquí es donde cualquier joven armenio puede pasar sus tardes, post colegio, para aprender habilidades creativas y tecnológicas. Lo único que deben hacer es inscribirse y esperar que los llamen.

"Teníamos que crear un lugar en el que los chicos se comunicaran entre sí. A mí me encanta el sistema educativo español, la libertad, el respeto, las asociaciones de padres, la apertura de mente… Todo eso quise aplicarlo aquí", señala Marie Lou Papazian, directora de Tumo.

En este centro, los jóvenes ejercitan su creatividad de forma gratuita y flexible en varios ámbitos. La animación, desarrollo de videojuegos, diseño web y cine son las cuatro áreas de trabajo. Pero también, de manera complementaria, realizan talleres sobre diseño gráfico, modelado 3D, programación, robótica, música, dibujo, escritura y fotografía.

Los jóvenes entran a Tumo, recorren los laboratorios y, según sus inquietudes y gustos, escogen un área para empezar, enfocadas siempre en el trabajo grupal: fabricación de muebles, proyectos fotográficos, diseño de empaque, diseño de juguetes, composición musical, impresión 3D, animación digital, diseño de moda, corte y confección, etc.

También acuden a workshops que imparten artistas llegados de otros países y especialistas de empresas globales como Disney o Pixar, y participan en programas trimestrales de la disciplina que elijan.

Distintos profesionales están presentes, respondiendo las dudas de los alumnos y guiándolos en sus proyectos y creaciones. La clave está en darles libertad, respetando el tiempo de aprendizaje de cada uno, presentándoles distintas problemáticas a resolver en cada área y permitiéndoles que se equivoquen una y otra vez, hasta que sean ellos los que encuentren la mejor solución, en equipo.

"Lo más importante a la hora de formar a los jóvenes es no limitarlos porque, a pesar de que las ideas de una persona creativa no siempre van a funcionar, cuanto más creativo eres más posibilidades tendrás de alcanzar el éxito y la creatividad siempre te enriquecerá como ser humano", señala la directora.

De esta forma, los alumnos que pasan por Tumo, logran realizar desafiantes proyectos que responden a las necesidades tecnológicas de la actualidad. Y así, luego de que se exponen a las cuatro áreas de enfoque del centro educativo, comienzan a concentrarse en una de estas áreas y trabajan en un gran proyecto final, egresando del centro con conocimientos y habilidades que ningún colegio del mundo entrega, y que podrán aplicar a futuro en sus vidas y carreras profesionales con éxito en las empresas más grandes de Armenia.

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