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Imagen: César Mejías

Este programa está ayudando a los hombres mexicanos a dejar la violencia contra las mujeres

Desde 2009 que en la organización mexicana Gendes, están realizando sesiones de reeducación para hombres que quieren cambiar su conducta violenta. Durante un año de terapia, logran aprender que es posible tener relaciones más igualitarias y democráticas entre hombres y mujeres. Aquí les contamos en qué consiste el trabajo que se está haciendo.

Por María Victoria Coutts | 2017-05-16 | 07:00
Tags | machismo, terapia, México, hombres, violencia de género, Gendes, Sernam.
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En 2015 surgió en Argentina el movimiento Ni Una Menos para protestar contra una ola de femicidios que afectaba al país, y luego fue replicado por chilenos, uruguayos, peruanos y mexicanos. La violencia de género es un tema que preocupa, que lamentablemente sigue afectando a mujeres de todo el mundo y que, en los últimos años, quizás con más fuerza que nunca, ha sido motivo de lucha.

Frente a este escenario, hay organizaciones que están tratando de ayudar para, de alguna forma, eliminar todo tipo de violencia hacia las mujeres. Una de ellas es la organización mexicana Gendes, que ofrece un programa para ayudar a los hombres a eliminar conductas machistas violentas en cinco ciudades mexicanas, y a nivel internacional el programa se está aplicando en Panamá, Uruguay y Estados Unidos.

Las terapias individuales y grupales a las que asisten hombres de distintas edades están haciendo que ellos tomen conciencia de que ejercen violencia y de los efectos que esto tiene para su entorno y ellos mismos.

“En Gendes aprendemos que las disculpas no sirven. Que no es suficiente por tanto dolor que has generado. Lo único que sirve es comprometerte contigo mismo a que no volverás a violentar a las personas que te rodean, y tomar acciones como pedir ayuda y venir a estos grupos”, asegura a un medio mexicano uno de los usuarios que asiste al programa.

Desde una perspectiva masculina

El objetivo del programa que realizan desde 2009 en Gendes, es promover la igualdad de género y la erradicación de la violencia contra las mujeres mediante el trabajo con hombres.

Buscan desarticular la violencia masculina por medio de procesos reeducativos, más que terapéuticos. El coordinador de metodología en Gendes, Ricardo Ayllón, cuenta a El Definido que, en todos estos años de trabajo, se han dado cuenta de que los espacios reeducativos para hombres son básicos para poder prevenir, atender y erradicar la violencia familiar. “Los hombres tenemos la posibilidad de desaprender para aprender otras maneras de ser, por medio del desarrollo de nuevas habilidades que promueven la convivencia entre hombres y mujeres desde un plano de igualdad, donde la violencia no sea la única ni la principal vía de construir vínculos”, dice.

Las sesiones

El modelo que utilizan está dividido en dos cursos con objetivos delimitados. El primer curso se enfoca en que el usuario logre identificar, analizar y detener las formas de violencia que ejerce contra la pareja y otras personas con las que se vincula frecuentemente.

Los tipos de violencia que los usuarios empiezan a identificar en este curso son la violencia emocional, física de contacto y alrededor, económica, sexual y verbal. “Esta última se desglosa en cosificación, menosprecio y amenaza”, explica Ayllón.

Además, se espera que puedan identificar las actitudes irresponsables que pueden reproducir cuando ejercen algún tipo de violencia contra las personas que interactúan.

Para que los usuarios puedan pasar al siguiente curso tienen que cumplir una serie de requisitos básicos como: dejar de cometer violencias físicas y sexuales, cumplir con un total de 26 clases en el primer curso de manera constante, apoyar de manera asertiva el proceso de otros usuarios, presentar un examen de evaluación sobre los conceptos básicos del modelo reeducativo y aplicarlos a una experiencia de violencia reciente. En la organización también pueden obtener información de la pareja del usuario y esta puede confirmar las observaciones que se tienen del participante.

Todos lo que cumplen con las condiciones anteriores pueden pasar al segundo curso, cuyo objetivo es lograr que los usuarios inicien un proceso de convivencia desde un lugar no violento, de intimidad y autosuficiencia. “Implica que los varones dejemos de relacionarnos con las mujeres y otras personas desde un lugar de privilegios, de poder y de solicitud de servicios que propician relaciones orientadas al control y dominio sobre ellas”, explica Ayllón.

Los resultados 

Luego de las sesiones, han podido identificar una disminución considerable sobre los tipos de violencia que reportan los usuarios. “Cuando un usuario inicia su proceso indica que las violencias que ejercen son de tipo emocional, verbal y físicas, pero a lo largo de sus cambios se observa que las violencias físicas y verbal disminuyen, quedándose para trabajar la violencia emocional”, asegura Ayllón.

En 2009, año en que comenzó el programa con 28 usuarios, estos fueron en promedio a cinco sesiones. Con el pasar de los años, los usuarios han mejorado su asistencia al programa. El año pasado ingresaron 156 usuarios y asistieron en promedio a 13 sesiones, es decir, a la mitad de las sesiones del primer curso.

El programa Hombres por una Vida sin Violencia del Sernam

Desde 2011 que existen en Chile los Centros de Reeducación de Hombres que Ejercen Violencia de Pareja (HEVPA), actualmente son 15 en el país, uno por región. Su objetivo es atender a hombres con conductas violentas para disminuir los niveles de violencia hacia las mujeres y así favorecer su seguridad y protección.

La mayoría de los hombres que llegan a los centros son derivados del sistema judicial, cerca de un 38% llega por voluntad propia y otros son derivados desde centros de salud.

Los hombres que reciben son aquellos que han ejercido violencia de mediana gravedad, cuando hay un caso de violencia grave es derivado a otra institución apta para atenderlos.

En los centros HEVPA ellos reciben la atención de profesionales, quienes se encargan del proceso reeducativo. “Los varones aprenden a deconstruir creencias, en base a visualizar una masculinidad alternativa a las formas de hegemonía, control y privilegios, por sobre las mujeres, que impera en ellos y se plantea a través de un proceso psicosocial”, dice el encargado nacional de los centros, Rubén Arenas, y agrega que en las sesiones de terapia aprenden conductas alternativas a la visión de relación que tenían anteriormente, las que les permiten desarrollar una calidad de vida mejor en sus relaciones afectivas.

El tratamiento comienza con una evaluación individual (preingreso) de 8 sesiones donde se ve si cumple con los requisitos para iniciar el tratamiento. Quienes pasan la evaluación, pueden continuar con las terapias grupales, donde el usuario se compromete a iniciar el tratamiento reeducativo de 12 meses aproximadamente.

Anualmente los centros de todo Chile atienden a cerca de 1150 hombres dispuestos a cambiar. Arenas asegura que más del 30% de quienes llegan a las sesiones grupales, completan el tratamiento y luego se les hace un seguimiento de nueve meses. Sin embargo, aún hay un porcentaje de abandono importante en el preingreso, cerca del 24%, a ellos también se les realiza un seguimiento a los 15 días y a los tres meses.

¿Conocías estos programas? ¿Crees que es un aporte positivo para eliminar las conductas violentas machistas de algunos hombres?

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marcela rosas | 2017-05-22 | 14:45
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Me sorprende la cantidad de ayuda que hay y que lamentablemente siga creciendo la violencia..es paradojal.
En todo caso, gracias
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