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cambio climático, Carbfix, Islandia, CO2
Imagen: César Mejías

Atrapado sin salida: científicos descubren cómo convertir el CO2 en piedra

En Islandia un grupo de científicos británicos ha conseguido evitar que el dióxido de carbono suba a la atmósfera solidificándolo, colaborando así en los esfuerzos internacionales contra el cambio climático.

Por Tomás Croquevielle @kroque1989 | 2016-07-19 | 15:00
Tags | cambio climático, Carbfix, Islandia, CO2
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Hace 11 años, los autores del informe sobre almacenaje de gases de efecto invernadero del Grupo Intergubernamental de Expertos en el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés), advirtieron es la necesidad de centrar nuestros esfuerzos en combatir este problema atrapándolo. Literalmente.

Siguiendo esas aspiraciones, un equipo de investigadores de la Universidad de Southampton (Reino Unido) encontró una manera rápida y eficiente de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. ¿Cómo? Transformándolo en rocas, para ayudar a contrarrestar los efectos sobre el cambio climático, un proceso llamado sublimación inversa. Los científicos del proyecto lo lograron inyectando el CO2 con agua en un subsuelo de roca volcánica, consiguiendo que éste se solidifique.

La iniciativa es parte del proyecto CarbFix, que se ha realizado en la central eléctrica de Energía geotérmica Hellisheidi, la instalación de su tipo más grande del mundo, en Reykjavik (Islandia) y sus resultados se publicaron recientemente en la prestigiosa revista Science.

La planta de Energía geotérmica de Hellisheidi, actualmente
 le entrega electricidad a todos los habitantes de Reykjavik.

Sublimación inversa sin fugas

Hasta antes de que se inventara este nuevo método, la única manera que existía de prevenir que el CO2 llegara a la atmósfera (además de evitar emitirlos) era reunirlo en forma de gas, pero esto implicaba una gran posibilidad de que este se fugara.

En una etapa prototípica del proyecto de la Universidad de Southampton, se inyectó CO2 puro en piedra arenisca, o acuíferos saldados de gran profanidad, principalmente pozos de petróleo y gas que ya no se estaban utilizando, con la idea de que las capas impermeables de las rocas sirvieran de protección para evitar que el dióxido de carbono se escapara.

Luego los investigadores mezclaron el CO2 residual y el agua para hacer un líquido levemente ácido que luego inyectaban a cientos de metros de profundidad en los basaltos volcánicos que conforman gran parte de la isla del Atlántico Norte.

El autor principal de la innovación, Juerg Matte ha asegurado que con esta nueva técnica, de las 220 toneladas de CO2 que se han inyectado hasta la fecha en el subsuelo de Islandia, el 95% se ha transformado en piedra caliza enmenos de 24 meses.Un resultado notablemente exitoso, considerando que bajo circunstancias normales, el dióxido de carbono puede tomar cientos de años para solidificarse y convertirse en mineral.

Usos futuros

Algunos de los investigadores del proyecto han afirmado que en un futuro, el dióxido de carbono podría ser almacenado directamente desde las centrales eléctricas de carbón, en lugares en donde haya una gran cantidad de basalto.

Lo que se debe resolver primero, es el problema del financiamiento, pues la captura del CO2 en estos casos y otros complejos industriales es todavía muy cara, y no existen actualmente incentivos para utilizarla, porque aún es considerada como un tipo de energía poco rentable. Además aún se carece de la infraestructura necesaria para bombear el gas al lugar en el que se enterraría (y obviamente como esto está comenzando, aún es costosa).

En el caso del proyecto CarbFix hace falta una cantidad sustancial de agua, unas 23 toneladas por cada tonelada de CO2 enterrado, aunque están convencidos que podría utilizarse el agua de mar, especialmente en de las zonas costeras.

La buena noticia es que el método desarrollado por los científicos islandeses tiene la ventaja de costar solo unos 30 dólares por tonelada (unos 19 mil CLP), mientras que otros procesos alternativos pueden llegar a valer hasta 130 dólares la tonelada, lo que podría atraer la inversión privada y/o pública.

Por otro lado, los autores del proyecto creen que, una vez que la tecnología y la ingeniería necesaria estén listas, lo único que hará falta para que este método se masifique, será la voluntad política.

Limitaciones y desafíos a enfrentar

Tenemos que ser realistas, esta es una gran innovación, pero aún hay otros obstáculos que superar para hacerla una solución aplicable en grandes cantidades en el mediano plazo. Además del tema del financiamiento, existen los siguientes asuntos a considerar.

Como está actualmente diseñado este nuevo método, se requiere mucho basalto para que funcione, y aunque Islandia está constituida en su mayoría por esta roca, de acuerdo a los científicos, solo el 10% de las rocas continentales del mundo están compuestas de basalto. Aunque afortunadamente, el suelo del océano sí está compuesto en su mayor parte por basalto, y así las plantas podrían utilizar el agua del mar para bombear el carbono hacia el fondo del océano.

También existen dudas de que, si las cantidades de CO2 que se pueden almacenar bajo tierra aumentan, la efectividad se mantenga, y éste no se fugue, por lo que algunos consideran que aún falta experimentación con cantidades mayores.

Por otro lado, existen consideraciones medio ambientales, puesto que aunque el basalto accesible pudiera alojar grandes cantidades CO2, existe el peligro de que el mecanismo de inyección de agua podría desestabilizar el suelo, causando terremotos.

Todo aporte es bienvenido

Esas y otras incógnitas sugieren que hay mucho trabajo e investigación por delante, por lo que esta innovadora solución para acabar con el exceso de contaminación atmosférica no verá su fama tan rápido. Pero no se desanimen, dependiendo del éxito de la investigación y el desarrollo del nuevo método, se podrá estimar su aplicabilidad futura.

A estas alturas, estamos produciendo cada año, más de 40 mil millones de toneladas de dióxido de carbono, por lo que contar con esta herramienta, por muy imperfecta que aún sea, para reducir las emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera, es un gran avance en la lucha contra el cambio climático. Y hay esperanzas, ya que actualmente el proyecto ha dejado su etapa experimental y se están inyectando de forma rutinaria cantidades cada vez mayores de CO2 en el subsuelo islandés.

¿Qué te parece esta solución? ¿Crees que podría ser común en el futuro?

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Comentarios
Racuna Matata | 2016-07-19 | 15:47
1
¿O sea que pronto le lanzarán c02 a los pacos?
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Patricio Meneses | 2016-07-20 | 09:40
0
Te ganaste tu nerd y subversivo like!
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