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Imagen: César Mejías

¿Estamos criando pequeños codiciosos al recompensar materialmente a los niños?

Ese dulce por haber realizado una buena acción o ese juguete nuevo por haberse sacado una estrellita en el jardín, parecen acciones inofensivas hacia los más chicos, pero según un estudio, esto podría no ser tan así.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2016-04-29 | 07:00
Tags | papás, niños, criar, regalos, avaricia, refuerzo, positivo, negativo

Durante mi infancia tuve que acompañar a mi mamá durante todos los domingos a misa. Y la verdad es que parecía una hazaña titánica el poder quedarme quieto durante una hora en medio de una ceremonia religiosa (aunque ahora también lo sería). Pero como mi señora madre no era tonta, condicionaba la posibilidad de jugar con mi Super Nintendo a la vuelta si es que me portaba bien. Así que si me quedaba tranquilo, podría gozar de una tarde de domingo jugando Mortal Kombat. Si no, tenía una prohibición de acercamiento a mi querida consola.

No es por quitarle mérito a mi mamá, pero en realidad esa técnica es más antigua que el hilo negro. Además, se puede encontrar en otras formas y sabores. Lo que ella hacía se llama refuerzo negativo según la psicología. Y también existe algo similar, pero al revés: el refuerzo positivo.

Este consiste en premiar aquellas actitudes o comportamientos que son considerados correctos, con la idea de que el sujeto premiado entienda que lo que hizo está bien y que, posiblemente, lo repetirá con mayor frecuencia. Y tiene mucho sentido, ¿no?

Un momento…

Lamentablemente, hace poco se publicó una investigación que podría entregarnos un fatal diagnóstico: los papás lo están haciendo mal. El artículo que lo sugiere fue publicado en la revista Child Development bajo el nombre Extrinsic Rewards Diminish Costly Sharing in 3-Year-Olds (algo así como “Las recompensas extrínsecas disminuyen la capacidad de compartir en niños de 3 años”).

Este consta de dos estudios enfocados en determinar el comportamiento de los menores de tres años y cómo inciden las recompensas materiales (refuerzo positivo) en su manera de relacionarse con los demás. Sobre todo en cuanto a su capacidad de compartir cosas que para ellos signifiquen un sacrificio. Y en ese sentido, lo que concluyeron es que este tipo de premios inciden negativamente en ellos.

Para esto, partieron de la base (y los citan en el estudio) que hay diversos documentos científicos que aseguran que los niños desarrollan desde una muy temprana edad la capacidad de confortar o ayudar a otros que se encuentren en necesidad. Incluso explican que hay evidencia que sugiere que los infantes están generalmente inclinados a compartir sus recursos de manera equitativa en situaciones grupales. Pero lo que plantea esta nueva investigación es que esos tipos de comportamientos se ven afectados cuando se ponen entre medio recompensas materiales y superfluas.

¿Cómo llegaron a esa conclusión?

La investigación requirió de una serie de experimentos con una muestra total de 96 pequeñines de tres años. En un caso, a todos se les entregaron bolitas (canicas o polquitas, dependiendo de dónde seas) y el propósito era que las compartieran con una marioneta manipulada por una persona.

Para esto se organizó un esquema de juego en el que se le entregaron tres bolitas al niño y una a la marioneta. Si la primera reacción de los niños no era regalar alguna de sus bolitas para equilibrar la balanza, el muñeco hacía evidente la situación al decir frases como “Sólo tengo una bolita”.

Si esto no hacía que el niño le entregara una, el personaje decía algo tipo “Quiero tener tantas bolitas como tú”. Y si eso todavía no lograba conmover el corazón del pequeño de tres años, el muñeco iba directo al grano y le preguntaba “¿Me darías una?”.

Por suerte, al menos la mitad se dio cuenta de la desigualdad sin la necesidad de que la marioneta se los dijera. Pero la trampa del asunto era que cuando entregaron una bolita, a algunos no se les dijo nada. A otros, se les agradeció diciendo “¡Gracias por compartir esa bolita conmigo! Eso fue muy lindo”. Finalmente, otro grupo de “afortunados” fue recompensado con regalos como un globo, una pulsera o una goma de borrar con forma de animal.

¿Qué resultados dio?

Al rato después hicieron tres juegos del mismo estilo, pero diferentes entre sí. ¿Los resultados? “Los niños siguieron tratando de emparejar las situaciones desiguales después de haber recibido una respuesta neutral o de agradecimiento, pero después de haber recibido recompensas materiales comenzaron a compartir con menor frecuencia”, asegura el estudio.

Incluso repitieron el mismo procedimiento, pero esta vez sin marionetas, sino que con personas imparciales. En ese nuevo escenario, los niños que fueron recompensados por su comportamiento continuaron la tendencia de compartir menos que los demás.

Esto significa que los niños a los que no se les dijo nada o simplemente se les agradeció, siguieron compartiendo sus cosas a raíz de su motivación intrínseca para hacerlo. En cambio, quienes experimentaron la gracia de recibir un premio a cambio, se volvieron más avaros y dejaron de compartir tanto como antes.

Lo que sugiere el estudio

Hay que tener presente que el objeto del estudio era sólo respecto a los niños de tres años, por lo tanto, todas las conclusiones o hipótesis que surgen a raíz de este son considerando esa edad en particular. De todos modos, la investigación plantea que los padres y los educadores deberían confiar en las motivaciones intrínsecas de los niños. Sobre todo si consideramos que el altruismo aparece de forma innata en el ser humano y a muy temprana edad.

También se plantea que es importante fortalecer el espíritu de autonomía y las aptitudes de los niños lo más posible, en vez de proveerles incentivos materiales superfluos que en algunos casos incluso podrían llegar a tener efectos negativos.

¿Premias/premiarías así a tus hijos? ¿Estás de acuerdo con el estudio?

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Comentarios
Matias Lazcano | 2016-04-29 | 09:33
2
Cito: "el altruismo aparece de forma innata en el ser humano y a muy temprana edad".
¡Que gran frase! Años defendiendo que el ser humano es más bien bueno por naturaleza, cuando todos descansan en la maldad como principio.
¿Algún paper que lo argumente?

¡Muchas gracias por este artículo!
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Rodolfo Westhoff | Colaborador | 2016-04-29 | 09:52
0
¡Hola Matías! En el estudio citan, entre otras, a esta investigación http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1532-7078.2010.00041.x/abstract
Aunque está en inglés y para leerlo completo hay que pagar :(
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Matias Lazcano | 2016-04-29 | 13:50
0
¡Muchas gracias Rodolfo! Le echaré una leída.
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