Consumismo, lowsumerism, comprar, publicidad, mercado, sociedad, tendencia
Imagen: César Mejías

Lowsumerism: la tendencia que se opone al consumismo

¿No estoy queriendo de alguna forma ser parte de un grupo o queriendo reafirmar mi personalidad al comprar esto? Es una de las preguntas que hay que hacerse antes de llegar y comprar porque sí.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2016-03-11 | 07:00
Tags | Consumismo, lowsumerism, comprar, publicidad, mercado, sociedad, tendencia

A más de uno le ha pasado que cuando sale al mercado un smartphone de último modelo, su cerebro empieza a enviar unos constantes y molestos mensajes diciendo: “comprar, comprar, comprar", a través toda clase de sutiles excusas para justificarlo, como "se está poniendo lento mi teléfono", "necesito una pantalla más grande", "la batería no dura tanto", "me merezco esto". A veces se puede resistir a la tentación, sobre todo dependiendo de lo que diga el bolsillo y el estado en que se encuentre tu teléfono actual. Pero en otras, el deseo es incontenible (incluso si ya tienes un buen celular) y es ahí cuando el consumismo ganó la batalla.

Pero hay una tendencia que sugiere exactamente lo contrario: el Lowsumerism (que viene de Low Consumerism o bajo consumismo). El concepto fue acuñado por la empresa de investigación brasilera Box1824, que se especializa en tendencias de consumo y comportamiento. En pocas palabras, lo que pregona el Lowsumerism es ser más consciente y consumir menos, para así romper el círculo vicioso del consumismo. Aunque para entender bien de qué se trata, primero es necesario saber cómo se gestó su gemelo malvado.

¿Cómo nace el consumismo?

Según la investigación de Box1824, todo comenzó con la Revolución Industrial a fines del siglo XVIII. El mundo repentinamente obtuvo la capacidad de crear productos a gran escala y de manera masiva. Pero para que la revolución funcionara, también era necesario crear mayores necesidades en la población.

Y es que no bastaba con producir más: la gente también tenía que consumir más. Así que fue a partir de ahí que se comenzó a instar a las personas a comprar más de lo que realmente necesitaban.

Después llegó el boom del crédito y la publicidad en los años ’20 (antes de la Gran Depresión). Las industrias comenzaron a experimentar una mayor competencia entre ellas, por lo tanto, surgió también una reñida lucha publicitaria. Por lo mismo, las cosas se volvieron más asequibles para la mayoría de las personas, junto también con la cultura de “compra ahora y paga después” que las tarjetas de crédito lograron instaurar.

De ahí, en los ’50 se consagró la idea del Sueño Americano. La típica casa de dos pisos de las películas estadounidenses, en los suburbios, con una cerca de madera blanca, un refrigerador abarrotado de comida, un auto y 2,5 hijos (en promedio) se transformaron en un modelo a seguir para muchos: desde países emergentes hasta aquellos que fueron devastados por la Segunda Guerra Mundial.

Finalmente, en los años ’80 y ‘90 se desarrolló la segmentación de la industria publicitaria. Se comenzó a dividir a la gente en nichos o grupos de acuerdo a las características que poseen, para así poder llegar más directamente a la gente.

De la economía compartida al Lowsumerism

Ante la evidencia del deterioro ambiental, el calentamiento global y otra serie de estragos que nuestro estilo de vida ha provocado, mucho del esfuerzo de las últimas décadas se ha puesto en el consumo de "productos sustentables". Es decir, en seguir comprando productos, tal como lo hemos hecho siempre, pero que estos se fabriquen con menor cantidad de materiales y que sean reciclables o, al menos, menos dañinos para el medioambiente. Esta lógica, sin embargo, no resulta suficiente para combatir el problema. No sólo se necesita consumir productos menos dañinos, se necesita consumir menos.

Luego, desde el 2010 se comenzó a gestar una nueva mentalidad de consumo: la economía de acceso, que se basa en tener acceso a un servicio, en vez de poseer el producto que lo provee (como Netflix, Bikesantiago, Spotify, etc. que te proveen de cine, transporte, música, sin necesidad de comprar las películas, bicicletas, canciones) y la economía compartida, similar a la anterior, pero que consiste en compartir nuestras posesiones para que otro no tenga que comprarla (como Couchsurfing, AirBnb o Uber, en que los dueños de viviendas y vehículos los arriendan o prestan a otros usuarios).Y aunque no necesariamente disminuye nuestros deseos de consumo, sí influye en reducir la posesión material; sentando así las bases de lo que es el Lowsumerism.

Y es que esta tendencia se trata de limitar nuestros comportamientos consumistas tanto como un factor social como de medioambiente. La idea es darnos cuenta que no necesitamos comprar tanto para sentirnos bien. Y que haciendo eso, también estamos ayudando al planeta (pensando en el exceso de plástico, las baterías desechables y un larguísimo etc.)

En definitiva, el Lowsumerism se basa en tres aspectos. El primero es pensar bien antes de comprar. El segundo es buscar alternativas a la compra, con menor impacto sobre los recursos naturales (como el intercambio, arreglar algo defectuoso o incluso fabricar las cosas uno mismo).Finalmente, el tercero es aprender a vivir con lo necesario.

Preguntas para bajar el consumo

Para lograr lo anterior, el estudio de Box1824 sugiere una serie de preguntas que nos pueden ayudar a acabar con el consumismo y adoptar este nuevo comportamiento. Estas deberían ser planteadas antes de enfrentarnos a una compra, para permitirnos enfrentar las diferentes estrategias del mercado que nos hacen sentir que necesitamos más cosas. Esas son las siguientes:

  • 1.¿Realmente necesito esto?
  • 2.¿Puedo pagar por esto?
  • 3.¿No estoy queriendo de alguna forma ser parte de un grupo o queriendo reafirmar mi personalidad al comprar esto?
  • 4.¿Sé el origen de este producto y dónde irá a parar después?
  • 5.¿Estoy siendo influenciado por la publicidad?
  • 6.¿Esta compra perjudica al planeta? ¿Cuántas de estas compras podría soportar el planeta en el largo plazo?

La investigación también asegura que, como sociedad, el consumismo es un comportamiento del que nos sentiremos avergonzados en unos años más. Sobre todo porque, según el estudio, el Lowsumerism es una tendencia que va avanzando con fuerza y que incluso las marcas internacionales le están poniendo los ojos encima.

¿Crees que podrías tener un estilo de vida así?

¿CÓMO TE DEJÓ ESTE ARTÍCULO?
Feliz
Sorprendido
Meh...
Mal
Molesto
ESTADÍSTICAS: APOYO A FRASES DE ESTE ARTÍCULO
Estas estadísticas sólo se le muestran a los usuarios que ya han dado su opinión con un click sobre alguna de las frases rojas destacadas en el texto del artículo.
Comentarios
Daniela Asenjo | 2016-03-11 | 12:09
6
Bueno, debo decir que nunca he sido consumista. Si tengo cash, compro. Si no... (cosa que me gustaría comprar) fuiste buena. De echo tengo 27 y recien el año pasado saque una cuenta corriente (y sin línea de crédito).

Lo fomeque de todo esto, es que las instituciones "castigan" por no bancarizarte desde jóven, por lo que ahora no puedo pedir crédito (hipotecario), porque no tengo comportamiento bancario. Es decir, desde joven tengo que ser consumista, para que todo el mundo sepa que pago las cuotas al día. Muchas veces, esto lleva a ser iresponsable con las lucas, porque las personas se ponen a gastar lo que no tienen (todo por el cupo en la línea de crédito, que no saben usar) y después andan desesperados intentando pagar.

En el fondo, siento que obligan un poco (mucho) a comportarte de modo consumista. De echo, voy a tener que sacar línea de crédito y comenzar a pagar en 3 (cómodas) cuotas, sin interés.

D=

responder
denunciar
apoyar
Enrique Ulloa | 2016-03-11 | 12:56
0
Bienvenido!
responder
denunciar
apoyar
Roberto Inostroza Vallejos | 2016-03-11 | 15:30
0
No es necesario ser consumista para estar bancarizado, yo tnego 29 y tengo cuenta corriente con linea de credito y tarjetas bancarias desde los 19, nunca he estado sobre endeudado y la tarjeta (solo tengo una tarjeta de credito y es la del banco, y 0 tarjeta de casa comercial) recien las empece a ocupar cuando ya llevaba un tiempo trabajanddo, al final va en como es uno, igual conozco gente que apenas tuvieron acceso al credito empezaron a reventarlas tarjetas y terminaban sacando plata en X lugar para pagar la cuota en Y.
responder
denunciar
apoyar
Daniela Asenjo | 2016-03-11 | 17:22
0
Bueno, en vdd me refería a quienes no saben usarlas, como dices tu. Y de igual forma el requisito que piden los bancos es que uno use la línea de crédito. Si la tienes y no la usas... da igual, porque no vas a tener el mentado "comportamiento bancario".
responder
denunciar
apoyar
Germán Trapp | 2016-03-11 | 13:15
2
Siempre he sido un pordiosero en ese sentido (hasta mis amigos me lo refriegan), si me compro ropa es ropa útil, el que se vea bien es un plus, si no hay utilidad no, tengo dos pares de zapatillas (unas para treaking y las otras que las ocupo para salir y hacer deportes), el celular que tengo es el que mi hermano dejó de usar. ¿Para qué necesito comprar uno si uno usado cumple mis necesidades?
Lo único por lo que realmente gasto dinero es por videojuegos y libros, aaah pero espero las rebajas de verano para comprarlos, y además es por un tema ético, los juegos que compro son los juegos que alguna vez jugué de manera pirata por no tener el dinero. Y para los libros me abstengo, primero me preocupo de saber una buena reseña o de un libro que realmente quiero.
responder
denunciar
apoyar
Felipe Lazo | 2016-03-12 | 16:09
2
Me pregunto si no serás mi hermano gemelo. Mi teléfono es una BB que mi papá dejó de usar, ¿pero saben? Sirva para hacer llamadas, enviar y recibir SMS. En libros, compraba usados y puros clásicos, pero hacerme el tiempo de ir a comprarlos era un gasto en tiempo o en dinero (pasajes), así que ahora vivo a puro Bibliometro.
responder
denunciar
apoyar
Daniela Asenjo | 2016-03-14 | 09:15
0
Siii... ¡Amo Bibliometro!. Pero el que está en la estación de metro que tomo, aún no abre!

:(
responder
denunciar
apoyar
Peter Traicer | 2016-03-11 | 17:45
0
Bueno, a mi me gustaria tener mas plata para ser mas consumista en todo caso, pero como no tengo el dinero, me aguanto. Sobretodo porque no quiero endeudarme ni apresarme en algo que me podria arruinar. Y las unicas tarjetas que acepto, son de Debito, por eso mismo.

Pero como dijo alguien arriba, las cosas que quieres te obligan a ser consumista, ya que si quiero comprar facilmente por internet, ya tengo que tener una tarjeta para eso y me molesta un poco que me obliguen en eso.
responder
denunciar
apoyar
Jair Ferrera | 2016-03-15 | 00:35
0
Estaba leyendo este artículo muy concentrado, de pronto mire a los costados de la pantalla, llena de publicidad de cosas que no necesito.

Ah, y de hecho ya me avergüenza un poco el consumismo.
responder
denunciar
apoyar
Pablo Correa | 2016-03-15 | 12:19
0
Interesante artículo. Yo sigo esa tendencia hace unos meses. He aprendido a vivir con poco, priorizando el buen uso del tiempo libre en actividades significativas y ahorrar los excedentes. Eso con el fin de llevar una mejor vida y retirarme alrededor de los 40.
De hecho, sigo los consejos de este blog. Para el que le interese, dejo link: http://www.mrmoneymustache.com/
responder
denunciar
apoyar
den l | 2016-03-18 | 09:49
1
Todo esto está estudiado por algo llamado "teoría de decisiones" (le llaman también neuro-márqueting) y es un estudio interdisciplinario que estudia el comportamiento económico humano.
El cerebro utiliza energía para cada una de sus actividades, y es un ejercicio extra detenerse a pensar e inhibir el impulso de comprar. Esto es igual a nosotros cuando debemos ir al gimnasio pero sentimos el impulso de quedarnos acostados en el sillón viendo netflix, y hay que hacer un esfuerzo extra para obligarnos a levantarnos. Lo mismo le ocurre al cerebro: cuando ves ese celular soñado, el impulso de tenerlo es tan fuerte que inhibir ese impulso requiere de un esfuerzo extra. (tranquilos que esto se puede revertir, mientras más controlemos nuestros impulsos, menos nos costará la próxima vez)

PD: Recordemos a La Polar estafó a mucha gente, ¿los consumidores lo castigamos? no! La Polar sigue existiendo tranquilamente porque el deseo de comprar es muchísimo más fuerte.
responder
denunciar
apoyar
* Debes estar inscrito y loggeado para participar.
© 2013 El Definido: Se prohíbe expresamente la reproducción o copia de los contenidos de este sitio sin el expreso consentimiento de nuestro representante legal.