Los protestantes de Hong Kong han intentado difundir la situación que están viviendo en la ciudad desde hace más de tres meses. Quisieron compartirlo a través de videos de YouTube, pero China bloqueó la red social. Narrar minuto a minuto las marchas pro-democracia por Twitter, pero el gigante asiático también lo bloqueó. Propagar mensajes para que dieran vuelta al mundo por Facebook, pero no corrió una suerte distinta la empresa de Mark Zuckerberg. Finalmente, cuando las autoridades impidieron que los ciudadanos tuvieran acceso a Instagram para subir imagenes de la situación, uno de los líderes de la revolución de los paraguas, Joshua Wong, habló.

El activista hizo un llamado a utilizar "Firechat", una aplicación que funciona sin necesidad de internet, independiente del control gubernamental, utilizando las antenas de Bluetooth y Wifi. Un día después del llamado, la app había sido descargada 100.000 veces. Dos días después, 200.000. De este modo, los manifestantes lograron coordinarse y burlar el cerco estatal, aunque el nuevo sistema sigue siendo vulnerable, pues así como tiene de positivo que opere a través de p2p (peer-to-peer) y aumente su rango de cobertura mientras más dispositivos móviles hayan conglomerados, también tiene como desventaja que los mensajes no son encriptados, por lo que cualquier autoridad de las fuerzas del orden tiene la opción de incorporarse a alguno de los 2 millones de chats que se han formado, siempre y cuando estén cerca del rango de red, y van a seguir teniendo esa alternativa.

La app funciona de la siguiente manera: La descargas y te haces un breve perfil con tu correo electrónico y un seudónimo. Luego, te muestra los chats que se están produciendo a un radio de 70 metros a tu alrededor, mientras más personas estén usándola via bluetooth, más se amplía el espectro. Sin restricciones, ingresas al grupo de conversación que quieras y puedes leer lo que se ha dicho anteriormente y participar.

Lo bueno, es que resulta casi imposible que las autoridades chinas bloqueen esta plataforma de comunicación, porque para lograrlo, tendrían que bloquear las redes móviles en ciertos sectores de la ciudad, y como gran parte de las protestas ocurren en el centro financiero de Hong Kong, no van a correr el riesgo de dejar incomunicados a los ejecutivos de esa área.

La penetración de FireChat en Hong Kong es 25 veces superior a la que obtuvo cuando Taiwán, bajo las mismas circunstancias de bloqueo, tuvo sus manifestaciones estudiantiles en marzo pasado.

La situación actual en la ciudad asiática tiene a los manifestantes divididos. A un día de que expire el ultimátum que puso el Ejecutivo de Hong Kong respecto a abandonar las calles cercanas a la sede central de gobierno, los protestantes del Occupy Central, accedieron a la petición, mientras que los activistas más radicales se niegan a ceder y aseguraron que no dejarían las calles hasta que alguien los sacara a la fuerza.