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Imagen: Social Enterprise UK

¿Mercado o Estado? Esta puede ser la solución

Peter Holbrook visitó nuestro país para compartir con emprendedores sociales locales, la estrategia que siguió el Reino Unido para potenciar un nuevo tipo de empresas, que promete rescatar lo mejor del mundo privado y el público: La Empresa Social.

Por Marco Canepa @mcanepa | 2013-12-20 | 18:10
Tags | empresas sociales, empresas B, negocios, mercado, estado, RSE

Para unos, el mercado es la fuente de todos los males. La voracidad mercantil abusa de los ciudadanos y los transforma en números, eliminando toda su humanidad, endeudándolos, engañándolos y discriminándolos según su nivel de ingresos. Para quienes así piensan, la solución es el Estado, que tiene (o debería tener) como primera misión el bienestar de todos los ciudadanos. Cuantos más servicios pueda proveer este último, mejor estaremos, dicen.

Para otros, es justo al revés. El Estado es una monolítica e ineficiente máquina, plagada de burocracia, contradicciones y corrupción, que no es capaz de hacerse cargo lo suficientemente rápido y con la necesaria flexibilidad de las necesidades de los ciudadanos. Peor aún, su ineficiencia y alto costo hace insostenible en el tiempo la provisión de las diversas seguridades sociales que aspira cubrir. Para este grupo, la respuesta se encuentra en el mercado y la empresa privada, en la que ven eficiencia, flexibilidad y variedad de respuestas.

¿Quién tiene razón? Probablemente ambos y ninguno. En una realidad compleja e imperfecta, tanto los méritos como las deficiencias de ambos sistemas son reales. Hay munición para ambas posturas. Nos encontramos en lo que aparenta ser un callejón sin salida, pero existe una tercera posibilidad, llevada con éxito en el Reino Unido, que puede sacarnos del debate en que estamos entrampados.

La salida inglesa

Como casi todos los países europeos, Inglaterra se vio hace algunos años en una encrucijada: Los crecientes gastos en seguridad social y sus menguantes ahorros, agravados por frecuentes crisis de los mercados, hacían imposible para el Estado sostener la provisión de salud, educación, pensiones y demás beneficios a los que los británicos estaban acostumbrados. Por otro lado, los frecuentes escándalos que afectaban a las empresas y privados, sumados a la desconfianza hacia el mercado por parte de la ciudadanía, hacían impresentable traspasar dichos servicios a las empresas. ¿Qué hacer?

El año 1997, el entonces Primer Ministro Tony Blair se paró frente a las cámaras y anunció el compromiso de su gobierno de apoyar con fuerza a un nuevo tipo de negocios que ponen a las personas por delante de los ingresos: Las Empresas Sociales. 

16 años después, Inglaterra se ha consolidado como el país con la legislación más avanzada en la materia y un mercado cada vez más maduro para las que allá se denominan oficialmente Empresas de Interés Comunitario, al punto que ya suman más de 70.000 de ellas, las que aportan no menos del 10% del producto interno bruto del país.

¿Qué diferencia a las Empresas Sociales?

No existe una única definición de lo que es una Empresa Social, pero en pocas palabras, se trata de empresas que, buscan de manera primordial resolver problemas sociales y/o ambientales, pudiendo o no tener fines de lucro. Lo clave es que son (o buscan ser) autosustentables y que el lucro no es lo importante, sino cómo se obtiene.

A diferencia de las empresas tradicionales, que se dedican primordialmente a su negocio y traspasan a un área de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) la tarea de "compensar" a la sociedad por su impacto negativo de su core-business, las Empresas Sociales establecen en sus estatutos y modelo de negocios su compromiso con el bienestar social y ambiental, y buscan activamente que todas las partes de su negocio apunten en esa dirección.

En Chile este tipo de empresas ya existen y las conocemos como Empresas B.

Negocio, no juego de niños

Con ocasión del "Día de la Empresa Social", nos visitó uno de los principales impulsores del modelo de empresas sociales en el mundo, Peter Holbrook, director ejecutivo de Social Enterprise UK , agrupación que reúne 20 mil empresas sociales y partidarios en ese país.

En su dinámica y entusiasta presentación, Peter demostró que el sector, lejos de ser un pequeño grupo de idealistas, se ha transformado en un exitoso caso de negocios, produciendo ya el 10% del PIB del bloque. Sólo en el Reino Unido, 70 mil empresas sociales dan trabajo a 2 millones de personas, 39% de las cuales vive en zonas marginales. Las empresas del sector crecieron 59% el año pasado, en comparación con el 28% de las pymes tradicionales. Lo más impresionante de todo, 3 de cada 4 empresas sociales incluyen a sus beneficiarios en su propia administración.

¿Cómo lo hicieron? Lo que Chile puede aprender de Inglaterra

Peter destacó las principales medidas que el Reino Unido ha implementado para alcanzar semejante éxito. Algunas de las más interesantes son:

  • Estructuras gubernamentales:

    El Departamento de Comercio e Industria creó en 2001 la Unidad de Empresas Sociales para potenciar este tipo de entidades y promover leyes en su beneficio.

  • Reconocimiento y fomento legal:

    El año 2005 se creó la figura legal de las Compañías de Interés Comunitario (CICs), para dar reconocimiento oficial a este tipo de empresas.

    Luego, el año 2009, para fomentar que trabajadores estatales emprendieran sus propias empresas sociales, se estableció el "Right to request" que establece el derecho de un trabajador a solicitar flexibilidad laboral a su empleador, el que puede tomar varias formas: Trabajo a distancia, medio tiempo, dividir el trabajo con otra persona, horarios flexibles de entrada y salida, trabajar cierta cantidad de horas al año (el trabajador decide cómo organizarlas) y modificación de edad de jubilación

    Así, para el 2011 se estableció el objetivo de que 1 de cada 6 empleados del sector público trabajaran en empresas sociales de propiedad de su propio personal.

    Además, el mismo año se estableció el "Community Rights to Challenge " (derecho comunitario a desafiar), que es el derecho de la comunidad a tomar el control de un servicio que lo está haciendo mal, si presentan un mejor plan de negocios. Si la autoridad aprueba el plan, el control del servicio pasa a manos de la comunidad o grupo de interés.

    Por último, el año pasado (2012) se aprobó el "Public Services (Social Value) Act" que introduce a las compras públicas un criterio social. Es decir, ya no se compra sólo al oferente más barato, sino que también se considera el impacto social de la compañía.

  • Fondos:

    El dinero es siempre un tema en el emprendimiento y aquí el Reino Unido no se ha quedado corto, creando de manera privada y pública diversos fondos de inversión.

    UnLtd es una fundación que comenzó a ofrecer fondos concursables por 100 millones de libras (164 millones de dólares), redes y apadrinamiento a emprendedores sociales el año 2000 y se sostiene sobre el aporte de cientos de organizaciones privadas.

    Le siguió el Social Enterprise Investment Fund, fondo de inversiones por 100 millones de libras, para empresas sociales nuevas y existentes, dedicadas a provisión de servicios de salud y sociales. Este fondo fue establecido por el gobierno el año 2009.

    Finalmente, el 2012 se estableció la Big Society Capital, un verdadero banco de inversiones dedicado a financiar empresas sociales, con 600 millones de libras (casi mil millones de dólares).

  • Coordinación y concientización

    El gobierno británico, a lo largo de los años, ha ido dando reconocimiento público a estas empresas, partiendo por el discurso de Tony Blair en 1997, al que siguió un manifiesto de todos los partidos políticos del país, comprometiéndose a apoyar la empresa social, el año 2010. Ese mismo año, la Reina se refirió por primera vez a este tipo de empresas.

    Este año, el primer ministro David Cameron lanzó el "G8 Social Investment Taskforce" que busca potenciar a las empresas sociales en todos los países del G8 (Alemania, Canadá, EEUU, Japón, Francia, Italia, Reino Unido y Rusia).

    Todo esto, gracias al trabajo coordinado que han realizado los emprendedores sociales, a través de su coalición, la Social Enterprise UK, que fundaron en 2002 y que Peter Holbrook representa.

    Juntos crearon la campaña "Buy Social" que busca fomentar el consumo de productos y servicios de empresas sociales. 

Los desafíos para Chile - Peter aconseja

El Definido aprovechó de hablar con Peter Holbrook en su reunión con empresas sociales en la Casa B, sede de Empresas B, para preguntarle sobre el éxito de su movimiento y los desafíos que enfrentan los emprendedores chilenos.

- ¿Cómo se logra convencer a los políticos de apoyar este tipo de empresas?

Según explica Peter, las empresas sociales hacen sentido a todos los sectores políticos, todo consiste en plantear el tema de manera correcta. La izquierda desconfía de las empresas tradicionales y el lucro, por lo que fomentar un nuevo tipo de empresas con preocupación social como principal objetivo, hace sentido para ellos. Por otro lado, la derecha engancha con la idea de que los servicios sean ofrecidos por privados, de manera sustentable y sin recargar más los fondos públicos.
"No vayas a pedirles a ellos que te ayuden, ve y diles nosotros te podemos ayudar con esto", dice Holbrook. "En el fondo, estás ofreciéndoles hacer parte de su trabajo".

- ¿Quiénes se podrían oponer al desarrollo de estas iniciativas?

"Los más desconfiados suelen ser los sindicatos", explica Holbrook, señalando que estos ven como una amenaza a sus fuentes de trabajo lo que ven como una privatización de los servicios públicos. "Sin embargo, esto se puede combatir dándoles participación y control en la empresa social. Es difícil oponerte a algo que tú mismo controlas".

El otro grupo que suele mostrar resistencia, son los sectores más extremos e ideologizados, que desconfían profundamente de todo el sector privado. 

- ¿Y cómo se logra que los empresarios se transformen a este modelo de negocios?

Peter recomienda hacer ver a los empresarios que los negocios que no están operando como empresa social, están fracasando: sus inversionistas no quieren meterse para evitar polémicas, sus trabajadores están buscando otros empleos y sus clientes los castigan cuando sus malas prácticas se hacen conocidas. Así, las empresas sociales pueden restaurar la confianza de la ciudadanía hacia las empresas.

"No debemos dar una razón moral para que cambien los negocios, debemos dar una razón comercial para cambien los negocios", destaca el experto, señalando que las empresas sociales deben demostrar con casos de éxito su potencial de triunfar en los negocios. "No vas a cambiar el mundo haciendo artesanías", indica. "Deben ser ambiciosos en sus objetivos".

Para esto, un factor relevante es la medición de impacto global, es decir, resultados económicos, sociales y ambientales.

Adicionalmente, recomienda ofrecer asesorías a las grandes empresas, enviando emisarios para introducirse en ellas y mostrarles todo el potencial que tienen para reducir su huella social. "Que vean que hacer las cosas mejor no es sólo lo correcto, sino que es también rentable".

También recomienda buscar grandes empresas que ya son Empresas Sociales sin saberlo y hacérselos saber, para tener representantes de peso. Por el lado político, buscar que los políticos hablen de este tipo de negocios.

Finalmente, destaca la importancia de hacer redes, apoyarse mutuamente.

- ¿Qué hay de conseguir fondos?

Holbrook reconoce que atraer a inversionistas de riesgo tradicionales es difícil, ya que estos esperan grandes retornos en poco tiempo a cambio del riesgo que corren. Por eso, propone recurrir a fundaciones y caridades internacionales que tienen amplios fondos, donantes en todo el mundo y fines sociales. "Es mucho más probable que ellos evalúen tu emprendimiento considerando su impacto social, porque ellos mismos tienen una función social". 

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Comentarios
Excelente, son secos en el Reino Unido. No porque hayan creado de la nada este concepto, sino porque ha sido producto de toda una historia de darse en la cara contra la pared: protestas, huelgas, crisis y períodos de bonanza. Y, según los británicos, su gobierno es increíblemente burocrático: si se logró legislar allá, con un poco de lobby, compartiendo columnas como esta y adquiriendo más información podría hacerse en Chile también. Ojalá se entusiasmen con esto, es hacia donde "va la micro" en términos constructivos! El Occidente ya está demasiado herido con la pugna entre derechas e izquierdas, al punto que en muchos países pareciera estar generando bombas de tiempo sociales.
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Gonzalo San Martín | 2013-12-21 | 22:38
2
Muy buen resumen del mensaje que se buscó transmitir al invitar a Peter Holbrook a Chile. Con las ideas que surguieron estos días estoy convencido que es posible fortalecer el posicionamiento de este tema en distintos sectores. La tarea es encontrar a esos líderes visibles que se comprometan a apoyar, porque las empresas sociales ya existen en Chile y los ejemplos políticas de apoyo ya están funcionando en otros países. Juntar fuerzas y generar voluntad politítica parece ser la consigna. Saludos y felicitaciones por la nota!
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